PARQUES DE RECREACION - Clasificación en el Distrito Capital: regional, metropolitana, zonal, vecinales De manera consecuente, la Sala se dispone a estudiar el objeto y la calificación jurídica del parque infantil sobre el que versa la controversia, no sin antes precisar los lineamientos que la Administración Distrital tuvo a bien considerar en el Plan de Ordenamiento Territorial, en lo referente a la clasificación de los parques en el Distrito Capital. El artículo 230 del Decreto 619 de 2000 expresa que: “El sistema de Parque Distritales se clasifica así: Parques de escala regional, Parques de escala metropolitana, Parques de escala zonal, Parques vecinales y de bolsillo. (...). Parques de Escala Vecinal: Son áreas libres, destinadas a la recreación, la reunión y la integración de la comunidad, que cubren las necesidades de los barrios. Se les denomina genéricamente parques, zonas verdes o cesiones para parques; anteriormente se les denominaba cesiones tipo A. El parque de bolsillo es una modalidad de parque vecinal, que tiene un área inferior a 1000 m2, destinado exclusivamente a la recreación pasiva contemplativa. En lo que hace al área del parque recreativo el informe demuestra que se trata de 324.00 m2, es decir, que se identifica con un parque vecinal de bolsillo, como quiera que éste se caracteriza por que su diámetro es de 1000 m2, y a todas luces el del barrio Candelaria La Nueva se encuentra dentro de los lineamientos que exige la normatividad. PARQUES DISTRITALES DE RECREACION - Competencia del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público y del Instituto Distrital de Recreación y Deporte: administración, conservación y dotación / DEFENSORIA DEL ESPACIO PUBLICO - Funciones en relación con parques distritales de recreación En concordancia con lo anterior, una vez se revisa desprevenidamente el ordenamiento jurídico vigente relacionado con la protección del espacio público y las entidades que lo regentan y protegen, encontramos que tal función es predicable tanto del Instituto de Recreación y Deporte como del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público; por ejemplo el artículo 4º del citado Decreto asigna al IDRD la facultad de administrar los parques, y a renglón seguido al DADEP también le otorga la competencia para administrar las zonas de cesión. Entendiendo la potestad de administrar como la define el Decreto 343 de 2002, estas dos entidades comparten la función de dotar, conservar y mantener en buen estado al parque infantil del Barrio Candelaria La nueva Etapa I y II del rodadero que hace parte del mismo. El Acuerdo número 4 de 1978 define las funciones del Instituto Distrital Recreación y Deporte y en el artículo 2º numeral 1º establece que deberá “formular políticas para el desarrollo masivo del Deporte y la Recreación del Distrito”, y en el mismo artículo numeral 4º expresa que está obligado a “Promover las actividades de recreación en los parques de propiedad distrital, conservar y dotar las unidades deportivas y procurar el establecimiento de nuevas fuentes de recreación”. De igual manera, el Decreto 619 del 28 de julio de 2000, artículo 267 defiere al IDRD la potestad de “elaborar un programa de mantenimiento, dotación, administración y preservación para los parques metropolitanos y zonales”, así como la de “formular un programa para el mantenimiento, dotación, administración y preservación de los parques vecinales, de bolsillo y sus espacios públicos peatonales...”. Por su parte, el Decreto 343 de 2002 artículo 4º delega en cabeza de éste Instituto la función de “Mantener, dotar, administrar, arborizar y conservar los parques públicos de escala metropolitana, urbana y zonal y llevar su inventario”, así como la de formular un programa para el mantenimiento, dotación, administración y preservación de los parques vecinales, de bolsillo y sus espacios públicos peatonales; y formular los planes maestros correspondientes a los parques metropolitanos. ZONAS DE CESION DEL ESPACIO PUBLICO - Administración por los particulares / PARQUES DE RECREACION - Administración por los particulares en Distrito Capital: facultad de contratación de la Defensoría del Espacio Público / CONTRATOS DE ADMINISTRACION DE PARQUES DE RECREACION - Facultad de la Defensoría del Espacio Público Ahora bien, en lo relacionado con la facultad de cesión del espacio público de la administración a los particulares, el Decreto 18 de 1999 artículo 5º literal d) le entrega al DADEP la función de “Mantener, administrar y aprovechar las zonas de cesión con la facultad de recibir y entregar materialmente dichas zonas a nombre del Distrito Capital mediante la suscripción de contratos...”. De manera análoga el Decreto 343 de 2002 en el artículo 4º establece que deberá mantener, administrar y aprovechar las zonas de cesión. Normativas éstas de carácter general o abstracto que posteriormente se reglamentaron a fin de especificar en cabeza de las entidades del Distrito, la capacidad y funciones a ejecutar en lo relativo al espacio público y su administración. El Decreto 463 de 2003 artículo 6º preceptúa que el DADEP establecerá el inventario de las zonas de cesión que pueden ser administradas por los particulares mediante contrato, y a su vez, en el artículo 10º autoriza para que los parques vecinales y de bolsillo sean susceptibles de aprovechamiento económico. Igualmente, permite que otorgue licencias para la administración, mantenimiento y aprovechamiento económico de los parques de escala vecinal y de bolsillo, para ello prescribe que se deberá practicar una visita técnica con el fin de que se verifique la factibilidad técnica, ambiental y el impacto urbano. En este orden de ideas y pese a las razones de derecho expuestas por el Tribunal para atribuir responsabilidad al DADEP, encuentra la Sala que la Facultad de celebrar el contrato No. 0088 con la Junta de Acción Comunal de la Localidad de Ciudad Bolívar no deviene de una competencia que de facto o de hecho se haya atribuido la entidad, sino de los lineamientos de orden jurídico debidamente analizados anteriormente, es decir, que la atribución de ceder zonas de uso público debidamente calificadas como tales, es otorgada por la ley –entiéndase ley en sentido material-, especialmente por el Decreto 415 de 2002. PARQUES DISTRITALES DE RECREACION - La falta de programa del Instituto Distrital de Recreación no implica abstención de administrar atribuida a la Defensoría del Espacio Público / PLAN MAESTRO PARA PARQUES DE BOLSILLO - Su no adopción no implica incumplimiento de obligación de administrar: dotar y conservar Ahora bien, una vez despejada la duda sobre la responsabilidad del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público en el caso sub iudice, entra la Sala a estudiar el tema de la relación de causalidad entre la acción del ente público y la existencia del riesgo o peligro que vulnera derechos o intereses colectivos. En efecto, si la Defensoría del Espacio Público hubiese actuado conforme a los preceptos jurídicos o normas y sujetándose al contenido del contrato No. 00088, la comunidad que habita y disfruta del parque ubicado frente a la nomenclatura 62-14 Sur, en la Calle 62 A Sur Carrera 36 Bis en el Barrio Candelaria LA Nueva de la Localidad de Ciudad Bolívar, se encontraría satisfecha sin necesidad de acudir a la jurisdicción para soslayar el inconveniente de las averías de los instrumentos de recreación que integran el mismo, y por contera sin inquietudes ni incertidumbre a cerca de la integridad y salud de los menores que lo visitan. Es totalmente independiente la actuación del Instituto Distrital de Recreación y Deporte, toda vez que el hecho de la falta de formulación de un programa para el mantenimiento, administración y aprovechamiento económico no implica que el DADEP se abstenga de cumplir las funciones conferidas por los Decretos en lo que hace al mantenimiento de dotación y administración de los parques de bolsillo al tenor de lo dispuesto en el artículo 4º del Decreto 343 de 2002, porque a más de lo antedicho, al IDRD le corresponde la “formulación del programa para administrar” mientras que al DADEP le corresponde “administrar” y ya en líneas anteriores se explicó lo que por interpretación comprende tal concepto, ejemplo, dotar, mantener, conservar, etc. En gracia de discusión, no puede ni el legislador ni el Concejo Distrital de Bogotá, ni el Alcalde Mayor de la misma ciudad dejar a la población a la deriva en lo que hace a la administración del espacio público en el interregno comprendido entre el mandato de expedir un plan maestro para los parques de bolsillo y el momento en que en efecto se surta, ya que con tal aplicación en últimas se perjudicaría a la comunidad que acude a la Administración en uso de la democracia participativa para buscar una solución expedita a un inconveniente, encontrando que los mecanismos que le ofrece el legislador no satisfacen sus necesidades y por lo tanto aquel discurso garantístico del que habla la Constitución se convertiría en una utopía. CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO SECCION PRIMERA Consejero ponente: RAFAEL E. OSTAU DE LAFONT PIANETA Bogotá, D. C., veintinueve (29) de septiembre de dos mil cinco (2005) Radicación número: 25000-23-24-000-2003-02104-01(AP) Actor: LUIS HORACIO ROSERO OBANDO Demandado: ALCALDIA MAYOR DE BOGOTA Y OTROS Referencia: APELACION SENTENCIA Se decide el recurso de apelación interpuesto por uno de los demandados contra la sentencia proferida el 21 de julio de 2004 por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca Sección Primera Subsección “B” en cuanto accedió parcialmente a las pretensiones de la demanda. I.