Hominización y humanización

Anuncio
Hominización y humanización
Margarita Perez de Nucci de Apás
JTP Cátedra de Antropología Médica FM UNT
La pregunta qué es el hombre es un caso particular de la pregunta ¿Qué es la
vida? La posibilidad de comprendernos a nosotros mismos depende en gran
medida de la habilidad para descifrar los datos del pasado. El presente es sólo
un punto en el largo flujo de las edades, la vida es una y continúa en el espacio
y en el tiempo; La cuestión del origen de la vida se ha intentado responder
desde 2 ámbitos distintos: la religión y la ciencia. Las religiones apelan a las
enseñanzas tradicionales, a las comunicaciones de la Divinidad con los
profetas o grandes hombres de la divinidad; a los relatos míticos y epopéyicos
transmitidos en formas orales o recogidas en los libros sagrados; las ciencias
en cambio procuran analizar los datos observados, los documentos
encontrados y los hechos que intentan explicar. Las religiones se aceptan por
la fe por respeto a las verdades tradicionales en cambio las teorías científicas
por la evidencia y por la demostración científica. La mayoría de las religiones
afirman de manera más o menos explícita que el universo procede de Dios (o
de los dioses). Para el hinduismo (s. X a C.) todo lo que existe procede del dios
Brahma; según los babilónicos (s. XIX a. C.) el dios Marduk creo el sol y la
humanidad; si nos centramos en la tradición judeocristiana a la que pertenece
nuestra cultura, el relato de la creación consigna en el Génesis, que Dios crea
al hombre y a todo lo que existe de una vez y para siempre, con caracteres
inmutables (teoría fijista). Frente al fijismo que sostenía la creación inmediata,
directa de cada una de las especies animales y vegetales, el evolucionismo
hace descender las especies actuales por progresiva especialización y
diferenciación de uno o pocos troncos primitivos llamados phyla (linaje, tronco,
estirpe).Los organismos actuales descienden de formas más primitivas que a
través de innumerables generaciones se han modificando en el transcurso de
los tiempos geológicos. Lo más perfecto viene de lo menos perfecto, lo más
especializado de lo menos especializado. El evolucionismo ofrece el marco
general para entender cómo el hombre, su cuerpo y su mente proceden de una
larga cadena evolutiva. Como antecedentes de la teoría evolucionista se puede
señalar a la concepción fijista o estática: creencia en la inmutabilidad de las
especies. Creencia sostenida desde Platón, Aristóteles, sostenida por los
relatos bíblicos y defendida en el siglo XVIII por Linneo y en el siglo XIX por
Curvier, que sostuvieron que las especies son invariables y fijas desde su
creación. Fue Lamarck ( 1744-1829) quien hizo la primera formulación rigurosa
del evolucionismo. La explicación lamarckiana sostiene que la vida se
desarrolla en un medio determinado en el que se producen cambios que
obligan al viviente a adaptarse pues le surgen nuevas necesidades y además
los organismos poseen un impulso interno hacia la perfección. Para adaptarse
1
se desarrollan nuevos órganos o se atrofian los ya existentes. Estas
modificaciones se transmiten por herencia a los individuos de la misma
especie. El lema de Lamarck era la función hace al órgano, por ejemplo las
jirafas tendrían el cuello largo por que durante muchas generaciones lo habían
estirado con el fin de llegar a las hojas de los árboles. Esta afirmación,
desmentida posteriormente por los estudios de genética, se basa en la
afirmación de que se heredan las modificaciones adquiridas durante la vida del
individuo. La formulación más madura del evolucionismo fue propuesta por
Darwin ( 1809-1882) en su obra La teoría de las especies, publicada en 1859
donde presenta dos ideas esenciales: la primera que todo lo viviente desciende
de formas anteriores más primitivas, la segunda que esa evolución se debe a la
selección natural. Las posiciones evolucionistas del s. XVIII y de comienzos del
s XIX tuvieron una débil resonancia en su época, ya que el criterio dominante
era el de la invariabilidad de las especies, defendido entre otros por Cuvier,
considerado uno de los padres de la paleontología. Según esta teoría fijista o
fixista, todas las especies son invariables y por lo tanto no existe evolución. La
explicación para la aparición y desaparición de las especies era, diversas
creaciones sucesivas debida a grandes cataclismos geológicos. Darwin fue el
primer científico que de manera explícita defendió la evolución de todas las
especies vivas incluido el hombre. Si bien Lamarck había formulado una teoría
evolucionista, no incluía al hombre dentro del proceso. En 1859 Darwin publica
El origen de las especies donde formula la teoría de la selección natural
