Los aspectos concretos y básicos que se deben tener en cuenta a la hora de elaborar un itinerario interpretativo serán los siguientes: 1° Elección del tema del itinerario. Quizás es el paso más importante porque condiciona todo el desarrollo de la actividad. Los Itinerarios Interpretativos pueden atender a cualquier aspecto de la realidad patrimonial o arquitectónica. El tema puede centrarse en un tema particular (Arquitectura civil de los pueblos del Eje Cafetero, urbanismo barroco en Cartagena de Indias…), o bien tratar todos los aspectos relevantes de un espacio (El Patrimonio inmueble de Tunja, El Valle de Saquencipá como ejemplo de paisaje colonial…), interaccionándose todos los aspectos patrimoniales. 2° Planteamiento de objetivos específicos del Itinerario. Es decir, qué es lo que se espera que el público sepa, recuerde y valore y qué actitudes tomar. Se pueden resumir en las siguientes tres preguntas: ¿Qué queremos que la gente sepa? ¿Qué queremos que la gente sienta? Es decir, la afectividad o los valores. ¿Qué queremos que la gente haga? 3° El lugar y el recorrido. Un itinerario tiene como finalidad dar a conocer la realidad de un determinado bien o entorno, pero hay que buscar un lugar que sea adecuado y que tenga contenidos sobre el tema. Si en el lugar hay varias opciones para elegir, hay que incluir en la decisión criterios como la comodidad, las cuestiones estéticas, los servicios, etc. 4° La distancia y el tiempo del recorrido. Si la información a transmitir es mucha, mejor que los itinerarios sean cortos, con 5 a 8 paradas, para no abrumar con información al grupo. Igualmente, para no superar los límites de concentración en un itinerario que debe ser largo, es mejor no aumentar ni el número de contenidos ni el de paradas. Algunos de los “trucos” que se deben aplicar son, por ejemplo: En vez de parar, a veces es mejor hacer invitaciones para observar determinados aspectos del recorrido sin detenerse. También es norma común hacer más paradas al inicio que al final. Establecer qué tamaño tiene el recorrido en longitud, y cuánta es su duración y tiempo promedio, para indicarlo al grupo. Los recorridos se pueden hacer igualmente de diferentes formas; el más frecuente es el circular, es decir, el que acaba y comienza en un solo lugar; el menos común es el lineal, con principio y fin diferentes y por último, un recurso muy útil y apenas utilizado, es el recorrido en “ocho” o en dos bucles, que da la opción de hacer el total o solo una parte del itinerario. 5° El Guía. El papel del guía, cuando lo hay, porque ya se ha comentado que puede ser autoguiado el itinerario por medio de apps o documentos, carteles, paneles, es fundamental. El guía no es solo el que narra el itinerario, sino que debe ser parte integrante del grupo y de él dependerá que el itinerario resulte atractivo, monótono o interesante. ¿Cómo se consigue? Por diferentes medios. El más fundamental es generar un ambiente interactivo o amigable para la participación del grupo. El guía debe animar a los participantes a preguntar. Él invita a observar el rasgo. La observación visual directa con las personas del grupo genera confianza. Igualmente, el 143