- LA DEMANDA El 17 de octubre de 2003 el ciudadano Luis Horacio Rosero Obando promovió acción popular contra la Alcaldía Mayor de Bogotá, Alcaldía Local de Ciudad Bolívar y contra el Instituto Distrital de Recreación y Deporte, tendiente a la protección de los derechos e intereses colectivos relacionados con la seguridad y salubridad públicas, el goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público, la defensa del patrimonio público, el derecho a la seguridad y prevención de desastres previsibles técnicamente y la realización de las construcciones, edificaciones y desarrollos urbanos respetando las disposiciones jurídicas, de manera ordenada, y dando prevalencia al derecho a la calidad de vida de los habitantes. 1. Las pretensiones Solicitó el demandante que el tribunal accediera a las siguientes pretensiones: Primera. Se declare mediante sentencia la protección de los intereses y derechos colectivos consagrados en los artículos 2º, 6º, 11º y 82º de la Constitución Política; el 5º de la Ley 9ª de 1989; de los literales d), e), g), l), y m) del artículo 4º de la Ley 472 de 1998, y en el ordenamiento civil vigente por la OMISIÓN de las autoridades distritales en la vigilancia, protección y control de los servicios públicos, y del espacio público ubicado en la calle 62 A Sur carrera 36 Bis frente a la nomenclatura 62-14 Sur en la Localidad de Ciudad Bolívar, por representar de esta manera un peligro contingente, toda vez que se amenaza la vida e integridad de los infantes que acuden a dicho parque recreativo. Segunda. Se ordene a favor de la Administración Distrital un estudio técnico, concreto y adecuado, que permita establecer y dar una solución acorde al problema que surge con motivo de la ruptura que presenta el rodadero del parque, a fin de llevar a cabo las labores propias necesarias para cesar el peligro contingente. Tercera. Se ordene a la Administración Distrital, tomar las medidas efectivas inmediatas a fin de evitar el acceso y utilización del rodadero por parte de los menores, hasta tanto no se le de una solución acorde al problema. Cuarta. Se fije incentivo a favor del accionante. 2. Los hechos y omisiones en que se funda 1. En el barrio Candelaria La Nueva Etapa II, en la calle 62 A Sur Carrera 36 Bis frente a la nomenclatura 62-14 Sur en la Localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá, existe un parque recreativo. Allí mismo, existe un rodadero fabricado en lámina, el cual, debido al uso continuo de los niños que acuden al parque y al largo periodo de tiempo en servicio, se encuentra en un estado de pésima conservación, toda vez que la mitad de éste ha desaparecido. Aunado a ello se presenta el hecho de que la estructura que aún permanece del rodadero en el parque recreativo pone en riesgo inminente a los infantes, como quiera que pueden lastimarse con el filo de la lámina y de manera adicional provocar una infección en virtud del alto grado de corroción y oxido que se presenta. 2. Informa el demandante que ante la situación descrita, ha insistido en su solución a través de reiterados derechos de petición dirigidos a la Alcaldía Mayor de Bogotá, al Instituto Distrital de Recreación y Deporte y ante la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar, en los que solicita información acerca de la competencia para conocer del asunto. Como respuesta de lo anterior, sólo obran requerimientos al actor popular con el fin de que se acerque a las oficinas de la Administración para solucionar el inconveniente1, lo cual se explica así: - En ejercicio del derecho de petición consagrado en el artículo 23 de la Constitución Política, presentó una solicitud a la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C., radicada con el número 1-2003-2997E, con el fin de que le informara si dicha entidad era competente para el mantenimiento, vigilancia, reparación y arreglo de los parques recreativos públicos del Distrito Capital de Bogotá que se encuentren en mal estado y, que representen un peligro para los infantes, solicitud ésta que fue remitida al Instituto Distrital de Recreación y Deporte de Bogotá - I.D.R.D., según lo informado en el oficio número 2-2003-270735. - Del mismo modo, en ejercicio del derecho constitucional fundamental antes referido, solicitó a la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar de Bogotá D.C., en escrito radicado con el número 2003980 del 16 de julio de 2003, que le informara si la misma era autoridad competente para el mantenimiento, vigilancia, reparación y arreglo de los parques recreativos públicos del Distrito Capital de Bogotá que se encuentren en mal estado y que representen un peligro para los infantes, petición a la que dicho despacho local respondió a través del oficio número 3980, manifestando que dentro de sus competencias se encuentra la de invertir parte de los recursos locales en los parques de barrio, vecinales o de bolsillo, gestión que se ha venido desarrollando de acuerdo con los recursos presupuestales disponibles. 1 Folios 5-7 - Radicó un derecho de petición en el Instituto Distrital de Recreación y Deporte de Bogotá – I.D.R.D. el 3 de junio de 2003, para solicitar que esa entidad le informara si era la competente para el mantenimiento, vigilancia, reparación y arreglo de los parques recreativos públicos del Distrito Capital de Bogotá que se encuentren en mal estado y que representen un peligro para los infantes, el que fue atendido mediante el oficio número 022310 del 10 de julio de 2003, documento en el que se precisó la clasificación de los parques distritales según lo reglado en el Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá D.C. y se invitó a un representante de la comunidad para que indicara a esa entidad el tipo de parque que requería de mantenimiento. II. ACTUACIÓN PROCESAL 1. El Tribunal Administrativo de Cundinamarca Sección Primera Subsección “B”, admitió la demanda y ordenó el trámite de rigor, a través de auto calendado el 23 de octubre de 2003. 2. Mediante auto de 5 de noviembre de 2003, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca ordenó, como medida previa, al Director del Instituto Distrital de Recreación y Deporte que dentro del término de diez (10) días, proceda a la adecuación o retiro de la estructura metálica (rodadero). 3. En consonancia con la solicitud de los demandados en los escritos de contestación de demanda, el Tribunal Administrativo mediante auto fechado el día 27 de noviembre de 2003, vinculó al proceso al Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público de Bogotá y a la Junta de Acción Comunal del Barrio La Candelaria La Nueva Etapa I y II, como posibles responsables de la vulneración de derechos o intereses colectivos. III.- LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA Cada uno de los demandados contestó la demanda en los siguientes términos: 1. SECRETARIA DE GOBIERNO DE BOGOTÁ D.C., ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ Y ALCALDÍA LOCAL DE CIUDAD BOLÍVAR Las entidades referenciadas, actuando a través de apoderada expusieron lo siguiente: La apoderada manifiesta que se opone a la prosperidad de las pretensiones, dado que el actor no ha agotado las instancias administrativas relativas al trámite de proyectos a ejecutar en la localidad. Igualmente, afirma que la entidad encargada de proteger de manera prioritaria este tipo de derechos es el Instituto Distrital de Recreación y Deporte, y por ende, propone la excepción de falta de legitimación en la causa por pasiva. Así mismo, propone como excepción la improcedibilidad de la acción popular, por cuanto no reúne los requisitos establecidos para tal efecto: La existencia de un derecho o interés colectivo, el desconocimiento de dicho interés colectivo de forma cierta o contingente, es decir, un daño, y la relación de causalidad necesaria entre una acción u omisión de la autoridad o de un particular, el daño que afecta dicho derecho o interés colectivo y la determinación judicial de la inexistencia de otro mecanismo legal con la eficacia suficiente para evitar o corregir el daño causado en el derecho colectivo. A este respecto, advierte la accionada que no se cumplen los presupuestos mencionados, y se trata, a juicio de ésta, de una desafortunada practica que origina congestión en los Despachos Judiciales, toda vez que lo que pretende el accionante es que mediante el procedimiento de la acción popular se ordene la ejecución de proyectos de inversión no programados ni presupuestados, ya que no fueron radicadas las solicitudes en el Banco de Proyectos de la Localidad a través de la ficha EBI, ni priorizados en los encuentros ciudadanos. Haciendo referencia a éste tema, invoca pronunciamientos del Tribunal Administrativo de Cundinamarca así como del Consejo de Estado, tendientes a establecer que “cuando existan acciones o mecanismos judiciales distintos a la acción popular a través de los cuales puedan defenderse