basada en la supervivencia del más apto y la lucha por la existencia. Para él no
existe ningún presupuesto determinista o finalista dentro de la evolución, sino
que todo es un puro mecanismo probabilista, es decir, que el proceso de la
evolución no se encuentra trazado no orientado a ningún fin, sino que depende
del juego de fuerzas que en él intervengan. Todas las especies tienden a
multiplicarse hasta saturar el habitat, cuando esto ocurre y comienzan a
escasear los alimentos, entonces comienza la lucha por la supervivencia y
lograrán sobrevivir los más dotados. Estos transmitirán sus caracteres a sus
descendientes, que a su vez vivirán más que los descendientes de los menos
dotados; de esta manera actuando sobre los individuos se van modificando las
especies y originando especies nuevas. En la época de Darwin no se sabía
cómo se producen esas variaciones casuales que resultan útiles, ni cómo se
transmiten de generación en generación, serán los avances en e campo de la
genética los que permitirán posteriormente aclarar el proceso. Así los
individuos de una población están expuestos a una serie de mutaciones que se
producen al azar independientemente de que sean ventajosas para sus
poseedores; la selección natural preserva y multiplica las mutaciones
ventajosas y elimina las dañinas; algunas mutaciones pueden producir
casualmente modificaciones gracias a las cuales los individuos se adaptarán
mejor al ambiente en que viven, mientras que por el contrario otras mutaciones
introducirán variaciones perjudiciales para los individuos. El que una mutación
pueda ser útil o inútil, viene determinado por el medio ambiente en que se vive.
2
Los descendientes generalizarán la nueva variación de la que son portadores
en su código genético. Podríamos decir que mutaciones y selección natural se
complementan; las mutaciones no siguen finalidad ni orden alguno; sin las
mutaciones no habría variabilidad ni cambio, sin la selección natural la
variabilidad sería caprichosa y generalmente perjudicial. Si hacemos referencia
a la evolución ya no hablamos de una hipótesis, sino de un proceso, de una ley
biológica a la que están sometidos todos los seres vivos. Se podrá discutir
sobre los mecanismos o factores pero no sobre el hecho como tal. Hoy ya no
hablamos de evolución biológica sino de evolución cósmica, como un hecho
generalizado que afecta a la realidad toda. De esta manera podemos hablar de
cosmogénesis, biogénesis y antropogénesis.
Cosmogénesis: Según la teoría de Eddington elaborada hace más de 50 años,
hace 20.000 millones de años que comenzó la hora cero, nuestro sistema solar
se formó hace 5.000 millones de años y nuestra tierra comenzó a enfriarse
hace 4.500. Biogénesis: hubo aproximadamente 600 millones de años sin vida:
era azoica; después aparecieron los organismos unicelulares y los
pluricelulares aparecieron hace 700 millones de años que llevaron a la vida las
casi 2.000 millones de especies conocidas hoy en día. El último eslabón de
este proceso es el hombre que apareció hace 2 0 3 millones de años. A pesar
de todos los datos aportados, no estamos frente a una teoría excluyente,
definitiva y completa, por el mismo carácter provisional de la ciencia. Hay
aproximadamente 28 teorías diferentes; de cualquier manera, a medida que se
siguen analizando los datos de las diferentes ciencias naturales, se manifiesta
que: Todas las especies vivas están sometidas a un proceso de evolución. Que
la vida sigue evolucionando. Que las especies más desarrolladas proceden de
las menos desarrolladas. El descubrimiento del ADN, los progresos en la
paleontología y la genética han supuesto notables avances en la comprensión
de la evolución. En el proceso de evolución intervienen por lo tanto la selección
natural y la acción de las mutaciones genéticas. Por lo tanto la dirección y
velocidad de la evolución está condicionado por factores como: la influencia del
medio o cambios ambientales, la longevidad de los individuos de la especie, el
número de especimenes afectados por la variación, la amplitud y
características del proceso mutacional, la relación de uno especimenes con
otros, etc. Atento a esto y sin que sea del todo exacto podemos decir que en el
orden de los vertebrados, las especies que viven más tiempo, poseen un
cuerpo de tamaño grande, tienen largo proceso de gestación, descendencia
reducida, evolucionan con mayor lentitud que aquellas que poseen un cuerpo
pequeño, ciclo vital corto, gestación corta, y número amplio de descendientes. (
el elefante evoluciona más lentamente que las ratas y los conejos). En el
proceso de evolución numerosas especies han desaparecido sin producir
variaciones y otras han originado una larga familia; qué las diferencia?, qué
puentes unen unas especies con otras?; hay muchas teorías para dar estas
