Aprendiendo del Alfarero y El Barro

APRENDIENDO DEL ALFARERO Y EL BARRO
27 Nov. 2005 [PM]
IBG
P. Méndez
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
Pastor Luis E. Méndez
27 de Noviembre, 2005
Iglesia Bautista de la Gracia
Santiago, Republica Dominicana
INTRODUCCION
Dios usa diferentes ilustraciones para describir su relación con su pueblo.
El habla de la relación de:
El pastor y la oveja;
El esposo y la esposa;
Un padre y sus hijos, etc.
Todas esas son ilustraciones que resultan de mucha bendición para nosotros,
Porque nos enseñan importantes lecciones,
sobre la vida, sobre nosotros mismos y sobre nuestro Señor.
De esta manera,
Como ovejas, recibimos protección y provisión de nuestro Pastor;
Como una esposa, somos amados sin condición por el Esposo;
Como hijos, estamos siempre bajo el cuidado amoroso del Padre.
No obstante, hay otras facetas de nuestras vidas con relación a Dios,
Que deben ser también contempladas en la ecuación.
Después de todo, el Señor Jesucristo no nos salvó,
únicamente para llevarnos al cielo y librarnos del infierno;
`
sino también para que rindamos nuestras vidas a su servicio.
En este sentido, si hemos sido llamados para ser sus siervos,
Seguramente vamos a necesitar ser asistidos con su poder,
Par realizar la obra que EL nos ha encomendado.
Ningún verdadero siervo de Jesucristo puede pensar,
Que tiene la capacidad para trabajar por si mismo.
El Senor lo expreso claramente:
• Jn.15:5
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho
fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
Posiblemente la mejor ilustración para describir
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
la relación de Dios y su pueblo con relación al tema del servicio
es esta figura del Alfarero y el barro.
Dios mismo encontró propicio llevar al profeta Jeremías a este lugar,
Para enseñarle importantes lecciones para la salud espiritual del todo el pueblo.
Nosotros entonces lo traemos a consideración en esta oportunidad,
Con el anhelo de que Dios nos hable igualmente,
Y seamos estimulados y consolados en nuestra vida de fe.
RESUMEN BOSQUEJO:
1.- LA MISION DEL ALFARERO ( Vers 1 – 3 )
1.1.- Su Intención.
1.2.- Sus Ingredientes.
1.3.- Sus Instrumentos.
2.- EL MINISTERIO DEL ALFARERO ( Vers 4 )
2.1.- La dificultad que enfrenta.
2.2.- La Percepción que desarrolla.
2.3.- La paciencia que manifiesta.
3.- EL MENSAJE DEL ALFARERO ( Vers 5 - 6 )
3.1.- De Control.
3.2.- De Complacencia.
1.- LA MISION DEL ALFARERO.
( Vers 1 – 3 )
1.1.- Su Intención.
El alfarero tiene un propósito muy singular.
El desea producir vasijas que puedan cumplir un propósito,
Que puedan ser de utilidad,
Y que puedan rendirle honor a él mismo.
Las vasijas que el produce, son vasijas que podrán ser usadas por él mismo y por otros.
APLICACIÓN
Ese es también el propósito de Dios con nosotros.
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
El se agrada el tomar lodo sin valor
Y transformar este por su gracia y su poder en vasijas de honor y gloria.
• 1Cor.4:13
El Señor salva por su gracia a pecadores,
Y luego él comienza el proceso de cambiar a estos viles pecadores,
En vasijas que pueden producir un beneficio para el Reino de Dios.
Uno que será útil a El en su Obra,
Y uno que traerá honor y gloria a su nombre.
Dios está interesado en toma lo peor que puede encontrar,
Y cambiarlo en un instrumento de honra.
1.2.- Sus Ingredientes.
En orden de alcanzar su propósito,
El alfarero debe trabajar con materiales que dejan mucho que desear.
•
La condición del lodo:
El lodo como se encuentra naturalmente en la tierra,
No es apropiado para este uso.
Por esa razón se excava fuera y se trae al lugar de la alfarería
y se procede a curar durante semanas.
El material seco se descarga entonces en un tanque de cemento o de madera
y se llena con agua.
Cuando los trozos estén lo suficientemente ablandados,
se revuelven en el agua hasta derretirlo completamente
y se forma un barro fino y resbaladizo.
En las ciudades costeras todas las alfarerías están cerca del mar,
Ya que el agua del mar es considerada mejor para el proceso de derretido.
