Descargar y leer primeras páginas de Había una vez

Co lecc i ó n h a b í a u n a v e z
Una colección de pictocuentos, creada por Graciela Montes,
que presenta narraciones breves en un lenguaje lúdico
y poético, con elementos gráficos que ayudan a la mejor
comprensión textual. Libros para leer acompañados o para
comenzar a leer solos.
Había una vez una casa
Graciela Montes
Saúl Oscar Rojas
Graciela Montes
Juan Lima
Graciela Montes
Isol
Graciela Montes
Claudia Legnazzi
www.loqueleo.santillana.com
Graciela Montes / Saúl Oscar Rojas
Graciela Montes
Elena Torres
GRACIELA MONTES
SAÚl oscar rojas
GRACIELA MONTES
SAÚl oscar rojas
H abía una vez una
Era una casa linda y muy
grande,
MUY PERO
era la casa.
T an pero tan grande
que en ella vivían
.
tres
dos
,
, Un
cinco
un
,
,
diez
y un de gallina.
,
Y además un
que, como era tan grande,
vivía en el jardín.
L os días en que brillaba el
el gigante era un gigante bueno.
S e ponía un rojo
y salía a regar las Y
.
después todos comían
y se iban a jugar al
P ero los días en que el cielo
estaba lleno de ponía a , el gigante se
ponía malo, muy malo,
y gruñía
y los y las
y el
y se
y los
y el
y las
salían corriendo, muertos de
y el gigante pisaba el
,
arrancaba las
y los perseguía por todo el jardín.
U n día como otros días el
se nubló, el cielo se puso
y empezaron a caer
—¡
.
S ocorro! —gritaron los
y salieron corriendo.
S álvese quien pueda! —gritaban
—¡
todos mientras escapaban.
B ueno, todos no. El
de gallina no se quiso ir.
En una de ésas ustedes piensan
que eso no puede ser porque
no hay huevos caprichosos.
P ero sí! Porque este
¡
no era solamente un
era mucho más que un
ya
. Ahora
.
E ra un
Y
un pollito muy valiente
porque, en cuanto nació, se
subió a un —
y dijo:
N o hay derecho a que el
gigante nos corra y nos
gruña cada vez que Bravo! E l
—¡
—dijeron los
.
tiene razón
Pero… ¡Pero el gigante es
—
muy grande!
Y
SE fueron y dejaron al
muy solo, muy solito.
Tum! ¡Tum! Resonaban los
¡
del gigante por el jardín.
Y
se oían los gruñidos
El pollito, de pie en el banquito,
esperaba con los
cerrados,
(porque era un pollito valiente,
pero igual tenía miedo).
Q ué hacés acá,
—¿
—rugió el
?