Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. CONFERENCIA CLINICOPATOLÓGICA Editor: F. Cardellach Caso: 137-2002 47.394 Edemas en miembros inferiores y escroto en un varón de 66 años Josep M. Graua, Artemio Payáb, Sergio Reusc y Federico Manzid a Servicio de Medicina Interna. Hospital Clínic de Barcelona. Servicios de bAnatomía Patológica, Medicina Interna y dRadiodiagnóstico. Hospital General Universitario de Alicante. c Varón de 66 años que consultó por edemas de 4 meses de evolución en los miembros inferiores y escroto. Entre sus antecedentes personales destacaban varios episodios de broncoespasmo en la edad adulta, el último de ellos hacía varios años. Había padecido de lumbalgias y en una resonancia magnética (RM) se apreciaron una hernia discal posterior L4-L5 y estenosis de canal medular al mismo nivel. Dos años antes de este ingreso, fue diagnosticado de síndrome de túnel carpiano bilateral y, a pesar de ser tratado quirúrgicamente, continuó presentando síntomas. Entre los antecedentes quirúrgicos sólo destacaba una herniorrafia inguinal bilateral. El paciente negaba hábitos tóxicos. La enfermedad actual comenzó año y medio antes con dolor en ambos hombros y regiones proximales de los miembros superiores de características inicialmente mecánicas, pero con posterioridad el dolor se hizo también de reposo y nocturno. Recibió tratamiento con antiinflamatorios, y ante la falta de mejoría se le realizaron infiltraciones con glucocorticoides. Seis meses antes del ingreso notó un cambio en el tono de su voz, que se hizo más grave, y dificultad para articular algunas consonantes. La exploración otorrinolaringológica reveló engrosamiento e hipomovilidad de la lengua, aumento de consistencia de las partes blandas del cuello e hipoacusia de transmisión. De forma casi simultánea comenzó a usar colirios oculares por sequedad ocular y sensación de cuerpo extraño. Cuatro meses antes del ingreso actual desarrolló edemas con fóvea en ambos miembros inferiores y escroto, junto con disnea de moderados esfuerzos. No refería ortopnea, disnea paroxística nocturna, tos, hemoptisis o fiebre. Una ecocardiografía objetivó una miocardiopatía hipertrófica no obstructiva con disfunción diastólica y presión estimada sistólica en la arteria pulmonar de 50 mmHg. A raíz de estos hallazgos, inició tratamiento con atenolol e hidroclorotiazida. Entre otros estudios ambulatorios aportados por el paciente destacaban: hemoglobina de 11,8 g/dl; VCM de 104 fl; reticulocitos de 1,2%, y gammaglobulinas de 0,45 g/dl con IgG de 524 mg/dl, IgA de 41 mg/dl e IgM de 19 mg/dl. El aspirado de médula ósea no evidenciaba alteraciones morfológicas y el porcentaje de células plasmáticas era normal. Por tomografía computarizada (TC) se apreciaron un derrame pleural derecho y engrosamiento de mesenterio, pared del fundus y recto. Una ecografía de miembros inferiores reflejó permeabilidad del sistema venoso. Al ingreso el paciente estaba afebril y en la exploración destacaban presión arterial de 100/60 mmHg, engrosamiento cutáneo en palmas con discreta contractura en flexión de los dedos de las manos, pliegues cutáneos ab- Conferencia celebrada el día 15-03-2002 en el Hospital General Universitario de Alicante. 66 Med Clin (Barc) 2002;119(2):66-72 dominales marcados, sensación de empastamiento de partes blandas en la palpación cervical (sin signos inflamatorios), un soplo sistólico en foco pulmonar y borde esternal izquierdo e hipoestesia «en calcetín» en miembros inferiores. El resto de la exploración general, articular y neurológica resultó normal. En la analítica presentaba: VSG 17 mm, leucocitos 6,8 × 109/l; hemoglobina, 13,4 g/l; VCM, 102 fl; plaquetas, 365 × 109/l; proteínas totales, 5,6 g/dl (albúmina, 3,6; alfa1, 0,4; alfa2, 0,6; beta, 0,5, y gamma, 0,5g/dl), gammaglutamiltranspeptidasa 80 U/l. La glucosa, urea, creatinina, Na, K, Ca, P, colesterol, triglicéridos, ASAT, ALAT, fosfatasa alcalina, LDH y metabolismo férrico eran normales, así como la TSH y los valores plasmáticos de vitamina B12 y acido fólico. El tiempo parcial de tromboplastina activada de 32 s y el índice de Quick del 86%. Inmunoelectroforesis de suero: IgG, 648 mg/dl; IgA, 50 mg/dl; IgM, 20 mg/dl; cadenas ligeras kappa, 448 mg/dl; cadenas ligeras lambda, 319 mg/dl. No se detectaron bandas monoclonales en suero por inmunofijación. El sedimento urinario no evidenciaba alteraciones. La proteinuria de 24 h