Ese barro fino es entonces vaciado por un proceso especial de filtrado en tanques,
Y las piedras y los trozos, que no se derritieron totalmente, quedan fuera.
Cuando el barro es procesado,
el agua se le saca y el material restante es trabajado pisándose con los pies.
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
El barro usado en la costa siria normalmente es una mezcla de varias tierras
que ya los alfareros han aprendido por experiencia que dan la consistencia correcta.
El barro preparado es finalmente empacado y guardado
y se le deja preservado otros seis meses antes de usar
durante un tiempo en que se cree que mejora su calidad, sobre todo la plasticidad.
En otras palabras, el barro, cuando se toma de la tierra,
es sin valor.
Debe transformarse en un estado en que pueda ser usado
y este es un proceso que toma tiempo y energía por parte del Alfarero.
Este es un retrato perfecto de los pecadores.
Nosotros somos encontrados sin valor para Dios en nuestra condición natural.
Sin embargo, El puede ver la vasija de utilidad en que potencialmente
El puede convertirnos.
Por tal razón, El empieza este proceso especial de transformación.
El nos excava fuera, nos seca , nos lava y nos limpia.
Éste es una clara ilustración del proceso que un pecador debe recibir antes de la salvación.
El corazón endurecido se debilita y la convicción de Dios empieza a trabajar en él.
El pecador es guiado a lo largo de un proceso,
desde un bebé pequeño hasta que él alcance el lugar
donde recibe a Cristo como Salvador.
En ese punto, Dios empieza el proceso de formar o moldear.
Resulta claramente evidente aquí,
Que el señor, en nuestra condición natural,
no nos encuentra completos y listos para ser trabajados.
Y Después de todo, la gran realidad es que todos somos hechos del mismo lodo.
Rom.3:23
Rom.3:10
Gal.3:22
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
1.3.- Sus Instrumentos.
El alfarero usa diferentes instrumentos
Para llevar el lodo a un estado donde sea de utilidad.
1.3.a.- Una Pala –
Ésta es la herramienta con la que el alfarero acostumbra a excavar el barro de la tierra.
Esta es una ilustración de la obra del Espíritu de Dios que viene al corazón
y nos habla con poder, declarándonos el pecado y llevándonos a Jesús.
Debemos dar gracias al Señor para la convicción del espíritu santo.
El Señor lo dijo mejor al hablar a Saúl en el Camino a Damasco –
(Hechos 9:5).
EL dijo: Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar
coces contra el aguijon".
Versión de las Américas:
1.3.b.- Un Mazo –
Después que el barro se ha limpiado y se ha procesado,
se coloca en una mesa y se maja con un mazo de madera.
El Alfarero hace esto para quitar cualquier burbuja de aire que podría entramparse en el barro.
Si él no hace esto, esta burbuja formará un bolsillo que producirá una mancha débil
y causará que la vasija resulte ser frágil e inutilizable.
Éste es un cuadro de lo que las pruebas, las calamidades y las aflicciones de la vida
tienden a producir, de manera conjunta, para formarnos a la imagen del Señor Jesucristo.
• 2 Cor. 4:17.
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y
eterno peso de gloria”.
Naturalmente no nos agrada el golpe del mazo,
pero su único propósito es hacernos más útiles y flexibles en la mano del Alfarero.
Por consiguiente, es una gran bendición.
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
1.3.c. Las Ruedas –
Este es un instrumento formado por dos ruedas de piedra, una pequeña en la parte superior,
y otra más grande en la parte inferior.
Funcionan como una especie de polea.
El Alfarero, usando sus pies, activa un mecanismo
que hace que la rueda grande gire lentamente,
y ésta, a su vez, genera un movimiento proporcional
a la rueda pequeña que está en la parte superior,
que es donde el barro es colocado.
De acuerdo a los giros del barro,
el Alfarero pondrá Sus manos en él y lo formará según su voluntad.
APLICACION
De nuevo, estas ruedas son una ilustración de las circunstancias y situaciones
que la vida trae a nuestro camino.
El transcurrir de nuestra vida a menudo parece como un círculo grande.
A veces aparenta, que justo cuando acabamos de pasar por una prueba,
Otra viene más adelante otra vez!
Como si fuera un círculo vicioso.
Estas cosas son difíciles de aceptar y nos dejan desconcertados y cargados,
pero nosotros debemos recordar
que el Alfarero controla la velocidad de las ruedas
y ellas sólo ruedan según Su voluntad.