respuestas, se puede hablar de tendencias predominantes a las siguientes
leyes: Ley de diversificación: el número de especies tiende a aumentar con el
3
paso del tiempo: los primates se diversifican en prosimios y antropoides, y
estos en monos, grandes simios y humanos. Ley de irreversibilidad: cuando un
órgano se pierde o entra en regresión ya no vuelve a aparecer en las nuevas
especies; tampoco ninguna especie desaparecida; la pérdida de cola en los
antropoides, persiste. Ley de ortogénesis: el proceso tiende a la perfección, las
estructuras son cada vez más complejas: del homo erectus aparece el homo
habilis. Ley de la cerebración creciente: conforme ascendemos en la escala
evolutiva se va produciendo el perfeccionamiento del sistema nervioso, un
mayor desarrollo del cerebro. Ley de subjetivación creciente: con el desarrollo
del cerebro y la centralización de sus funciones, se produce también una
distinción entre los individuos, un aumento de la conciencia, y autonomía
funcional.
La especie Humana Se entiende por proceso de hominización el proceso
mediante el cual se fueron configurando las características anatomofisiológicas
que acabaron por modelar al ser humano. La necesidad de sobrevivir en un
nuevo medio, como consecuencia de un cambio climático, es decir el desafió
ecológico, fue lo que quizás inició e3l largo proceso evolutivo que llevó del
homínido al ser humano. Desde el punto de vista filogenético, la especie
humana y los póngidos se encuentran en la familia de los primates. La posición
bípeda constituye el primer eslabón de la humanización, ya que es la posición
propia del hombre, no forma parte de la información genética, cada niño debe
aprende a asumirla, este hecho es de por si importante ya que supone
aprendizaje. El punto de partida de la naturaleza humana es la elección, con
todas las dificultades que esto conlleva: pie plano, várices, hernias, etc. esta
posición debió constituir para nuestros ancestros una formula no deficitaria y
obedecer a imperativos precisos. Durante el Mioceno, la sequía hace que el
bosque retroceda, y sea desplazado en parte por la sabana; un gran número de
primates antropomorfos se vieron obligados a vivir en zonas más descubiertas,
lo que significa que el cambio climático y la consecuente modificación en la
vegetación hizo que algunos primates se adaptaran a la sabana. El cambio de
un horizonte cerrado a uno abierto, con distancias no manejables impuso
modificaciones en la alimentación y en la seguridad vital. La alimentación opera
como imperativo en la adaptación de los órganos prensiles y masticatorios; la
selección y exploración de los alimentos exige mayor precisión para localizarlos
y alcanzarlos; esto influye en la relación espacio- percepción; La adaptación de
la posición erecta supuso por parte de los primitivos homínidos, toda una serie
de modificaciones anatómicas: los pies se especializaron en su función
sustentadora, la pelvis y la columna vertebral sufrieron transformaciones,
aumentó el tamaño del cerebro. La posición erecta bípeda trajo como
consecuencia el alargamiento de los miembros inferiores; el pie humano
favorece el equilibrio y la marcha, posee una forma curva, su planta es
abovedada, y sólo apoya el antepié y el calcáneo lo que le facilita alargar el
paso, el equilibrio y una gran flexibilidad; en los póngidos el pie no ha perdido
su capacidad aprehensora y por lo tanto está muy débilmente adaptado a
4
soportar por sí solo el peso del cuerpo y el esfuerzo de la marcha. La pelvis en
el hombre es más corta y ancha en la que descansa todo el peso del cuerpo
que de manera equilibrada se transmite a las piernas. La columna vertebral se
une con el cráneo y con la pelvis, pero en los póngidos como en la mayoría de
los mamíferos la columna se une con el cráneo en la parte posterior, mientras
que en el hombre la unión ocupa una posición central permitiendo un perfecto
equilibrio de la cabeza y la columna, en los póngidos la cabeza " cuelga" hacia
adelante. Sólo en el caso del hombre la transmisión del peso del cuerpo y del
cerebro a la pelvis se realiza en dirección vertical. El bipedismo y la posición
erecta favorecieron la liberación de la mano de su función sustentadora y la
dejaron libre para otras tareas; los brazos se hicieron más cortos, y las manos
adquirieron mayor habilidad y especialización. Con la adaptación progresiva al
suelo, el homínido necesitaba mantenerse lo más erguido posible con el fin de
vigilar y explorar el entorno. Resulta fácil comprender el valor de supervivencia
que supuso sostenerse de pie y andar erguido sin gran fatiga. El mantenerse
erguido trajo consigo cambios anatómicos: Pérdida de la capacidad prensil de
las extremidades inferiores, dejando de ser oponible el dedo gordo.
