Estudio plástico de la obra medallística de Pisanello

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IGNACIO ASENJO FERNÁNDEZ
Estudio plástico de la obra medallística de Pisanello
Pisanello nació hacia el año 1397, fue pues contemporáneo de Brunelleschi, Ghiberti, Donatello o Fra
Angelico, aquellos próceres del arte italiano. Por su
nacimiento y sus circunstancias, Pisanello se encontraba en un círculo de artistas que se jactaban de universales: pintores, escultores, arquitectos y matemáticos al mismo tiempo.
Recordemos que la mejor pintura del siglo XV fue
hecha sobre la base de un encargo, en la que el cliente
solicitaba una manufactura hecha de acuerdo con sus
especificaciones, pero el tema es ampliable también, sin
duda, al nuestro de las medallas. Naturalmente, los
motivos del encargo eran de índole distinta en cada
caso concreto, pero lo que sí está claro es que los clientes querían tener la satisfacción de poseer algo bueno y,
además, servir de conmemoración de sí mismos.
En este período, al visualizar cualquier obra de arte,
bien un cuadro, una escultura, etc., se aplicaba una
serie de categorías para definir la calidad de dicha
obra: naturaleza, diseño, composición, escorzo, perspectiva, relieve,
gracia, afectación, devoción, etcétera Cada artista poseía una
o varias de esas cualidades y, en ese sentido, era catalogado como representativo de ellas y, de igual modo,
valorado o rechazado por las mismas. Así, en 1442,
Angelo Galli, poeta de Urbino, escribió un poema1 al
pintor Pisanello con una lista de sus cualidades:
Arte, misura, aere y dominio del dibujo.
Maniera, perspectiva y una cualidad natural.
Dios le dio milagrosamente esos dones.
Al hablar de la gente del Quattrocento y de los conocimientos que poseían de las obras artísticas que aparecían frente a sus ojos, hay que referirse a los clientes
en concreto, es decir, una parte proporcionalmente
escasa de la población: hombres de comercio, profesionales, príncipes, reyes, mecenas. La gente baja del
pueblo (aldeanos y campesinos) juegan un papel
sumamente escaso o incluso nulo, debido a su ínfimo
nivel cultural. Para comprender, en parte, la mentali-
dad de aquellos hombres del siglo XV, hay que recordar que la educación que recibían desde jóvenes tenía
un amplio sentido práctico-matemático y de cálculo
mental, que aprendían y tenían que usar a diario en su
entorno habitual, lo cual está sumamente relacionado
con el tipo de arte realizado en aquel entonces. La
relación entre cálculo y arte es muy veraz. Muchos de
los artistas pasaron por esa enseñanza de tipo secundario y conocían y usaban la geometría y la matemática comercial. Por su parte, el espectador culto miraba
las obras de arte con las mismas aptitudes geométricas
que los artistas y estaban capacitados para formular
sus propias apreciaciones (no olvidemos que, por
ejemplo, el príncipe Lionello d’Este tenía un cierto
dominio en las matemáticas, o que Ludovico Gonzaga
de Mantua tenía una alta preparación en la misma
materia). La educación del Quattrocento daba un gran
valor a las habilidades matemáticas, al cálculo y a la
regla de tres. Como tenían práctica en manejar proporciones y analizar el volumen o la superposición de
cuerpos compuestos, eran sensibles a los cuadros o a
los elementos artísticos que contuvieran procesos
similares.
Si componer es organizar un espacio, los elementos
que entran a formar parte de la composición se activan
al relacionarse los unos con los otros. Cada uno de
ellos tiene valor de significación en sí mismo. Los valores son relativos modificándose éstos dependiendo del
contexto plástico en que estén inmersos. Refiriéndonos
a nuestro artista y observando, por ejemplo, las medallas de Giovanni VIII Paleólogo, Filippo Maria
Visconti, Gianfrancesco I Gonzaga o la de Don Inigo
d’Avalos, la forma de ver sus sombreros pueden ser
comprendidas por medio de cilindros, elipses, semiesferas o conos truncados simulando dichos sombreros,
o por el contrario, elegantes formas diseñadas fruto de
esa época. En Italia, en ese período, hombres y mujeres extienden al traje y la indumentaria en general un
1. Cit. por Baxandall, M., Pintura y vida cotidiana en el Renacimiento,
Barcelona, 1981, p. 103.
