Políticas antiinflacionarias y formación de precios: El caso del Plan

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Políticas antiinflacionarias y formación de precios:
El caso del Plan Austral
Alejandro Vicondoa1
Resumen
En Argentina la formulación de programas
antiinflacionarios ha generado debates tanto a nivel
académico como político en diversas etapas. El
objetivo del presente trabajo es analizar el Plan
Austral y, utilizando la metodología VAR y VEC, sus
efectos sobre la formación de precios. Si bien fue
aplicado en un contexto internacional particular y de
pujas distributivas, se concluye que el plan fue
exitoso para modificar la dinámica inflacionaria y
otros parámetros del sistema.
Códigos JEL: C32, E31, E42, E52.
Palabras clave: Políticas antiinflacionarias, tipo de
cambio, inflación, inercia inflacionaria, Argentina.
Abstract
In Argentina the formulation of antiinflationary
programmes has generated debates both at
academic and political levels in different periods. The
aim of this paper is to analyze the Austral Plan and,
using VAR and VEC methodology, its effects in price
dynamics. Although it was applied in a particular
international context and with distributional bidding, I
conclude that the plan was successful in changing
inflationary dynamics and other parameters of the
system.
JEL Codes: C32, E31, E42, E52.
Keywords: Antiinflationary policy, Exchange rate,
inflation, inflationary inertia, Argentina.
1
Deseo agradecer especialmente los comentarios y sugerencias de Daniel Heymann (tutor de
este trabajo) y María Lorena Garegnani. Los comentarios son bienvenidos a
[email protected]
I. Introducción
El debate sobre políticas antiinflacionarios ha sido una constante en la literatura y
aún permanece abierto. En la Argentina la formulación de planes para reducir la inflación ha
sido objeto de debate tanto académico como político en diversas etapas. El objetivo del
presente trabajo es contribuir a la discusión mediante un análisis del plan Austral y de su
efectividad para modificar la dinámica inflacionaria anterior.
Hacia mediados de 1985, la tasa de inflación mensual era del 30% y tenía
importantes consecuencias reales. Luego de intentos gradualistas, el plan buscaba la
desinflación abrupta y constó, por un lado, de medidas fiscales y monetarias para
desarticular el financiamiento al sector público con emisión monetaria y, por el otro, de
acuerdos de precios, establecimiento de un nuevo signo monetario y fijación del tipo de
cambio para modificar la inercia inflacionaria. Por lo tanto, combinaba, a diferencia de casos
anteriores, elementos de políticas antiinflacionarias monetaristas-fiscales con otros
sugeridos por enfoques que enfatizaban en el papel de las expectativas y el carácter inercial
como las principales causas. Entre estos últimos se destacaban medidas sobre los precios y
el tipo de cambio, factores que habían resultado claves en programas anteriores2. Si bien en
un primer momento se logró una rotunda estabilización (la convergencia de expectativas a la
que se había apuntado con el congelamiento y con las medidas fiscales estaba desarmando
la trampa de la inflación), la misma no se consolidó.
Durante esa época el plan fue objeto de debate, principalmente enfocado en la causa
de la reducción en los niveles de inflación. En este sentido, se sostuvo que éste se basó en
el congelamiento de precios y en un menor aumento de las tarifas públicas y del tipo de
cambio oficial mas que en medidas monetarias y fiscales, ya que el equilibrio fiscal resultó
ser precario y la cantidad nominal de dinero se triplicó en menos de un año (De Pablo,
1986). Por otro lado, se afirmó que los resultados mostraron que medidas fiscales junto con
otras para atacar la inercia inflacionaria pueden reducir la inflación sin altos costos reales
(Heymann, 1987). En este sentido, se señaló que el plan requería cambios de largo plazo en
el funcionamiento y financiamiento del sector público y en los incentivos del sistema
económico. A pesar de este debate, los recientes estudios sobre inflación no se centran en
el cambio de régimen3 que hubo a mediados de 1985 (D´Amato, Garegnani y Sotes
Paladino, 2007; Utrera, 2004). En estos trabajos en general se considera a toda la década
de los 80´, exceptuando los períodos de hiperinflación, como un solo período.
2
La fijación del tipo de cambio había sido clave en las estabilizaciones europeas de los años 20,
constituía una señal contundente de que se estaba quebrando con el pasado.
3
Un régimen monetario puede ser definido, siguiendo a Heymann y Leijonhufvud (1995), como “un
patrón de conducta de parte de la autoridad que diseña las políticas que sostiene un sistema dado de
expectativas del sector privado que gobierna sus decisiones económicas.”
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 2
En este marco, creemos que un análisis del plan puede contribuir a verificar si
existieron o no cambios en la dinámica inflacionaria y comprobar la efectividad de las
medidas adoptadas. Si bien éstas fueron elegidas en un contexto internacional particular,
este análisis puede ayudar a la elaboración de estrategias antiinflacionarias en el futuro
teniendo en consideración que combinó medidas sugeridas por distintos enfoques y que su
resultado no fue un ajuste recesivo como en otros casos. Por lo tanto, el mismo implicaría,
en caso de ser efectivo, una combinación óptima ya que reduciría la inflación sin inducir una
reducción en el crecimiento económico significativa.
El trabajo se articulará de este modo. En primer lugar, se describirá el contexto en el
cual se formuló el plan y sus objetivos. El marco teórico serán los modelos VAR (Vector
Autoregressive Models) y VEC (Vector Error Correction) aplicados en estudios recientes
sobre política monetaria (Sims, 1980; Sims, 1992; Sims y Zha, 1996; Walsh, 1998; Utrera,
2002; Utrera, 2004; entre otros) ya que estos permiten analizar estadísticamente si
cambiaron las relaciones entre las variables fundamentales (Tipo de Cambio, M1 y IPC) y la
reacción del sistema económico ante shocks externos en alguna de las variables con la
aplicación del plan. Luego de esta descripción del marco teórico y del planteo del modelo,
probaremos si existió un cambio en la dinámica inflacionaria y en la relación entre las
variables del sistema. Finalmente, analizaremos si el plan cumplió con los objetivos
planteados al realizarse su anuncio.
II. Contexto histórico
La economía argentina sufrió un gran ajuste real durante los primeros años de la
década de 1980. El país había contraído una gran deuda externa que no estaba preparado
para afrontar. El pago de intereses al exterior creció de 2,2% del PBI en 1980 a 9,4% en
1983. Asimismo, el acceso al financiamiento externo era muy limitado y a tasas de interés
muy elevadas producto de la política monetaria restrictiva que estaban aplicando los Bancos
Centrales de Estados Unidos y Europa. Por lo tanto, el país estaba obligado a generar el
excedente para poder afrontar esos compromisos. En este contexto, la restricción externa
obligaba a obtener superávits comerciales y al sector público a generar un excedente que
permitiera afrontar los compromisos. El saldo de la balanza comercial pasó de ser deficitario
en 4% del PBI en 1980 a superavitario en 5% en 1984, producto de la retracción de las
importaciones, sobretodo de bienes de capital. Sin embargo, el otro sector se enfrentaba a
la dificultad de mejorar la recaudación producto de la recesión que atravesaba la economía
en ese momento y del efecto Olivera- Tanzi4. El peso del recorte de la demanda interna
4
Este efecto consistía en el deterioro en términos de poder adquisitivo que sufría la recaudación
producto de la diferencia entre el momento de devengar el impuesto y que el mismo se hace efectivo.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 3
recayó sobre la inversión que llegó a niveles donde apenas cubría las amortizaciones de
capital (Heymann, 1986). La economía se ajustó, en este período, a la pesada carga de
servicios de la deuda externa cortando drásticamente las importaciones y manteniendo el
consumo en detrimento de la acumulación de capital.
En 1983, la tasa de inflación fue más alta que en cualquier año anterior producto del
déficit fiscal y de las demandas salariales. Si bien la actividad real había aumentado seguía
por debajo de sus máximos anteriores. El sector industrial se había desarticulado y el
potencial de crecimiento económico era menos evidente. El déficit fiscal era del 15% del
PBI, financiado mayormente con emisión del Banco Central. En este contexto, Alfonsín
asumió a finales de año la presidencia y Grinspun fue nombrado ministro de economía. El
objetivo era recuperar la producción y los salarios reales y producir una desinflación gradual.
Su estrategia consistía en mantener alto el nivel de empleo mientras se combatía
progresivamente la inflación y, en este marco, se establecieron pautas de crecimiento de
precios y salarios. Sin embargo, los mayores ingresos de los asalariados impulsaron la
demanda y el proyecto fracasó porque no se modificaron las expectativas ni el déficit fiscal.