Acortamiento de los dedos del pie. La modificación de la planta del pie, plana y
musculosa, en los póngidos y que adquiere en el homínido la forma arqueada.
La modificación de la pelvis que se hizo más ancha y corta La curvatura en
forma de s de la columna vertebral La aparición del agujero entre los huesos
largos de la pierna, tibia y peroné, permitiendo un mayor refuerzo muscular. La
verticalidad de la cabeza con respecto de la columna vertebral que facilita mirar
mejor hacia adelante. La mano humana es más corta, ancha y posee un pulgar
oponible. En el homínido las manos se fueron modificando, los dedos
desarrollando un movimiento más armónico y el dedo pulgar quedó opuesto a
los demás, posición que permitió el efecto pinza, es decir el poder agarrar los
objetos. De esta manera en el proceso de hominización pudieron producirse
una serie de acciones y reacciones que posibilitaron una serie de avances
entre los que podemos mencionar: Todos estos cambios hacen que
desaparezca el aspecto de fiera y emerja el rostro humano. La posición erecta,
el bipedalismo, la liberación de la mano, la forma de la columna vertebral y el
conjunto de modificaciones consiguientes, guardan una estrecha relación con
el tamaño del cerebro; sólo un ser que camina completamente erguido puede
poseer un cerebro tan desarrollado y a la recíproca, sólo un ser que posea un
cerebro tan desarrollado puede marchar tan erguido. Todos estos elementos
guardan una relación dialéctica, cada modificación en una de ellas repercute en
todas las demás y la modificación de éstas repercute en las anteriores, cuyas
modificaciones vuelven a repercutir en las restantes etc. La aparición del ser
humano es el hecho más notable de la evolución biológica, una vez
conseguidos los caracteres que lo hicieron posible, proceso de hominización se
produjo un cambio cualitativo proceso de humanización, es decir el paso de la
evolución biológica a la evolución cultural. El ser humano apareció sobre la
Tierra en un tiempo relativamente reciente y si lo comparamos con sus
5
parientes homínidos, podremos constatar que las diferencias más significativas
no se refieren a la anatomía sino que se refieren a la conducta, a la transmisión
de experiencias que le han permitido modificar el hábitat de acuerdo a sus
necesidades. Donde se instalan grupos que inician modificaciones morfológicas
también se plantea el problema de la rivalidad para adquirir derechos: el
derecho el nido ecológico propio. La integración comporta gran violencia; es
probable que en un primer momento la debilidad física de nuestros ancestros
les impusiera como única salida la huida; la probable mortandad debió ayudar a
la búsqueda de protección y en un segundo momento a los medios defensivos.
La utilización de los instrumentos, modificación y posterior fabricación marca la
transición de una respuesta animal a una no animal. El concepto de
manipulación es un hecho cultural: es utilizar lo dado de acuerdo a las
necesidades. El uso y control del fuego debió estar precedido de largos
períodos de perdida y conservación del fuego natural; su utilización parece
situarse hace 700.000 años, y supuso aumentar el valor digestivo y nutriente de
los alimentos; el calor del fuego lo protegía de las fieras y del frío, y puso
límites a su nomadismo: la célula familiar se convierte en hogar: el término
hogar viene de focus que significa fuego, fogón, de donde viene nuestro
vocablo foco. Según numerosos antropólogos, una vez surgido el homo
erectus, el cerebro comenzó a dirigir la conducta, a dictaminar lo que el cuerpo
debía hacer, lo que la mano debía ejecutar. Entre el cerebro y la mano
pudieron producirse toda una multiplicidad de acciones que fueron
perfeccionando la capacidad reflexiva y técnica del ser humano. La capacidad
craneana en el ser humano es de 1.800 cm3, en los póngidos es solamente de
500 cm3; la progresión en el tamaño y la complejidad del cerebro humano va
acompañada de una plasticidad funcional, la moldeabilidad de la conducta
evidencia a su vez la parición de las facultades superiores: inteligencia,
imaginación, libertad, lenguaje intencional. Resumiendo las transformaciones
morfológicas que se dieron: La posición erecta. Crecimiento de la talla.
