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Breves biografías
de Médicos
cuyos apellidos
le dan nombre
a calles de
la Argentina.
Los Médicos
Honran
Nuestras Calles
Los Médicos
Honran Nuestras Calles
Estimado Dr./Dra.
En el año del bicentenario de la Argentina se recuerdan a muchos próceres. Casi
en todos los casos se trata de políticos y quienes formaron las bases de la Nación.
Poco o nada se ha hablado de los médicos, aquellos que desde un humilde
consultorio con precarios instrumentos contribuyeron a la salud de la población. O
aquellos que, desde posiciones más encumbradas en hospitales y facultades,
lograron una trascendencia que los hizo acreedores del nombre de una calle. En
esta última línea se encuentran los doctores Emilio Coni y Juan B. Justo, a los que
evocamos en esta tercera entrega.
Emilio Coni nació en Corrientes pero estudió y trabajó en Buenos Aires, donde
entre otras grandes obras, fue alma máter del Patronato de la Infancia y la Liga
Argentina contra la Tuberculosis.
Juan B. Justo, fundador de la Cooperativa El Hogar Obrero, trabajó como
periodista de los dos diarios más populares de su época y fundó el periódico La
Vanguardia. Como médico, fue uno de los impulsores de la asepsia y curó los
heridos de la Revolución de 1890. Políglota, viajó a Europa y Estados Unidos
donde enriqueció sus múltiples conocimientos. Fue diputado, senador y se casó en
segundas nupcias con una médica, Alicia Moreau.
Esperamos que esta nueva entrega sea de su agrado.
Cordialmente
Gador S.A.
1
Emilio R. Coni
Su enorme labor como creador de diversas instituciones y presidente de
otras tantas, siempre vinculadas al tema de la salud, lo hizo acreedor
del nombre de una calle porteña. Fue un infatigable médico higienista.
Nació en la capital de Corrientes en 1854, pero estudió en el Colegio
Nacional de Buenos Aires y la Facultad de Medicina de esta misma ciudad donde se graduó con una tesis sobre lepra anestésica.
La lista de trabajos de Emilio Coni es muy extensa, pero se destacan:
Jefe de Clínica Quirúrgica en el Hospital de Hombres, médico de sala
del Hospital San Roque (actual Ramos Mejía) y fundador de la maternidad de este nosocomio municipal.
Fundó y dirigió la inspección higiénica de las escuelas de Catedral al
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Sur y San Telmo, y también estuvo al frente de la Administración
Sanitaria y Asistencia Pública de Buenos Aires. Creó la Oficina
Estadística Municipal de Buenos Aires y la publicación Anuales de
Higiene Pública, a la cual también dirigió.
Unamuno al 1650.
Muere en Aníbal Ponce
A su iniciativa se deben, entre otras obras, dispensarios, el Patronato de
la Infancia, la Liga Argentina contra la Tuberculosis (presidió su destino
al 1650. Tomó su
entre 1901 y 1912, y siete países la imitaron posteriormente, prueba del
nombre en 1939.
gran prestigio y reputación de Emilio R. Coni, cuyos conceptos de higie-
Características: pequeño
ne serán tomados también por instituciones de toda América Latina) y el
pasaje de una cuadra
primer asilo nocturno municipal. Fue un prolífico escritor que incluso coo-
en una zona de
peró con la difusión popular de la higiene y la salud gracias a sus cola-
callecitas similares y
bordeando una plaza.
boraciones en diarios como La Prensa y La Nación.
Falleció en Buenos Aires en 1928. En Santa Fe, el Instituto Nacional
de Enfermedades Respiratorias lleva su nombre.
3
La ciudad argentina ideal
“La ciudad del futuro no se fundará
ciertamente por razones de casualidad o tan
solo por exigencias o conveniencias del
momento u otras de orden secundario. El
higienista y el ingeniero sanitario tendrán que
ser consultados antes para que, de común
acuerdo, determinen el lugar en que ha de
levantarse la ciudad higiénica... La edificación
estará sometida a una comisión especial de la
habitación... En parajes adecuados de calles y
avenidas se instalarán mingitorios y retretes
subterráneos provistos... No conocerá ni los
conventillos ni las casas de inquilinato... En
los baños públicos se dispondrán piletas para
todos, y especialmente para los niños de las escuelas que tendrán así a su disposición el
primer deporte higiénico…
Los niños pobres de 3 a 6 años serán atendidos, vigiliados y alimentados en los asilos o
escuelas maternales y jardines de infantes. La ciudad... dispondrá de un hospital de
aislamiento que no será bautizado impropiamente con este último vocablo sino con el
nombre de un médico eminente nacional… No existirán casas de juego, carreras de
caballos, loterías nacionales, ni de ningún género. Los banquetes y comidas públicas,
dados por cualquier pretexto nimio, serán gravados con un fuerte impuesto en favor de la
beneficencia.”