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IGNACIO ASENJO FERNÁNDEZ
espíritu nuevo en la búsqueda personal de formas,
colores y gusto por la elegancia; igualmente, es modificada la indumentaria militar.
En las medallas de Pisanello quedan dibujadas líneas
que definen formas y, en su posición en el espacio, por
medio del registro preciso de los bordes en su conjunto y sus partes, se presentan ante el espectador.
Éstas contienen tal precisión en los contornos que
hace que el espectador aporte mentalmente el relieve
de sus superficies. La línea llevada a la superficie da origen
al diseño. La superficie llevada al espacio da origen al volumen.
El volumen, una vez organizado, pasa a ser estructura y la
estructura cuando meramente se representa en la superficie se convierte en descripción. Ahora bien: cuando una estructura (de dos
o tres dimensiones) se organiza en función expresiva se produce el
arte, o bien el fenómeno estético2.
Las composiciones de sus medallas son de un resultado plástico simple, debido a las interrelaciones plásticas
de los elementos que las componen. No es una simple
suma de elementos. Éstos están articulados entre sí y
crean interrelaciones en donde un solo elemento depende del resto e igualmente el resto depende de éste, y así
de manera recíproca. El efecto es de totalidad y la
impresión de unidad. La emoción que experimentamos
ante una obra de Pisanello es de un orden complejo. No
debemos buscar el por qué estas medallas son obras
maestras, y señalar en ellas, separadas, sus excelentes
cualidades. Lo mejor de las grandes obras siempre escapa al análisis. En las obras maestras, como en cualquier espectáculo de la naturaleza que nos impresione, hay un sin fin de causas
que convergen y se funden en la unidad. Y percibir este punto de
fusión y esta unidad es lo importante3. Para conseguirlo debemos apoyarnos en la intuición. El conocimiento de la
manifestación del arte, en general, es complejo y arriesgada su definición. Sin embargo, su eficacia es cuestión de
dosis, es decir, también de proporción. [...] En el arte –y fuera de
él habrá que añadir– el gran secreto de las cosas radica en la proporción. Decir proporción es decir cantidad y por lo tanto número,
lo que equivale a decir abstracción. Así pues, si algo tiene de abstracto esta modalidad expresiva es eso, su raíz matemática. Por lo
demás se trata de la forma más concreta de expresión plástica, ya
que se funda en principios que no pueden rebasar de sí mismos, que
no pueden invadir campos ajenos al espacio. Que, a pesar de que
consideremos el arte como un fenómeno de la intuición y no de la
razón, ni debemos ni podemos excluir ésta de nuestras actuaciones
hasta el punto de que es precisamente ella, la razón, la que debe confirmar nuestras expansiones intuitivas, al igual que un anverso
coincide con el reverso y lo justifica.4 Pisanello, como artista al
idear sus medallas, primeramente ha establecido un pre-
ciso planteamiento: ha“geometrizado”. Indudablemente,
durante la ejecución de las mismas, a veces, se ha podido desviar ligeramente de ese primer paso, y estas fluctuaciones que descubren la mano del hombre y del
artista dan precisamente a sus obras el encanto de las
que una ejecución más rigurosa o mecánica carecería. El
impulso que sale de nuestro artista obedece en mayor o
menor medida a un plan que, inconsciente o conscientemente, ha poseído, plan cuyas líneas definidoras provienen de la imagen interior que surge como reacción
ante las imágenes exteriores. La forma, es decir, las
modulaciones de la superficie material en sus medallas,
se hallan regidas por un principio imaginario interno o
base geométrica interior, cuyos elementos son el punto,
y como derivación de él el eje y el plano. Con ellos se
relaciona directamente el volumen, y son estos elementos los que constituyen lo que podríamos denominar el
esqueleto de la forma y, más en concreto, el de sus
medallas. Pisanello no ha prescindido de ellos en el
curso de toda la formación de sus medallas, porque en
ellos radica el principio emotivo de todo su volumen, es
decir, la proporción, y porque en ellos estriba el sentido
