EDUCAR PARA LA VIDA: AMOR Y FIRMEZA Educar es enseñar al

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EDUCAR PARA LA VIDA: AMOR Y FIRMEZA
Educar es enseñar al niño a extraer lo mejor de sí mismo. Para
conseguirlo, se les enseñará a diferenciar el bien del mal en las cosas; a
mirar con cariño lo bueno que hay en cada una de ellas e interpretar
positivamente su propia vida.
Los hijos necesitan y buscan tener límites claros, que los ayudan a
entender lo que se espera de ellos. La falta de normas claras y un excesivo
consentimiento a sus caprichos, los llevarán a tener un poder desmesurado
y difícil de controlar. Esto les puede generar inestabilidad emocional e
intranquilidad en su comportamiento.
Su conducta se puede afectar, mostrando dificultad para
concentrarse, incapacidad para realizar una tarea en un tiempo determinado
o para cumplir normas impuestas por padres y profesores.
De ahí la importancia de establecer reglas educativas claras, que
ayudarán a fortalecer la voluntad de los niños para enfrentarse a situaciones
que les resulten desagradables, y que incluso puedan considerar injustas.
Los padres se enfrentan al reto, de superar su deseo natural de “ver a
su hijo contento” y de darles todo lo que piden. Para conseguirlo se
requiere firmeza, y la convicción de que la renuncia, el esfuerzo, el
sacrificio, la aceptación de límites, son parte esencial para su sano
crecimiento.
Para adquirir firmeza se requiere trabajar sobre uno mismo, para
evitar que nuestras tendencias afectivas, incidan negativamente, en la buena
educación de los hijos.
Los padres deben estarán siempre unidos, como un equipo, frente a
los hijos, deben estar de acuerdo en las decisiones relacionadas a su
educación y tratarlos con respeto y confianza. A su vez, esto repercute
positivamente en la personalidad del niño, proporcionándole seguridad en
sí mismo y una alta autoestima.
La formación de los padres es esencial para conseguir un entorno
familiar armonioso y una comunicación clara y abierta. Los talleres de
padres, para comentar experiencias de distinto tipo, ayudarán a buscar
soluciones en común y a tener una retroalimentación. También existen
cursos con temas específicos de acuerdo a las edades y al desarrollo del
niño, con pautas y recomendaciones útiles.
Educar es un desafío y los padres deben esforzarse para hacerlo de
la mejor forma posible, con amor y firmeza, con la convicción de que los
límites claros, son positivos en su educación. Hay que estar siempre
disponibles y atentos, para sacar lo mejor del niño y ayudarles a convertirse
en personas que puedan servir al Ecuador y al mundo.
María Sol Mendoza P.
Coordinadora DOBE
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