Newsletter Nº 6 – Otro punto de vista Abril 2010 LA VOLUNTARIEDAD O LA REGULACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA El debate entre la voluntariedad o la regulación de la responsabilidad social corporativa presenta dos posibles modelos de responsabilidad social corporativa: uno donde las empresas se autorregulen e implementen estrategias y sistemas de gestión voluntariamente, y otro que propone una regulación mínima que establezca unas directrices. En esta sección, queremos presentar brevemente los argumentos principales del debate: ARGUMENTOS A FAVOR DE LA REGULACIÓN 1. La regulación es necesaria Debido a la importancia de las cuestiones en juego y el poder de las empresas transnacionales, es necesaria una propuesta legislativa para la implementación de un modelo de desarrollo sostenible. Las empresas no actuarán de forma responsable sin regulaciones que definan los parámetros y controlen su cumplimiento. Actuar de acuerdo con la responsabilidad social corporativa (RSC) puede representar costes a corto plazo y beneficios a largo plazo, con lo que las empresas necesitan otros incentivos para actuar ahora y no esperar. El business case de la responsabilidad social corporativa implica que las empresas serán recompensadas por su conducta respetable hacia la sociedad y el medio ambiente. Sí el business case falla, la empresa no seguirá con su cumplimiento, es decir, si no hay incentivos económicos, la compañía no tendrá por qué incluir conceptos sociales y ambientales. Un ejemplo de fallo es el hecho de que los mercados de valores todavía no valoran adecuadamente los resultados a largo plazo. Además, se han desarrollado numerosos estándares y códigos de conducta generando una cierta confusión sobre lo que realmente incluye la responsabilidad social. La falta de definición implica para las empresas la dificultad de saber qué se les exige. Existe también el riesgo de que las empresas solamente elijan aquellos indicadores sobre los que le gustaría informar. Por tanto, la regulación conllevará una definición concreta y también una aclaración del concepto. 2. Sin verificación externa no se puede garantizar el cumplimiento Sin legislación y sin verificación externa no hay cómo ni quién pueda garantizar la conducta ética y sostenible de la empresa. Existe el riesgo de que las empresas usen la RSC solamente como una estrategia de publicidad. Generalmente, las violaciones de códigos de conducta ocurren en países en desarrollo donde las leyes nacionales son menos rigurosas, Newsletter Nº 6 – Otro punto de vista Abril 2010 mientras que en países de la OCDE, los ciudadanos están protegidos por regulaciones más estrictas y los derechos de los interesados generalmente están reconocidos. Por lo tanto, hay una necesidad de definición a nivel mundial. Además, hay grandes diferencias entre los códigos y, por eso, es difícil comparar entre ellos. La regulación es una herramienta con la que medir el cumplimiento de la responsabilidad por parte de empresa y, sin ella, no será posible saber si la conducta de una compañía es responsable o no. 3. Las empresas propondrán iniciativas según las posibilidades de obtener ganancias y no según la necesidad verdadera de la comunidad Las compañías pueden elegir adoptar estrategias de RSC que realcen su reputación pero que no estén basadas en las verdaderas necesidades de desarrollo sostenible. Las empresas tienden a favorecer actividades que conllevan beneficios, aplazando iniciativas de RSC, que aunque son menos vistosas, tienen consecuencias positivas duraderas para los interesados. ARGUMENTOS EN CONTRA DE LA REGULACIÓN 1. La regulación no es necesaria La regulación del comportamiento de las empresas no es necesario que sea obligatoria, dado que las compañías serán recompensadas por incorporarla en su operación. Por tanto, las empresas por sí mismas tenderán a adoptar estas estrategias. Existen diferentes incentivos, como las ventajas competitivas que pueden significar el hecho de adelantarse a sus obligaciones. La RSC es un beneficio para la empresa, dado que mejorará su gestión de riesgos y le proporcionará mejores resultados. Además, cada vez hay más presión por parte de los consumidores, los interesados y los inversores socialmente responsables. El mercado presionará para que se actúe de forma responsable, recompensando a los buenos y castigando a los malos. Asimismo, el uso de formas de motivación basadas en castigos y premios dará la posibilidad de alcanzar resultados con más seguridad y con más facilidad. En relación a la responsabilidad ambiental, los castigos pueden ser impuestos y sanciones a las empresas que contaminen; mientras que los premios pueden significar subvenciones para las empresas que reduzcan voluntariamente sus emisiones contaminantes. 2. La necesidad de la empresa de poder evaluar sus posibilidades de actuación La RSC debería formar parte de la operación de la empresa, es decir, que los parámetros sociales y ambientales estuvieran incluidos en cada actividad. La empresa tiene que determinar cómo puede incluir la responsabilidad, basándose en sus capacidades y recursos. Por lo tanto, existe la necesidad de poder determinar independientemente cómo expresar e integrar sus valores en la estrategia comercial. Newsletter Nº 6 – Otro punto de vista Abril 2010 Asimismo, las empresas se enfrentan a retos y necesidades distintos dependiendo del sector y del contexto donde operen. Será difícil alcanzar un marco de legislación e indicadores que puedan ser útiles para empresas e interesados en todos los sectores. 3. Los límites de la legislación La legislación presenta varias limitaciones. Por ejemplo, implicará solamente una base de estándares de conducta mínima y rudimentaria, debido a que tiene que ser posible implementarla mundialmente. La legislación va en contra del concepto de la RSC. La primera es restrictiva, mientas que la segunda debería ser proactiva. La idea de la RSC es que sea flexible y proactiva, para que las empresas puedan mejorar continuamente sus prácticas, adopten nuevos retos e innoven con nuevos productos. Las empresas son capaces de adaptarse e innovar y su creatividad puede llegar a ser más potente que la de las autoridades. La legislación no puede adaptarse con facilidad a circunstancias y dificultades nuevas y, por tanto, las leyes estarán siempre un paso más atrás que las necesidades y el desarrollo. Por orto lado, la legislación estará enfocada en los resultados, mientras que el objetivo de la responsabilidad social va más allá de éstos. La responsabilidad consiste en la política de gestión de la empresa y, por tanto, significa más que solamente medir resultados. Debería formar parte de la operación en sí. Recientemente, ha surgido una tercer parte del debate que promueve la combinación entre la regulación y la voluntariedad. Este punto de vista destaca los cambios actuales en algunos países europeos, donde se están modificando las legislaciones para que incluyan factores de la responsabilidad social corporativa. Newsletter Nº 6 – Otro punto de vista Abril 2010 Referencias Argandoña, A. Responsabilidad social: ¡obligatoria o voluntaria? Comentarios de actualidad, febrero 2009. La Cátedra “la Caixa” de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo. Broomhill, Ray (2007). Corporate social responsibility: Key issues and debates. Dunstan paper, No. 1/2007 Crane, A., D. Matten y L. Spence (2007) Corporate social responsibility: Readings and cases in a global context. New York: Routledge Cuesta Gonzaléz, M. de la y C Valor Martinez. (2004) Fostering corporate social responsibility through public initiative: From the EU to the Spanish case. Journal of Bussiness Ethics. Vol 55: 275-293 Woot, P. de (2005) Should Promoteheus de bound? Corporate global responsibility. New York: Palgrave Macmillan