TierraAdentro septiembre-octubre2003 RENDIMIENTO DE TRIGO En monocultivo y sembrado después de centeno, triticale, cebada y lupino La rotación es importante para conseguir una producción de trigo estable, económica, y de buena calidad. Sin embargo, por razones de mercado, los agricultores no realizan una rotación de largo plazo y, en general, se preocupan sólo del cultivo anterior a dicho cereal. Incluso, en casos extremos se llega a practicar el monocultivo, a pesar de los efectos negativos de esta práctica. En Tierra Adentro 49 (marzoabril de 2003) se analizó la rotación con avena, arveja y lenteja. Ahora se aborda la secuencia con otros tres cultivos. U n cultivo señalado como muy conveniente para sembrar como cabecera de rotación del trigo es el lupino (Lupinus spp.), ya que además de fijar biológicamente el nitrógeno del aire, por ser leguminosa, tiene las propiedades de controlar las pudriciones radiculares y de liberar fósforo del suelo para que sea utilizado por el cultivo siguiente en la rotación. A diferencia del lupino, las gramíneas centeno (Secale cereale L.), triticale (X. triticosecale Wittm.) y cebada (Hordeum vulgare L.) no se integran bien en un sistema de rotación con trigo, ya que favorecen el desarrollo de hongos que afectan al cultivo de trigo, y no fijan nitrógeno como las leguminosas. Con el propósito de evaluar el rendimiento del trigo sembrado después de los cultivos mencionados, se establecieron las siguientes rotaciones bienales: trigo-trigo (monocultivo), centeno-trigo, triticale-trigo, cebada-trigo y lupino-trigo. El ensayo, iniciado en 1994, fue establecido en un suelo trumao de textura franca limosa. Se manejó en condiciones de secano, pero debido a la existencia de un canal de riego permanente ubicado a unos 70 metros del ensayo, la napa freática se ha mantenido a unos 110 cm de profundidad en los meses de verano y a unos 70 cm en el invierno, por lo que las plantas Mario Mellado Z. Ingeniero Agrónomo. [email protected] INIA Quilamapu El centeno es un cereal inapropiado para rotar con trigo. han dispuesto de humedad aprovechable durante el ciclo de los cultivos. Las variedades, dosis de semilla y distancia de siembra se indican en el cuadro 1. La preparación de la cama de semilla de cada parcela se efectuó individualmente, después de haber removido los residuos. La fertilización fue uniforme durante todos los años y consistió en 150 kg de nitrógeno/ha, como salitre sódico; 150 kg de fósforo (P2O5)/ha, como superfosfato triple, y 100 kg de potasio (K2O)/ha, como muriato de potasio. Las siembras se efectuaron en la primera quincena de junio, excepto el año 1995 que se sembró a fines de mayo. Las malezas de hoja ancha y gramíneas entre 1994 y 1998 se controlaron con una mezcla de MCPA más Metsulfuron Metil y Clodinafop–Propargil. Desde 1999 a 2001 se usó Iodo Sulfuron para ambos tipos de malezas. Los nombres indicados corresponden a los ingredientes activos. En el caso del lupino el control se hizo mecánicamente. Rendimiento de grano Para mayor claridad, en el cuadro 2 (página siguiente) se indican los rendimientos de los cultivos cabecera de rotación y los rendimientos de trigo después de cada precultivo, incluyendo el trigo (monocultivo). Llama la atención el bajo rendimiento del lupino el primer año de cultivo (7,7 qqm/ha), el cual después se estabilizó en alrededor de 20 qqm/ha. La causa de este comportamiento sería la pobre nodulación del lupino cuando la semilla no se inocula y ocupa por primera vez un suelo. Cuadro 1 Sistema de siembra del experimento de rotaciones 43 TierraAdentro septiembre-octubre2003 Cuadro 2 Rendimiento (qqm/ha) de los cultivos cabecera de rotación, y de trigo en monocultivo y después de centeno, triticale, cebada y lupino 44 Sin embargo, aunque el rendimiento promedio del lupino resultó claramente inferior al de los otros cultivos, esta leguminosa fue muy conveniente como cabecera de rotación, ya que los mejores rendimientos de trigo se obtuvieron cuando éste sucedió al lupino, y fueron menos variables que los alcanzados en las rotaciones con centeno, triticale y cebada (cuadro 2). Los rendimientos más bajos de trigo correspondieron a los años 1997 y 1999, cuando se sembró a continuación del centeno. En esas dos temporadas el trigo fue afectado severamente por pudriciones radiculares, a