El gobierno comenzó a tomar en cuenta este último problema y recortó los gastos junto con
un aumento de las tarifas de las empresas públicas. Por otro lado, uno de los problemas
seguía siendo el déficit operativo del Banco Central producto de la diferencia de tasas entre
los pasivos y los activos. Luego de ese primer intento, el gobierno estableció un esquema de
indexación salarial completa, con lo cual se abandonaba cualquier aspiración por contener la
inflación. Durante 1984, se relajaron algunos controles sobre los precios industriales y la
política monetaria y, en este contexto, esto tuvo una contrapartida en el aumento de precios.
Esta inestabilidad, probablemente, ahuyentó la inversión y recortaba el horizonte temporal
de decisiones para mantenerse en una posición más flexible. Si bien muchas operaciones y
contratos se seguían realizando en pesos, la indexación estaba muy difundida y propagaba
el efecto de los shocks. Los salarios reales fluctuaron mucho en este período alcanzando su
mínimo en 1982 y su máximo en 1984. Por otro lado, el tipo de cambio real de 1984 era
160% más alto que en 1980 (Heymann, 1987). Al final de este período, los sueldos y las
transacciones a largo plazo se ajustaban en base a índices de precios mensuales. La
demanda de dinero se había reducido hasta el 2,5% del PBI.
En este contexto, la posibilidad de conseguir ayuda del exterior dependía tanto del
ajuste fiscal como de la reducción de los niveles de inflación y el incentivo al crecimiento
económico interno. Si bien Grinspun era reticente a aceptar esas condiciones en un primer
momento, hacia fines de 1984 se llegó a un acuerdo con el FMI por el cual la política
monetaria pasaría a ser más restrictiva. En ese momento, el gobierno hizo explícita su
decisión de reducir la inflación y, con ese objetivo, recurrió a políticas de administración de
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 4
la demanda, devaluó, incrementó las tarifas públicas y restringió la Oferta Monetaria junto
con un recorte del gasto público.
En Febrero de 1985, Sourruille se hizo cargo del ministerio de economía. En su
diagnóstico de la situación remarcaba que el déficit fiscal y la emisión monetaria eran las
principales causas del incremento de precios a largo plazo y enfatizaba la existencia de un
fuerte componente inercial en economías con pasado inflacionario. Por lo tanto, las políticas
gradualistas, de acuerdo con su visión, tenían escasas chances de éxito. El mecanismo que
hacía que la inflación se propagara tenía que ver con que las expectativas de los agentes
sobre la evolución de la misma se tendían a cumplir. Los salarios y los precios tomaban en
cuenta la variación del período pasado como un estimador confiable del actual. En este
sentido, era importante fijar un precio de referencia como lo había sido el tipo de cambio en
las estabilizaciones europeas. Tanto los anteriores intentos monetaristas como los basados
en acuerdos de precios habían fallado y, en ese marco, se planteó un sistema en el cual las
variables estuviesen sobredeterminadas de modo de actuar sobre las expectativas, en el
sentido de no depender de un solo mecanismo que actuara sobre los precios (Heymann,
1987). Las distintas partes del plan se apoyaban entre sí y proveían señales al público.
III. El Plan Austral
El 14 de Junio de 1985, al anunciar el plan, Alfonsín y Sourrouille analizaron la
situación y describieron los objetivos:
“La política de tratamiento drástico de la inflación, que el gobierno ha adoptado,
procura actuar tanto sobre los efectos de la inercia como sobre los equilibrios estructurales
que le dan lugar... Se intentó mas de una vez moderar la escalada de precios y salarios
apelando a políticas concertadas o al congelamiento de los precios y salarios. Estas
experiencias terminaron en repetidas frustraciones porque descuidaron actuar al mismo
tiempo sobre un componente principal de las presiones inflacionarias como es el
desequilibrio de las finanzas públicas” 5
Por otro lado, el presidente, en su discurso, remarcó la importancia que había
adquirido el problema para la estabilización de las instituciones políticas:
“Si el problema económico no es resuelto, la vida política de la Nación correrá, sin
dudas, serios riesgos...Que cada uno tenga conciencia de lo que está en juego. El plan de
5
Discurso pronunciado por el Ministro de Economía
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 5
reforma no es para salvar un gobierno, es para salvar un sistema político; es para salvar un
estilo de vida; y también es para recuperar el orgullo y la ambición nacional... El objetivo
prioritario de esta etapa primera del plan de reforma es la lucha contra la inflación. No hay
producción posible, no hay inversión imaginable con este ritmo inflacionario. Pero hay algo
aún más grave: la inflación se ha convertido en el origen de todas las incertidumbres
sociales.”
Las medidas que se anunciaron estaban dirigidas por un lado a modificar las
expectativas y, por el otro, a moderar el crecimiento de la demanda agregada y a actuar
directamente sobre los precios, reconociendo que con ello posiblemente la política perdería
futuros grados de libertad. Los anuncios del 14 de Junio consistieron principalmente en lo
siguiente:
1) El déficit del sector público consolidado se reduciría desde aproximadamente un
12% del PBI en el primer semestre del año a 2,5% en el segundo como resultado
de diferentes medidas: impuestos más altos sobre el comercio exterior, aumentos
recientes de las tarifas públicas, reducción del efecto de rezago fiscal, reducción
de los gastos públicos y menores gastos del BCRA producto de la reducción de
las tasas de interés nominal.
2) El déficit del gobierno sería financiado exclusivamente con créditos externos. El
Tesoro no pediría nuevos préstamos al BCRA.
3) Los precios se congelarían en sus valores del 12 de Junio. El congelamiento no
se aplicaría sobre los productos de oferta estacional para los cuales el Gobierno
fijaría márgenes máximos de comercialización.
4) Habría un 22,6% de aumento para los sueldos y salarios (25,1% para pensiones),
tal como se había anunciado; el congelamiento regiría sobre estos nuevos
valores.
5) Se introdujo un nuevo signo monetario: el Austral. El circulante y los depósitos a
la vista fueron automáticamente transformados en el nuevo signo a una tasa de
1000 a 1.
6) Se anunció un sistema de conversión de deudas destinado a neutralizar las
transferencias de riqueza que podrían haber ocurrido como resultado de la
desinflación, sin modificar los términos reales de los contratos. Los mismos
habían sido firmados, en muchos casos, con reglas de indexación o primas de
tasa de interés basadas en las expectativas de inflación anteriores al plan.
7) El tipo de cambio se fijó en 0,8 Australes por Dólar. La tasa de cambio se congeló
en este nivel pero no se anunció una paridad fija.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 6
8) Las tasas de interés reguladas se fijaron en 4 y 6% mensual para nuevos
depósitos y préstamos a 30 días respectivamente (las anteriores al plan eran 28 y
30%)
Estos anuncios fueron apoyados por el público en general. El congelamiento de
precios pudo haber ayudado a esto ya que indicaba en forma visible que los mismos
dejarían de aumentar de inmediato. Las medidas sobre el tipo de cambio incentivaron el
ingreso de capitales y, ante esta circunstancia, el BCRA hizo grandes compras de divisas
con la consecuente expansión monetaria. Por otro lado, las negociaciones con los
acreedores externos se reanudaron y se consiguieron nuevos préstamos.
A pesar de algunos problemas iniciales, la tasa de inflación mensual se redujo
rápidamente. Luego de un primer período de incertidumbre, la oferta de productos se
normalizó y el congelamiento fue aceptado en general. En muchos casos, los precios
autorizados no tuvieron que actuar como restricciones ya que los efectivos estaban por
debajo de esos topes. Por otro lado, la situación del Tesoro mejoró en el corto plazo, debido
a la reducción del efecto Olivera-Tanzi y al aumento de la recaudación producto de los
nuevos impuestos, y, por lo tanto, dejó de requerir el financiamiento del BCRA. Asimismo, la
política fiscal era vigilada cuidadosamente para mantener la situación alcanzada. Sin
embargo, la caída del déficit consolidado pareció ser menor a la prevista inicialmente.
Las expectativas de inflación se fueron reduciendo paulatinamente. Los precios
fijados por el gobierno no habían generado excesos de demanda en los mercados y el
aumento de los mismos era muy lento en comparación con las tasas de inflación anteriores.
Sin embargo, hacia fines de año, producto de esos incrementos graduales, la variación con
respecto al inicio del plan era significativa. Por otro lado, los salarios reales, si bien eran más
bajos que en el año anterior, permanecieron más o menos constantes durante los primeros
meses del plan.6
Por lo tanto, el plan logró una desinflación abrupta sin una marcada recesión. Si bien
al principio hubo una caída transitoria de la producción, hacia fin de año la misma se había
recuperado. La inflación al consumidor se había reducido al 2% mensual en Octubre. En
este contexto, se revirtió la huída de la moneda nacional. M1 pasó de 3,3% del PBI en el
segundo trimestre de 1985 a 8,1% en el primer cuarto de 1986 (Llach y Gerchunoff, 2004).
