Los tesoros perdidos del deporte chileno

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LATERCERA Lunes 21 de octubre de 2013
Deportes
No están en museos ni en enciclopedias deportivas. Son documentos, implementos o premios
guardados en un cajón o colgados en el muro de una casa, pero plenos de valor. Piezas de colección para
la historia nacional. Por Carlos González, Christian González y José Contreras
Los tesoros perdidos
del deporte chileno
El “certificado de nacimiento” de Elías Figueroa
RR El documento es histórico. Se re-
dactó el 25 de julio de 1963 y corresponde al registro de Elías Figueroa
en Santiago Wanderers. Es decir,
es el primer pase del mejor futbolista chileno de todos los tiempos.
El zaguero central, quien después
sería considerado en tres ocasiones
consecutivas como el Mejor Jugador
de América, desconoce cómo pudo
recuperar esa ficha, que hace un
tiempo reveló a través de su cuenta en Twitter (@FigueroaChile).
La cifra que pagaron los porteños
para inscribirlo es irrisoria para la
actualidad, sobre todo considerando la enorme calidad del jugador
que acaban de adquirir: mil doscientos pesos de la época.
“Estaba guardado por ahí. No me
preguntes dónde, porque no lo sé.
La responsable de haber rescatado
algunos recuerdos de mi carrera es
mi mujer. Ella me hizo álbumes durante 30 años. Los trofeos y galvanos están amontonados”, explica
el ex central de Internacional de
Porto Alegre y Peñarol. Mauricio, su
nieto, se interesó en el último tiempo por organizar la memorabilia.
“Es periodista y lo he visto sacándole fotos al material que hay en la
casa. No podría negarle la autorización, porque es uno de mis regalones”, confiesa.
Eso sí, “Don Elías” recuerda con nitidez la primera crónica periodística que le dedicaron. Fue el día posterior a su debut con los “caturros”,
con 16 años. “El diario El Mercurio
de Valparaíso tituló ‘Promesas que
se cristalizaron”, añade.
Y también evoca su primer error
en una negociación. “Cuando me hicieron contrato, no acepté un terreno de una hectárea. Era un peladero. Hoy, es Reñaca”.
RR Mil doscientos pesos pagó Santiago Wanderers, en 1963, para
inscribir al zaguero central Elías Figueroa. FOTO: ARCHIVO PERSONAL
Los títulos de campeón de Allí Gálvez
RR “Partí al revés”, dice entre risas
Allí Gálvez cuando habla de sus tres
títulos, los únicos recuerdos que el
ex boxeador posee de su carrera de
11 años en el pugilismo. “Mi señora
guarda más cosas. Diplomas, recortes, fotos. El resto lo vendí a otros
colegas con los que peleé”, cuenta.
Primero fue el Latinoamericano
minimosca de la WBA en 1988. “Fui
a Estados Unidos a entrenar con
Cardenio Ulloa y ‘Chifeo’ Mendoza.
Ahí salió lo del Latino y lo disputé
con Luis Paredes. Inauguraron el
gimnasio Modelo en Cerro Navia
con la pelea”, recuerda Gálvez.
De ahí se llevó el Sudamericano en
1991, ganando un combate en la
misma Quinta Vergara. “Fue como
mi gaviota. Como fue en verano, se
hizo al aire libre”, cuenta.
Al final, ese mismo año, fue el Nacional, en el ex estadio Chile (hoy
Víctor Jara). “Fueron como cuatro
mil personas, cuando el boxeo llevaba mucha gente. Nunca me lo
pudieron quitar”, asegura.
Esos cinturones, que guarda y luce
con orgullo, son los testigos de su
trayectoria, que buscó culminar con
el Mundial, pero que no logró. De sus
intentos, recuerda el primero, ante
el puertorriqueño José de Jesús.
“Fue en La Tortuga de Talcahuano.
Lamentablemente perdí por nocaut
en el quinto. ¿Qué pasó? Todos los
nocauts no deben pasar, son accidentes”, explica.
Eso le faltó a Gálvez, conocido
como el “Maquillador”, por los pocos KO que sumó. El apodo no le
molestó, dice. “Me lo puso alguien
de La Cuarta, no recuerdo quién. Tenía otros sobrenombres, pero nunca les di importancia. Estaba mentalizado en pelear el título mundial”, asegura.
RR Los cinturones del título Nacional y Latinoamericano, dos de
los tres que guarda Allí Gálvez como recuerdo. FOTO: REINALDO UBILLA
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