Arte Van Orley Holanda Manierismo Flamenco Pintor manierista

Arte
Van Orley
Holanda
Manierismo Flamenco
Pintor manierista flamenco; pertenece en sus comienzos a la antigua escuela de Bruselas. N.
hacia 1490 en Bruselas, ciudad a la que estuvo profundamente vinculado y en donde muere
en 1542.
Provenía de una familia de pintores; su padre, Valentín, debió de ejercer una gran
influencia en el arte de Bernaert. En 1518 es nombrado pintor de corte de la regente
Margarita de Austria en Bruselas, y en 1532 entra al servicio de María de Hungría; es, pues,
un pintor eminentemente cortesano, dado que la mayor parte de su actividad transcurre en
los talleres reales. Su clientela nobiliar le dicta las normas, de acuerdo con el gusto de la
época, de lo que debe ser el retrato cortesano. Aquí la influencia de Mabuse es grande; sus
retratos destacan siempre, tanto en un pintor como en el otro, por una elegancia exquisita.
Así, el retrato del emperador Carlos V del Museo de Budapest.
Sin embargo, la importancia de V. O. está en haber sabido evolucionar artísticamente
caminando hacia el estilo renacentista y asimilando el arte italiano en provecho de lo
flamenco. Aunque la transición al Renacimiento en los Países Bajos se realiza muy
lentamente, algunos artistas como Memling introducen ciertos elementos; pero éstos hasta V.
0. no son completamente evidentes y constantes en la pintura de la corte de Bruselas.
Estilísticamente, V. 0. se expresa en un lenguaje manierista; utiliza encuadres arquitectónicos
-en los que se mezclan elementos renacentistas junto a resabios góticos y motivos
decorativos de gran fantasía- y figuras distorsionadas, algunas de espaldas. Gracias a las
numerosas calcografías procedentes de Italia, V. 0. recibe la influencia de Rafael, que
incorpora por primera vez a la pintura de Bruselas y que deja ver en el juego de musculaturas
y monumentalidad de sus figuras: Los padecimientos de Job (1521) y Juicio Final (1525),
sobre todo en su importante serie de tapices (Cacerías de Maximiliano, 1521-30, Louvre),
género que a partir de entonces adquiere un notable desarrollo, y también en sus modelos de
vidrieras (S. Gúdula, Bruselas). Por último, ofrece pervivencias de los primitivos flamencos en
la técnica al óleo, en el tratamiento detallista y minucioso de la vegetación, en el gusto por los
pliegues quebrados, etc.
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