derechos o intereses colectivos debe recurrirse a ellos en forma preferencial, porque el juez en acción popular no puede invadir la órbita de la competencia que tiene el juez ordinario para resolver los asuntos asignados a su competencia...”2 Ahora bien, asevera la demandada que en el caso objeto de estudio no se ha demostrado ninguna clase de acción u omisión por parte de la Alcaldía Mayor de Bogotá, ni de la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar, sino que hubo de parte de la comunidad ausencia del cumplimiento del deber de asistencia a los encuentros ciudadanos en los que se prioriza la atención a las necesidades que la población expone, y esto generó que las obras requeridas en el parque no se adelantaran, es decir, no se dio cumplimiento a los mandatos consagrados en los Decretos 739 de 1998 y 518 de 1999, así como el Acuerdo Distrital 013 de 2000, en los que se hace alusión al tema de participación ciudadana como mecanismo idóneo para lograr que las obras queden presupuestadas localmente y como consecuencia de esto se puedan ejecutar en la correspondiente vigencia fiscal. De otra parte, propone como excepción de mérito falta de legitimación en la causa por pasiva, y sustenta su afirmación en el principio de legalidad de los actos públicos, es decir, en la facultad de los funcionarios administrativos para actuar en todas las actividades ordenadas por la ley. También manifiesta que no existe razón suficiente para condenar a la ALCALDÍA LOCAL DE CIUDAD BOLÍVAR, dado que no se encuentra facultada para efectuar actos tendientes a garantizar los derechos colectivos presuntamente vulnerados, es decir, no podrá asumir responsabilidades ajenas a su competencia. Esgrime un argumento jurídico adicional referente al tema presupuestal, estableciendo que para que éste se puede afectar, es necesario que la comunidad radique un proyecto en la ficha EBI en el Banco de Proyectos, lo que implica que pueda ser objeto de apropiación presupuestal con cargo al 2 Folio 39. Sentencia Tribunal Administrativo de Cundinamarca Sección Segunda de 16 de marzo de 2000, con ponencia del Magistrado FILEMON JIMENEZ OCHOA. Fondo de Desarrollo Local. Sólo de esta manera es posible cumplir con las obligaciones a cargo del Distrito. En lo que hace al incentivo suplicado, solicita la accionada que no se reconozca, atendiendo a la finalidad que se persigue con tal estímulo. Luego, al ser improcedente la acción es conducente la negatoria del incentivo. 2. INSTITUTO DISTRITAL DE RECREACIÓN Y DEPORTE El apoderado del Instituto Distrital de Recreación y Deporte contestó la demanda proponiendo igualmente como excepción la falta de legitimación en la causa por pasiva, atendiendo a diferentes normas que circunscriben la competencia del caso en manos del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público. Invoca como fundamento de su defensa el Decreto 619 de 2000 en el que se hace alusión a la competencia para la elaboración y ejecución del programa de mantenimiento, dotación, administración y preservación de los parques metropolitanos, urbanos y zonales, con el fin de garantizar la construcción, permanencia, durabilidad y el mantenimiento de sus componentes. En este orden de ideas, la ejecución de tales actuaciones escapa a la competencia del Instituto Distrital de Recreación y Deporte - IDRD, toda vez que el Decreto 343 de 2002 en su artículo 1º Corporaciones Públicas define las Entidades y administradoras del espacio público en el Distrito Capital y señala las funciones con respecto a ello, estableciendo que para los parques vecinales, de bolsillo y espacios públicos peatonales, el IDRD sólo formulará un programa de mantenimiento, dotación administración y preservación, por lo que su ejecución corresponde hacerla al Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público – DADEP. Llama la atención en lo pertinente a la participación ciudadana para la administración, el mantenimiento y el aprovechamiento económico de las zonas viales y recreativas de uso público, consagrado en el artículo 268 del POT, en el que también se hace referencia a que el Alcalde Mayor de Bogotá deberá en dos años regular lo concerniente a la administración y aprovechamiento económico del espacio público. Como consecuencia de ello se reglamentó en el sentido de vincular a la comunidad y a las organizaciones cívicas en las tareas antedichas. Como materialización de ello, la Junta de Acción Comunal del Barrio Candelaria La Nueva I y II Etapa celebró contrato No. 00088 del 2 de marzo de 2001, con el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, cuyo objeto se definía en la entrega de la administración, mantenimiento y aprovechamiento económico de las zonas de uso público, dentro de las que se contempló el sector en controversia. Dentro de la cláusula quinta, obligaciones del contratista, se contempla que debe efectuar las reparaciones de daños sufridos por la zona entregada en administración, mantenimiento y aprovechamiento económico , así como del equipamiento comercial de las mismas, por lo que le endilga un eventual incumplimiento de la citada disposición contractual. Comunica al Despacho del Tribunal que una vez se radicó el derecho de petición presentado por el demandante, el Instituto procedió a responderlo y adicionalmente a requerirlo en el sentido de que le fuera enviada la información correspondiente al tipo de parque en el que se presentaba la avería, sin que se hubiera obtenido respuesta alguna. DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE LA DEFENSORÍA DEL ESPACIO PÚBLICO: Después de realizar una enumeración de las funciones que según el Acuerdo No. 18 de 1999, artículo tercero, dispone para la entidad, el apoderado se dispuso a concluir que dentro de ellas no se encuentra que sea un organismo ejecutor de las operaciones necesarias para la protección del espacio público. De manera ulterior, propuso hablar sobre el tema del espacio público y su arraigo constitucional, como una garantía para la existencia de un escenario de convivencia libre de los habitantes del Distrito Capital en condiciones de igualdad. Pasa a relatar los lineamientos legales que para el caso del espacio público el Congreso tuvo a bien considerar: La Ley 9ª de 1989 artículo 5º señala que constituye espacio público, todos aquellos inmuebles públicos y algunos elementos específicos de propiedad de los particulares, que al ser afectados al interés general en virtud de la Constitución o la Ley, o por sus características arquitectónicas o naturales, están destinados a la utilización colectiva, de manera que lo que caracteriza a los bienes que integran el espacio público es su afectación al interés general. Propone la excepción de ilegitimidad en la causa por pasiva, como quiera que no es la Defensoría del Espacio Público la encargada de velar por el mantenimiento de los parques públicos del Distrito Capital. En este sentido, endilga competencia al Instituto Distrital de Recreación y Deporte con base en el artículo 2º del Acuerdo No. 4 de 1978, en el que se mencionan como funciones, la de promover las actividades de recreación en los parques de propiedad Distrital, conservar y dotar las unidades deportivas y procurar el establecimiento de nuevas fuentes de recreación. Alude a la competencia de tal entidad consagrada en el Decreto Distrital No. 343 de 2002, para “...mantener, dotar, administrar, arborizar y conservar los parques públicos de escala metropolitana, urbana y zonal y llevar su inventario. Formular un programa para el mantenimiento, dotación, administración y preservación de los parques vecinales, de bolsillo y sus espacios públicos peatonales, en un término de dos años contados a partir de la fecha de entrada en vigencia del Decreto Distrital 619 de 200” Entendiendo de esta manera la normatividad que se trae a colación, el apoderado de la Defensoría del Espacio Público previene que la responsabilidad en la defensa del espacio público subyace en cabeza del IDRD. En este orden de ideas y de conformidad con los principios sobre legalidad de los actos públicos, se colige que mientras no exista asignación legal de funciones para el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, relacionadas con su tutela, no puede ésta entidad asumirlas, toda vez que estaría irrumpiendo y socavando facultades administrativas de otras entidades. Concluye que, ante la falta de competencia para intervenir en el presente litigio, es procedente que no se le vincule en la sentencia de fondo. IV. AUDIENCIA ESPECIAL DE PACTO DE CUMPLIMIENTO Por medio de auto calendado el 19 de febrero de 2004, el a quo fijó fecha y hora para la celebración de la Audiencia Especial de Pacto de Cumplimiento, correspondiendo ésta al 8 de marzo de 2004 a las diez (10:00) de la mañana. En el día y a la hora fijada se llevó a cabo la Audiencia Especial de Pacto de Cumplimiento, a la que comparecieron el Procurador Segundo Judicial, la apoderada del Instituto Distrital de Recreación y Deporte, el apoderado del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, y la apoderada de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaría de Gobierno y la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar. Acto seguido, la Magistrada declara fallida la audiencia en virtud de la inasistencia de la parte demandante. V.