Al comenzar 1986, el plan era un éxito y el premio Nobel en Economía Franco Modigliani y
el secretario del Tesoro de Estados Unidos David Mulford habían viajado a la Argentina para
interiorizarse del mismo, el cual fue calificado como “el esfuerzo más firme de estabilización
6
Se había reducido el impuesto inflacionario que era una de las principales causas de su deterioro.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 7
de los últimos 15 años”. La idea de que para salir de un régimen de alta inflación hacían falta
más que medidas fiscales y monetarias se había reforzado con esta experiencia y la israelí7.
Sin embargo, los aumentos de precios mensuales eran incompatibles con el
esquema instalado en Junio. La reactivación de la demanda empezaba a impactar sobre los
valores de venta de los productos no incluidos en el acuerdo y este efecto se transmitía al
resto de los sectores de la economía. El equipo económico quería evitar a toda costa los
desajustes de las variables claves, como el tipo de cambio y las tarifas, y comenzó a
plantearse la necesidad de pasar a una segunda etapa. Mantener los acuerdos de precios
iniciales podía contribuir a erradicar la inercia pero también a generar una explosión
hiperinflacionaria con su liberalización.
Por otro lado, la caída de los precios internacionales de los productos primarios y los
problemas de cosechas por inundaciones redujeron el nivel de exportaciones. Las
importaciones tendieron a aumentar con la reactivación económica y, por lo tanto, el
superávit comercial se redujo. En este contexto, el Gobierno debía manejar presiones de
distintos sectores por obtener mayores beneficios. En Abril de 1986, se anunció una
flexibilización del plan y, a partir de ese momento, las tarifas públicas se irían ajustando
paulatinamente, dando una pauta para el crecimiento del resto de los precios. El objetivo de
estas medidas era evitar la erosión de los salarios reales, la aparición de desequilibrios en
las cuentas públicas y la pérdida de competitividad de las exportaciones argentinas por el
tipo de cambio real. Este anuncio profundizó las pujas sectoriales que se habían contenido
con los acuerdos de precios vigentes. El deterioro que habían sufrido los salarios reales en
los últimos meses hacía necesario un ajuste y esto podía incidir sobre la inercia inflacionaria.
En este contexto, hacia mediados de 1986, aparecieron problemas en la coordinación de las
políticas fiscales y monetarias. En este sentido, mientras desde el ministerio de Economía
se propiciaba un manejo monetario más prudente, las autoridades del BCRA intentaban
expandir el crédito para reanimar la producción con tasas de interés real negativas. A partir
del repunte inflacionario de mediados de ese año, la política de estabilización careció de
una estrategia estructurada donde los componentes estructurales y monetaristas se
combinaron en proporciones cambiantes y no como parte de un programa global. Una
reducción de la inflación requería una moderación de la política monetaria durante un tiempo
prolongado pero ese tiempo ya no estaba disponible ya que, hacia fines de año, reapareció
la necesidad de financiar los déficits públicos con emisión, con lo cual se quebraba otra de
las promesas del plan. Por otro lado, en 1987 se redujeron las retenciones a las
exportaciones agrícolas debido a la fuerte presión del sector por la caída en los precios de
un 20% en los últimos dos años.
7
Israel aplicó en Julio de 1985 un programa de estabilización de características similares a las del
Plan Austral.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 8
En este contexto, al comenzar 1987, el plan económico dispuso un nuevo
congelamiento de precios conocido como “Australito”. Esta vez se trataba de una medida
defensiva ante el desborde inflacionario que era incompatible con la magnitud del déficit. Al
grave desequilibrio estructural que padecían las cuentas públicas se agregaban las
demandas de fondos provenientes de las provincias y una generosa concesión de créditos
para la vivienda, configuración que condujo al creciente endeudamiento interno (Llach y
Gerchonoff, 2004). Sin embargo, el gobierno otorgó aumentos salariales que conspiraban
contra cualquier intento por controlar la inflación. En este contexto, la variación de precios
superó el 10% mensual en 1987 y se fue perdiendo control sobre la inflación.
IV. Metodología utilizada
En este trabajo se utilizará la técnica VAR (Vector Autoregressive Model) clásica en
los estudios empíricos sobre política monetaria (Sims, 1980; Sims, 1992; Sims y Zha, 1996;
Walsh, 1998). El objetivo de la misma es la predicción del valor futuro de un conjunto de
variables en función de su propio pasado y del de las otras que se vinculan con ella
considerando a todas como endógenas.
Siguiendo la presentación de Hamilton (1994), dado un vector yt de dimensión (nx1)
que contiene n variables, un VAR de orden p puede presentarse de la siguiente manera:
β Yt = Γ o + Γ1Yt −1 + Γ 2Yt − 2 + ... + Γ pYt − p + et
Multiplicando a la forma estructural por β −1 obtengo la forma reducida del modelo:
y t = C + φ 1 y t − 1 + φ 2 y t − 2 + ... + φ p y t − p + ε t
con φi = β −1Γ i y ε t = β −1et
Donde C es un vector de n constantes de dimensión (nx1), φ j es una matriz de
dimensión (nxn) con coeficientes j=1,2,...,p y ε t es un vector es un vector (nx1) con n
variables aleatorias ruido blanco:
E (ε t ) = 0
Ω ⇔ i = t 
E (ε i ε t ) = 

0 ⇔ i ≠ t 
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 9
Una condición en este tipo de modelos es que las variables de la serie deben ser
estacionarias o deben diferenciarse hasta que logren esta propiedad8.
Este tipo de modelos es muy útil para describir la interrelación entre las variables y
para realizar pronósticos de corto plazo. Sin embargo, para realizar inferencias de tipo
estructural y análisis de políticas se requiere de la teoría económica para resolver el
problema de la identificación, esto es, el establecimiento de relaciones de causalidad a partir
de la correlación estadística9. Las variables a incluir se deben elegir de acuerdo con un
modelo económico relevante.
El modelo VAR se puede escribir como un Vector Moving Average de orden infinito
(VMA( ∞ )):
Yt = µ + ε t +ψ 1ε t −1 +ψ 2ε t −2 + ...
∞
Yt = µ + ∑ Ψ sε t − s
s =0
Las variables aparecen expresadas en función de shocks sobre si misma y sobre las
otras variables. Al calcular la varianza de Yt obtenemos la siguiente expresión:
∞
V (Yt ) = ∑ Ψ s ΩΨ´s
s =0
∞
V (Yt ) = ∑ Ψ s HDH ´Ψ´s
s =0
∞

V (Yt ) = ∑ d i ∑ Ψ s hi hi´Ψ´s 
i =1
 s =0

∞

V (Yt ) = ∑ V ( µi ) ∑ Ψ s hi hi´Ψ´s 
i =1
 s =0

Donde V (ε t ) = Ω . En particular para la j-ésima varianza se obtiene:
∞

V (Ytj ) = ∑ V ( µi ) ∑ Ψ s hi hi´Ψ´s 
i =1
 s =0
 jj
∞

V ( µi ) ∑ Ψ s hi hi´Ψ´s 
 s =0
 jj
1= ∑
= ∑ z ji
V (Ytj )
i =1
i =1
8
No es unánime este criterio. Enders (1995) plantea que no hay que diferenciar las variables ya que
el objetivo del VAR es la determinación de las interrelaciones entre las variables y no la estimación de
los parámetros. A pesar de este argumento, estimaremos las variables diferenciadas en el caso de
que sean integradas si bien con este proceso estamos dejando de lado información sobre el
movimiento de las variables.
9
Para poder pasar de la forma reducida a la forma estructural se debe hacer algún supuesto de
comportamiento que permita derivar de las estimaciones los parámetros estructurales del sistema.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 10
Donde z ji es la proporción de la varianza de la j-ésima variable que es explicada por
el componente exógeno de cada una de las i restantes variables del sistema. Este análisis
de descomposición de varianza nos informa cuanto de la variabilidad total de una secuencia
es explicable a partir de movimientos exógenos en cada una de las otras variables. En este
sentido, es similar a la medida R 2 del modelo lineal para descomponer la variabilidad total
de una variable del VAR en términos de las variabilidades exógenas de cada una de las
restantes que conforman el sistema.
Otra herramienta para analizar las relaciones entre las variables es el Test de
causalidad de Granger. El mismo consiste en probar si la historia de una variable es
relevante estadísticamente para explicar a otra y se puede expresar de la siguiente manera
para el caso de dos variables10:
p
p
i =1
i =1
Yt = C + ∑ α i xt −i + ∑ β i yt −i + ε t
El test consiste en probar si la suma de todos los αi es igual a cero o no mediante. Si
acepto la hipótesis nula puedo concluir que la historia de xt no es relevante para predecir el
valor de Yt . Esta condición es más débil que la condición de exogeneidad que implica que la
variable Yt no influye en los valores de xt (Enders, 1995).