orgánico de toda configuración corpórea. Se han establecido unas líneas imaginarias que las parcelan y señalan: meridianos, diagonales, ecuador, etc., equivaliendo
esas líneas a determinadas rayas que se hacen o que se
piensan al tantear cualquier diseño. Líneas que son las de
aquello que se siente y no las de aquello que se ve. Trazos convencionales, comúnmente preliminares. Trazos divididores, indicadores;
o que registran algo que es guía y esclarecimiento, o bien son pauta
en la que se simplifica la complejidad adjetiva de la forma. Unas
veces son marcas, que nacidas del análisis conducen a la síntesis, y
otras son líneas que quedan reflejando una actitud analítica o que
se producen como síntesis desde un principio. Por medio de ellas, un
punto puede representar, provisional o definitivamente un codo, una
recta, los dos ojos, etc.[...].5 Este género de representación
esquemática, presente en sus medallas, tiene el brote
espontáneo de lo que se siente, no señalándose apenas
y, a veces, no dejando rastro. Estas son líneas que obran
en el pensamiento nada más. Sin que las percibamos y
sin llegar a exteriorizarse pasan por nuestra imaginación súbitamente. Es el sistema geométrico-ordenador que encauza el diseño; merced al cual, sin sospe2. Tomado de La Escultura, Dibujo en el Espacio, Segunda Conferencia
(inédita) pronunciada por Ángel Ferrant en el Instituto Cardenal
Cisneros, de Madrid, el 8 de Julio de 1936, para el Curso Breve de
Selección del Profesorado de Dibujo. Archivo Museo Patio
Herreriano de Valladolid (F. F. - PED 7 - 971).
3. Ibíd.
4. Ibíd.
5. Ibíd.
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ESTUDIO PLÁSTICO DE LA OBRA MEDALLÍSTICA DE PISANELLO
charlo siquiera, acaso hubimos de, emparejar o comparar un sombrero con un cono, o una cabeza con un
esferoide. Sus trazados no son de mera reflexión o
análisis sin la anterior experimentación de una mínima
emoción suscitada por lo analizado, siendo este modo
de trazar pura y simplemente racional, tratándose de
un porque sí arbitrario, de orientación errónea o de un
grafismo lineal a secas. En cambio, Pisanello nos aporta un tipo de trazos que se refiere a cuando el análisis
que del modelo o de la imagen perseguida se hace, no ha perdido
su nexo con la suscitación emocional que fue punto de partida e
incentivo6. Estas líneas cobran valor en sí mismas, satisfaciéndonos una apetencia y revelándonos un esplendor. Es aquí
donde se combinan los trazos preliminares, los geométricos con los no geométricos y los intuidos con los
estudiados, sin que puedan separarse ya, formando un
todo, en donde cualquier indicio geométrico, tomado
como base, surge de un deseo de representación plástica; [...] el raciocinio es importante para que lleguemos a explicarnos en todo su alcance las líneas y las figuras como organizaciones no geométricas [...] pero es la intuición, como verdadero
timón del artista, la facultad que nos lleva a penetrar en el sentido o en el significado de su organización no geométrica sin necesidad de explicaciones. Se trata de algo que comprendemos sin explicárnoslo7.
Si se compara un triángulo a una cabeza humana,
tenemos que las partes que constituyen aquél y su
organización son unas líneas cuya composición denominamos triángulo. Y que la reunión y organización
de las facciones, rasgos y cráneo de la segunda producen otra composición llamada cabeza. Hay, pues, cosas
que se componen, como el ejemplo de la cabeza o de
una figura humana, y cosas que las componemos,
como son las representaciones que Pisanello hace en
sus medallas; pero éste no copia al personaje a retratar, en el sentido de reproducir, sino que lo compone
inconscientemente, sorprendido por algo del modelo,
algo no reconocido en la persona pero sí en su modo
de verla. [...] De lo dicho se deduce que la acción de componer
lleva consigo, cuando para ello se toman como elementos las formas del mundo material de los objetos, una fatal transfiguración
que surge seguramente impregnada de un principio matemático,
bien conocido, como cuando se descubre la sección de oro, o bien
oculto, como cuando se experimenta una impresión conmovedora
al tiempo de contemplar una verdad inexplicable8.