- ALEGATOS DE CONCLUSIÓN Dentro del término de ley, las partes allegaron escritos de alegatos de conclusión, a saber: La apoderada de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaría de Gobierno de Bogotá y La Alcaldía Local de Ciudad Bolívar allegó escrito de alegatos de conclusión en los que consideró los mismos lineamientos expuestos en la contestación de la demanda, tales como el procedimiento mediante el cual la ciudadanía puede lograr a través de su participación, la ejecución de partidas presupuestales a favor de la localidad en la que habitan. Reitera que no puede calificarse de negligente la conducta de la Administración (Alcaldía Local de Ciudad Bolívar) como quiera que ya se ha demostrado que la comunidad no llevó a cabo las gestiones necesarias para que la inversión se hiciera presente en los parques del barrio Candelaria La Nueva I y II Etapa. El debido proceso se encuentra garantizado en la presente actuación, toda vez que, existiendo un trámite específico para el mejoramiento del espacio público, éste no fue utilizado por parte de los habitantes del sector. Advierte que le son aplicables al caso las sentencias de 5 de diciembre de 2002 y la de 27 de abril de 2001, como quiera que se hace improcedente la acción popular por buscar la causación de erogaciones presupuestales. El señor Luis Horacio Rosero Obando, tiene en cuenta en sus alegatos de conclusión los siguientes fundamentos fácticos y jurídicos con miras a hacer prósperas las pretensiones de la demanda: Asevera que una vez el Tribunal dio la orden de retiro de la lámina que hacía parte del rodadero o la adecuación de la misma, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte procedió a ello, pero la abandonó en la esquina del parque recreativo, generando, a juicio del accionante, un mayor riesgo para los infantes, ya que ha sido utilizada como instrumento de diversión. Ante esta circunstancia, muchos de los vecinos de la localidad han apartado la lámina para de esta manera evitar daños en la integridad de los menores. De frente a lo expresado por la Alcaldía Mayor de Bogotá, tanto en la contestación de la demanda como en el escrito de alegatos, asevera el actor que la comunidad no efectuó la radicación de proyecto en la ficha EBI, por razones de celeridad en la prevención de un peligro contingente, correspondiente a la eventual lesión de la que pudieran ser destinatarios los niños. Ahora bien, si se hubiere procedido a la radicación del proyecto, la ejecución del mismo hubiese tardado mucho, desvirtuando así el objeto de la presente acción. En el mismo sentido, advierte que es viable la protección de los derechos e intereses enunciados en la demanda, por cuanto al tenor de lo dispuesto en la Ley 472 de 1998, para instaurar una acción popular no se hace menester el agotamiento de otros medios de defensa, por ser éste prioritario o preferencial. Endilga responsabilidad de la administración antes y aún después de haberse promovido el presente proceso, como quiera que notificadas las entidades del asunto, no elaboraron cronogramas de prevención sino que se limitaron a señalar competencia entre ellas mismas sin vislumbrar siquiera el potencial peligro en el que actualmente se encuentran los menores que visitan el parque. Manifiesta que en el contrato celebrado entre la Junta de Acción Comunal del Barrio La Candelaria y el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, el parque objeto de la litis no hace parte del acuerdo, y por lo tanto no se deriva de ninguna manera competencia para la administración, mantenimiento, dotación y preservación del mismo. En gracia de discusión, si el rodadero hiciera parte del mencionado contrato, no aparece indicio alguno dentro del acervo probatorio que demuestre que la Defensoría del Espacio Público cumplió con las labores encomendadas tanto en el Decreto como en el negocio jurídico celebrado, es decir, no formuló políticas de custodia, vigilancia, inspección, o control del parque, no coordinó cronogramas que previnieran su deterioro. Así pues, la labor del accionante, en su sentir, ha sido determinante para la protección de los intereses colectivos lesionados, puesto que con ella se ha eliminado en alto porcentaje el riesgo al que estaban expuestos los menores, en virtud de la medida previa ordenada por el a quo. El Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, hace claridad sobre el ámbito de acción de ésta entidad, manifestando que no tiene las funciones de autoridad policiva, “no obstante lo anterior, en cumplimiento de sus funciones, el principio constitucional de prevalencia del interés colectivo sobre el particular y la dimensión social del espacio público, como espacio igualitario y de encuentro, apoya técnica y logísticamente a las 20 Alcaldías del Distrito Capital ...”3. Señala que la facultad de la Defensoría se limita a certificar las zonas de espacio público existentes en la ciudad, a hacer una visita técnica acompañado de un arquitecto con miras a verificar la presunta vulneración del mismo, y en el evento de ser afirmativa la respuesta, oficia a la Alcaldía Local competente para que adelante la respectiva querella policiva en aras a la recuperación del espacio público. Así las cosas, el apoyo logístico se efectúa facilitando la maquinaria y mano de obra en las diligencias de restitución del espacio público. En este orden de ideas, los ejecutores o garantistas del espacio público son las Alcaldías Locales, y no Defensoría del Espacio Público. Agrega que es al IDRD al que le corresponde adelantar las obras necesarias para la protección de los derechos e intereses colectivos presuntamente vulnerados, y reafirma su dicho en lo dispuesto por el artículo 3º del Acuerdo Distrital 18 de 1999 en el que se consagran funciones de la Defensoría y agrega que “sin perjuicio de las atribuciones de otras autoridades”, lo que, a juicio de la demandada, quiere decir que “cuando como en este caso, una competencia específica sea de resorte de otra entidad, es ésta la llamada a atender las solicitudes que se hagan4. 3 4 Folio 206 Folio 207 VII-. LA PROVIDENCIA APELADA El Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca en Sentencia de 21 de julio de 2004, resolvió fallar de la siguiente manera: “1º) Decláranse no probadas las excepciones de improcedencia de la acción y de falta de legitimación en la causa por pasiva, formuladas por los apoderados judiciales de la alcaldía local de Ciudad Bolívar de Bogotá, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte de Bogotá y el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público de Bogotá D.C. 2º) Protégense los derechos e intereses colectivos al goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público, a la seguridad y salubridad públicas y, a la seguridad y prevención de desastres previsibles técnicamente. En consecuencia, ordénase al Instituto Distrital de Recreación y Deporte de Bogotá y al Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público de Bogotá D.C. que, en forma concurrente, dentro de los veinte (20) días siguientes a la ejecutoria de esta providencia, elaborar un programa para la dotación y el mantenimiento del parque infantil ubicado en el Barrio Candelaria, 2ª etapa, en la calle 62 A sur, carrera 36 bis, frente a la nomenclatura 62-14 sur de la localidad de Ciudad Bolívar de Bogotá D.C., el que deberán ejecutar, a más tardar, dentro de los dos (2) meses siguientes a dicha fecha, si para ese momento cuentan con la respectiva disponibilidad presupuestal de recursos; en caso contrario, deberán, dentro de ese mismo término, realizar todas las gestiones administrativas necesarias dirigidas a la consecución de los recursos requeridos para tal fin y, en todo caso, ejecutar las obras que se proyecten, en un plazo no superior a seis (6) meses. 3º) Para efectos de la verificación del cumplimiento de la sentencia, confórmase un comité integrado por el magistrado conductor del proceso, las partes, el Agente del Ministerio Público y la Personería Local de Ciudad Bolívar de Bogotá D.C. 4º) Deniégase el amparo de los derechos colectivos a la defensa del patrimonio público y, a la realización de construcciones, edificaciones y desarrollos urbanos respetando las disposiciones jurídicas, de manera ordenada y, dando prevalencia al beneficio de la calidad de vida de los habitantes. 