Por otro lado, la combinación lineal de variables no estacionarias puede ser
estacionaria y, en ese caso, las variables estarán cointegradas. Si se cumple esta condición,
cualquier relación de equilibrio de largo plazo implica que las tendencias estocásticas se
pueden vincular. Los modelos VEC (Vector Error Correction) incluyen esta relación entre las
variables a la parte VAR y permiten realizar proyecciones más distantes en el tiempo.11
V. Estimaciones para la Argentina
Las variables elegidas para la estimación son las clásicas de los modelos de
estimación de política monetaria:
- M1: Agregado Monetario expresado en Logaritmos y desestacionalizado por el método de
Moving Average. Fuente: Oficina de CEPAL en Buenos Aires con datos del BCRA.
Periodicidad: Mensual.
10
11
Sólo por simplicidad. El mismo test se puede generalizar para el caso de n variables.
El período considerado en la muestra debe ser extenso para poder plantear el VEC.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 11
- IPC: Tasa de variación anual del Índice de Precios al Consumidor. Expresada en
logaritmos y desestacionalizada por el método de Moving Average. Fuente: INDEC.
Periodicidad: Mensual.
- TC: Tipo de Cambio promedio del comercio exterior. Expresada en logaritmos y
desestacionalizada por el método Moving Average. Periodicidad: Mensual. Fuente: Oficina
de la CEPAL en Buenos Aires con datos del BCRA, INDEC y otras fuentes.
Para el análisis considero desde Junio de 1982 hasta Agosto de 1987. Antes del
comienzo de este período se produjo una gran devaluación de la moneda nacional y la
creación de un mercado cambiario unificado. Por otro lado, desde fines de 1986 hasta
mediados del año siguiente se fueron quebrando las promesas del plan. La pérdida
paulatina de control sobre la inflación era, en parte, una decisión voluntaria del gobierno
(Llach y Gerchunoff; 2004) y marca el fin del período a analizar.
La evolución de las variables en esta etapa fue la siguiente:
Tabla 1. Evolución de las variables
10
5
0
1987:06
1987:03
1986:12
1986:09
1986:06
1986:03
1985:12
1985:09
1985:06
1985:03
1984:12
1984:09
1984:06
1984:03
1983:12
1983:09
1983:06
1983:03
1982:12
1982:09
1982:06
-5
M1
TC
IPC
-10
-15
Como se puede observar, las 3 variables presentan una evolución similar. La
tendencia creciente tiende a disminuir luego de Junio de 1985. La más estable a partir de
ese momento fue el Tipo de Cambio que fue fijado por el plan. Sin embargo, a principios de
1987, el mismo comienza a incrementarse a tasa creciente luego de su liberalización. Las
series de M1 e IPC presentan un comportamiento muy similar. La primera de ellas es la que
crece más rápidamente luego del anuncio del plan, reflejando el aumento en la demanda
real de dinero producto de la mayor estabilidad. Con respecto a la segunda, con la
aplicación de las medidas se consiguió una marcada reducción en el crecimiento de su
tendencia pero luego la misma se fue acelerando. Las explicaciones monetarias-fiscales
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 12
enfatizan en el vínculo entre M1 y la inflación en este período. Las restricciones al
financiamiento externo hicieron que el Estado debiera recurrir al señoreaje como fuente de
obtención de recursos. Los resultados de esta monetización del déficit fueron estimados
siguiendo el modelo de Cagan12 (Sosa Escudero, 1991; Gay, 1994; Izquierdo, 1990; entre
otros). De acuerdo con este enfoque, el compromiso asumido por el Gobierno de reducir el
déficit fiscal redujo las necesidades de financiamiento y, por lo tanto, la emisión monetaria y
la inflación.
Se plantea el interrogante de analizar si este cambio que se observa a partir de
mediados de 1985 se verifica empíricamente. De acuerdo con el Test de Johansen, las 3
series están cointegradas13. En este caso, utilizando la metodología VEC se buscará probar
si hubo un cambio estructural en esa fecha en la relación entre las 3 variables. Los
resultados son los siguientes:
Tabla 2. Estimaciones del modelo VEC para el período completo (6/82 al 8/87)
Standard errors in ( ) & t-statistics in [ ]
Cointegrating Eq:
CointEq1
IPC(-1)
1
TC(-1)
-0,7168
(0,0352)
[-20.3523]
M1(-1)
-0,3081
(0,0436)
[-7.05820]
Trend(82:06)
0,0010
C
7,42885657361
Error Correction:
D(IPC)
D(TC)
D(M1)
CointEq1
0,1818
0,4928
-0,5621
(0,1451)
(0,1757)
(0,2095)
[ 1,2530]
[ 2,8046]
[-2,6833]
D(IPC(-1))
D(IPC(-2))
D(TC(-1))
D(TC(-2))
0,3015
0,1258
0,5275
(0,1926)
(0,2333)
(0,2781)
[ 1,5652]
[ 0,5394]
[ 1,8966]
-0,4351
-0,1024
0,5757
(0,1823)
(0,2207)
(0,2632)
[-2,3862]
[-0,4638]
[ 2,1874]
0,0485
0,2711
0,2835
(0,1330)
(0,1611)
(0,1919)
[ 0,3648]
[ 1,6835]
[ 1,4767]
0,1157
0,1327
-0,3719
12
Cagan (1956) estudio el vínculo entre las necesidades de financiamiento de los gobiernos y las
inflaciones. En el mismo hay dos equilibrios, uno con baja y otro con alta inflación, la estabilidad de
cada uno dependerá del supuesto sobre las expectativas del modelo.
13
Ver resultados del Test en el Apéndice.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 13
D(M1(-1))
D(M1(-2))
C
TREND(82:06)
(0,1160)
(0,1405)
(0,1675)
[ 0,9971]
[ 0,9447]
[-2,2206]
0,077
-0,1115
0,0973
(0,1155)
(0,1399)
(0,1668)
[ 0,6668]
[-0,7969]
[ 0,5835]
0,0856
-0,0258
0,0786
(0,0827)
(0,1002)
(0,1195)
[ 1,0347]
[-0,2578]
[ 0,6576]
0,0931
0,1036
-0,069
(0,0239)
(0,0290)
(0,0346)
[ 3,8874]
[ 3,5702]
[-1,9967]
0,002
0,0001
0,0021
(0,0006)
(0,0007)
(0,0009)
[ 3,3041]
[ 0,1950]
[ 2,4972]
-0,1444
-0,0628
-0,0629
(0,0227)
(0,0275)
(0,0328)
[-6,3582]
[-2,2819]
[-1,9193]
Akaike AIC
-4,5556
-4,1726
-3,8212
Schwarz SC
-4,2065
-3,8236
-3,4722
DUMMY
De los resultados anteriores se puede apreciar que sólo en la ecuación de la inflación
la relación de cointegración resulta no significativa. Esto implica que para analizar su
dinámica en este período se puede plantear un modelo VAR.
Por otro lado, se introdujo una Dummy cuyo valor es cero antes de Julio de 1985 y
uno luego de esa fecha. Se observa que la misma es significativa en las 3 ecuaciones (con
un 5% de significatividad). Este resultado permite concluir que existió un cambio estructural
con la aplicación del plan en la dinámica de la inflación, corroborando lo que se observaba
en la descripción de los datos14. Por lo tanto, se dividirá al período en dos para analizar los
cambios que se produjeron y como evolucionó el sistema con la implementación de las
medidas15.
V. I. Primer Período (Junio de 1982 hasta Junio de 1985)
Esta etapa se caracteriza por la aplicación de sucesivas medidas graduales para
reducir los niveles de inflación y sirve para caracterizar la dinámica que tenían los precios
antes de la aplicación del plan. Para modelar primero debo analizar el grado de integración
14
No se verifican otros cambios estructurales en el período seleccionado.
Al prologar el período se observa que en Agosto de 1987 hay un cambio estructural, concordando
con el abandono definitivo de las metas para controlar la inflación. Este hecho justifica la elección de
esa fecha como el final del período de análisis.