Podemos observar en las medallas de Pisanello que,
dentro de la forma circular que poseen, cada una de
ellas contiene unos rasgos estructurales que pueden
ser reducidos a formas geométricas sencillas como
puedan ser triángulos (considerados expresión de
eterna armonía), rectángulos, trapecios, círculos, polígonos regulares e irregulares, etc. Dicha distribución
de formas articula los elementos inmersos en cada
medalla obteniendo así los rasgos compositivos más
importantes de éstas. Es un proceso de síntesis, en
donde las formas representadas en las medallas de
Pisanello se pueden reducir a elementos muy sencillos.
Es probable que ese sentido práctico y matemático,
que poseía y aprehendía la gente del siglo XV, así
como la relación entre cálculo y arte, suscitara a nuestro artista para concebir sus medallas con estos rasgos
compositivos y estructurales.
Refiriéndonos a las medallas de Pisanello, y dejando a
un lado el sentido descriptivo de las mismas, podemos
estudiar su significación plástica y la utilización de
una serie de elementos plásticos específicos y su
representación9. En la representación interactúan un
esquema perceptivo, equivalente de la realidad, y un
esquema de representación, o réplica plástica de lo
percibido. Básicamente podemos hablar de dos tipos
de elementos para formalizar el estudio de las medallas de Pisanello (así como para cualquier imagen), y
son los materiales y los formales –o de significación plástica–; También podemos distinguir entre elementos
morfológicos, dinámicos y escalares.
Dentro de los morfológicos, que son los poseedores
de una naturaleza espacial, podemos destacar que
algunos de ellos asimilan otros más sencillos y, por
otro lado, cada elemento no puede aislarse del resto
sin que éste pierda su significación dentro de su contexto específico. Sin embargo, un elemento icónico
simple como es el Punto posee unas características
formales muy específicas dentro de algunas medallas
de Pisanello; por ejemplo, en la de Sigismondo
Pandolfo Malatesta, en cuyo reverso el príncipe aparece a caballo, la materialidad del Punto se hace visible
en el detalle representado por unas rocas sobre el
suelo, quedando éstas convertidas en signos puntuales. También en el reverso de la medalla de Lionello
d’Este, en el que están representados un león y un
niño, se muestra el ejemplo de representación del
Punto de manera similar, aunque la agrupación de los
mismos los hace funcionar como elemento “Forma”.
6.
7.
8.
9.
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Ibíd.
Ibíd.
Ibíd.
Villafañe, J., Introducción a la teoría de imagen, Madrid, 1987, p. 94.
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Otro ejemplo de Punto lo encontramos en el reverso
de la medalla de Vittorino da Feltre, en donde el ojo
del pelícano se constituye como Punto central-estabilizador de la composición. Igualmente vemos que en el
anverso de la medalla de Cecilia Gonzaga los Puntos
constituyen un aspecto peculiar en la superficie de la
misma, pero ello es debido a la calidad característica
propia del granulado de la fundición a la arena, a la
hora de haber sido reproducida la medalla en metal.
La Línea, como elemento plástico, también aparece en
sus medallas a modo de significación plástica no solamente como vector direccional para aportar dinamicidad a las composiciones, sino también como elemento
básico del dibujo para dar volumen a las formas representadas en sus medallas. Es muy considerable el valor
que adquiere en las mismas los contornos –y de manera muy activa en los perfiles representados en los anversos–; sobre todo se hace más activo al superponerse
éstos sobre la propia superficie de las medallas, como se
puede apreciar en el ejemplo del perfil representado en
el anverso de la medalla de Cecilia Gonzaga –o en cualquier otro ejemplo de anverso–. Este hecho produce
valores intensivos y cualitativos en las mismas, y las
porciones de superficie encerradas por los contornos se
activan en mayor medida que el resto10. La actividad
plástica de la Línea en las medallas de Pisanello es muy
amplia; en unos casos surge, por ejemplo, debido al
encuentro de Planos; aparece también representada en
objetos construidos exclusivamente por Líneas, como
en el detalle del traje del anverso de una de las medallas
de Lionello d’Este; o a modo de entramado, debido al
cruce de Líneas para dar solución plástica, en las cestas
que se representan en uno de los reversos de las medallas de Lionello d’Este. Ejemplo de Línea, como elemento de construcción ornamental, queda reflejada en
la vestimenta que porta el caballo representado en el
reverso de la medalla de Sigismondo Pandolfo
Malatesta; seguramente, y dado el detalle de su ejecución, éstos se hicieron no directamente modelados en
cera en el modelo original sino que fueron retallados
posteriormente en el molde en negativo y luego,
mediante un nuevo “apretón” con cera, fuera obtenido
el resultado que apreciamos.