5º) Reconócese a favor del demandante el incentivo económico a que se refiere el artículo 39 de la ley 472 de 1998, en el equivalente a diez (10) salarios mínimos legales mensuales vigentes, a cargo del Instituto Distrital de Recreación y Deporte de Bogotá y del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público de Bogotá D.C.” En la parte considerativa de la providencia, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, Sección Primera, Subsección “B”, luego de analizar las excepciones propuestas, manifiesta que es procedente la acción popular impetrada, como quiera que la Ley 472 de 1998, no dispone que deban agotarse todos los mecanismos de defensa existentes, para poder acudir a ella. En relación con la excepción propuesta por todos y cada uno de los demandados, relativa a la falta de legitimación en la causa por pasiva, expresa el Tribunal que la excepción se predica de “la persona o autoridad pública demandada y no de la comunidad a la que representa el actor popular, a quien no puede exigírsele como es obvio, la realización o satisfacción de las pretensiones de la demanda, que se encuentran dirigidas a que se efectúe un estudio técnico que permita hacer cesar el peligro contingente que supuestamente implica para la comunidad la utilización de los elementos mecánicos dispuestos en un parque infantil del Distrito”. (Folio 439). Considera entonces el Tribunal que al existir conductas pasivas o activas de la Administración que causen amenaza de intereses colectivos, hace procedente la acción popular respecto de los accionados. Pasa a estudiar la finalidad de las acciones populares así como los derechos que se presumen vulnerados, para entrar ulteriormente a estudiar el caso concreto, así: En lo pertinente a la regulación constitucional y legal del espacio público, entra a examinar la tipología de los parques distritales, según lo dispone el Decreto 619 de 2000 artículo 230, para concluir que el parque infantil localizado en el Barrio Candelaria, II Etapa, en la calle 62 A Sur Carrera 36 Bis, frente a la nomenclatura 62-14 Sur, equivale a un parque zonal (negrilla fuera de texto). Acto seguido, se refiere a las funciones erigidas por el antedicho decreto para el Instituto Distrital de Recreación y Deporte – IDRD, resaltando que se obliga al “Mantenimiento, dotación, administración y preservación del espacio público” en parques metropolitanos, urbanos y zonales, para los cuales elaborará un programa que contenga tales actividades, en un tiempo de dos años, contado a partir de la vigencia del presente Plan, con el fin de garantizar la construcción, permanencia, durabilidad y mantenimiento de sus componentes (negrilla fuera de texto). Una vez se reglamentaron las funciones de administración, aprovechamiento y mantenimiento del espacio público, mediante el Decreto 343 de 2002, su artículo 4º dispuso que las funciones del IDRD se orientarían hacia el mantenimiento, dotación, administración y conservación de los parques públicos de escala metropolitana, urbana y zonal y llevar su inventario. La formulación de un programa de mantenimiento, dotación, administración y preservación de los parques, de bolsillo y sus espacios públicos peatonales en un término de dos años contados a partir de la entrada en vigencia del Decreto, formular los planes maestros correspondientes a los parques metropolitanos, urbanos y zonales tanto existentes como propuestos por el Plan de Ordenamiento Territorial. Aclarada de esta manera la competencia del IDRD para conocer de las averías o defectos del parque zonal identificado como PZ-51 – Parque La Candelaria La Nueva”, entra el a quo a estudiar la competencia de la Defensoría del Espacio Público, que para el efecto el Decreto refiere: Administrar los bienes que hacen parte del espacio público del Distrito Capital, que no estén atribuidos a otra entidad. A este respecto, afirma el Tribunal que el mantenimiento y administración de “los parques de escala vecinal de bolsillo no se encuentra atribuido a ninguna entidad distrital encargada de la administración del espacio público, por lo que dicha función le corresponde ejecutarla al Departamento Administrativo del Espacio Público” (Folio 446). Manifiesta el Tribunal que al asumir de facto la vigilancia del parque, la Defensoría del Espacio Público asumió la prestación de tal servicio usurpando competencias ajenas, de manera que debía ejecutar tal función administrativa eficaz, eficiente e idóneamente, en consonancia con lo interpretado jurisprudencialmente en esta materia. Califica la asunción de competencia de hecho, en el sentido de que tal entidad suscribió el contrato No. 00088 junto a la Junta Directiva del barrio Candelaria La Nueva Etapa I y II de la localidad de Ciudad Bolívar, para la administración, mantenimiento y aprovechamiento de las zonas de uso público localizadas en los planos números B169/4-1, B169-4, B169/4-2, B169/4-3, B169-3, y B169/3-1, entre las que se encuentra la correspondiente a la calle 62 Sur y carreras 35 y 36 de Bogotá, sector en el que se encuentra ubicado el parque infantil señalado por el actor en la demanda. No obstante, dentro del material probatorio que se aportó al proceso no obra constancia alguna sobre la ejecución y cumplimiento de la intervención de alguna autoridad administrativa del Distrito Capital, todo lo contrario, obran en el expediente dos informes de visitas realizadas por la Subdirección de Registro Inmobiliario del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, en los que se verifica el mal estado del parque, en particular lo que se refiere a juegos mecánicos (folios 137 a 145 y 420 a 427). Finalmente, indica que el IDRD es responsable del deterioro del parque recreativo del barrio Candelaria La Nueva, toda vez que a éste órgano de la administración se le han asignado las funciones directamente por la ley, y a su vez, el Departamento Administrativo de Defensoría del Espacio Público ha sido negligente en lo que hace a la ejecución de las obligaciones que se desprenden del contrato, asumidas éstas de ipso, más no provenientes de una atribución legal. Protege los derechos colectivos relativas al goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público, la seguridad pública, la seguridad y prevención de desastres previsibles técnicamente. No ocurre lo propio en relación con los intereses colectivos a la defensa del patrimonio público, y a la realización de construcciones, edificaciones y desarrollos urbanos respetando las disposiciones jurídicas , de manera ordenada, y dando prevalencia al beneficio de la calidad de vida de los habitantes, ya que no se halla demostrado dentro del proceso el manejo irresponsable de los recursos públicos, así como tampoco se dilucida que las construcciones del parque se hayan hecho de manera contraria a la ley. Reconoce incentivo a favor del actor, por un monto de diez salarios mínimos. VI-. EL RECURSO El Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, actuando por medio de apoderado interpone recurso de apelación contra la sentencia 21 de julio de 2004 proferida por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca Sección Primera Subsección “B”, y presenta sus motivos de inconformidad de la forma que a continuación se enuncia: Realiza un examen detallado de la manera como actualmente se maneja el tema de los contratos de administración, mantenimiento y aprovechamiento económico de las zonas consideradas como espacio público, con la comunidad, en los que el Distrito asume un esfuerzo en la gestión, construcción y dotación de zonas de uso público, mientras los habitantes del sector ejecutan acciones subsidiarias de sostenibilidad de los espacios públicos en beneficio de estas inversiones. Por otra parte, analiza el tema contractual en el sentido de expresar que dentro del contrato No 00088 se contempló la posibilidad de que el barrio Candelaria La Nueva explotara parqueaderos con el fin de organizar su propio presupuesto y cumplir con las obligaciones impuestas en el acuerdo. Sin embargo, la Junta de Acción Comunal decidió formular a la Administración una modificación al contrato principal en la que sustrae la zona verde y comunal No. 14 ubicada entre las calles 62 y 62ª Sur con carreras 35 y 36 (dentro de la que se halla ubicado el parque infantil objeto de controversia) debido a que la administración está a cargo de terceros, y adicionalmente expone que la adecuación de las zonas de uso público debe darse de manera previa al momento de la respectiva entrega o cesión a la comunidad para su administración, es decir, el Distrito debe examinar los espacios antes de entregarlos en manos de las Juntas Comunales, toda vez que para éstas su adecuación implica grandes costos imposibles de arrogarse. Así pues, una vez la comunidad manifiesta la imposibilidad de continuar administrando la zona mencionada, es al Instituto Distrital de Recreación y Deporte al que le corresponde formular un programa de mantenimiento, dotación, administración y preservación de los parques de escala vecinal y de bolsillo, al tenor de lo dispuesto en los Decretos Distritales 619 de 2000 y 469 de 2003, dado que el Departamento Administrativo d la Defensoría del Espacio Público – DADEP, no es un organismo ejecutor, sino que sus funciones se delimitan hasta la entrega de zonas de uso público a través de la celebración de convenios. y la naturaleza jurídica del parque recreativo corresponde a la de un parque de bolsillo y no zonal, ya que su ubicación no corresponde a PZ 51 carrera 22 i No. 62-30 Sur, y el área es de 324.00 M2 y se configura como Zona de Verde Comunal No. 14 ubicado entre calle 62 y 62 A Sur y carreras 35 y 36. En otras palabras, al IDRD le corresponde la elaboración de la obras de infraestructura y mantenimiento de los espacios públicos, en tanto que al DADEP le es asignada la función de sostenibilidad, ejecutable siempre que ya se haya surtido la mencionada etapa. Así pues, la afirmación del Tribunal se desvirtúa por completo toda vez que constituye una falacia que la administración, dotación y conservación del espacio público no se encuentre atribuida a ninguna autoridad. De otra parte, asiente o asegura que es oponible a las pretensiones del actor la excepción consistente en falta de legitimación en la causa por pasiva, como quiera que no existe fundamento legal que justifique la asignación de competencias al DADEP como los de dotación y administración de parques de bolsillo. En este sentido, no es viable endilgar responsabilidad a esta entidad, ya que lo que pretende el demandante es la dotación y el mantenimiento del parque, función claramente establecida en el Acuerdo 343 de 2002 para el Instituto Distrital para la Recreación y Deporte. No sobra señalar que el ejercicio de las funciones está directamente relacionado con la naturaleza y fines de las actuaciones propias del órgano que las ejecuta. Asevera que la sentencia del Tribunal posee una clara inconsistencia, por cuanto atribuye competencias ajenas a las de la Defensoría del Espacio Público, dado que a folio 17 expresa que el DADEP administra los bienes que hacen parte del espacio público, que no estén atribuidos a otra entidad, determinando así la competencia en cabeza de la citada entidad, y unas líneas después, a folio 18, asegura que ésta entidad ejecutó funciones que no le correspondían, adjudicándose de facto la labor encomendada al IDRD. VII.