la nueva versión del darwinismo admite el origen politico del

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LA NUEVA VERSIÓN DEL DARWINISMO ADMITE EL ORIGEN POLITICO DEL
PENSAMIENTO BIOLOGICO DE CARLOS DARWIN
HUGO HOENIGSBERG
INSTITUTO DE GENETICA EVOLUTIVA & BIOLOGÍA MOLECULAR
UNIVERSIDAD MANUELA BELTRAN, BOGOTA D.C. COLOMBIA
Desde Tito Caro Lucrezio (DE RERUM NATURAE) durante el gobierno de Augusto, en la
Antigua Roma, sabemos que evolucionamos a partir de otros animales. En el siglo XIX
William Paley publicó la TEOLOGÍA NATURAL (1802) empleando la famosa metáfora del
“gran relojero”con el fin de dar cuenta de la adaptación perfecta de las criaturas a los
ecosistemas harmoniosos. La teoría de la selección natural, a pesar de la percepción popular,
fué aceptada por todos los evolucionistas profesionales antes de Darwin. Sin embargo, la gran
contribución de Darwin fué su mecanismo de cambio en las especies por medio de selección
natural. La ciencia desde sus principios se interesa por encontrar las causas eficientes y
materiales; no debe preguntar porque pasan las cosas, sino como. Darwin aplicó ésta regla de
oro del trabajo científico a la evolución. En cambio sus predecesores habían visto la
adaptación de los organismos a sus ambientes como efectos de un diseño especial. Darwin vió
el desarrollo físico de las criaturas como la única causa de la evolución. En la explicación de
Darwin sobra el “gran relojero”.
Antes de su muerte el 13 de Mayo de 2002 Stephen J. Gould nos mostró en LA
ESTRUCTURA DE LA TEORIA EVOLUTIVA que la contribución de Darwin fué
esencialmente metodológica. Esta manera de hacer ciencia se diseminó en el siglo XIX y todos
los investigadores de relieve la adoptaron, incluyendo “la economía política” de Adam Smith.
En éste análisis científico de la economía las acciones materiales de los individuos resultan de
sus fines egoístas y tal motor individualista al extenderlo a todos los ámbitos del accionar
humano produce la generalización abstracta de la economía como un todo.
Deseo dedicarle este artículo a mi amigo economista, fallecido (hace un año), Ulpiano Ayala
porque el me pidió que le explicara porque alguna vez, en un artículo mío en Mexico D.F. yo
había escrito que lo que Smith llamó “la economía” para Darwin fué la evolución. Desde el
punto de vista de la filosofía de Popper de lo que se trata es de una aplicación metodológica.
Smith llamó economía a la amalgamación de las acciones egoístas del hombre para darle a su
planteamiento la estructura metodológica materialista que nos enseñó Galileo. Darwin hizo lo
mismo, además, para evitar el “diseño” de la Teología Natural de Paley. Richard Lewontin de
Harvard, amigo y colaborador de Gould, sostuvo una vez que Gould, al afirmar en una
reunión de la sociedad de Lineo en Londres (en la cual estuve yo) que la “teoría de la selección
natural es esencialmente la economía de Adam Smith transferida a la naturaleza”. Lewontin,
haciendo uso de su extraordinaria capacidad analítica, una vez escribió en el “New York
Review of Books” que el trabajo de Gould era curiosamente apolítico porque rehusó colocar
en la ciencia y en sus motivaciones la influencia de la ideología. Para Lewontin “La teoría de
la selección de Darwin evidentemente es hija del capitalismo del siglo XIX” (traducción libre).
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Lo que teóricamente distingue tanto a Darwin como a Smith de todos los otros científicos de la
época es el reduccionismo dado que ellos reducen todo el conocimiento al nivel del individuo.
Gould con magistral claridad dice “Darwin quita la explicación de que los diseños naturales
sean la escondida intención de un poder omnipotente, colocando la agencia creadora a un
nivel inferior, desprovista de cualquier intención conciente”(traducción libre).
Hoy, el progreso de la genética molecular ha permitido a los evolucionistas empujar el
reduccionismo de Darwin un paso más allá. Lo más pequeño que Darwin pudo estudiar fué el
organismo, mientras que ahora es posible analizar el comportamiento del gen. Evolucionistas
como Richard Dawkins pueden afirmar que la evolución es conducida no por la competencia
entre los organismos individuales, sino por la lucha entre los genes.
Dawkins habita lascivamente en lo mecánico-nosotros somos simplemente robots o “máquinas
para la sobrevivencia” de los genes. Su más provocativo libro El Gen Egoísta (1976)está lleno
de provocaciones antihumanistas. “Yo estoy tratando a una madre como una máquina
programada para hacer todo en su poder para propagar copias de los genes que residen en
ella”. A Ulpiano ésta actitud le parecía intolerable.
HUGO HOENIGSBERG F.L.S. F. W.I.F
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