Dentición Molares y premolares más pequeños en el hombre. Desarrollo del
cerebro. Además de los rasgos anatómicos mencionados son distintivos del ser
humano: El lenguaje articulado: único animal que ha desarrollado una
comunicación simbólica. La organización social: resultado de una cooperación
dentro del grupo, que permite el reparto de funciones. La fabricación de
instrumentos que atiende a los apremios por satisfacer las necesidades de
defensa y alimentación. La prolongación en el período de aprendizaje: es el
animal que más ha alargado la dependencia del niño con respecto a sus
progenitores. Se puede asegurar que los antecesores del hombre surgieron en
África, de ahí emigró a Asia al Oriente y a Europa, mediante un largo proceso
de adaptación y evolución dio origen al hombre de Neandertal; a través de un
largo y dificultoso proceso fueron surgiendo las características humanas:
adquisición del bipedalismo y primeros utensilios ( australopitecus), el
desarrollo de la capacidad craneana ( homo habilis) y finalmente con los
neandertales y cromagnon, el descubrimiento y la utilización del fuego,
6
distribución de la vivienda en habitaciones, los ritos religiosos y fúnebres, el
arte y la agricultura. Este recorrido se inicia hace 4,5 millones de años cuando
aparece el homínido más antiguo, y desde hace 30. 000, cuando surge el
hombre actual, no hay evidencias de cambios genéticos importantes. El
hombre es un ser industrioso que no para de inventar y transformar a la
naturaleza, diseña y fabrica instrumentos que potencian y prolongan sus
limitaciones; incapaz de vivir en la naturaleza la transforma y la adapta a sus
posibilidades: el hombre no vive en un medio natural sino en una naturaleza
transformada. Por ello es capaz de vivir en cualquier hábitat a diferencia de las
especies animales que necesitan un nicho ecológico propio. El mundo humano
es un mundo abierto, donde la respuesta no está programada, el hombre no
está condenado a una sola opción de vida; la evolución ha hecho del hombre
un ser carencial e inadaptado a un medio concreto, pero al mismo tiempo como
seres abiertos e indeterminados estamos dotados de una capacidad única de
aprendizaje. Ambos caminos nos conducen a un mismo punto: la necesidad de
conocer y actuar para superar nuestras limitaciones. El hombre está
biológicamente obligado a fabricarse una segunda naturaleza, la cultural. El
término cultura es de moderna utilización; hasta hace 200 años sólo significaba
cultivo de los campos ( del verbo latino colere) agricultura, apicultura; a lo largo
del s XIX se utiliza para hacer referencia al cultivo de las capacidades humanas
que proporcionan un tipo de conocimiento propio de las clases ociosas, cultas o
de espíritu más cultivado. Desde esta perspectiva subyace todavía la utilización
de la palabra culto en referencia a un refinamiento individual relacionado a una
clase social. Pero en un sentido técnico, tal como es utilizado por los etnólogos,
antropólogos o historiadores cultura es el conjunto de todos los elementos
constituyentes de la vida humana que son aprendidos y enseñados
socialmente; así no existen sociedades, ni hombres sin culturas, aún cuando
las variaciones y complejidades entre las culturas puedan ser diversas. Las
definiciones de cultura, al destacar el carácter social y adquirido parecen
contraponerla con lo natural, lo congénito, lo innato; lo natural que es lo que
forma parte de la natura, es el vocablo latino que se traduce por naturaleza y
que corresponde al griego physis. Cuando la palabra naturaleza se escribe con
mayúscula Naturaleza, se refiere al conjunto de lo natural, lo que no es artificial
o creado por la técnica del hombre, en este sentido el hombre es un ser natural
pues forma parte de la naturaleza. A partir del s V AC el mundo griego
estableció la contraposición entre aquello que es por naturaleza, es decir que
tiene un modo de ser propio, y lo que es por convención o sea que decidimos
que así sea, pero que podría ser de otro modo: la oposición entre physis y
nomos (conjunto de creencia).En el debate que plantearon los griegos las
posiciones fueron muy diversas, aunque todos compartían una valoración alta
de lo natural; para algunos no existía contradicción entre phyisis y nomos
puesto que la cultura es un desarrollo de la naturaleza, para otros los mandatos
de la cultura son lo opuesto a lo natural y planteaban la duda sobre cuál hay
que obedecer; para otros la cultura es un obstáculo para el desenvolvimiento
7
espontáneo de lo natural; en cualquier caso, prevaleció la idea de que el
hombre es un ser social y político por naturaleza, es decir ser cultural está en la
naturaleza humana: el hombre es por naturaleza un ser cultural. La cultura no
es un agregado extrínseco que el hombre voluntariamente puede rechazar,
sino que constituye un elemento propio y consustancial; el ser humano sólo
adquiere su verdadero desarrollo y características personales, conviviendo con
otras personas dentro de un ámbito cultural, o sea perteneciendo a una cultura.