15
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 14
que tienen las variables mediante la aplicación del Test de Dickey-Fuller. Los resultados son
los siguientes:
Serie
ADF
M1
3,355567
IPC
3,012646
TC
3,364775
Para las tres series se acepta la hipótesis nula de existencia de raíz unitaria (para el
1%, 5% o 10% significatividad). Por lo tanto, ninguna es estacionaria y debo diferenciarlas
una vez:
Serie
ADF
D(M1)
-2,337825
D(IPC)
-0,174890
D(TC)
-2,333398
Nuevamente acepto la hipótesis nula. Esto implica que las series no son integradas
de orden 1 y que las debo volver a diferenciar:
Serie
ADF
D(M1,2)
-7,665838
D(IPC,2)
-6,386507
D(TC,2)
-4,725463
En este caso si rechazo la hipótesis nula de presencia de raíz unitaria y puedo
concluir que las series son integradas de orden 2. Esto implica que cada una presenta una
tendencia creciente en el tiempo (conclusión a la que se había llegado con la descripción de
los datos). A continuación planteo un VAR en diferencias entre las 3 variables para ver la
relación que existía entre ellas16:
Tabla 3. Estimación del VAR para el primer período
Sample(adjusted): 1982:12 1985:06
Standard errors in ( ) & t-statistics in [ ]
D(M1,2)
D(TC,2)
D(IPC,2)
16
El orden de desfasaje de cada una de las variables se determinó mediante el Criterio de Rezagos,
utilizando el criterio de información de Akaike. Por otro lado, los errores no presentan autocorrelación
ni correlación entre sí.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 15
D(M1(-1),2)
D(M1(-2),2)
D(M1(-3),2)
D(M1(-4),2)
D(TC(-1),2)
D(TC(-2),2)
D(TC(-3),2)
D(TC(-4),2)
D(IPC(-1),2)
D(IPC(-2),2)
D(IPC(-3),2)
D(IPC(-4),2)
C
-0,6036
0,0207
0,2627
(0,2862)
(0,3287)
(0,1168)
[-2,10919]
[ 0,06304]
[ 2,24859]
-0,1028
-0,4176
0,3356
(0,3424)
(0,3932)
(0,1398)
[-0,30041]
[-1,06198]
[ 2,40126]
-0,0950
-0,3547
0,3080
(0,3171)
(0,3642)
(0,1295)
[-0,29942]
[-0,97382]
[ 2,37878]
-0,0171
-0,2686
-0,0151
(0,2110)
(0,2424)
(0,0862)
[-0,08107]
[-1,10808]
[-0,17522]
0,5647
-0,1178
0,7671
(0,2887)
(0,3316)
(0,1179)
[ 1,95589]
[-0,35519]
[ 6,50777]
0,5400
-0,9328
0,1843
(0,4858)
(0,5580)
(0,1983)
[ 1,11156]
[-1,67177]
[ 0,92952]
0,1645
-0,0617
0,4354
(0,3915)
(0,4496)
(0,1598)
[ 0,42026]
[-0,13716]
[ 2,72439]
0,2724
-0,4856
-0,3753
(0,3795)
(0,4359)
(0,1549)
[ 0,71766]
[-1,11399]
[-2,42178]
-0,3980
1,0399
-0,4817
(0,4490)
(-0,5157)
(0,1833)
[-0,88641]
[ 2,01654]
[-2,62810]
0,1392
0,4580
-0,9225
(0,4677)
(0,5372)
(0,1909)
[ 0,29767]
[ 0,85266]
[-4,83150]
-0,3302
0,3556
-0,4032
(0,4908)
(0,5637)
(0,2003)
[-0,67271]
[ 0,63080]
[-2,01233]
0,2261
0,7088
-0,2576
(0,4395)
(0,5048)
(0,1794)
[ 0,51448]
[ 1,40416]
[-1,43563]
0,0068
-0,0021
0,0026
(0,0085)
(0,0098)
(0,0035)
[ 0,80320]
[-0,21225]
[ 0,73742]
Akaike AIC
-3,0846
-2,8076
-4,8764
Schwarz SC
-2,4832
-2,2062
-4,2750
Con relación a la dinámica inflacionaria se obtiene17:
17
Expreso la forma reducida de la evolución del IPC sin incluir las variables que son estadísticamente
no significativas al 5%.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 16
D 2 ( IPC t ) = 0, 2627 D 2 ( m1t −1 ) + 0, 3356 D 2 ( m1t − 2 ) + 0, 3080 D 2 ( m1t − 3 ) + 0, 7671D 2 (tct −1 ) +
0, 4354 D 2 (tct − 3 ) − 0, 4817 D 2 ( IPC t −1 ) − 0, 9225 D 2 ( IPC t − 2 ) − 0, 4032 D 2 ( IPC t − 3 ) + 0, 0026
Operando,
IP C t = − 0, 4817 IP C t −1 + 0, 0775 IP C t − 2 + 0, 0785 IP C t − 3 + 0, 9225 IP C t − 4 + 0, 4032 IP C t − 5 +
0, 2627( m1t −1 − m1t − 3 ) + 0, 3356( m1t − 2 − m1t − 4 ) + 0, 3079( m1t − 3 − m1t − 5 ) + 0, 7671( tc t −1 − tc t − 3 ) +
0, 4354( tc t − 3 − tc t − 5 ) + 0, 0026
La tasa de inflación en el período t está explicada por su pasado y por el de las
diferencias segundas de M1 (con excepción de la diferencia entre t-4 y t-6) y del tipo de
cambio (con excepción de la diferencia entre el período t-2 y t-4). La inercia inflacionaria se
prolonga por cinco meses y si bien al principio la elasticidad18 es negativa, a partir de los 4
meses es positiva y tiene mayor influencia.
Las restantes ecuaciones permiten analizar la influencia del tipo de cambio sobre M1
en el corto plazo (sólo la segunda diferencia del primer rezago del tipo de cambio es
significativa pero la elasticidad es de 0,56). Por otro lado, la predicción del tipo de cambio
sólo resulta influida directamente por la primera diferencia de la tasa de inflación y no por
sus valores pasados. Para confirmar las relaciones entre estas variables e intentar
establecer relación de causalidad planteo el Test de Granger:
Tabla 4. Test de Causalidad de Granger del período período
Sample: 1982:06 1985:06
Lags: 5
Null Hypothesis:
Obs
F-Statistic
Probability
TC does not Granger
Cause M1
M1 does not Granger
Cause TC
32
4,0486
0,0099
0,8105
0,5553
IPC does not Granger
Cause M1
M1 does not Granger
Cause IPC
32
1,7747
0,1618
0,3203
0,8951
IPC does not Granger
Cause TC
TC does not Granger
Cause IPC
32
1,5815
0,2086
4,0445
0,0100
Este test permite establecer que TC causa a M1 y a la tasa de variación del índice de
precios. Si bien la causalidad que establece es estadística, la misma corrobora el análisis
anterior basado en las estimaciones. El tipo de cambio es una variable central en el sistema
18
Las variables están expresadas en logaritmos, por lo tanto los coeficientes estimados representan
las elasticidades directas.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 17
y, por lo tanto, se justifica su fijación en el plan ya que la misma influye19 en las decisiones
de precios y en la determinación del agregado monetario M1, en las decisiones de los
agentes de tener dinero en efectivo o en cuenta corriente. El vínculo con la segunda
principalmente sería que a mayor volatilidad del tipo de cambio menor demanda de liquidez
y mayor de moneda extranjera u otro activo, ya que se buscaba sincronizar los pagos y los
cobros de manera (por ejemplo con depósitos a interés) de manera de minimizar las
pérdidas. Por otro lado, la relación con la tasa de inflación es más explícita en una economía
abierta ya que las fluctuaciones se trasladan directamente a los precios de los bienes
transables y luego al resto de la economía por los distintos canales de transmisión. Si bien la
inflación en el período era elevada, los precios en su mayoría seguían fijándose en moneda
local y, por lo general, lo que se reducía eran los tiempos de pago (Heymann, 1986).
La descomposición de varianza permite analizar cuanto de la variabilidad total de una
secuencia es atribuible a movimientos exógenos en el resto de las variables. En este caso
se obtiene20:
Tabla 5. Análisis de descomposición de varianza primer período
Descomposición de varianza de D(M1,2)
Periodo
S.E.
D(M1,2)
D(TC,2)
D(IPC,2)
1
0,0447
100
0
0
2
0,0663
90,9103
8,1313
0,9584
3
0,0697
84,3376
7,4513
8,2110
4
0,0723
83,1677
7,3948
9,4374
5
0,0733
82,9108
7,5342
9,5550
6
0,0737
82,6028
7,9211
9,4760
7
0,0756
79,8894
10,9348
9,1758
8
0.0758
79,6990
11,0560
9,2450
9
0.0761
79,2920
11,5028
9,2052
10
0.0765
78,5524
11,7582
9,6894
11
0.0774
77,2940
12,6854
10,0206
12
0.0774
77,2498
12,6988
10,0514
13
0.0777
76,7788
12,6233
10,5980
Descomposición de varianza de D(TC,2)
Periodo
S.E.
