Avanzan las terapias para tratar el cáncer en forma personalizada Probaron biochips para analizar los tumores. Permitirán tratar cada tumor teniendo en cuenta su perfil genético antes que su localización. Y buscarán atacarlo sin dañar las células sanas. Desde ahora, los médicos podrían empezar a conocer la intimidad del cáncer de cada paciente y predecir el resultado de los tratamientos que pueden aplicar. Esta es la nueva tendencia que se impone según diferentes estudios presentados el domingo en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, que se está desarrollando desde el sábado en Chicago. Esta tendencia se sumará a la administración de medicamentos que atacan puntualmente a los tumores, casi sin dañar a las células sanas. El área de la farmacogenómica empezó a jugar fuerte en este congreso que es como el mundial de los especialistas en cáncer (hay más de 25.000 asistentes de todo el mundo). Sus posibilidades son muchas: dicen que a partir del análisis de un perfil del tumor de cada paciente se podrán orientar mejor los tratamientos. "Potencialmente, será posible tratar los tumores de cada paciente teniendo en cuenta su perfil genético antes que su localización", afirmo Frank Haluska, profesor en la Universidad de Harvard, en una conferencia de prensa. Haluska reforzó su afirmación al presentar tres estudios científicos. Estas nuevas tecnologías —aún no disponibles masivamente—, y sus sucesoras, permitirán hacer pronósticos con más exactitud, sostuvo el especialista. Ahora se apunta al desarrollo de tests —realizados con biochips— que analizan muestras de los tumores. Según las variaciones genéticas que se encuentren, se hacen los pronósticos sobre cómo reaccionará el organismo ante los eventuales tratamientos. Así lo demuestra el estudio presentado por Lajos Pusztai, del Centro de Cáncer Anderson, en Houston, sobre el cáncer de mama, el segundo más común después del de pulmón. Con biochips, el grupo de Pusztai identificó marcadores genéticos en tumores de mama de 24 pacientes. Esos marcadores señalan a los investigadores si el tumor será "sensible" a una quimioterapia (incluye drogas como paclitaxel seguida por una combinación de 5-fluoruracilo, doxorrubicina y ciclofosfamida). Hasta ahora, el test tiene un 75% de precisión. Pusztai opinó que los tests con el perfil genético de los tumores "maximizarán la chance de curar la enfermedad y al mismo tiempo evitarán que las pacientes sufran los efectos tóxicos de los tratamientos menos efectivos". Otro equipo —perteneciente a la Universidad de Chicago— se concentró en el cáncer de colon (con 940.00 casos nuevos por año en el mundo, según la OMS). Encontraron que una alteración leve en las secuencias del ADN de los tumores podría indicar que el paciente sufrirá una disminución de glóbulos blancos al recibir una droga conocida como irinotecan. Este trabajo se hizo con 61 pacientes y, según el investigador principal Mark Ratain, servirá para que a los pacientes con esas alteraciones genéticas se "les ofrezca otra quimioterapia o se les receten dosis bajas de irinotecan". Un tercer estudio que sigue la línea de los tratamientos individualizados fue emprendido por Sarada Gurubhagavatula, del Hospital General de Massachussets, en Boston. Trabajó con 103 pacientes con el tipo mas común de cáncer de pulmón (el responsable del 30% de las muertes por cáncer en los Estados Unidos). Este estudio halló que variaciones genéticas en la capacidad individual para reparar el ADN podrían servir de huellas para predecir la sobrevida de pacientes con cáncer avanzado tratados con una quimioterapia como el cisplatino. Con fondos del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., el estudio determinó que los pacientes con tres variaciones en un cierto gen sobrevivieron en promedio unos 6 meses. Mientras que los pacientes que no tenían esas variaciones sobrevivieron más de 20 meses. "Esperamos que este tipo de investigación nos permita a los médicos y pacientes tomar decisiones más informadas sobre los tratamientos con quimioterapias", dijo Gurubhagavatula. Qué es lo que más le conviene a cada paciente no es la única preocupación que tienen los especialistas en cáncer. También están intentando que las terapias sean más directas en sí mismas, que golpeen sólo al tumor. Branimir Sikic, director de ensayos clínicos en cáncer en la Universidad de Stanford, comentó que "las terapias entraron en la era del tiro al blanco racional". Y dio lugar a expositores que hablaron sobre algunos estudios que van en esa dirección, aunque son recién los primeros pasos. La droga erlotinib se aplicó a 30 pacientes del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, que padecían de carcinoma celular bronquioloalveolar, que afecta a los pulmones y es difícil de combatir con quimioterapia. El 27% de los pacientes respondieron bien. Mejor aún lo hicieron los pacientes que nunca habían fumado. Trece mujeres con cáncer de mama recibieron donaciones de células madre de otras personas genéticamente compatibles. Esta experiencia (que sólo se había hecho antes en casos de leucemia, linfoma y cáncer renal) resultó prometedora: las células atacaron y achicaron los tumores de las receptoras, según el investigador Michael Bishop, del Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. Una vacuna que activó el sistema defensivo del organismo y generó una respuesta contra el tumor es otra de las esperanzas para pacientes en los cuales los tratamientos comunes no funcionan. Esta terapia —estudiada por John Marshall en el Centro de cáncer Lombardi de Washington— ataca una proteína que se encuentra sólo en células cancerosas de cáncer de mama, pulmón, estómago, colon y páncreas. Valeria Román. CHICAGO. ENVIADA ESPECIAL. Fuente: Diario Clarín