- CONSIDERACIONES El artículo 2º, inciso segundo, de la Ley 472 de 1998, en desarrollo del artículo 88 de la Constitución Política, dispone que las acciones populares se ejercen para evitar el daño contingente, hacer cesar el peligro, la amenaza, la vulneración o agravio sobre los derechos e intereses colectivos, o restituir las cosas a su estado anterior cuando fuere posible; y al tenor del artículo 9º íbidem, esas acciones proceden contra toda acción u omisión de las autoridades públicas o de los particulares, que hayan violado o amenacen violar los derechos e intereses colectivos. De acuerdo con lo anterior, se tiene que los supuestos sustanciales para que proceda la acción popular son las siguientes, a saber: a) una acción u omisión de la parte demandada, b) un daño contingente, peligro, amenaza, vulneración o agravio de derechos e intereses colectivos, peligro o amenaza que no es en modo alguno el que proviene de todo riesgo normal de la actividad humana y, c) relación de causalidad entre la acción u omisión y la señalada afectación de tales derechos e intereses. En el presente caso la vulneración de derechos e intereses colectivos, a juicio del demandante, deviene de la omisión de las autoridades del Distrito Capital respecto de la administración y custodia que sobre el espacio público de la ciudad deben ejercer, toda vez que, en el barrio Candelaria La Nueva Etapa I y II de la Localidad de Ciudad Bolívar, exactamente en el diámetro comprendido entre la calle 62 A Sur con carrera 36 Bis frente a la nomenclatura 62-14 Sur, existe un parque recreativo en el que el rodadero elaborado en lámina, se encuentra hasta la mitad y termina con un filo cortante y oxidado, razón por la que representa un peligro contingente para la vida e integridad personal de la comunidad infantil que lo utiliza. Ante la presente situación fáctica las autoridades distritales no han efectuado ninguna labor tendiente a solucionar el problema pese a los reiterados derechos de petición a los que se hizo alusión en el acápite de los hechos. Una vez se instauró la acción constitucional en comento, la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C., la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar y la Secretaría de Gobierno, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte y el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público se dispusieron a contestar la demanda endilgando responsabilidad una de otra, sin que se procediera a la solución del inconveniente comunal de manera idónea. El problema jurídico de la presente acción se centra en el aspecto de la competencia funcional de las entidades vinculadas en el proceso y de la naturaleza legal del parque recreativo. Con ello se quiere determinar la ocurrencia del primer presupuesto de procedencia de las acciones populares, es decir, la acción u omisión de una entidad pública o privada. De manera consecuente, la Sala se dispone a estudiar el objeto y la calificación jurídica del parque infantil sobre el que versa la controversia, no sin antes precisar los lineamientos que la Administración Distrital tuvo a bien considerar en el Plan de Ordenamiento Territorial, en lo referente a la clasificación de los parques en el Distrito Capital. El artículo 230 del Decreto 619 de 2000 expresa que: “El sistema de Parque Distritales se clasifica así: 1. Parques de escala regional 2. Parques de escala metropolitana 3. Parques de escala zonal 4. Parques vecinales y de bolsillo (...) 3. Parques de Escala Zonal Son áreas libres, con una dimensión variable, destinadas a la satisfacción de necesidades de recreación activa y/o pasiva de un grupo de barrios. 4. Parques de Escala Vecinal Son áreas libres, destinadas a la recreación, la reunión y la integración de la comunidad, que cubren las necesidades de los barrios. Se les denomina genéricamente parques, zonas verdes o cesiones para parques; anteriormente se les denominaba cesiones tipo A. El parque de bolsillo es una modalidad de parque vecinal, que tiene un área inferior a 1000 m2, destinado exclusivamente a la recreación pasiva contemplativa (..) Parágrafo 2: La preservación, manejo, intervención y uso de los parques metropolitanos, urbanos y zonales serán determinados por los planes maestros. El Plan Maestro deberá armonizarse y complementarse con los planes de Manejo Ambiental, en los casos que corresponda”. Como parte del material probatorio que obra dentro del expediente, se encuentra la visita administrativa efectuada por la Oficina de Registro Inmobiliario del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público – DADEP, en la que de manera adicional a las apreciaciones de hecho del parque infantil, se describe el barrio, localidad, dirección de ubicación, destinación, área, entre otros datos. En lo que hace al área del parque recreativo el informe demuestra que se trata de 324.00 m2, es decir, que se identifica con un parque vecinal de bolsillo, como quiera que éste se caracteriza por que su diámetro es de 1000 m2, y a todas luces el del barrio Candelaria La Nueva se encuentra dentro de los lineamientos que exige la normatividad. Una vez superado el tema de la categorización del parque objeto de litigio, entra la Sala a analizar el tema del acuerdo contractual entre la Defensoría del Espacio Público y la Junta de Acción Comunal del Barrio Candelaria La Nueva de la Localidad de Ciudad Bolívar por considerarlo pertinente. En este sentido, el Contrato 00088 de 2 de marzo de 2001 articula la posibilidad de los ciudadanos de esta localidad de administrar, mantener y aprovechar económicamente las zonas de uso público en consonancia con lo dispuesto en la Carta Fundamental sobre democracia participativa. De la cláusula primera se infiere que el parque infantil hace parte del negocio jurídico, precisamente de la zona No. 14 que integra la calle 62 Sur, calle 62 A Sur y carreras 35 y 36 y el parque recreativo se encuentra en la calle 62 A Sur con carrera 36 Bis. Dentro de las obligaciones del contratista –Junta de Acción Comunal- (folio 183), se encuentra la de efectuar las actividades de administración, mantenimiento y aprovechamiento económico de las zonas de uso público entregadas por la Administración5, efectuar las reparaciones de daños sufridos6, entre otras, de las que, en principio, se deduce que en cabeza de ésta Junta radica la obligación de adecuar el rodadero o reemplazarlo por uno apropiado para el uso de los menores ya que éste se encuentra dentro del objeto contractual, como ya se ha explicado. No obstante, según lo informa la Defensoría del Espacio Público a folio 470 en el escrito de impugnación, la Junta de Acción Comunal en el primer semestre de 2003 presentó una reformulación del Contrato, el cual se halla en trámite de perfeccionamiento, en el que solicitan la sustracción de la Zona Verde Comunal No. 14, lugar donde se localiza el parque objeto de controversia. La razón expuesta en la solicitud corresponde a que el mantenimiento de ésta zona se atribuyó a terceros, y aunado a ello, no cuentan con los recursos necesarios para resolver el problema, por lo que recomienda a las entidades administradoras del espacio público que antes de entregar las zonas de cesión se cerciore del estado en que se encuentran, para que consecuentemente los contratistas puedan adecuar los costos de inversión de cada zona. Así las cosas, resulta evidente que la Junta de Acción Comunal del Barrio Candelaria La Nueva está exonerada de toda responsabilidad frente a la restauración del parque infantil, toda vez que con antelación a haberse incoado la presente demanda, tal corporación había declarado la incapacidad económica de seguirla administrando. Ahora, no es dable apuntalar responsabilidad alguna a la Junta, en el sentido de manifestar que pese a la solicitud, ésta no se ha perfeccionado y por contera aún persiste culpabilidad en ella. Esto en virtud de que el perfeccionamiento no depende de la labor que 5 6 Cláusula Quinta, literal d). Cláusula Quinta , literal h) despliegue el solicitante sino de las instituciones encargadas de adelantar el trámite respectivo, por lo tanto no es