D(M1,2)
D(TC,2)
1
0,0513
42,5229
57,4770
2
0,0542
38,2661
51,9284
3
0,0546
37,9457
52,1381
4
0,0558
36,9455
50,2568
5
0,0589
35,2259
50,2118
6
0,0596
34,7417
49,8093
7
0,0607
34,7759
48,4009
8
0,0620
33,9783
48,9006
9
0,0624
34,5793
48,4525
10
0,0625
34,5572
48,5322
11
0,0639
34,0493
49,6936
12
0,0644
33,7056
49,5365
13
0,0647
33,5704
49,7059
19
20
D(IPC,2)
0
9,8053
9,9160
12,7976
14,5622
15,4489
16,8230
17,1210
16,9680
16.9106
16,2571
16,7578
16,7236
Sus valores pasados y presentes.
Cholesky Ordering: D(M1,2) D(TC,2) D(IPC,2).
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 18
Descomposición de varianza de DIPC(2)
Periodo
S.E.
D(M1,2)
D(TC,2)
1
0,0182
2,2548
17,6981
2
0,0351
13,4653
60,0167
3
0,0362
16,6464
58,3767
4
0,0372
18,1924
56,7873
5
0,0401
16,2229
61,9072
6
0,0422
21,3745
58,7674
7
0,0459
18,5577
61,3048
8
0,0465
18,7077
60,9611
9
0,0470
20,2545
59,7936
10
0,0472
20,5783
59,4023
11
0,0479
20,3042
57,7107
12
0,0490
19,8327
57,7781
13
0,0499
20,3222
58,0780
D(IPC,2)
80,0471
26,5179
24,9768
25,0203
21,8697
19,8579
20,1373
20,3311
19,9517
20,0193
21,9849
22,3890
21,5997
Se puede apreciar que de la variabilidad de la segunda diferencia de IPC un 58% se
explica por un shock sobre D(TC,2) y sólo un 20% por uno sobre si misma. Por lo tanto, se
observa una fuerte dependencia de la variabilidad del nivel de precios con respecto a un
shock sobre el tipo de cambio. Por otro lado, la variabilidad de la segunda diferencia del tipo
de cambio se explica en un 33% por un shock sobre D(M1,2). La estabilidad en la
descomposición se alcanza aproximadamente en el sexto período.
En resumen, en este período el pasado de las 3 variables resulta ser importante en el
sistema. El tipo de cambio aparece como la variable central que causa en el sentido de
Granger a las otras dos, lo cual justifica su fijación en el plan ya que el mismo influye en las
decisiones de precios de los agentes y en las tenencias de dinero en efectivo y cuenta
corriente que determinan el M1.
V. II. Segundo Período (Julio de 1985-Agosto 1987)
Esta etapa se caracteriza por la aplicación de las medidas plan Austral implicando un
cambio de régimen monetario. Al igual que en el caso anterior, primero hay que verificar el
grado de integración de las variables:
Serie
ADF
M1
-2,2907
IPC
3,132038
TC
1,818940
Para las tres series acepto la hipótesis nula de existencia de raíz unitaria (con el 1 %,
5% o 10% de significatividad), por lo tanto las mismas no son estacionarias y hay que
diferenciarlas.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 19
Serie
ADF
D(M1)
-2,681757
D(IPC)
-0,206854
D(TC)
-0,656672
Las series no son integradas de orden 1 y las debo volver a diferenciar.
Serie
ADF
D(M1,2)
-4,482283
D(IPC,2)
-5,044919
D(TC,2)
-4,928514
En este caso rechazo la hipótesis nula y concluyo que las series son integradas de
orden 2. Al igual que en el período anterior cada una presenta una tendencia creciente. Este
hecho poco usual en las series económicas se da para un período corto de tiempo (menos
de dos años en este caso). Planteo un VAR con las 3 variables diferenciadas21:
Tabla 6. Estimación del modelo VAR del segundo período
Sample(adjusted): 1985:11 1987:08
Standard errors in ( ) & t-statistics in [ ]
D(IPC(-1),2)
D(IPC(-2),2)
D(M1(-1),2)
D(M1(-2),2)
D(TC(-1),2)
D(TC(-2),2)
C
D(IPC,2)
-0,5361
D(M1,2)
-0,4755
D(TC,2)
0,2360
(0,2262)
(0,3839)
(0,5339)
[-2,3706]
[-1,2386]
[ 0,4421]
-0,3959
0,0772
-0,6670
(0,1862)
(0,3160)
(0,4394)
[-2,1266]
[ 0,2442]
[-1,5177]
-0,0998
-0,2352
-0,5577
(0,1218)
(0,2068)
(0,2876)
[-0,8188]
[-1,1370]
[-1,9391]
-0,1586
-0,6172
-0,0668
(0,1458)
(0,2474)
(0,3441)
[-1,0880]
[-2,4947]
[-0,1940]
0,4295
0,2150
-0,2784
(0,1118)
(0,1898)
(0,2638)
[ 3,8427]
[ 1,1335]
[-1,0550]
0,2934
0,6106
-0,0408
(0,1339)
(0,2274)
(0,3162)
[ 2,1909]
[ 2,6857]
[-0,1290]
0,0014
-0,0075
0,0059
21
Al igual que en la estimación anterior, el grado de desfasaje de las variables está determinado por
el Criterio de Rezagos, utilizando el criterio de información de Akaike. Por otro lado, los errores no
presentan autocorrelación de acuerdo con el test de Portmanteau y Autocorrelation LM Test.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 20
(0,0038)
(0,0064)
(0,0089)
[ 0,3643]
[-1,1749]
[ 0,6579]
Akaike AIC
-5,0738
-4,0155
-3,3559
Schwarz SC
-4,7266
-3,6684
-3,0088
Con respecto a la dinámica inflacionaria se obtiene22:
D 2 ( IP C t ) = 0, 4 2 9 5 D 2 ( tc t − 1 ) + 0 , 2 9 3 4 D 2 ( tc t − 2 ) − 0, 5 3 6 1 D 2 ( IP C t − 1 ) − 0, 3 9 5 9 D 2 ( IP C t − 2 ) + 0, 0 0 1 4
Operando,
IPC t = − 0, 5361IPC t −1 + 0, 6041IPC t − 2 + 0, 5361IPC t − 3 + 0, 3959 IPC t − 4 + 0, 4295( tct −1 − tct − 3 ) +
0, 2934( tct − 2 − tct − 4 ) + 0, 0014
Para predecir la variación del índice de precios son significativos su propio pasado y
el del tipo de cambio solamente23. Por otro lado, en este caso sólo se incluye cada una de
las variables desfasadas 4 períodos solamente. La elasticidad directa con respecto a la
variación del tipo de cambio en relación con 2 períodos de rezago es de 0,72. Si bien los
valores históricos de M1 no influyen directamente en la predicción de IPC, si lo hacen en la
determinación de TC24. A su vez, el pasado de TC determina los valores de M125. Por lo
tanto, para analizar el orden de causalidad entre las 3 variables planteo el Test de
Causalidad de Granger:
Tabla 7. Test de Causalidad de Granger del segundo período
Sample: 1985:07 1987:08
Lags: 5
Null Hypothesis:
Obs
F-Statistic
Probability
TC does not Granger
Cause M1
M1 does not Granger
Cause TC
21
2,9409
0,0690
2,2504
0,1288
IPC does not Granger
Cause M1
M1 does not Granger
Cause IPC
21
1,2213
0,3672
5,5206
0,0107
IPC does not Granger
Cause TC
TC does not Granger
Cause IPC
21
2,6305
0,0906
10,0515
0,0012
22
Al igual que en el caso anterior, esta es la forma reducida expresada sin los coeficientes que no
son estadísticamente no significativos al 5%.
23
Los coeficientes que acompañan a M1 no son estadísticamente significativos al 5% (ver tabla de
resultados).
24
El coeficiente de ( m t − 2 − m t − 4 ) es el único estadísticamente significativo para predecir el valor de
TCt
25
En la ecuación de
m1t son estadísticamente los coeficientes de su propio pasado y el de
( tc t − 2 − tc t − 4 ) .
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 21
El resultado es que M1 y TC causan a IPC (con un 5% de significatividad). Con un
10% de significatividad el test determina que TC causa a M1, determinando de esta manera
que, si bien las 2 variables influyen sobre IPC, TC sigue siendo la variable que determina a
las otras dos en el sistema. Estos resultados son congruentes con el análisis anterior que
surge de las estimaciones. A pesar de la aplicación de las medidas, los agentes se siguieron
guiando por el tipo de cambio para tomar las decisiones de cartera y de precios. La menor
fluctuación observada en esta serie en el segundo período debe haber influido en la mayor
estabilidad del sistema. Por otro lado, la sobredeterminación de las variables que introdujo el
plan reforzó el vínculo entre ella y esto parece reflejarse en los resultados de este test en
comparación con los del período anterior26.