Emilio R. Coni, “La ciudad argentina ideal o del
porvenir”, La semana médica, Buenos Aires,
1919. El autor había escrito Memorias de un
médico higienista y contesta en la publicación
periódica, con un interesantísimo artículo, una
consulta de un lector del libro.
4
Foto: Colección Abel Alexander
Juan Bautista Justo
Un 28 de junio de 1865 nace en la ciudad de Buenos Aires
Juan B. Justo, hijo de Juan Felipe Justo y Aurora Castro. Su
hogar era un molino harinero en Balcarce y Chile, barrio de San
Telmo. Aunque de chico se muda a una estancia entre Tapalqué
y Las Flores (Buenos Aires), vuelve a la Capital a estudiar en el
Colegio Nacional. Sus antepasados eran italianos, de apellido
Giusto, modificado cuando llegaron a América.
Ingresa al diario La Prensa para trabajar como cronista parlamentario y reportero. Con el dinero de estos menesteres
se paga sus estudios en la Facultad de Medicina. Su madre
influye en su inclinación hacia la anatomía. Se cuenta que
su padre, enfadado por la negativa de Juan Bautista a trabajar en el campo, no le compra zapatos. Su madre, a
estudiar. Deja los zapatos en casa de un vecino para no
tener problemas.
En 1886, viaja a Paraguay para atender la salud de su
padre. Como practicante del Hospital de Clínicas, el mismo
año se traslada a Tucumán para colaborar con la erradicación de la epidemia de cólera. Su tesis, “Aneurismas arteriales quirúrgicos”, recibe medalla de oro. Se desempeña,
Justo conquistador
“Soy el más vulgar de los hombres. Si alguno de
los héroes de Cervantes figura entre mis
antepasados, es seguramente Sancho. Me gustan
La Vanguardia
Los historiadores coinciden en que el
nombre de este periódico socialista
fundado por Justo viene del puesto
más apartado y mejor preparado de la
estancia El Mirador en la que se crió
de niño.
Foto: Colección Abel Alexander
escondidas y con sus ahorros, lo calza para que vaya a
las mujeres hermosas, pero menos para cantar la
belleza de sus formas, que porque prometen una
prole sana y vivaz.”
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Foto: Daniel Aldo Gomez
Avenida Juan B. Justo, en la ciudad de Neuquén.
por entonces, como profesor de Cirugía en la
domina, además de su lengua madre, el francés, el
Facultad y Jefe de Clínica de Cirugía en el Hospital
inglés y el italiano. Como médico de la Cruz Roja
San Roque (luego Ramos Mejía).
cura los heridos de la Revolución de 1890, que
Juan B. Justo es de los primeros médicos, sino el pri-
depone al presidente Juárez Celman.
mero, que utiliza el método aséptico (uñas limpias y
Pese a haberse desempeñado en cargos de alta
cortas, manos lavadas con cepillo, agua tibia y jabón
jerarquía, tiene notables consideraciones para con
durante quince minutos, desinfección de gasas, ebu-
los empleados o subordinados. Al ver la situación
llición de los instrumentos por media hora), la coca-
de los pacientes que atendía en el hospital com-
ína como anestésico, y quien practica, por primera vez en el país, una operación de hernia
ayudarlos más que solamente sanándolos y
dejándolos luego liberados a los malos
una exitosa resección osteoplástica de la
tratos de los patrones, pésimas condi-
de Wagner. Por un trabajo suyo sobre este
último tema, obtiene medalla de oro (premio Montes de Oca).
Es un verdadero intelectual políglota, pues
Ilustración: Ramón Columba
inguinal libre y, por primera vez en el mundo,
bóveda craneana de acuerdo con el método
6
prende que, involucrándose en política, podrá
ciones laborales y magros sueldos.