fue de 62 mg y el aclaramiento de creatinina de 69 ml/min. La alfa1-antitripsina en heces fue inferior a 0,1 mg/g. En el electrocardiograma se apreció ritmo sinusal con mala progresión de onda R en la cara anterior y ondas T negativas en DIII. En la radiografía de tórax había pinzamientos de los senos costofrénicos. Por toracocentesis se obtuvo líquido amarillo claro con pH de 7,43, 910 leucocitos/µl (80% linfocitos), 1.000 hematíes/µl; glucosa, 111 mg/dl; proteínas, 3,3 g/dl (cociente con proteínas plasmáticas: 0,52); LDH, 312 U/l (cociente con LDH plasmática, 0,73); colesterol, 61 mg/dl; triglicéridos, 9 mg/dl, y amilasa, 23 U/l. La citología fue negativa para células malignas, así como la tinción de bacilos ácido-alcohol resistentes y el cultivo de gérmenes habituales. En la radiografía de hombros se apreciaban lesiones líticas en el tercio proximal del húmero y aumento del espacio subacromial. En la RM de hombros se encontró derrame articular, ocupación del receso subescapular de la bursa por un material que se extendía al interior de las lesiones subcondrales en la cabeza humeral y engrosamiento del tendón del músculo subescapular. Se realizó una artrocentesis del hombro guiada por ecografía, obteniéndose 10 ml de líquido sinovial de aspecto algo xantocrómico en cuyo análisis se encontraron: 4.800 leucocitos/µl (75% polimorfonucleares); glucosa, 98 mg/dl, y proteínas, 3,6 g/dl. En la ecocardiografía ambos ventrículos presentaban una hipertrofia concéntrica, el grosor del septo interventricular era de 15 mm y el de la pared posterior del ventrículo izquierdo de 16 mm. La fracción de eyección del ventrículo izquierdo era del 71% y la presión sistólica de la arteria pulmonar (PAP) de 33 mmHg. Había un discreto derrame pericárdico. La endoscopia digestiva alta y la sigmoidoscopia no mostraron al- Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GRAU JM, ET AL. EDEMAS EN MIEMBROS INFERIORES Y ESCROTO EN UN VARÓN DE 66 AÑOS * * A * * Fig. 1. Tomografía computarizada abdominal en la que se aprecia engrosamiento del mesenterio (asteriscos). B teraciones. En el tránsito gastrointestinal se observaron engrosamiento y nodularidad de pliegues yeyunales, apelotonamiento y espasticidad de asas ileales, disgregación de la columna de bario y aumento de velocidad de tránsito. No se apreció engrosamiento de las paredes del intestino delgado. El estudio neurofisiológico puso de manifiesto datos de polineuropatía sensitivomotriz de intensidad moderada, de predominio axonal y mayor afección en miembros inferiores, así como hallazgos indicativos de síndrome de túnel carpiano más acentuados en el lado derecho. En el examen oftalmológico había quemosis conjuntival, folículos en tarsos y punteado corneal, todo ello indicativo de queratoconjuntivitis seca. Se realizaron pruebas diagnósticas. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Dr. Josep M. Grau. En resumen, se trata de un paciente varón de 66 años que consulta por edemas en las extremidades inferiores y el escroto, y que refiere síntomas de una enfermedad que, si es única, es prolongada en el tiempo y va condicionando de forma gradual y aditiva disfunción de distintos órganos y sistemas. Sin antecedentes personales relevantes (desconozco los familiares), hace dos años presenta de forma aditiva un síndrome del túnel carpiano bilateral intervenido y no resuelto, dolor y tumefacción articular en ambos hombros, voz ronca, sequedad ocular y, finalmente, disnea y edemas en las extremidades inferiores. En la exploración física destacan macroglosia y aumento de consistencia de partes blandas en la zona cervical, soplo sistólico en foco pulmonar, hipoestesia en «calcetín» (asintomática) y queratoconjuntivitis seca. Entre las exploraciones complementarias destacan macrocitosis sin anemia, hipogammaglobulinemia con disminución de IgG, IgM e IgA, aumento de gammaglutamiltranspeptidasa y mielograma inespecífico. Las pruebas de imagen evidencian derrame pleural derecho, engrosamiento de epiplón, mesenterio y pared gástrica y permeabilidad de troncos venosos en las piernas y de vena cava inferior. En la RM de hombros se detecta artritis con geodas y masa de partes blandas bilateral. En un tránsito intestinal se aprecia engrosamiento de pliegues yeyunales con disgregación de la columna de bario. En un examen del líquido pleural se evidencia un exudado linfocitario sin bacilos ácido-alcohol resistentes (BAAR), y en el examen Fig. 2. Resonancia magnética de hombros. En la secuencia TSE potenciada en densidad protónica (A) se aprecian alteraciones en la intensidad de señal de la médula ósea del húmero (flechas). En la secuencia eco de gradiente potenciada en T2 (B) se observan derrame articular, ocupación de receso subescapular de la bursa por material discretamente hiperintenso que se extiende al interior de lesiones subcondrales en la cabeza humeral, así como engrosamiento y pérdida de definición de márgenes del tendón del músculo subescapular. del líquido articular se comprueba un líquido inflamatorio con predominio de polimorfonucleares. Antes de proseguir, agradecería los comentarios del radiólogo. Dr. Federico Manzi. En la radiografía de tórax se apreció un discreto derrame pleural derecho, sin cardiomegalia. La TC puso de manifiesto derrame pleural derecho y engrosamiento de mesenterio (fig. 1), pared del fundus gástrico y del recto. En la radiografía de hombros se apreciaban lesiones líticas en el tercio proximal del húmero y aumento del espacio subacromial. En la RM de hombros (figs. 2a y b) se observaban alteraciones en la intensidad de señal de la médula ósea del húmero, derrame articular, ocupación del receso subescapular de la bursa por un material que se extendía al interior de lesiones subcondrales en la cabeza humeral, y engrosamiento del tendón del músculo subescapular. En el tránsito gastrointestinal (fig. 3) se observó un seudodivertículo en el tercio medio esofágico, así como engrosamiento y Med Clin (Barc) 2002;119(2):66-72 67 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GRAU JM, ET AL. EDEMAS EN MIEMBROS INFERIORES Y ESCROTO EN UN VARÓN DE 66 AÑOS Fig. 3. Tránsito intestinal que pone de manifiesto fragmentación de la columna baritada y engrosamiento y nodularidad de los pliegues yeyunales. nodularidad de pliegues yeyunales, apelotonamiento y espasticidad de asas ileales, disgregación de la columna de bario y aumento de velocidad de tránsito. En colaboración con el Servicio de Reumatología se practicó una ecografía de hombros, en la que se apreció un engrosamiento de partes blandas desproporcionado al derrame articular. Había además un notable engrosamiento del tendón del supraespinoso que medía 11 mm y derrame articular con imágenes nodulares en su interior. Dr. J.M. Grau. Como se ha comentado anteriormente, el cuadro clínico apunta a una enfermedad crónica, de depósito, que va condicionando gradualmente disfunción de múltiples órganos y sistemas. Creo que no cabe ni siquiera considerar la posibilidad de que el paciente sufra una enfermedad infecciosa ni neoplásica. A la edad del paciente, con valores de TSH normales (que descartan la existencia de hipotiroidismo) y en ausencia de visceromegalias notables que razonablemente descartan enfermedades metabólicas de depósito tipo Gaucher, lo más probable es que se trate de una amiloidosis, y presuntamente primaria. Los problemas en este momento serán: intentar justificar todos los hallazgos clínicos y biológicos; saber si se trata de una amiloidosis primaria (AL) o asociada a alguna mutación del gen de la transtirretina, y en tercer lugar, saber si hay o no mieloma múltiple asociado. A mi entender, al comentar un caso clínico se debe empezar por el motivo último de consulta, y en segundo lugar hay que valorar todos los síntomas y signos con los datos complementarios para intentar componer un único diagnóstico. 68 Med Clin (Barc) 2002;119(2):66-72 El motivo último de consulta es la existencia de edemas en las extremidades inferiores (EEII) y el escroto. Se han descartado el síndrome nefrótico, hipoalbuminemia de otro origen y problemas vasculares venosos de las EEII y de la vena cava inferior. Asociados a disnea, tales edemas deben entenderse como secundarios a insuficiencia cardíaca a pesar del hecho muy sorprendente de que no exista hepatomegalia ni ingurgitación yugular. Quizá el empastamiento de las partes blandas en la zona cervical dificultara la visualización de la ingurgitación yugular. El ECG es poco informativo, aunque la falta de progresión de ondas R podría indicar infiltración amiloidótica en ausencia de cambios de isquemia1. También se han descrito imágenes de seudoinfarto en la amiloidosis cardíaca2. En la radiografía de tórax y en la TC sólo se comprueba derrame pleural derecho sin cardiomegalia. La ecocardiografía, en cambio, induce a pensar en la existencia