Diques: un riesgo de conflicto binacional Pablo Hernández Batista Las aguas de lluvia que eventualmente rebasen los diques y presones en Ciudad Juárez pueden llegar a convertirse en un problema internacional de contaminación ambiental, concretamente para el río Bravo y el depósito de agua subterránea compartida con El Paso, advirtieron ayer dos especialistas del estado de Texas. En un escenario crítico, esas demasías correrían por las calles arrastrando a su paso todo tipo de residuos sólidos y elementos contaminantes, como son los aceites, que pasarían al Bravo y eventualmente al Bolsón del Hueco, indicaron ayer Kevin Ward y Darío Vidal Guerra, administrador ejecutivo y miembro del Comité Texano para el Desarrollo del Agua, respectivamente. Ambos coincidieron en que esa es una posibilidad adicional a los daños materiales y humanos que ocasiona el agua de lluvia liberada en grandes volúmenes y fuera de control. “Efectivamente el daño puede ocurrir, pero también hay que considerar que para mitigar eso deben existir diques de contención y estándares para detener esas aguas y plantas de agua pluvial para tratarlas y removerles los sólidos antes de que entren a la corriente del Bravo... si la contaminación ocurre generalmente es porque el agua de lluvia sobrepasa la capacidad de la infraestructura hidrológica”, detalló Ward. Vidal indicó que ese daño puede mitigarse a través de las plantas tratadoras que opera actualmente la ciudad de El Paso. El nivel de tratamiento de aguas residuales que se da en la vecina ciudad es “mayor” al que se brinda en Ciudad Juárez (nivel secundario), comparó a su vez Ward. JUÁREZ, MEJOR POSICIONADO Ward dijo que, en comparación a Juárez, la ciudad de El Paso cuenta con un acceso menor al agua almacenada en el Bolsón del Hueco. “Es debido a la localización: Juárez se encuentra prácticamente encima de una gran porción de ese bolsón y El Paso se asienta apenas en una porción de la orilla norte... ustedes tienen una parte más amplia y más prolífica de ese manto freático”, explicó el comisionado. Por ese motivo, dijo, El Paso debe brindar tratamiento al agua del río Bravo que es liberada de las presas Elefante y Caballo, mucha de la cual es agua sucia que es usada para el riego agrícola. DESALINIZADORA EN FORT BLISS “Esa agua la tratan y la vuelven al poner en el sistema... hay otra agua que están tratando, mejor dicho desalinizando la extraen de Fort Bliss, al norte del aeropuerto, a través de un sistema de desalinización que es muy caro... esa agua la vuelven a inyectar al subsuelo en una área especial”, apuntó Ward. Ayer, Ward resaltó la importancia que tiene para esta cuenca la planta desalinizadora que ayer fue inaugurada en El Paso, la más grande del mundo en tierra firme y la cual producirá agua potable para consumo exclusivo de los paseños. • 50 AÑOS DE VIDA Dijo que esa tecnología (desalinizadora) se encuentra disponible para quien se interese en usarla y la pueda pagar. La planta costó más de 90 millones de dólares y eso significará un ahorro en la explotación del Bolsón del Hueco, cuyo manto freático se calcula que durará más de 50 años. El Paso ya no tendrá que comprar agua potable en Hudspeth, concluyó Ward.