Los elementos de una cultura son los diversos patrones, conocimientos,
instrumentos, valores, símbolos, que relacionados entre sí contribuyen a la
cohesión social, a la resolución de los problemas, a la determinación de la
idiosincrasia. Aunque el contenido varía de una sociedad a otra, constituyen los
elementos fundamentales de una cultura y las personas los utilizan para
ordenar su conducta y llevar a cabo sus acciones. Siguiendo a Malinowski los
podemos agrupar en 2 categorías: Elementos instrumentales: son los
realizados en objetos materiales y cuyo destino se orienta a satisfacer las
necesidades básicas. Alimentación, vestido, comodidad, transporte, etc.
Elementos ideológicos: se encuentran integrados en un conjunto de normas y
valores que tienden a dar coherencia y organización al pensamiento y
comportamiento humano. los sistemas simbólicos; los principios éticos y
morales; las instituciones sociales; la ciencia y sus teorías; las tradiciones y
costumbres; los prejuicios, gustos y sentimientos. Desde la contraposición de lo
natural y lo cultural podemos preguntarnos: hasta qué punto lo corpóreo es una
realidad natural?, si asumido como lo innato el organismo parece que no sólo
condiciona e influye en nuestras acciones sino que las determina, permite o
limita nuestras posibilidades de elección. Aceptar esto es aceptar un
determinismo biológico. Pero también debemos considerar el hecho de la
construcción cultural de lo biológico: la notable influencia de la educación por
ejemplo en la progresiva disminución de la espontaneidad, en los códigos de
autocontrol, en los cambios de vivenciar nuestro cuerpo, las diferencias entre
los estereotipos masculinos y femeninos. Resumiendo podemos decir que la
cultura humana es: Social, porque es un proceso que se hereda socialmente; la
cultura representa la vida social al punto que no puede haber una sociedad
carente de cultura, no correlativamente una cultura sin sociedad. Plural, no es
única ni uniforme, sino que cada grupo humano posee modos de ser y de vivir
propios; se fragmenta en una desconcertante formación de modalidades
locales con hábitos propios que difieren de las restantes. Simbólica, el ser
humano es el único animal que tiene palabra, la cultura está mediada por el
lenguaje. Aprendida requiere ejercicio, orientación e instrucción; el hombre se
beneficia de la experiencia de los antepasados Histórica, el hombre es el único
animal que tiene conciencia del tiempo por lo que su herencia se enriquece
progresivamente; cuando nace no empieza de cero, sino arranca de la tradición
en la que4 tendrá que hacer su propia vida. Esta unidad de la vida como
tradición que se entrega como herencia del pasado, que se actualiza en el
8
presente y que interpretándola esboza sus posibilidades de realización futura
es la esencia de la historia.
Lic. Margarita Pérez De Nucci de Apas
Bibliografía:
Ayala, F: Origen y evolución del hombre. Alianza Universidad, Madrid,1980. La
naturaleza inacabada. Salvat Editores, Barcelona,1994.
Darwin, Ch.: El origen de las especies. E:D:A;F:, Madrid, 1985.
Gehlen, A.: El hombre, su naturaleza y su lugar en el mundo; Ediciones
Sígueme, Salamanca, 1980.
Lorite Mena, J: El animal paradójico; Alianza editorial. Madrid,1982.
Moya, A: Sobre la estructura de la teoría de la evolución; Editorial Anthropos,
Barcelona, 1989.
9
Descargar