El elemento morfológico Plano, en las medallas de
Pisanello, aparece no sólo como soporte físico de la
imagen sino también como elemento limitado por
Líneas u otros Planos. Las diferentes articulaciones y
superposiciones de Planos que se aprecian en las
medallas de Pisanello sugieren la tercera dimensión
juntamente con los contornos de las formas que los
definen; todo ello queda ligado a otros atributos
como es, por ejemplo, la Superficie o la Textura. El
aspecto superficial en las medallas de Pisanello, en
algunos casos y como se ha dicho, es resultante de lo
obtenido tras el tipo de fundición de la pieza. Ésta
será de mayor o menor calidad y así quedará impreso
en la cualidad superficial que aporte su apariencia.
Pero distinto es el tratamiento que se de al material
para obtener un determinado aspecto superficial, y
esto último lo decreta el artista. Los distintos valores
texturales que Pisanello aporta en sus medallas sensibilizan y caracterizan materialmente las superficies de
las imágenes. Cohabitan en sus medallas unas cualidades ópticas y táctiles, y las dimensiones que adquieren
las texturas son de carácter perceptivo y plástico. Así
la Textura juntamente con la Luz son los elementos
necesarios para percibir las formas representadas. Los
ejemplos de Texturas y calidades plásticas diversas son
numerosos en las medallas de Pisanello. Así, en el
reverso de la medalla de Lionello d’Este, donde aparece una cabeza de frente con tres caras de niño, apreciamos que la suavidad del modelado queda patente en
su tratamiento de superficie, lo cual contrasta, en
cambio, con las diferentes calidades de modelado que
Pisanello aporta al interpretar plásticamente los cabellos de los personajes de las medallas de Sigismondo
Pandolfo Malatesta, Lionello d’Este o Alfonso V de
Aragón. La concepción de todos ellos es diferente y su
riqueza plástica de indudable valor.
El estudio del Color, como elemento morfológico, en
sus medallas no es de gran importancia ya que el fin
de éste en las mismas queda relegado a la pátina superficial que se aplica a éstas sobre la reproducción en
metal. Las calidades cromáticas de las pátinas son
fruto del azar, del tiempo o han sido intencionadas
para dar un aspecto más grato y un “mejor acabado” a
cada una de las piezas, pero en ningún caso, el color es
parte integrante en la composición de las medallas de
Pisanello como pudiera ser elemento imprescindible
en una pintura o un fresco.
Por su parte, la naturaleza dinámica de sus medallas,
unida y articulada con la estructura espacial de sus elementos morfológicos, produce la significación de las
mismas. Una variable dinámica en cualquier imagen es
10. Villafañe define estas porciones como zonas endotópicas. Op. cit.,
p. 180.
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ESTUDIO PLÁSTICO DE LA OBRA MEDALLÍSTICA DE PISANELLO
la Tensión. Ésta es producida por los elementos plásticos inmersos en la composición. Así, se produce, por
ejemplo, una mayor Tensión en el reverso de la medalla de Filippo Maria Visconti debido a las estructuras
triangulares que forman sus elementos y que están
dispuestos con una orientación espacial oblicua, y no
así tanto en el reverso de la medalla de Lionello d’Este,
en donde se representa una cabeza de frente con tres
caras de niño, pues las formas de estructura regular
cercanas al cuadrado y su carácter de horizontalidad
equilibrado, no crean una escala de Tensión tan activa.
También, cabe mencionar que la disposición de los
elementos plásticos presentes en sus medallas crea
relaciones rítmicas dentro de cada composición espacial; sobre todo apreciables en los reversos de casi
todas sus medallas. La alternancia de unos elementos
con otros, de la ubicación de los mismos, de su mayor
o menor tamaño o de la posición de los mismos en el
espacio circular, contribuyen a crear distintas estructuras rítmicas.