Nunca olvidemos que ese Dios todavía está gobernando su creación,
Y sin importar cuál sea nuestra condición actual en la vida,
Dios ha prometido que a los que le aman, todas las cosas le ayudarán a bien.
• Rom. 8:28.
1.3.d. Sus Manos –
Mientras el barro hila alrededor en las ruedas,
nunca está fuera de contacto con las manos del Alfarero.
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
Él está en contacto constante, amoldando, formando y salvando el barro
a través de su amoroso y tierno cuidado.
Si él retirara Su mano definitivamente,
el barro hilaría derecho fuera de la rueda y se perdería.
Por tal razón, él permanece allí con el barro todo el tiempo
hasta que se vuelva en lo que Él desea producir.
Eso que un cuadro del Padre Celestial!
Hay tiempos cuando Dios parece remoto, alejado y millones de millas
lejos de nosotros y de nuestras necesidades.
Sin embargo, Él nos ha prometido que Él nunca nos dejará, ni nos desamparará
y que siempre estará con Sus hijos.
• Heb. 13:5; Matt. 28:20.
Como hijos de Dios nunca debemos temer que el Señor saldrá de nosotros
y nos dejará hilar fuera de su mando.
No importa cuán rápido las ruedas hilan, o lo que se presenta en nuestro camino,
nosotros podemos descansar seguros que el Señor de gloria
nunca quitará Su mano de nosotros.
Él siempre está en contacto con Su barro!
2.- EL MINISTERIO DEL ALFARERO
( Vers 4 )
2.1.- La dificultad que enfrenta.
Es importante entender, que incluso en la mano del Alfarero, las cosas pueden ir muy mal.
No porque haya alguna debilidad en el Alfarero,
sino es un problema con el barro.
Hay tiempos cuando con el mejor de los cuidados, la vasija se sale de la forma.
Esta en nuestra triste realidad en muchos momentos de la vida.
Nosotros estamos avanzando bien y estamos creciendo la gracia del Señor,
entonces allí viene una tentación o una prueba y por una u otra razón,
nos salimos fuera de equilibrio y nos estropeamos en la mano del Alfarero.
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
Y cada giro que la rueda alcanza hace la mancha más visible;
Y se pone más en evidencia
Que Dios no puede usarnos en esa condición.
Nunca pensemos que esto no pueda pasarnos a nosotros.
Hay muchas personas en este mundo que empezaron bien con el Señor,
Pero a lo largo del camino, se debilitan y pierden el equilibrio en sus vidas.
Y no muy lejos, vienen a ser vasos de deshonor.
• 1 Cor. 10:12
“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”.
La biblia está llena de ejemplos de vidas que empezaron bien y acabaron pobremente.
Por ejemplo:
• Himeneo y Alejandro - 1 Tim. 1:19-20;
•
Demas – Filemon 1:24; Col 4:14; 2 Tim. 4:10.
2.2.- La Percepción que desarrolla.
Debido a que su mano está descansando en la vasija,
el Alfarero sabe cuando un problema se avecina.
Él ve el estado del barro y empieza a tomar los pasos necesarios para corregir el problema.
Eso mismo puede decirse del Señor.
Hay tiempos cuando nosotros somos como ollas resquebrajadas.
Ya que el Señor conoce todo de nosotros y ya que Su mano descansa sobre nuestras vidas,
Él sabe inmediatamente cuando las cosas no caminan bien
En ese momento,
Él empieza a tomar los pasos necesarios para ponernos en condición de utilidad
Nunca pienses, ni por un segundo,
que podrás esconder algo del Señor.
Él lo ve todo!
•
Prov 15:3; Heb. 4:13.
El es consciente de cada pensamiento, de cada hecho y de cada motivo
y no permitirá que nada escape a su mirada inquebrantable..
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
Si Dios sabe cuando yo tengo una necesidad, es correcto deducir también,
Que El sabe cuando yo tengo un pecado o alguna falla en mi actitud,
que necesita corrección.
El mayor engaño que podemos cometer contra nosotros mismos,
Es pensar que podemos mantener un pecado secreto del Señor.
Lo mejor que podemos hacer es ser sensibles a su toque y llamado
y rendir nuestras vidas a Su voluntad.
Mientras más rápido me coloco en el lugar que Él desea para mí,
más rápido Él podrá empezar a usarme para Su gloria.
2.3.- La paciencia que manifiesta.
Aunque el barro está deformado, todavía está en Su mano.
El Alfarero toma la vasija estropeada, la presiona otra vez hasta convertirla en un trozo
y empieza de nuevo.
