¿USTEDES TAMBIÉN ESTÁN DESPROVISTOS DE CONOCIMIENTO? Iba a preguntar: “¿Qué opina usted del incesto?”, pero, recordando la gran demagogia que existe entre los seres humanos, decidí cambiar la pregunta por esta otra: “¿Qué opina el Eterno del incesto?”… Me aseguré así el obtener una opinión libre de demagogia, de prejuicio, de ignorancia y de falsedad ideológica… Entonces, va de nuevo: ¿Qué opina el Eterno del incesto? En Su Torah, es decir en Su guía para la vida buena a favor de Sus hijos que guardan todos Sus mandamientos, el Eterno califica el incesto como AOI [TAMÉH]: Hebreo: Inaceptable, impuro, abominable (Lev 18:129). El recordar el término AOI [TAMÉH] me hizo reflexionar y traer a mi memoria la triste, cruda y grotesca imagen de arriba… ¡Sí, es una venta de perros muertos para el consumo humano!… Entonces creí interesante preguntarle a usted acerca de su opinión sobre el comer conejo, camarones, ostras, pulpo, morcilla (sangre cocinada), cerdo, etc., pero, de nuevo me acordé del asunto de la demagogia… Entonces, dirigí el arco y la flecha hacia un blanco realmente blanco y replanteé la pregunta: ¿Qué opina el Eterno del comer carne de esos animales? ¡Observe! Con tan sólo dos modificaciones, la respuesta es, en esencia, la misma: En Su Torah, es decir en Su guía para la vida buena a favor de Sus hijos que guardan todos Sus mandamientos, el Eterno califica el comer carne de animales prohibidos por Él como AOI [TAMÉH]: Hebreo: Inaceptable, impuro, abominable (Lev 11:1-47). En forma simplista: Para el Eterno, (en orden de aparición textual) tanto el comer de la carne de animales prohibidos por Él, como la inmoralidad sexual se reducen a un solo concepto: AOI [TAMÉH]: Hebreo: Inaceptable, impuro, abominable. Alguien saltó por ahí, vociferó y, con insensata y fatua seguridad, dijo: “¡Jesucristo abolió la ley, ahora los hijos de Dios vivimos bajo la gracia!” Aun así, al saltón yo jamás le recomendaría, a partir de la grosería que afirmó, que, entonces, practique el incesto con la venia de D’os. No acostumbro responder a la insensatez ni a la fatuidad, sin embargo para no dejar que el asunto se hunda en la broza, quiero insertar un texto que reproduce las palabras de Yeshúa, Adonái y Mashíaj del Universo, ellas expresan Su opinión diametralmente opuesta a la falsa doctrina cristiana de la gracia: 17. “No piensen que he venido para interpretar erróneamente la Torah1 y los Profetas, no he venido para hacerlo equivocadamente, pero sí, en forma definitiva... ¡Amé”n!2 18. Les digo que tendrían que desaparecer los dos Testigos: Los Cielos y la Tierra, y, aun así, ni una J (Yud3), ni siquiera un Kotz4 de una letra de la Torah habría perdido su valor... ¡Por el contrario!... ¡Todo está estipulado para ser cumplido! 19. Si hubiese alguien que pudiera desvirtuar tan sólo una de las fáciles Mitzvot5 y lo enseñara así a la Humanidad, sería llamado el Insignificante en el Reino del Eterno, por el contrario, el que imparte lo que vive, será llamado el Grande en el Reino del Eterno.” (Mt 5:17-19) 1 Heb.: La Ley/La Instrucción del Eterno (en Occidente: Pentateuco). Acróstico de “El Mélej Neemán” (Heb.: D’os, Rey y Fiel). 3 Heb.: Décima y menor de las veintidós consonantes del Alefato (alfabeto hebreo). 4 Heb.: Espina, punta: Pequeño adorno, en forma de corona, que los escribas colocan sobre algunas consonantes del 2 Alefato: 5 sgnoiuz Heb.: Los seiscientos trece Mandamientos estipulados en la Torah. No voy a desperdiciar mi tiempo argumentando sobre la falsa doctrina cristiana de la gracia. Prefiero aprovecharlo impartiendo sobre el Dicho del Eterno: El Camino, la Verdad y la Vida… Lo de “¿Ustedes también están desprovistos de conocimiento?” (Mr 7:18) es tan sólo un ejercicio reflexivo: 1. Por favor lea con atención Mr 7:14-19 2. Note los dos conceptos: El estómago y el corazón 3. Trate de tener claro a qué se refería Yeshúa cuando planteó el asunto de qué es lo que realmente contamina la vida interior del ser humano y cuál es el papel protagónico del corazón 4. Al llegar al último verso, donde dice: “Esto decía, haciendo limpias todas las cosas.”… ¡No salte!… ¡Sacúdase!… No se aferre más a esa falsedad… Dije dice porque Yeshúa nunca lo dijo… Fue agregado por un traductor desprovisto de conocimiento… Para los judíos del periodo helénico, el Cristo/Mesías era quien afirmaba la Torah y quien la negaba, el anti-Cristo. Dr./Rb. Conrado R. Umaña Rojas [email protected]