La interrelación entre los elementos de las medallas de
Pisanello provoca la significación plástica de las mismas. Dicha estructura de relación la inducen los elementos escalares; éstos armonizan el resultado visual
de las medallas. Dimensión, formato o escala son factores a tener en cuenta, y éstos unidos a los formales
y de composición definen el resultado visual de las
medallas. El formato circular en las medallas de
Pisanello es un elemento icónico que condiciona en
gran modo el resultado visual de las composiciones,
tratándose, en este caso, de imágenes aisladas cuyo
espacio es permanente, único y cerrado quedando acotado por los márgenes de su formato circular. El círculo es la forma con menos rasgos individuales y es
totalmente simétrica. Su expansión desde el centro y
su particular naturaleza ponen de manifiesto su relación con la composición presente en las medallas. La
elección de un formato circular también permite una
mejor manipulación de las medallas en el hueco de la
mano y así poder observar y leer, una y otra vez, su
anverso y reverso repetidamente. Ello nos lleva necesariamente a los factores de Escala y Tamaño; ambos
atributos son claves para definir la naturaleza de nuestras medallas:
Diámetros que oscilan comparativamente entre los 60
mm del ejemplar de Belloto Cumano, existente en los
Musei Civici del Castello de Milán, y los 110 mm del
ejemplar de la medalla de Alfonso V de Aragón
(“Liberalitas Augusta”), del Museo Bargello de
Florencia. Los espesores, por otra parte, oscilan entre
2,2 mm y los 11,8 mm, aproximadamente, en algunos
ejemplares. El peso, expresado en gramos, depende del
metal utilizado para su fundición; generalmente ha
sido el bronce (también el plomo y, excepcionalmente,
la plata o el oro), por lo que, a partir de dicha aleación, se puede mediar entre los 113 g. del ejemplar de
medalla de Lionello d’Este, en cuyo reverso aparece
una cabeza de niño con tres caras de frente, del Museo
Bargello en Florencia, o los 425 g. del ejemplar de
medalla de Filippo Maria Visconti, del mismo Museo.
Como caso particular se puede señalar el del ejemplar
fundido en plata de la medalla que representa a
Alfonso V de Aragón (“Liberalitas Augusta”), conservada en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid,
cuyo diámetro es de 108 mm y su peso de 442 g.;
compárese con el ejemplar mencionado de la misma
medalla, del Museo Bargello de Florencia, y fundido
en bronce, con 110 mm de diámetro y 427 g. de peso;
este último Museo conservaba, hasta 1932 en que fue
robado, un ejemplar fundido en oro, de 102 mm de
diámetro, de la medalla de Giovanni VIII Paleólogo,
regalada al Gran Duque Cosimo III, por Andrew
Fontaine en 1715.
En síntesis, las composiciones en las medallas de
Pisanello hacen posible que los elementos inmersos en
ellas cobren actividad al relacionarse unos con otros;
cada uno tiene valor de significación en sí mismo, debido a su propio carácter simbólico, y, a su vez, adquieren
carácter de totalidad al establecerse relaciones de carácter plástico entre ellos en las composiciones.
Por último, cabe señalar que el resultado visual de las
medallas de Pisanello ofrece un efecto de totalidad, no
por adición de elementos o por multiplicidad sino por
la impresión de unidad que las imágenes han adquirido. El equilibrio entre todos los elementos, que sustenta cada composición, se debe al haber perdido éstos
su autonomía en beneficio de la síntesis icónica y simplicidad en la estructura.
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ESTUDIO PLÁSTICO DE LA OBRA MEDALLÍSTICA DE PISANELLO
Rasgos compositivos y estructurales en medallas de Pisanello
Lámina de ilustraciones fotográficas (en página opuesta)
1. Medalla de Sigismondo Pandolfo Malatesta.
Anverso (Detalle). 1445. Museo Arqueológico
Nacional. Madrid.
2. Medalla de Lionello d’Este. Reverso (Detalle).
1443. Museo Arqueológico Nacional. Madrid.
3. Medalla de Lionello d’Este. Reverso (Detalle).
1443. Museo Arqueológico Nacional. Madrid.
4. Medalla de Lionello d’Este. Anverso (Detalle).
1443. Museo Arqueológico Nacional. Madrid.
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Rasgos compositivos y estructurales en medallas de Pisanello
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