Frecuenta asambleas obreras y, para
escribir en pos de una política que
mejore la situación de los trabajadores, funda La Vanguardia en
Ciudad de
Neuquén
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La receta: caminar
Por su repercusión política, aunque también era un
Ramón Columba, dibujante y taquígrafo
todo el país con su nombre. En Neuquén se llama así
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excelente médico, se designaron muchas calles de
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del Congreso Nacional, recogió una
gran cantidad de semblanzas de los
diputados y senadores entre 1906 y
una de las principales arterias que corre de este a
oeste, paralela a las inactivas vías del ferrocarril,
1943 y las publicó en El Congreso que
yo he visto. Entre las anécdotas que
una cuadra hacia el norte. Bahía Blanca, Necochea,
atañen a Justo, rescatamos ésta:
San Nicolás, Tandil y Azul, entre muchas otras,
“Un periodista lo consulta, como
tienen también una calle que honra a este cirujano
médico, acerca de ciertas dolencias
socialista.
físicas. Justo lo ausculta en silencio.
-¿Qué puede recetarme? –le pregunta el paciente.
-Déme su pase de tranvía. Y el Doctor Justo,
guardándoselo, le ordena: –Ahora, amigo, camine.
Es todo lo que tengo que recetarle.”
7
empeñando su medalla de oro de la
Facultad de Medicina. Es miembro
del Partido Obrero y del Centro
Socialista Obrero y, más tarde, se
encarga de la organización del Partido
Ilustración: Ramón Columba (1912)
1894, vendiendo su auto y, después,
Socialista en la Argentina.
8
Congreso Internacional en Dinamarca,
donde se entrevista con Jean Jaures.
En 1912 fallece su esposa junto con su
séptimo hijo en el momento del parto. Su
madre se encarga del cuidado de los chicos en una casona a la que Justo se
Realiza dos viajes a Europa y uno
a Estados Unidos, donde visita hospi-
Montevideo y viaja como delegado al
muda en el barrio de Belgrano. Ese año,
gracias a la modificación que logró la Ley Sáenz
tales y eminentes médicos. En Madrid, tuvo el pri-
Peña, es elegido diputado, cargo desde el que traba-
vilegio de editar la primera versión en castellano
ja arduamente. Deja asentados sus proyectos y
de El Capital de Carlos Marx. En 1896 comienza
debates en dos voluminosos tomos. En 1916, cuan-
a escribir en el diario La Nación.
do retoma la dirección de La Vanguardia, es baleado
El nuevo siglo lo encuentra en Junín, recién casado
en una de sus piernas, pero, en acto desafiante, con-
con Marina Chertkoff, joven que había inmigrado de
curre apenas con unas curaciones a la sesión parla-
Rusia aunque era de origen judío. En esta ciudad
mentaria de ese día. Reelecto ese año en el Congreso
bonaerense, donde vivirá cuatro años, estudia los pro-
Nacional, tiene importante participación en la
blemas del campo, funda un periódico y dirige el hos-
Reforma Universitaria de 1918.
pital local. Vuelve a Buenos Aires, pues el Doctor
Tenía una risa contagiosa e invariablemente vestía
Alfredo Palacios es elegido el primer diputado socialis-
con corbata negra con moño pequeño. En 1920 se
ta de América y Justo asume como profesor titular de
casa con la Doctora Alicia Moreau, hija de refugia-
la Facultad de Medicina.
dos franceses, con quien tendrá tres hijos más.
Junto con el Doctor Nicolás Repetto, también socia-
Llega al Senado en 1924 y el 23 de enero de
lista, es expulsado de la universidad en 1905 a
1927 inaugura la Casa del Pueblo, local dedicado
causa de un petitorio considerado subversivo, pero
a la instrucción de los obreros. Lamentablemente
que fue básico para la posterior reforma. Ese año
fallece de un ataque al corazón el 8 de enero de
coincide con uno de sus grandes logros, la funda-
1928 mientras descansa con su familia en una
ción de la Cooperativa El Hogar Obrero que durante
quinta en Los Cardales, entre Buenos Aires y
ocho décadas estará al servicio de la comunidad.
Campana. Es cremado, a voluntad suya, en el
Más tarde preside el Congreso Socialista de
Cementerio del Oeste.
©MV Comunicación & Marketing® www.mvcomunicacion.com
Los Médicos Honran Nuestras Calles N° 3 - Dr. E. Coni - Dr. J. B. Justo - ISBN 978-987-1708-08-6
El contenido de esta publicación se presenta como un servicio a la profesión médica, reflejando las opiniones, conclusiones o hallazgos propios de los autores
incluidos en la publicación. Dichas opiniones, conclusiones o hallazgos no son necesariamente los de Laboratorios Gador, ni los de ninguna de sus afiliadas,
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Diseño y producción gráfica
Ricardo Canga
Redacción
Néstor Saavedra