INFORMACIÓN A COLEGIADOS SOBRE LA OBLIGATORIEDAD DE EMISIÓN DE INFORMES PSICOLÓGICOS DE MENORES A SOLICITUD DE SUS PADRES I. Esta materia la regula el artículo 42 del Código Deontológico del Psicólogo, que establece: "Cuando dicha evaluación o intervención ha sido solicitada por otra persona -jueces, profesionales de la enseñanza, padres, empleadores, o cualquier otro solicitante diferente del sujeto evaluado- , éste último o sus padres o tutores tendrán derecho a ser informados del hecho de la evaluación o intervención y del destinatario del Informe Psicológico consiguiente. El sujeto de un informe psicológico tiene derecho a conocer el contenido del mismo, siempre que de ello no se derive un grave perjuicio para el sujeto o para el/la Psicólogo/a, y aunque la solicitud de su realización haya sido hecha por otras personas." Esta norma deontológica viene a indicar la obligación de emitir informe en relación con la intervención sobre menores, cuando el informe es solicitado por los padres o tutores, y así viene a considerarlo la Comisión Deontológica del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. La excepción a ello se puede dar en dos circunstancias: 1. 2. Cuando el padre o madre solicitante haya sido privado de la patria potestad sobre el menor sujeto del informe, mientras esa privación persista. Cuando del conocimiento del informe pueda derivarse un grave perjuicio para el sujeto del informe o para el/la Psicólogo/a. Por tanto, en principio y salvo que se den las circunstancias excepcionales citadas, a solicitud del padre o de la madre, así como del tutor del menor sometido a intervención, el profesional debería emitir ese informe. II. Además de la regulación que hace el Código Deontológico sobre esta materia, podría ser también de aplicación lo que dispone la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Esta Ley, según su artículo 1, tiene por objeto la regulación de los derechos y obligaciones de los pacientes, usuarios y profesionales, así como de los centros y servicios sanitarios, públicos y privados en materia de autonomía del paciente y de información y documentación clínica. La aplicación de esta Ley tiene lugar si en la actividad que los profesionales realizan ejercen funciones que pueden ser encuadradas en el ámbito de la actividad sanitaria, según la disposición adicional quinta de la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social, así como del artículo 3 de la citada Ley 41/2002, el cual define lo que es intervención en el ámbito de la sanidad, considerándola como toda actuación realizada con fines preventivos, diagnósticos, terapéuticos, rehabilitadores o de investigación: 1. El artículo 2, apartado 6, de esta Ley 41/2002, establece que "Todo profesional que interviene en la actividad asistencial está obligado no sólo a la correcta aplicación de sus técnicas, sino al cumplimiento de los deberes de información y de documentación clínica, y al respeto de las decisiones adoptadas libre y voluntariamente por el paciente." 2. Por otra parte, el artículo 4, apartados 1 y 2 de esa Ley 41/2002, dispone: "1. Los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de su salud, toda la información disponible sobre la misma, salvando los supuestos exceptuados por la Ley. Además, toda persona tiene derecho a que se le respete su voluntad de no ser informada. La información, que como regla general se proporcionará verbalmente dejando constancia en la historia clínica, comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada intervención, sus riesgos y sus consecuencias. 2. La información clínica forma parte de todas las actuaciones asistenciales, será verdadera, se comunicará al paciente de forma comprensible y adecuada a sus necesidades y le ayudará a tomar decisiones de acuerdo con su propia y libre voluntad." Según estas disposiciones, los pacientes, y sus padres o tutores, en caso de menores de edad o incapacitados, tienen derecho a conocer toda la información disponible que exista con motivo de cualquier actuación en el ámbito de su salud y, como regla general, esa información se proporcionará verbalmente. Pero el apartado 2 del citado artículo 4 de la Ley 41/2002 también dice que tal información se comunicará al paciente de forma adecuada a sus necesidades. Esto da a entender, que cuando el paciente necesite tener la información solicitada por escrito, debería serle proporcionada por ese medio, pero de alguna forma debería aclararse la existencia de esa necesidad del solicitante del informe.