procedente atribuir responsabilidad a una entidad que no tiene competencia para ello. En concordancia con lo anterior, la Sala entrará a estudiar la competencia funcional de las instituciones vinculadas al proceso, con el fin de establecer de manera definitiva el titular de la obligación de proteger los derechos e intereses colectivos que de entrada considera la Sala vulnerados, toda vez que es evidente y palpable la existencia de peligro o riesgo para la comunidad infantil que visita el parque, ante la probabilidad de lesiones en la integridad y salud de los menores: Desechada la eventual responsabilidad que podría tener la Junta de Acción Comunal del barrio Candelaria La Nueva de la Localidad de Ciudad Bolívar, la Sala considera pertinente y conducente estudiar la actuación de la Alcaldía Mayor de Bogotá para aclarar que sobre ella no pesa argumento de culpabilidad. El Alcalde Mayor de Bogotá se encuentra facultado para distribuir los negocios según su naturaleza entre las secretarias, los departamentos administrativos y las entidades descentralizadas al tenor de lo dispuesto en el artículo 55 del Decreto 1421 de 1993 y del artículo 38 numeral 6 del mismo, con el propósito de asegurar la vigencia de los principios de eficacia, economía y celeridad administrativas. Este artículo en el numeral 16 determina que una de las atribuciones del Alcalde Mayor es velar porque se respete el espacio público y su destinación al uso común. Luego, al momento de realizar tal distribución de funciones a través de decretos, el Alcalde adjudica la competencia a uno o más organismos de la Administración Distrital, verbigracia, la administración del espacio público, que por mandato del artículo tercero del Decreto 343 de 2002 y del artículo 5º del Decreto 463 del 22 de diciembre de 2003 se encuentra a cargo del Instituto de Desarrollo Urbano, del Instituto Distrital de Recreación y Deporte y del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, entre otros. En consecuencia, es precisamente a estas entidades a las que les corresponde adelantar las gestiones necesarias para la protección del Espacio Público, quedando la Alcaldía Mayor exonerada en tal sentido. Despejado así el tema de las entidades a las que el ordenamiento jurídico le otorga competencia para conocer del presente asunto, la Sala pasa a efectuar el análisis de las funciones que le fueron conferidas al Instituto Distrital de Recreación y Deporte – IDRD, y al Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público: Al echar un vistazo a todo el compendio jurídico de Espacio Público, encuentra la Sala que en reiteradas ocasiones la Alcaldía Mayor de Bogotá y el Concejo Distrital se refieren a la capacidad que las entidades del mismo nivel tienen para “administrar “ el espacio público. Pues bien, es menester relacionar las nociones o concepciones de la expresión, para de esta manera despejar las dudas e inquietudes -que redundan en un conflicto jurídico-, que sobre este aspecto se han circunscrito. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define “administrar” como “1. Gobernar, ejercer autoridad y mando sobre un territorio y sobre las personas que lo habitan. 2. Dirigir una institución. distribuir alguna cosa. 5. Suministrar, proporcionar o 8. Graduar o dosificar el uso de alguna cosa, para obtener mayor rendimiento de ella o para que produzca mayor efecto”7. Mientras que el Decreto 343 de 2002 artículo 3º, contiene un concepto de la expresión mucho más amplio y abstracto que comprende “la facultad de expedir actos o suscribir contratos que tengan como fin organizar, promocionar, defender, utilizar, regular, conservar, rehabilitar, amoblar, dotar, reivindicar, restituir, recuperar, mantener y aprovechar económicamente el espacio público” . Siendo ésta una noción correspondiente a una interpretación normativa del concepto administrar no existe obstáculo para que el juez se acoja a ella. 7 Diccionario de la Real Academia de la Lengua, página 31. En concordancia con lo anterior, una vez se revisa desprevenidamente el ordenamiento jurídico vigente relacionado con la protección del espacio público y las entidades que lo regentan y protegen, encontramos que tal función es predicable tanto del Instituto de Recreación y Deporte como del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público; por ejemplo el artículo 4º del citado Decreto asigna al IDRD la facultad de administrar los parques, y a renglón seguido al DADEP también le otorga la competencia para administrar las zonas de cesión. Entendiendo la potestad de administrar como la define el Decreto 343 de 2002, estas dos entidades comparten la función de dotar, conservar y mantener en buen estado al parque infantil del Barrio Candelaria La nueva Etapa I y II del rodadero que hace parte del mismo. En efecto, en cumplimiento de lo prescrito en al artículo 9º de la Ley 472 de 1998 y encaminados a dirimir la presunta omisión de parte de las autoridades públicas, la Sala se dispone a examinar la eventual responsabilidad de los entes a los que le fue delegada la función de proteger el espacio público: El Acuerdo número 4 de 1978 define las funciones del Instituto Distrital Recreación y Deporte y en el artículo 2º numeral 1º establece que deberá “formular políticas para el desarrollo masivo del Deporte y la Recreación del Distrito”, y en el mismo artículo numeral 4º expresa que está obligado a “Promover las actividades de recreación en los parques de propiedad distrital, conservar y dotar las unidades deportivas y procurar el establecimiento de nuevas fuentes de recreación”. (negrilla fuera de texto) De igual manera, el Decreto 619 del 28 de julio de 2000, artículo 267 defiere al IDRD la potestad de “elaborar un programa de mantenimiento, dotación, administración y preservación para los parques metropolitanos y zonales”, así como la de “formular un programa para el mantenimiento, dotación, administración y preservación de los parques vecinales, de bolsillo y sus espacios públicos peatonales...” ( negrilla fuera de texto) Por su parte, el Decreto 343 de 2002 artículo 4º delega en cabeza de éste Instituto la función de “Mantener, dotar, administrar, arborizar y conservar los parques públicos de escala metropolitana, urbana y zonal y llevar su inventario”, así como la de formular un programa para el mantenimiento, dotación, administración y preservación de los parques vecinales, de bolsillo y sus espacios públicos peatonales; y formular los planes maestros correspondientes a los parques metropolitanos. A su vez, es responsable de la aprobación de proyectos que presente la asociación u organización cívica, comunitaria, benéfica o de utilidad común con el objeto de obtener la administración, mantenimiento y aprovechamiento económico de los parques vecinales y de bolsillo, cedidos por el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público por medio de la suscripción de un contrato, siempre que se garantice el derecho al uso común, a la movilidad y al libre acceso de las personas. Todo lo anterior al tenor de lo dispuesto en el Decreto 145 de 13 de mayo de 2005, artículo 20, parágrafos 1 y 2. El Decreto 190 de 2004 por el cual se revisa el Decreto 619 de 2000, en su artículo 277 le reitera la competencia al IDRD para expedir el programa de mantenimiento, dotación, administración y preservación de los parques vecinales y de bolsillo, y le otorga un término de 2 años contados a partir de la entrada en vigencia de la presente revisión –Decreto 190 de 2004- para su expedición. En efecto, la entidad se encuentra aún dentro del término legal para cumplir con la obligación de reglamentar la construcción, permanencia y mantenimiento de los componentes del parque, por lo que su competencia para responder por el mantenimiento del parque ubicado en el barrio Candelaria La Nueva de la Localidad de Ciudad Bolívar en lo que hace a la formulación del plan al que se ha hecho alusión, será exigible a partir del segundo semestre del año 2006. La Sala precisa el contenido de las potestades del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público –DADEP, con el fin de entrar a estudiar su competencia frente al caso que se acusa, y para ello parte del Acuerdo No. 18 de 1999 por el cual se crea este departamento, en el que su artículo 3º dispone que “sin perjuicio de las atribuciones de otras autoridades” le es atribuida la vigilancia, defensa, inspección, regulación y control del espacio público del Distrito Capital, dado que debe administrar los bienes que hacen parte de éste, formular políticas concernientes a las actividades aludidas; mantener, administrar y aprovechar las zonas de cesión con la facultad de recibir y entregar materialmente dichas zonas a particulares mediante la celebración de contratos, etc. El artículo 6º íbidem dispone que ésta institución deberá ejercer la administración directa o indirecta de todos los bienes inmuebles de la Administración Distrital. El Decreto 343 de 2002, indica que una de las entidades encargadas de administrar el espacio público es el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público –DADEP-, y en su artículo 4º le encargó “Administrar los bienes que hacen parte del espacio público del Distrito Capital, que no estén atribuidos a otra entidad estatal”. Igualmente el Decreto 463 del 22 de diciembre de 2003 en su artículo 5º, el Decreto 190 de 2004 artículo 278, el Decreto 145 de 2003, el Decreto 215 del 7 de julio de 2005 otorgan competencia a esta entidad para conocer del presente asunto por cuanto se predica de ella la facultad de administrar el espacio público, así como otras a las que se hará alusión más adelante. Ahora bien, en lo relacionado con la facultad de cesión del espacio público de la administración a los particulares, el Decreto 18 de 1999 artículo 5º literal d) le entrega al DADEP la función de “Mantener, administrar y aprovechar las zonas de cesión con la facultad de recibir y entregar materialmente dichas zonas a nombre del Distrito Capital mediante la suscripción de contratos...”