de un patrón indicativo de miocardiopatía restrictiva o de disfunción diastólica, ya que la fracción de eyección se halla conservada, incluso con hipertrofia concéntrica de cavidades. La PAP está moderadamente elevada, aunque en una segunda exploración había disminuido, probablemente por el tratamiento diurético que se prescribió. Con ello cabe considerar sólo dos posibilidades, y no necesariamente excluyentes. La primera sería que se tratara de un proceso infiltrativo miocárdico que condicionara la disfunción diastólica, y la segunda, la existencia de hipertensión pulmonar. Ambas circunstancias son conocidas en la amiloidosis primaria1,3,4. Por lo que se refiere a la hipertensión pulmonar (HTP), es una complicación infrecuente de la amiloidosis, ya que sólo se encontraron 5 casos durante un período de 20 años en la Clínica Mayo. Cuatro de los 5 casos se hallaban afectados de amiloidosis AL, y en todos los casos se consideró que la HTP formaba parte de amiloidosis avanzadas. El fallecimiento de los 5 casos fue por causa cardíaca4. Si, por el contrario, el paciente tuviera una infiltración miocárdica por amiloide que justificara la disfunción diastólica, podría haberse observado la particular ecogenicidad de la amiloidosis, aunque en ocasiones es un parámetro muy subjetivo. Un dato a favor de este diagnóstico es el engrosamiento del septum interventricular, cuyo índice tiene incluso valor pronóstico. El derrame pericárdico leve que presenta apunta en la misma dirección. Otro de los datos de la historia clínica es el síndrome del túnel carpiano bilateral. Aunque hay formas idiopáticas, el hipotiroidismo (ya descartado) y la amiloidosis son causas frecuentes, máxime cuando después de un tratamiento quirúrgico no hay mejoría clínica. Lo propio sucede con la macroglosia y el aumento de volumen de partes blandas en la vertiente otorrinolaringológica. La amiloidosis sigue siendo una de las causas más frecuentes. La artropatía que presenta el paciente se caracteriza por una artritis erosiva con geodas, de grandes articulaciones, que se acompaña de tumefacción de partes blandas. Ello apunta al signo del pad-shoulder o de los jugadores de fútbol americano, que se da en la amiloidosis articular5,6. En esta artropatía se ha descrito la existencia de geodas, sin que deba existir mieloma múltiple asociado5. Es altamente improbable que el enfermo sufriera otra artropatía de depósito (gota) o inflamatoria genuina como artritis reumatoide o reumatismos afines. Aunque únicamente en un 2-5% de los casos de amiloidosis primaria se describe artritis7, en los casos con afección articular es muy frecuente que coexista síndrome del túnel carpiano8,9, debiéndose plantear el diagnóstico de amiloidosis ante la presencia de ambos datos, artritis y túnel carpiano. La polineuropatía sensitiva podría obedecer a innumerables causas, pero en este contexto es muy indicativa, una vez Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GRAU JM, ET AL. EDEMAS EN MIEMBROS INFERIORES Y ESCROTO EN UN VARÓN DE 66 AÑOS más, de amiloidosis. Extraña la ausencia de manifestaciones disautonómicas (hipotensión ortostática, disfunción eréctil, diarrea nocturna) que el paciente no padecía o que quizá no se exploraron de forma dirigida. La sequedad ocular también se ha descrito asociada a amiloidosis10, aunque en este caso queda por realizar el test de Schirmer, rosa de Bengala, biopsia de glándula salival menor y anticuerpos anti-Ro y anti-La para asegurar que el paciente se hallaba afectado de un síndrome de Sjögren definido, ya fuera primario o secundario. Por lo que respecta a las alteraciones biológicas, lo más llamativo es la macrocitosis sin anemia, con valores normales de reticulocitos, vitamina B12 y ácido fólico. El aspirado de médula ósea se describe como inespecífico, pero habría que haber intentado contabilizar el número de células plasmáticas y, en su caso, practicar biopsia medular. La hipogammaglobulinemia que presenta el paciente, con disminución de todas las Ig y sin componente M plasmático, es también indicativa de amiloidosis primaria, ya que el patrón de hipogammaglobulinemia se halla en un 30% de los casos9,11. De todas formas, es muy extraño que no se detectara ninguna banda monoclonal en la inmunofijación sérica (alrededor del 90% de casos de AL presentan proteína monoclonal en sangre u orina12), si bien en ocasiones hay dificultades técnicas, y en otras sólo