Del análisis de descomposición de varianza de este período se obtiene27:
Tabla 8. Análisis de descomposición de varianza segundo período
Descomposición de varianza de D(M1,2)
Periodo
S.E.
D(IPC,2)
D(M1,2)
D(TC,2)
1
0,0168
0
100
0
2
0,0260
5,7562
89,3588
4,8848
3
0,0275
7,6037
79,7934
12,6025
4
0,0308
7,0834
74,8413
18,0751
5
0,0320
11,6804
71,2784
17,0410
6
0,0332
12,6153
70,5203
16,8642
7
0,0342
12,6430
68,6746
18,6823
8
0,0345
12,6754
68,6485
18,6759
9
0,0352
12,6578
68,0026
19,3394
10
0,0352
12,4627
67,9371
19,6000
11
0,0356
12,4429
67,7767
19,7802
12
0,0357
12,3253
67,6227
20,0519
13
0,0358
12,3161
67,6441
20,0397
Descomposición de varianza de D(TC,2)
Periodo
S.E.
D(IPC,2)
1
0.0286
0
2
0.0323
0.8010
3
0.0405
5.5581
4
0.0428
5.1171
5
0.0455
5.2389
6
0.0458
5.8521
7
0.0468
5.8448
8
0.0470
5.9328
9
0.0473
5.8747
10
0.0477
6.0051
11
0.0477
5.9397
12
0.0480
5.9685
13
0.0481
5.9474
D(M1,2)
7.0316
14.0390
13.8383
20.1417
19.3346
22.4946
22.8695
23.4685
24.1049
24.0560
24.5549
24.5295
24.7622
D(TC,2)
92.9683
85.1599
80.6035
74.7411
75.4263
71.6531
71.2856
70.5985
70.0203
69.9388
69.5053
69.5018
69.2902
Descomposición de varianza de D(IPC,2)
Periodo
S.E.
D(IPC,2)
D(M1,2)
D(TC,2)
26
En este sentido, a diferencia del anterior, M1 también causa a IPC además de las relaciones de
causalidad ya existentes.
27
Cholesky Ordering: D(M1,2) D(TC,2) D(IPC,2).
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 22
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
0.0398
0.0430
0.0442
0.0502
0.0513
0.0534
0.0535
0.0546
0.0550
0.0552
0.0557
0.0557
0.0560
93.5714
50.4034
45.3617
36.1003
34.1998
32.2046
30.9154
30.9211
29.9947
30.0114
29.5456
29.3363
29.2057
4.5169
14.6451
22.1157
27.2417
31.4841
32.1763
33.9448
33.6794
34.2148
34.2943
34.3151
34.6349
34.5480
1.9115
34.9513
32.5225
36.6572
34.31603
35.6189
35.13972
35.3994
35.7904
35.6942
36.1392
36.0286
36.24617
De la tabla 8 se puede apreciar que la variabilidad de D(M1,2) y D(TC,2) dependen
en casi un 70% de un shock sobre si mismas mientras que la variabilidad de D(IPC,2) se
explica casi en iguales proporciones por un shock sobre las otras variables y sólo en un 29%
por un shock sobre si misma. En este sentido, se puede observar que la variabilidad de la
inflación quedó condicionada a shocks sobre si misma y sobre las restantes variables del
sistema casi en iguales proporciones. La estabilidad se alcanza alrededor del sexto período.
Por lo tanto, con la aplicación del plan, tanto la variable monetaria como la cambiaria
empezaron a causar en sentido de Granger a la inflación. La sobredeterminación de las
variables parece haber tenido un papel clave para reducir la variabilidad de cada una de las
variables al reforzar la relación que había entre ellas.
VI. Comparación entre los 2 períodos
De los resultados obtenidos en el VEC inicial se concluye que hubo un cambio en la
dinámica inflacionaria a partir de Julio de 1985. Si bien en los dos períodos las variables son
integradas de orden 2 (hecho poco usual en las series económicas que indica que cada
serie presenta tendencia creciente en el tiempo), de la comparación surgen diferencias en la
evolución de cada una.
Primero, observando el Gráfico 928 se puede apreciar el marcado descenso en la
tasa de inflación que se produjo a mediados de 1985. Tanto la pendiente como la media del
incremento de precios (234,40% anual contra 476,10%) son significativamente menores a
las del primer período. Luego de crecer con una tendencia cada vez mayor, se produjo una
desinflación abrupta y la tasa de aumento de la inflación anual fue más moderada.
28
Fuente: INDEC. Periodicidad: Mensual. Base: 1999.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 23
Tabla 9. Evolución de la tasa anual de inflación
1200%
1000%
800%
600%
400%
200%
jun-82
AGOSTO
OCTUBRE
DICIEMBRE
FEBRERO
ABRIL
JUNIO
AGOSTO
OCTUBRE
DICIEMBRE
FEBRERO
ABRIL
JUNIO
AGOSTO
OCTUBRE
Diciembre
FEBRERO
ABRIL
JUNIO
AGOSTO
OCTUBRE
DICIEMBRE
FEBRERO
ABRIL
JUNIO
AGOSTO
OCTUBRE
DICIEMBRE
FEBRERO
ABRIL
JUNIO
AGOSTO
0%
Con respecto a las estimaciones, el segundo período incluye menos rezagos de cada
una de las variables. En la predicción de la dinámica inflacionaria del primer período influyen
directamente las dos variables mientras que en el segundo sólo el tipo de cambio (los
coeficientes que acompañan a M1 son todos estadísticamente cero mientras que en el
primero las elasticidades directas son positivas). Esto sería un indicio de que al controlarse
la emisión monetaria, las decisiones de precios dejaron de depender directamente de ella.
La inercia inflacionaria29 en ambas ecuaciones es uno, lo cual es congruente con la no
estacionariedad del índice de precios en los dos períodos considerados. La influencia de
IPCt −i en IPCt es más intensa en el segundo (los coeficientes son mayores) pero su
período de influencia es menor (menor número de rezagos).
Por otro lado, la elasticidad de la segunda diferencia de IPCt −1 con respecto a TC es
significativa y con un alto valor en el primer período (1,04). Este efecto se reduce a cero en
el segundo período luego de las medidas adoptadas. En este caso, la fijación del tipo de
cambio pudo haber desempeñado un papel importante en este cambio. En ambos períodos
se observa que el pasado de TC es significativo para predecir el valor de M1 (en el primero
influye la segunda diferencia del primer rezago y en el segundo, el segundo).
Sin embargo, en el análisis anterior se considera solamente el efecto directo de cada
una de las variables y no se incluye, por lo tanto, las interacciones secundarias que hay
entre ellas por conformar un sistema de ecuaciones. Para analizar la influencia de las
mismas en la determinación de las otras, hay que ver los resultados del el test de causalidad
de Granger. Éste indica que TC causaba en el sentido de Granger a las 2 variables
restantes en el primer período. Por lo tanto, esto justificaría el papel clave que se le asignó a
29
En este caso es la suma de los coeficientes de
IPCt −i en la ecuación de esa variable.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 24
la estabilización del Tipo de Cambio para modificar la dinámica anterior al plan. Luego de
mediados de 1985, si bien el TC sigue causando a IPC y a M1 (con un 10% de
significatividad), ésta última pasa a causar a IPC también. Esto se puede deber a la
sobredeterminación de las variables que introdujo el plan con el objetivo de reducir la
inflación. Como resultado de su aplicación, la relación entre ellas se incrementó junto con el
control que se ejerció sobre cada una, el objetivo era no depender de un solo mecanismo
que actuara sobre los precios. Las distintas partes del programa se apoyaban entre sí y
proveían, de este modo, señales al público.
Las medidas del plan en su conjunto sobredeterminaron a las variables y esto puede
apreciarse también en el análisis de varianza. En este sentido, la variabilidad de la segunda
diferencia de IPC pasó de estar explicada en un 70% por un shock sobre la segunda
diferencia del tipo de cambio a depender casi en las mismas proporciones de un shock
sobre si misma y sobre las restantes variables del sistema. Por otro lado, la variabilidad de
la segunda diferencia del tipo de cambio pasó a depender más de un shock sobre si misma
que en el primer período. Esto se pudo haber debido a la fijación del tipo de cambio que se
dio con el plan.
Por lo tanto, la implementación del plan modificó la dinámica inflacionaria y la
relación entre las otras variables del sistema, volviéndose éste más estable. Si bien las
variables siguen siendo integradas de orden 2 (con tendencia creciente en el tiempo), los
parámetros son distintos en cada período. Los compromisos asumidos por el Estado para
modificar su comportamiento, el control sobre el tipo de cambio y los acuerdos de precios en
su conjunto parecen haber tenido un papel importante en este cambio al sobredeterminar las
variables del sistema y lograr, por lo tanto, mayor estabilidad.