. De manera análoga el Decreto 343 de 2002 en el artículo 4º establece que deberá mantener, administrar y aprovechar las zonas de cesión. Normativas éstas de carácter general o abstracto que posteriormente se reglamentaron a fin de especificar en cabeza de las entidades del Distrito, la capacidad y funciones a ejecutar en lo relativo al espacio público y su administración. El Decreto 463 de 2003 artículo 6º preceptúa que el DADEP establecerá el inventario de las zonas de cesión que pueden ser administradas por los particulares mediante contrato, y a su vez, en el artículo 10º autoriza para que los parques vecinales y de bolsillo sean susceptibles de aprovechamiento económico. Igualmente, permite que otorgue licencias para la administración, mantenimiento y aprovechamiento económico de los parques de escala vecinal y de bolsillo, para ello prescribe que se deberá practicar una visita técnica con el fin de que se verifique la factibilidad técnica, ambiental y el impacto urbano. En este orden de ideas y pese a las razones de derecho expuestas por el Tribunal para atribuir responsabilidad al DADEP, encuentra la Sala que la Facultad de celebrar el contrato No. 0088 con la Junta de Acción Comunal de la Localidad de Ciudad Bolívar no deviene de una competencia que de facto o de hecho se haya atribuido la entidad, sino de los lineamientos de orden jurídico debidamente analizados anteriormente, es decir, que la atribución de ceder zonas de uso público debidamente calificadas como tales, es otorgada por la ley –entiéndase ley en sentido material-, especialmente por el Decreto 415 de 2002. Si bien es cierto, desde 1999 con el Decreto 18 la Defensoría del Espacio Público ya poseía la potestad y deber de celebrar contratos de cesión con particulares, también lo es que el argumento que brinda validez a tal postulado es la promulgación de los Decretos 739 de 1998, 518 de 1999 y Decreto 13 de 27 de noviembre de 2000, los que defieren a la comunidad la capacidad para colaborar con el Estado en la tutela, mantenimiento y aprovechamiento de un espacio perteneciente a todos. Para llevar a efecto tal meta, el Distrito creyó conveniente crear los encuentros ciudadanos (art. 6, Decreto 739/99), para involucrar a la sociedad en la elaboración de un plan de desarrollo por localidades. De esta manera, la determinación de las necesidades y su satisfacción se efectivizaría a corto plazo. Con todo, la Sala considera que es menester aclarar que corresponde al Instituto Distrital de Recreación y Deporte la formulación del plan, del que no se le puede endilgar responsabilidad por su no elaboración por cuanto no se ha cumplido el término perentorio para ello. Así pues, entra a conocer del mantenimiento y dotación del parque infantil el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público - DADEP, toda vez que con base en los antecedentes normativos estudiados, resulta de su competencia la administración de los parques de bolsillo, administración que no ha sido atribuida a otra entidad, al tenor de lo dispuesto en el Decreto 343 de 2002, y por ende, al ser reglado su actuar en lo relativo con el uso del espacio público y su respectiva cesión, es responsabilidad de ésta entidad la protección de los derechos colectivos presentados como lesionados en la demanda. Aunado a ello, se vislumbra un incumplimiento del contrato No. 00088, como quiera que en la cláusula cuarta del contrato literal e) se contempla que la Administración deberá recepcionar las quejas sobre anomalías presentadas en las zonas de uso público, y en consecuencia deberá adoptar los correctivos del caso siempre que sean de su competencia, ya que en caso contrario, la Defensoría se obliga a gestionar las soluciones ante las autoridades correspondientes, y dentro del acervo probatorio no se evidencia que el DADEP haya gestionado solución alguna, ni directa ni indirectamente. Ahora bien, una vez despejada la duda sobre la responsabilidad del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público en el caso sub iudice, entra la Sala a estudiar el tema de la relación de causalidad entre la acción del ente público y la existencia del riesgo o peligro que vulnera derechos o intereses colectivos. En efecto, si la Defensoría del Espacio Público hubiese actuado conforme a los preceptos jurídicos o normas y sujetándose al contenido del contrato No. 00088, la comunidad que habita y disfruta del parque ubicado frente a la nomenclatura 62-14 Sur, en la Calle 62 A Sur Carrera 36 Bis en el Barrio Candelaria LA Nueva de la Localidad de Ciudad Bolívar, se encontraría satisfecha sin necesidad de acudir a la jurisdicción para soslayar el inconveniente de las averías de los instrumentos de recreación que integran el mismo, y por contera sin inquietudes ni incertidumbre a cerca de la integridad y salud de los menores que lo visitan. Es totalmente independiente la actuación del Instituto Distrital de Recreación y Deporte, toda vez que el hecho de la falta de formulación de un programa para el mantenimiento, administración y aprovechamiento económico no implica que el DADEP se abstenga de cumplir las funciones conferidas por los Decretos en lo que hace al mantenimiento de dotación y administración de los parques de bolsillo al tenor de lo dispuesto en el artículo 4º del Decreto 343 de 2002, porque a más de lo antedicho, al IDRD le corresponde la “formulación del programa para administrar” mientras que al DADEP le corresponde “administrar” y ya en líneas anteriores se explicó lo que por interpretación comprende tal concepto, ejemplo, dotar, mantener, conservar, etc. En gracia de discusión, no puede ni el legislador ni el Concejo Distrital de Bogotá, ni el Alcalde Mayor de la misma ciudad dejar a la población a la deriva en lo que hace a la administración del espacio público en el interregno comprendido entre el mandato de expedir un plan maestro para los parques de bolsillo y el momento en que en efecto se surta, ya que con tal aplicación en últimas se perjudicaría a la comunidad que acude a la Administración en uso de la democracia participativa para buscar una solución expedita a un inconveniente, encontrando que los mecanismos que le ofrece el legislador no satisfacen sus necesidades y por lo tanto aquel discurso garantístico del que habla la Constitución se convertiría en una utopía. En virtud de lo expuesto, el Consejo de Estado en Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, FALLA CONFÍRMASE los numerales 1º, 3º, y 4º de la providencia apelada. REVÓCASE parcialmente el numeral 2 y 5 de la sentencia apelada y en su lugar DECLÁRASE al Departamento Administrativo del Espacio Público como único ente responsable de la vulneración de los derechos e intereses colectivos relacionados con la seguridad y salubridad públicas, el goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público, la defensa del patrimonio público, el derecho a la seguridad y prevención de desastres previsibles técnicamente y la realización de las construcciones, edificaciones y desarrollos urbanos respetando las disposiciones jurídicas, de manera ordenada, y dando prevalencia al derecho a la calidad de vida de los habitantes. ORDÉNASE al Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público que dentro de un plazo no mayor a dos meses a partir de la ejecutoria de esta providencia ejecute las labores correspondientes a la adecuación del parque infantil ubicado en el Barrio Candelaria, 2ª etapa, en la calle 62 A sur, carrera 36 bis, frente a la nomenclatura 62-14 sur de la localidad de Ciudad Bolívar de Bogotá D.C., si para ese momento cuentan con la respectiva disponibilidad presupuestal de recursos; en caso contrario, deberán, dentro de ese mismo término, realizar todas las gestiones administrativas necesarias dirigidas a la consecución de los recursos requeridos para tal fin y, en todo caso, ejecutar las obras que se proyecten, en un plazo no superior a seis (6) meses. Reconócese a favor del demandante el incentivo económico a que se refiere el artículo 39 de la ley 472 de 1998, en el equivalente a diez (10) salarios mínimos legales mensuales vigentes, a cargo del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público de Bogotá D.C. En firme esta providencia, devuélvase el expediente al Tribunal de origen. Cópiese, notifíquese y cúmplase. La anterior providencia fue leída, discutida y aprobada por la Sala en su sesión celebrada el día 29 de septiembre de 2005. RAFAEL E. OSTAU DE LAFONT PIANETA CAMILO ARCINIEGAS ANDRADE Presidente GABRIEL E. MENDOZA MARTELO LASSO MARIA CLAUDIA ROJAS