se detecta la banda monoclonal en orina concentrada, aunque la proteinuria de 24 h sea mínima. El líquido pleural es un exudado, tanto si se siguen los criterios de Light como otros más modernos propuestos por Jiménez Castro et al13. Podría deberse a infiltración pleural por amiloidosis simulando un mesotelioma o a insuficiencia cardíaca con unos parámetros bioquímicos del líquido artefactados por la cronicidad del derrame y/o por los diuréticos. El líquido articular inflamatorio con polimorfonucleares puede ser algo sorprendente, pero también es compatible con el diagnóstico de amiloidosis articular2. Otro dato sorprendente es la ausencia de aparente afección renal con proteinuria negativa y creatinina y sedimento de orina normales, y únicamente con un descenso moderado del aclaramiento de creatinina. Ello sucede únicamente en un 10-20% de los casos de amiloidosis primaria5,14 y se cree que es debido a que el depósito de amiloide se localiza preferentemente en los vasos y no en los glomérulos. La presumible afección intestinal (engrosamiento del cuerpo gástrico y asas yeyunales) es perfectamente compatible con el diagnóstico de amiloidosis15. En definitiva, creo que el paciente presenta AL que afecta a articulaciones, partes blandas (ORL), glándulas lacrimales, corazón, tubo digestivo y sistema nervioso periférico, todos ellos datos de mal pronóstico16. Creo que es poco probable que el paciente sufra amiloidosis asociada a una mutación del gen de la transtirretina. Se han descrito más de 80 mutaciones17,18 y, aunque se considera una forma hereditaria autosómica dominante, tanto la edad de presentación como la expresión clínica y la penetrancia son muy variables18,19. Desde el punto de vista únicamente clínico, esta forma de amiloidosis afecta de forma predominante al nervio periférico y el corazón, pero también al tubo digestivo y el riñón20, siendo excepcionales los depósitos en articulaciones y partes blandas que presenta este paciente. Otro matiz que habría que discutir sería si la AL que supongo que sufría el paciente se hallaba asociada o no a mieloma múltiple, lo cual me parece poco probable por no haber más imágenes líticas que las articulares, por la ausencia de componente M en el suero y por la aparentemente poca cantidad de células plasmáticas en el mielograma. La posibilidad de que el paciente presentara una enfermedad por depósito monoclonal de cadenas ligeras de las Ig21,22 es un tanto anecdótica, ya que la Fig. 4. Biopsia rectal con abundante depósito de material eosinófilo en las paredes de las arteriolas submucosas con oclusión parcial de la luz. (Hematoxilina-eosina, ×100). única diferencia con la AL es que las cadenas ligeras no se depositan de forma fibrilar, sino de manera más amorfa. Las pruebas diagnósticas podrían ser varias. Desde el punto de vista patológico, tanto la biopsia de la grasa subcutánea como la de la mucosa rectal, partes blandas de los hombros, la lengua o el nervio sural, en este orden de agresividad, podrían ser diagnósticas. Por otro lado, se debería complementar el diagnóstico mediante inmunofijación y determinación de la presencia de cadenas ligeras kappa y lambda en orina concentrada. DIAGNÓSTICO CLÍNICO Amiloidosis primaria (AL). DIAGNÓSTICO DEL DR. JOSEP M. GRAU Amiloidosis primaria (AL). DISCUSIÓN ANATOMOPATOLÓGICA Dr. Artemio Payá. La prueba diagnóstica fue la punción-aspiración con aguja fina (PAAF) de grasa subcutánea abdominal, que evidenció la presencia de depósitos intersticiales de material eosinófilo que en la tinción rojo Congo presentaban una birrefringencia de color verde al observarlos mediante luz polarizada, hallazgo típico de amiloide23. Asimismo, se recibieron muestras de biopsias endoscópicas rectales y duodenales en las que se podía apreciar depósitos de amiloide en la pared de los vasos submucosos (figs. 4 y 5). El estudio de suero y orina mediante isoelectroenfoque identificó cadenas lambda monoclonales en pequeña cantidad (50 mg/dl en suero y 140 mg en orina de 24 h). La tinción inmunohistoquímica para cadenas ligeras confirmó que el amiloide estaba formado por cadenas ligeras lambda (fig. 6). El estudio de amiloide en el líquido sinovial fue negativo. No se investigó en el líquido pleural. Dr. Sergio Reus. Las amiloidosis son un grupo de enfermedades que se caracterizan por el depósito extracelular de amiloide, una sustancia de naturaleza proteica formada por fibrillas