VII. Conclusiones
Luego de varios intentos gradualistas, el Plan Austral constituyó una innovación en
los planes de estabilización aplicados en la década de los 80´ en la Argentina que se
basaban o bien en acuerdos de precios y salarios o en medidas de restricción monetaria u
otras combinaciones pero que no consideraban medidas sobre los aspectos monetarios,
fiscales y cambiarios y sobre las expectativas en su conjunto. Los resultados fueron una
menor inflación, mayor estabilidad económica y, luego de un breve período de
estancamiento, crecimiento económico. Sin embargo, la estabilización no se consolidó. Los
reducidos aumentos de precios, por un lado, pusieron presión sobre las pujas distributivas y
el panorama internacional (la caída del 20% en dos años en los precios de productos
primarios), por el otro, parece haber influido en las cuentas públicas (se tuvo que recortar el
impuesto a la exportación que se había colocado) (Heymann, 1987). Sin embargo, el
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 25
programa mostró como medidas fiscales combinadas con medidas para reducir la inercia
inflacionaria pudieron reducir rápidamente la inflación sin mayores costos reales. Llach y
Gerchunoff (2004) consideran que el problema fue pasar a la segunda etapa de la
estabilización una vez cumplida la primera. Ésta debía consolidar la estabilidad pero la
flexilibilización del plan que se había anunciado fue alentando las pujas distributivas y
conspiró contra esa posibilidad.
Por otro lado, De Pablo (1986) considera que el plan se basó solo en el
congelamiento de precios y el tipo de cambio y que, por lo tanto, el equilibrio logrado fue
breve. Esta posición parece no coincidir con los resultados de las estimaciones ya que a
mediados de 1986 se abandonaron progresivamente los congelamientos y el control sobre
el tipo de cambio y, sin embargo, no se observó un cambio estructural en el sistema o un
retorno a los parámetros anteriores al plan o un salto en el nivel de precios. Del análisis
expuesto surge la necesidad de considerar a las medidas del plan en su conjunto para el
análisis y no sólo a los acuerdos de precios y de tipo de cambio. Las modificaciones en los
comportamientos del Gobierno y del Banco Central también parecen haber desempeñado
un rol importante en el cambio en las expectativas y desempeño de los agentes y, por lo
tanto, en los parámetros del modelo. Por ejemplo, el fuerte aumento de la demanda de
moneda local y el reestablecimiento del crédito no se habrían dado si se consideraba al plan
como algo transitorio o como un mero congelamiento de precios o del tipo de cambio.
A pesar de este debate que se planteo en esa época, los estudios sobre la inflación
argentina no contemplan el cambio de régimen que ocurrió con la aplicación del plan. Utrera
(2004) y D´Amato, Garegnani y Sotes Paladino (2007) consideran a la década de los 80´
como un conjunto dentro de su análisis, excluyendo los períodos de hiperinflación. Es
probable que la breve duración del plan no permita observar ese cambio al considerar la
década en su conjunto o que haya influido para no analizarlo. El objetivo de estos trabajos
no era evaluar políticas antiinflacionarias sino mecanismos de transmisión de política
monetaria en el primer caso y la inercia inflacionaria en el segundo30.
Sin embargo, el plan permite extraer conclusiones útiles para la elaboración de
planes para reducir la inflación en el futuro. En el análisis hay que considerar que la
restricción externa desempeñó un papel clave en la breve duración del plan y que las pujas
distributivas, si bien se aquietaron, influyeron en los resultados. Dejando de lado estas
circunstancias que incidieron en los resultados, se demuestra que los acuerdos de precios
combinados con modificaciones en los comportamientos del Gobierno pueden reducir
rápidamente la inflación sin grandes costos reales. Si bien este punto no es muy remarcado
en los análisis, es necesario que haya crecimiento económico para que los logros se puedan
30
En este último trabajo se considera a la inflación dentro de un modelo autoregresivo para toda la
década. El salto observado en 1985 resulta no ser significativo dentro de ese marco.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 26
consolidar en el tiempo. Sin embargo, y relacionado con este problema, esta estabilidad por
sí sola no iba a resolver los problemas de falta de inversión, escaso ahorro, pujas
distributivas y déficit estructural del sector público31 que presentaba la economía en ese
momento (Heymann, 1986). Por otro lado, el diagnóstico de la inflación resulta clave para
elaborar un plan que sea efectivo. En este caso, el análisis demuestra que el Tipo de
Cambio era una variable clave en la formación de precios y, por lo tanto, esto justifica su
fijación. La sobredeterminación de las variables también parece haber desempeñado un
papel importante en la estabilidad del sistema por su efecto sobre las expectativas de los
agentes. Sin embargo, la misma sólo puede ser de carácter transitorio ya que los controles,
si bien resultaron útiles en el corto plazo, no debían prolongarse en el tiempo para evitar, por
un lado, efectos distorsivos sobre la oferta agregada y, por el otro, incrementar las
expectativas que existían sobre un salto inflacionario luego del abandono de los mismos.
Concluyendo, el análisis detallado del plan ratifica la efectividad de ciertos
instrumentos de política (acuerdos de precios, control del tipo de cambio, entre otros,
aplicados en conjunto) para reducir rápidamente la inflación y refuerza la necesidad de
elaborar un correcto análisis de los factores que influyen en la formación de precios para
elaborar un plan. Los resultados obtenidos, aunque de corta duración, reflejan la necesidad
de dejar a un lado la discusión planteada muchas veces en el ámbito político sobre
estabilización y crecimiento económico. En este sentido, el plan debería ser tomado como
referencia a la hora de elaborar políticas antiinflacionarias en el futuro ya que esta
combinación de medidas permitió obtener resultados positivos en el corto plazo.
31
La necesidad de reformar el Estado para reducir el déficit público fue reconocida posteriormente
por el Gobierno e intentó llevarla adelante pero, en muchos casos, no contó con el respaldo
necesario.
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 27
VII. Bibliografía
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Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 29
IX. Apéndice
Resultados del Test de Cointegración de Johansen
Sample(adjusted): 1982:09 1987:08
Included observations: 60 after adjusting endpoints
Trend assumption: Quadratic deterministic trend
Series: IPC M1 TC
Lags interval (in first differences): 1 to 2
Unrestricted Cointegration Rank Test
Hypothesized
Trace
No. of CE(s)
Eigenvalue
Statistic
None **
0,3818
42,9018
5
Percent
Critical
Value
34,5500
1 Percent
At most 1
0,1916
14,0476
18,1700
23,4600
At most 2
0,0213
1,2887
3,7400
6,4000
Critical Value
40,4900
*(**) denotes rejection of the hypothesis at the 5%(1%) level
Trace test indicates 1 cointegrating equation(s) at both 5% and 1% levels
Hypothesized
Max-Eigen
No. of CE(s)
Eigenvalue
Statistic
None **
0,3818
28,8541
5
Percent
Critical
Value
23,7800
1 Percent
At most 1
0,1916
12,7589
16,8700
21,4700
At most 2
0,0213
1,2887
3,7400
6,4000
Critical Value
28,8300
*(**) denotes rejection of the hypothesis at the 5%(1%) level
Max-eigenvalue test indicates 1 cointegrating equation(s) at both 5% and 1% levels
Unrestricted Cointegrating Coefficients (normalized by b'*S11*b=I):
IPC
M1
TC
-49,2953
17,4913
33,2676
14,3407
-13,4719
-1,5969
-5,8749
-3,3455
5,9819
Unrestricted Adjustment Coefficients (alpha):
D(IPC)
-0,0137
0,0055
0,0025
D(M1)
0,0061
0,0136
0,0001
D(TC)
-0,0162
0,0063
-0,0007
1 Cointegrating Equation(s):
Log
likelihood
Normalized cointegrating coefficients (std.err. in parentheses)
IPC
M1
406,7479
TC
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 30
1
-0,3548
-0,6749
(0,0355)
(0,0292)
Adjustment coefficients (std.err. in parentheses)
D(IPC)
0.672918894974
D(M1)
-0.302572011575
(0.1895)
(0.2215)
D(TC)
0.797780011145
(0.1771)
2 Cointegrating Equation(s):
Log
likelihood
Normalized cointegrating coefficients (std.err. in parentheses)
IPC
M1
TC
1
0
-1,0169
413,1274
(0,0352)
0
1
-0,9639
(0,0911)
Adjustment coefficients (std.err. in parentheses)
D(IPC)
D(M1)
D(TC)
0,7520
-0,3131
(0.1933)
(0.0831)
-0,1073
-0,0761
(0.2089)
(0.0898)
0,8886
-0,3684
(0,1788)
(0,0768)
Políticas antiinflacionarias y formación de precios: el caso del Plan Austral | 31
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