pesar de que el centeno no había presentado daño radicular en los años previos. Si el rendimiento promedio del trigo en monocultivo (35,83 qqm/ha) se considera como 100%, entonces el rendimiento del trigo después de centeno sería de 70%, después de triticale de 95%, después de cebada de 103% y después de lupino de 152%. Esto demuestra claramente que la rotación centeno-trigo es la más inconveniente, y que sembrar trigo después de triticale o cebada es tan malo como el monocultivo de trigo. Sin embargo, la rotación lupino-trigo es muy provechosa para el rendimiento del trigo. Los menores rendimientos obtenidos por el trigo en todas las rotaciones en 1999, podrían explicarse por un exceso de lluvia al término de invierno, lo que habría lixiviado (arrastrado) una buena parte del nitrógeno disponible del suelo. Al revisar el cuadro 2 llama la atención el bajo rendimiento del trigo en 1999, tanto en el monocultivo como después de centeno, triticale y cebada. Esto estuvo asociado a un alto rendimiento de los cuatro cereales en 1998, lo que se explicaría porque dicho año tuvo escasa precipitación anual y resultó muy seco en primavera, lo que no habría favorecido el desarrollo del hongo que produce mal del pie. Se ha determinado que si se siembra trigo de manera continua por largos períodos en un mismo suelo se produce un fenómeno conocido como declinación de la enfermedad, que tiende a mantener un rendimiento a nivel medio, pero que siempre será más bajo que el rendimiento del trigo colocado en una buena rotación, como se observa al comparar el monocultivo con el trigo después de lupino. La declinación de la enfermedad se explicaría por el aumento de una serie de microorganismos antagónicos al hongo del mal del pie. El lupino es una leguminosa muy conveniente para rotar con trigo. En 1994, al inicio de los ensayos, los análisis de fertilidad indicaron que los niveles de nitrógeno, fósforo y potasio (NPK) eran bajos, la materia orgánica tenía un nivel medio y el pH era 6,9, lo que es adecuado para todos los cultivos que se incluyeron en estas rotaciones, en particular para el trigo, que puede desarrollarse sin problemas en un rango de pH entre 5,8 y 7 (cuadro 3). Después de la cosecha del 2001, la medición indicó que la acidez del suelo había variado, según la rotación, entre una y dos décimas respecto a los valores iniciales. El nitrógeno aumentó en las rotaciones centeno-trigo, y lupino-trigo; el potasio aumentó en todas las rotaciones; la materia orgánica se mantuvo en un nivel medio. Sin embargo, el cambio más interesante en la fertilidad del suelo fue el aumento en el nivel de fósforo disponible, muy especialmente en la rotación lupino-trigo. Cuadro 3 pH: acidez; N: nitrógeno; P: fósforo; K: potasio. B = nivel bajo; M = nivel medio; A = nivel alto Efecto en la fertilidad del suelo septiembre-octubre2003 TierraAdentro En el cuadro 4 se observa que las cantidades aproximadas de fósforo extraído por las diferentes rotaciones durante los 8 años, resultaron muy semejantes. Como las cantidades aplicadas en cada rotación fueron iguales (1.200 unidades de P2O5 equivalentes a 523,2 kg de P), se deduce que el aumento del fósforo en la rotación lupino-trigo responde a la capacidad de esta leguminosa para liberar fósforo del suelo. En resumen el monocultivo de trigo es una práctica no recomendable, lo mismo que las rotaciones centeno–trigo, Cebada. El rendimiento de trigo después de este cereal fue prácticamente lo mismo que en monocultivo. triticale–trigo y cebada–trigo, aunque se efectúe una buena fertilización. Por el contrario, la rotación lupino–trigo es muy conveniente desde el punto de vista del rendimiento de grano, así como del aporte de fósforo disponible del suelo. Esta última propiedad del lupino es de gran importancia, ya que después de algunos años de efectuar una rotación con esta leguminosa sería factible reducir la cantidad de fósforo que se aplica como fertilizante, lo que podría disminuir los costos por hectárea. Fotografía: Edmundo Beratto, INIA Carillanca Cuadro 4 Extracción total de fósforo en los cuatro ciclos de rotaciones Rotación y Nº de años Extracción de P por cultivo acumulada (kg/ha) Monocultivo de trigo (8) 115,6 Centeno (4)–trigo (4) 110,7 Triticale (4)–trigo (4) 114,1 Cebada (4)–trigo (4) 110,6 Lupino (4)–trigo (4) 111,4 45