insolubles. Se han identificado muchas moléculas capaces de formar amiloide, pero todas comparten una característica: se tiñen con rojo Congo y, cuando se observan mediante luz polarizada, aparecen de color verde23. La clasificación actual de las amiloidosis se establece según la Med Clin (Barc) 2002;119(2):66-72 69 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GRAU JM, ET AL. EDEMAS EN MIEMBROS INFERIORES Y ESCROTO EN UN VARÓN DE 66 AÑOS Fig. 5. Biopsia rectal en que se observa la birrefringencia color verde de los depósitos al ser examinados mediante luz polarizada (rojo Congo, ×200). Fig. 6. Biopsia rectal con positividad inmunohistoquímica para cadenas ligeras lambda (×200). composición de sus fibrillas y la naturaleza de las proteínas plasmáticas precursoras (tabla 1). La amiloidosis primaria (AL) es una discrasia de células plasmáticas ocasionalmente asociada a mieloma múltiple y está producida por el depósito tisular de fragmentos de cadenas ligeras, generalmente de su región variable24. El estudio de suero y orina mediante inmunofijación identifica una proteína monoclonal en el 90% de los pacientes con amiloidosis primaria9, habitualmente en pequeñas cantidades. En el examen de médula ósea es frecuente encontrar un aumento del número de células plasmáticas de hasta el 10% (una cifra inferior a la encontrada habitualmente en el mieloma múltiple) que se tiñen por inmunohistoquímica para cadenas ligeras kappa o lambda25. El diagnóstico de amiloidosis es necesariamente histológico, es decir, precisa la demostración de depósito de amiloide en los tejidos mediante tinción rojo Congo o tioflavina T. El paso siguiente, en pacientes que no tienen una enfermedad crónica inflamatoria de base, es el estudio inmunoelectroforético (inmunofijación) en suero y orina, y la biopsia de médula ósea, ya que la amiloidosis primaria es el tipo más frecuente23. En caso de no poder demostrar una discrasia de células plasmáticas, estaría indicada la realización de técnicas inmunohistoquímicas con anticuerpos monoclonales específicos frente a las distintas moléculas que pueden formar amiloide (cadenas ligeras, amiloide AA, transtirretina y β2-microglobulina)26, pero interpretando los datos con precaución dada la existencia de falsos positivos27 y de casos con positividad para más de una molécula28. La inmunohistoquímica con anticuerpos frente a amiloide AA permite confirmar la naturaleza secundaria de la amiloidosis en pacientes con enfermedades inflamatorias crónicas de larga evolución. La rentabilidad de la PAAF de grasa subcutánea y de la biopsia de mucosa rectal para el diagnóstico de amiloidosis AL se encuentra en torno al 80%, y la biopsia de órganos clínicamente afectados permite la identificación de amiloide en casi el 100% de los casos29. La amiloidosis AL puede afectar a cualquier órgano con excepción del sistema nervioso central, pero las localizaciones más frecuentes son la cardíaca, renal y del sistema nervioso periférico. La afección renal se suele expresar con proteinuria, a menudo con criterios de síndrome nefrótico y con cifras de creatinina normales o discretamente elevadas. La afección cardíaca se puede manifestar por insuficiencia cardíaca, arritmias o trastornos de conducción. El fallo cardíaco suele ser de instauración rápida y progresiva, y de forma característica predominan los signos físicos de insuficiencia cardíaca derecha30. El electrocardiograma puede evidenciar voltajes bajos en derivaciones de miembros y un patrón de seudoinfarto anteroseptal31. Por ecocardiografía se puede ver hipertrofia concéntrica biventricular con disfunción diastólica y fracción de eyección normal, y cuando el grosor del miocardio supera los 12 mm, es frecuente observar un aspecto moteado característico muy sugestivo de amiloidosis32. La afección cardíaca clínicamente importante es infrecuente en la amiloidosis AA33. El derrame pleural que se observa en los pacientes con amiloidosis puede tener características tanto de trasudado como de exudado34. Los trasudados suelen ser secundarios a insuficiencia cardíaca o síndrome nefrótico. La patogenia de los exudados no se conoce bien, pero es posible que el tratamiento diurético de los pacientes con insuficiencia cardíaca pueda modificar las características bioquímicas del líquido pleural35. En el 20% de los pacientes con amiloidosis AL se observa neuropatía periférica, que en el 10% es el síntoma de