En este momento, la vasija puede resultar bien formada,
pero puede deformarse una vez más.
En ese caso, con tal de que el barro sea moldeable y flexible en Su mano,
el Alfarero lo retomará y lo reformará,
hasta que él pueda producir una vasija que lo satisface.
De nuevo, éste es un cuadro de la obra de nuestro Padre celestial en nuestras vidas.
Hay muchas veces que por el camino parecemos estar en un retroceso
y podemos vernos deformados en la rueda del Alfarero.
En esas ocasiones, Él aprieta amorosamente sobre nosotros con Sus manos
y empieza el proceso una vez más.
¡Esto es una gran bendición!
Hay tiempos cuando el Señor tiene que traer aflicción sobre nuestras vidas.
Él hace esto porque nos ama y busca lo mejor en nuestras vidas.
Sin embargo, no es una cosa agradable cuando el Señor tiene que apretarnos.
• Apoc. 3:19
“Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete”.
• Heb. 12:6-11
Cuando la vasija se estropea,
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
el Alfarero no tira el barro y empieza con un nuevo pedazo.
Hay una razón para esto:
Él ya ha invertido demasiado tiempo salvando el barro de la tierra
y preparándolo para el uso.
Él tiene un interés real en lo que pasa con el barro.
Por esa razón, Él puede permitirse el lujo de ser paciente y seguir trabajando en el barro ,
hasta que empiece a parecerse a esa imagen que Él desea formar.
De la misma manera, nunca el Alfarero Celestial habrá de tirar Su barro afuera.
Él ha pagado el último precio por Su barro.
Él murió por ellos, para redimirlos del pecado y del desuso.
Ahora, Él está determinado a producir por su gracia y su poder
algo especial de ellos.
El verdadero creyente nunca debe abrigar temor de ser tirado por el Alfarero.
¡Lo que Dios salva, Dios lo salva para siempre!
• 1 Pet. 1:5; Juan 10:28-29.
Ahora, también debemos decir, que hay tiempos ,
cuando el barro se vuelve duro e inflexible
y no cede fácilmente al toque del Alfarero.
Cuando esto pasa, el Alfarero no tiene otra opción
Sino poner a un lado ese barro endurecido,
y escoger otro trozo de barro con el que pueda trabajar.
Esa no es una ilustración de que se pueda perder la salvación,
pero es una ilustración que señala
que podemos ser removidos temporalmente de su servicio.
Hay tiempos cuando el Señor quita Su mano de bendición y nos pone al lado
y usa otra vasija en cambio.
Sin embargo, nosotros podemos asegurar que esto nunca nos pasaría
Mientras nuestros corazones sean moldeables y estemos rendidos en Su mano –
• 1 Cor. 9:27
“ sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido yo heraldo
para otros, yo mismo venga a ser eliminado”.
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Jer.18:6
“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así soy vosotros en mi mano, oh casa de Israel”.
3.- EL MENSAJE DEL ALFARERO.
( Vers 5 - 6 )
3.1.- De Control.
Según verso 6,
el Alfarero tiene control absoluto de lo que se sucede con el barro.
Está en Su mano y Él hace de él lo que Él desea.
Eso que un mensaje al pueblo de Dios!
Él está en control de nuestras vidas y Él hace de nosotros lo que Él desea.
Algunos son vasos fuertes que se usan una y otra vez.
Otros son muy finos y delicados como la loza cara.
Ellos sólo se usan en ocasiones especiales,
pero son gloriosos y responden en cualquier momento.
Cualquiera que sea el uso,
es según la voluntad del Alfarero
y la decisión de esos tipos es un asunto de su total elección.
¡El barro no tiene ningún derecho para cuestionar el juicio del Alfarero
en la materia de qué tipo de vaso Él hace de él.
• Isa 45:9
“¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo
labra: ¿Qué haces?; o tu obra: No tiene manos?”
El punto clave aquí es que Dios decide
lo que Él quiere hacer de nosotros y con nosotros.
Nuestro deber es someter nuestras vidas a Su voluntad.
3.2.- De Complacencia.
Decíamos que el único deber que el barro tiene es rendirse a la voluntad del Alfarero.
Si nosotros queremos las bendiciones del Señor y queremos ser vasos de honor hacia Él,
entonces debemos esforzarnos por ser eso para lo que Él nos ha equipado.
A lo que nos referimos es
que nosotros debemos crecer donde El nos ha plantado;
y usar nuestros dones para Su gloria.