Técnicas de Consejo Psicológico Departamento de Psicología Universidad de Deusto Explicación Teórica EL MODELO ECLÉCTICO DE RELACIÓN DE AYUDA PROF. MANUEL MARROQUÍN ORIENTADOR Escucha PROCESO Acogida CLIENTE Implicación Respuesta Personalización Iniciación Programación Clarificación Reestructuración (plano referencial subjetivo) (plano referencial objetivo) Autoexploración Autocomprensión Acción El modelo M.E.R.A. es un modelo ecléctico de relación de ayuda. Su fundamentación teórica está basada en los modelos de Robert Carkhuff y Gerard Egan, ambos también eclécticos, pero con una clara inspiración en los postulados de la terapia centrada en la persona de C. Rogers. Tres son las dimensiones en las que está enmarcada la descripción del modelo M.E.R.A.: la dimensión del orientador, la dimensión del proceso y la dimensión del cliente. Comenzaremos nuestra explicación por esta última. El proceso de ayuda es esencialmente una secuencia que conduce a la persona ayudada hacia una nueva conducta. Esto supone, en primer lugar, que dicha persona se implica en el cambio, está interesada en resolver su propio problema y siente, de alguna manera, que el consejero u orientador está capacitado para ayudarle en esa resolución. Esta implicación, requisito básico indispensable, debe conducirnos al logro de una autoexploración, no solamente personal, de la propia intimidad del individuo, sino de sí mismo en relación con el mundo que le rodea, con las personas significativas en él y con cualquier material de aprendizaje y experiencia que le pueda ser presentado. Es decir que, en orden a que una persona pueda aprender de una manera significativa una nueva conducta, necesita saber y explorar dónde se encuentra, cual es su problema concreto y cuáles son sus raíces y causas. La autoexploración como primera fase del proceso nos lleva a la autocompensión como finalidad. La persona se explora a sí misma y a sus experiencias y seres significativos en orden a comprenderse mejor, es decir, en orden a comprender dónde se encuentra en relación con donde quiere o necesita estar. Esto supone, en muchas ocasiones, una reestructuración de su plano referencial y una sensibilización sobre la propia problemática. Finalmente, esta autocomprensión no es algo real hasta que la persona ha actuado de acuerdo con ello. Es decir, la autocomprensión no debe ser algo teórico o distante, que satisfaga unas ansias de conocimiento introspectivo, sino que debe traducirse en una acción, que permita a la persona ser el paso desde dónde se encuentra a dónde quiere realmente encontrarse. 1 Técnicas de Consejo Psicológico Departamento de Psicología Universidad de Deusto Este itinerario, que debe realizar el cliente en orden a una resolución de su propia problemática, exige, a su vez, un proceso comprendido en la segunda dimensión de nuestro modelo, caracterizado por el paso sucesivo por diversos estadios: En primer lugar, se demanda una clarificación del problema o problemas de la persona, según su propia visión o ángulo subjetivo de referencia, al mismo tiempo que su jerarquización, en el caso de una problemática múltiple. Este estadio del proceso correspondiente a la fase de autoexploración, antes descrita, deberá realizarse siempre desde la propia subjetividad de la persona, sin pretender objetivar la problemática prematuramente. El siguiente paso del proceso vendrá caracterizado por una reestructuración del plano referencial del sujeto. Se pretende, en este sentido una objetivación de la problemática subjetivamente planteada en el estadio precedente. No es suficiente una clarificación subjetiva de la problemática, sino que hemos de contrastarla con otras variables que la objetiven y la sitúen en parámetros más realistas. Finalmente, el proceso tendrá que incluir un tercer paso que comprenda una programación de la acción necesaria para obtener la meta prevista en el paso precedente. La tercera dimensión del modelo M.E.R.A., en su descripción teórica, se enfrenta con el interrogante de las acciones que tiene que realizar el consejero u orientador para que las otras dos dimensiones no solamente existan, sino que se vayan obteniendo secuencialmente los objetivos en ellas determinados. Consideramos, siguiendo con una cierta libertad a R. Carkhuff, que el consejero deberá acoger a su cliente proporcionándole una escucha activa que le lleve a implicarse en el proceso y le motive para luchar contra su problemática. Es indudable que en esta escucha activa van implicadas un cúmulo de destrezas, como la atención física, la contextual, la observación de la conducta no verbal de la persona, etc..., pero no pretendo describirlas aquí, en esta breve introducción. La segunda destreza (1ª en el caso-problema presentado) podemos clarificarla como una destreza de respuesta, a través de la cual, y mediante una empatía perceptiva del sentimiento, y preguntas abiertas, se va realizando una clarificación del problema, explorándolo en todos su detalles, siempre siguiendo el ángulo subjetivo de referencia de la persona del cliente. Siguiendo las directrices de esta destreza del orientador, la persona irá explorando su problemática hasta conocer con claridad dónde realmente se encuentra. La tercera destreza (2ª en el caso-problema) es una destreza de personalización. Su finalidad es doble: lograr una objetivación de la problemática del cliente, al mismo tiempo que una autocomprensión que conduzca a la propia responsabilización sobre dicha problemática. Se pretende enfrentar al cliente con la auténtica comprensión profunda de su problemática, impidiéndole el subterfugio de la proyección exculpatoria sobre las circunstancias externas. Es una destreza genérica muy amplia que puede incluir otras múltiples como pudieran ser la interpretación, la confrontación, la intervención en el metadiálogo interno, etc ... Todo ello encaminado a la reestructuración objetiva del plano referencial de la persona. Finalmente, la cuarta destreza (3ª en nuestro caso-problema) está constituida por la iniciación de una acción concreta, que lleve a la persona a conseguir la meta prefijada en la fase precedente, a través de la estrategia de personalización. Aquí también, como en el caso de las destrezas precedentes, puede decirse que la iniciación es una destreza compleja, comprendiendo posibles subdestrezas, como las actividades de 2 Técnicas de Consejo Psicológico Departamento de Psicología Universidad de Deusto resolución de problemas, toma de decisiones, campo de fuerzas, pensamiento convergente, desarrollo de programas, técnicas de generación de estrategias, modelado cognitivo, etc ... La selección de cualquiera de ellas deberá de ser determinada por su idoneidad por conseguir la meta prefijada. En nuestro caso-problema presentamos, quizá de una manera un poco esquemática, el paso por las destrezas de respuesta, personalización e iniciación, dando ya por supuesta la implicación de la persona en la resolución de su propia problemática. Sólo nos queda por advertir, de nuevo, que las respuestas del entrevistador pueden no ser las óptimas, aunque han sido debidamente contrastadas, pero pueden y deben darnos pistas para ver por dónde debemos dirigirnos en la aplicación del modelo descrito. 3