presentación36. Suele consistir en polineuropatía axonal distal y simétrica de predominio sensitivo, que a menudo se acompaña de neuropatía autonómica (hipotensión ortostática, impotencia, diarrea, estreñimiento). El síndrome del túnel carpiano es muy frecuente, puede ser la primera manifestación de amiloidosis hasta en el 21% de los casos y a veces precede al diagnóstico en más de un año29. La afección osteoarticular es frecuente en la amiloidosis asociada a diálisis crónica, pero sus características en la amiloidosis AL son menos conocidas. Se puede observar lesiones osteolíticas y alteraciones articulares en el 2-5% de amiloidosis AL. La artritis suele consistir en una poliartritis simétrica, poco inflamatoria y de predominio en miembros superiores que puede simular una artritis reumatoide seronegativa7. El depósito de amiloide en grandes cantidades en los hombros puede producir la TABLA 1 Clasificación de las amiloidosis sistémicas Tipo de amiloidosis Primaria (AL) Secundaria Enfermedad inflamatoria crónica Fiebre mediterránea familiar Senil sistémica (cardíaca) Asociada a diálisis crónica Familiares 70 Med Clin (Barc) 2002;119(2):66-72 Composición del amiloide Cadenas ligeras monoclonales (κ o λ) Proteína amiloide A (AA) Transtirretina normal β2-microglobulina Transtirretina anormal Apolipoproteína A-1 Gelsolina Fibrinógeno Aα Lisozima Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GRAU JM, ET AL. EDEMAS EN MIEMBROS INFERIORES Y ESCROTO EN UN VARÓN DE 66 AÑOS deformidad típica ya comentada conocida como shoulderpad sign37. La RM es particularmente sensible y específica en el estudio de las alteraciones articulares y periarticulares asociadas a la amiloidosis38. Las lesiones capsulares y tendinosas son hipointensas y realzadas con gadolinio en secuencias T1 e hiperintensas en T2. Las lesiones periarticulares y óseas son hipointensas tanto en T1 como en T2. La artrocentesis de articulaciones afectadas por amiloidosis suele evidenciar un líquido, inflamatorio o no, a veces xantocrómico, y generalmente es posible identificar fibrillas en el líquido sinovial tras su centrifugación39. La afección del tubo digestivo en la amiloidosis AL es frecuente y, aunque suele ser asintomática, a veces produce malabsorción o cuadros seudooclusivos29. En el tránsito intestinal se puede observar un engrosamiento inespecífico de pliegues mucosos del intestino delgado por depósito amiloide en la muscularis mucosae y submucosa, y la TC puede poner de manifiesto engrosamiento o dilatación de asas intestinales40. En la amiloidosis AL también puede observarse infiltración de tejidos blandos a cualquier nivel, siendo característica la afección de la lengua con macroglosia (hecho que es muy infrecuente en la amiloidosis AA o por alteración del gen de la transtirretina)23. El depósito en las glándulas exocrinas puede producir un síndrome seco41. Dr. Francisco Sogor. En relación con la vertiente cardiológica, quisiera señalar algunos aspectos. En primer lugar, la disociación entre el ecocardiograma y el ECG. El hecho de que en el primero hubiera datos de hipertrofia ventricular que no se traducían en el segundo debía hacer sospechar que el engrosamiento no se debía a auténtica hipertrofia, sino a una probable amiloidosis cardíaca. En segundo lugar, y tal como se ha comentado, inicialmente no se encontraron datos ecocardiográficos indicativos de amiloidosis, pero en una exploración más detallada sí se pudo observar escasos microdepósitos indicativos de material amiloide. En tercer lugar, cabe señalar que había cierto grado de discordancia entre la expresión clínica de los edemas y el grado de disfunción ventricular derecha, por lo que no tengo ninguna explicación plenamente satisfactoria. Dr. Miguel Pérez-Mateo. En este mismo sentido, ¿cómo interpretaron los clínicos los edemas del paciente? Dr. S. Reus. Se descartó el síndrome nefrótico, así como hipoalbuminemia, compromiso venoso en EEII e incluso en vena cava inferior. A pesar de que existiera cierto grado de discordancia, debemos seguir manteniendo que los edemas eran secundarios a insuficiencia ventricular derecha. Dr. Ignacio Aranda. En relación con el diagnóstico de amiloidosis, quisiera señalar que hay que hacer estudios inmunohistoquímicos completos, ya que no es infrecuente que exista positividad para más de una molécula. No se trata de que los anticuerpos empleados no sean adecuados, sino de que existen reacciones cruzadas. Es por ello que en tales casos se debe valorar más la intensidad de la reacción que su simple positividad. En relación con el diagnóstico morfológico, quiero también señalar la conveniencia de practicar biopsias profundas que incluyan la submucosa, para aumentar las posibilidades diagnósticas. Dr. S. Reus. Si la amiloidosis no es una auténtica enfermedad inflamatoria, ¿por qué se produce artritis? Dr. Enrique Batlle. Como ya se ha dicho, la artritis en la amiloidosis es muy poco frecuente, y realmente sólo hemos conseguido series al estudiar la artritis que presentan los pacientes hemodializados con amiloidosis. Aunque ignoro la causa de esta baja proporción de artritis, quiero señalar, por un lado, que el líquido articular en estos casos acostumbra ser muy poco inflamatorio y, en segundo lugar, que esta afección no sólo es articular, sino ósea y de partes blandas. Dr. Emilio Griñó. La macroglosia que presentaba el paciente, ¿afectaba a todo el músculo o sólo a la parte lateral? Dr. S. Reus. Lo más llamativo era el aumento de la consistencia de toda la lengua a la palpación. Por otro lado, aun tratándose de una enfermedad de depósito, no se sabe por qué la afección no es homogénea en todos los tejidos, y en el presente caso destacaba la ausencia de afección renal. Dr. J.M. Grau. Como se ha dicho en la discusión, hay afección renal en un 70-80% de los casos de amiloidosis AL. Cuando aquélla no se detecta, se cree que es debido a que el amiloide se deposita de forma predominante en los vasos, en lugar de los glomérulos. Siguiendo en este sentido, ¿cómo se trató al paciente y cuál fue su evolución? Dr. S. Reus. El paciente está recibiendo ciclos de melfalán y prednisona, junto a diuréticos como tratamiento sintomático. Ha recibido hasta la actualidad dos ciclos y su situación es de estabilidad. No se contempló la posibilidad de trasplante hematopoyético por la edad y por la muy probable afección cardíaca. Dr. M. Pérez-Mateo. ¿Cómo se entiende en la nueva clasificación de amiloidosis la denominada amiloidosis cardíaca senil, que afecta básicamente a aurículas y que se cree que es muy prevalente a partir de los 80 años de edad? Dr. S. Reus. En este caso llegamos a plantearnos este diagnóstico, hasta que dispusimos de los resultados de la inmunohistoquímica y de la positividad de la cadena ligera monoclonal. Es una forma con predominio, pero no exclusivo, de afección cardíaca, relacionada con una mutación del gen de la transtirretina. También hay otra forma localizada en aurículas, en las que el amiloide es el péptido natriurético auricular. Creo que sólo hay que plantearse estos diagnósticos cuando no hay evidencia de amiloide de tipo primario ni secundario. DIAGNÓSTICO ANATOMOPATOLÓGICO Amiloidosis primaria (AL) con depósito monoclonal de cadenas ligeras lambda. Agradecimiento A los Dres. Íñigo López-Azkarreta y Miguel Pérez-Mateo, del Servicio de Medicina Interna del Hospital General Universitario de Alicante. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Sinha MK, Lachmann HJ, Kuriakose B, Abdulla AK, Aggarwal RK. An unusual cause of progressive heart failure. Lancet 2001;357:1498. 2. Laraki R. Cardiac amyloidosis. General review. Rev Med Interne 1994; 15:257-67. 3. Liao R, Jain M, Teller P, Connors LH, Ngoy S, Skinner M, et al. Infusion of light chains from patients with cardiac amyloidosis causes diastolic dysfunction in isolated mouse hearts. Circulation 2001;104:1594-7. 4. Dingli D, Utz JP, Gertz MA. Pulmonary hypertension in patients with amyloidosis. Chest 2001;120:1735-8. Med Clin (Barc) 2002;119(2):66-72 71 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. GRAU JM, ET AL. EDEMAS EN MIEMBROS INFERIORES Y ESCROTO EN UN VARÓN DE 66 AÑOS 5. Casademont J, Ariza A. Varón de 71 años con poliartritis, masas de partes blandas en el glúteo derecho y pelvis menor y fractura patológica del cuello de fémur izquierdo. Med Clin (Barc) 1992;98:107-16. 6. Liepnieks JJ, Burt C, Benson MD. Shoulder-pad sign of amyloidosis: structure of an Ig kappa III protein. Scan J Immunol 2001;54:404-8. 7. Blanco P, Viallard JF, Bonotto B, Buy E, Pellegrin JL, Leng B. Joint involvement in AL amyloidosis. Ann Med Interne (Paris) 1999;150:287-93. 8. Muñoz Gómez J. Amiloidosis en hemodializados. En: Rodríguez de la Serna A, Blanch J, Benito P, editores. Temas actuales de Reumatología. 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