Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 673 Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires y estr ategias residenciales de los sectores populares Juan Pablo del Río* Introducción En las últimas décadas, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)1 ha experimentado bruscos cambios en las tendencias de metropolización. La historia de reestructuración económica, la redefinición de rol del Estado y la reorganización territorial de la metrópolis tendieron a provocar un aumento de la desigualdad urbana en los años noventa del siglo XX. Según el diagnóstico institucional de la Subsecretaría de Urbanismo y Vivienda de la provincia de Buenos Aires, la reestructuración económica se resume en la crisis del modelo de industrialización sustitutiva de importaciones y en su incompleta superación; la apertura comercial-financiera y la desregulación de los mercados se refleja en la desindustrialización de la metrópolis, junto al avance de la terciarización de la actividades económicas, donde la expansión del comercio y los servicios sustituyen a la industria como principal demandante de * 1 Equipo InfoHábitat-Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento, Los Polvorines, Buenos Aires, Argentina. En este trabajo también se utiliza de manera indistinta la denominación Gran Buenos Aires (GBA), utilizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). La misma abarca a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a los 24 partidos conurbados de la provincia de Buenos Aires. 673 674 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento espacio en las periferias y la renovación intersticial en el área central. En el plano estatal, la privatización de las empresas públicas y la concesión de los servicios urbanos marcan los retrocesos de las funciones de planificación. El modelo territorial emergente está marcado por la creciente segregación socioespacial y por una economía que se fragmenta hacia los extremos: los enclave globalizados, por un lado, y las áreas marcadas por la concentración de la pobreza y por la economía informal, por otro, mientras que los espacios urbanos de las clases medias y los trabajadores se caracterizan por el deterioro y el empobrecimiento, producto de la desinversión y la pérdida de la actividad industrial y comercial (SUV-DPOUT, 2007). En este contexto cabe preguntarse qué cambios se introducen en las distintas formas del crecimiento urbano –proceso de densificación, consolidación y expansión– realizadas por los distintos sectores socioeconómicos, según la posición relativa en la estructura social y a qué tipologías urbanas responde. Particularmente, nos interesa detenernos en cuáles han sido las modalidades en que los sectores populares han resuelto el acceso al suelo y a la vivienda en la década de los noventa (1991-2001), periodo que se caracterizó por la exigua presencia estatal en el escenario urbano, con intervenciones focalizadas y sin escala frente al déficit habitacional, con un fuerte crecimiento del mercado informal. Este análisis de la estructura socioespacial, entendida como el patrón de distribución de la población según el perfil socioeconómico para las diferentes áreas que conforman el espacio metropolitano, es complementario del análisis de las estrategias residenciales. Estas estrategias son un conjunto de prácticas y decisiones de las unidades domésticas que permiten recuperar la capacidad de agencia de los actores en una estructura de opciones restringida por las condiciones materiales de vida en el marco más amplio de las estrategias familiares de vida (Cravino, 2007). Según Di Virgilio (2007), la trayectoria y la estrategia residenciales se definen en la intersección entre las necesidades y las expectativas habitacionales de los hogares y los factores estructurales. Inestabilidad en el mercado de trabajo y contracción de oportunidades habitacionales Uno de los rasgos de la economía argentina en la década de los noventa del siglo pasado fue la combinación del crecimiento económico del producto bruto Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 675 interno con altas tasas de desocupación. En esta década el mercado de trabajo del Gran Buenos Aires se caracterizó por el incremento de la pobreza, la informalidad de las condiciones laborales, la inestabilidad ocupacional y la profundización de la desigualdad social. Se investiga cuáles son las mediaciones existentes entre los mecanismos que operan en el mercado de trabajo, el deterioro de la situación social y las condiciones de acceso al hábitat. Si con los embates de las medidas macroeconómicas el mercado de trabajo muestra una dinámica que reconoce movimientos en las estrategias desarrolladas por las unidades domésticas, cabe indagar cómo se articulan los efectos estructurales del mercado de trabajo y del mercado inmobiliario junto a las estrategias laborales y habitacionales. En estudios recientes sobre la evolución de la desigualdad en la distribución del ingreso en el Gran Buenos Aires (1991-2003), se observa que el ingreso real por adulto equivalente total registró una disminución del 3.3% entre 1992 y 2001. Pero mientras que el 10% de la población más rica incrementó su promedio de percepción por adulto equivalente en un 20.6%, el 10% de la población más pobre lo disminuyó en un 59.1%. En la tabla 1 se muestra claramente cómo mientras los dos deciles de mayores ingresos ven incrementar su ingresos y participación en la distribución del mismo, los ocho deciles restantes ven descender su ingreso promedio y su participación en el ingreso, siendo mayor la caída del ingreso cuanto más baja es la posición en la estructura social (Donza et al., 2008). Siguiendo a estos autores, resultan interesantes los resultados del análisis combinado de la evolución del mercado de trabajo según los indicadores: adultos equivalentes por hogar, perceptores de ingresos, trabajadoras del hogar, tasa de dependencia, ingresos por perceptor (laboral y no laboral) y situación ocupacional (activos, ocupados plenos, desocupados y ocupados no plenos) en los subperiodos inmediatamente posteriores a la salida de la hiperinflación y la implementación del Programa de Convertibilidad (1989-1991). En este análisis, el comportamiento de los hogares y de los ingresos percibidos entre 1992 y 2001 muestra como tendencia general la caída de los perceptores laborales y los ingresos que éstos reciben. A pesar de ser los hogares más pobres los que mayor “esfuerzo” realizaron para sumar activos al mercado de trabajo en detrimento de las personas que realizaban tareas “reproductivas”, estos hogares no lograron incrementar el número de ocupados y, por el contrario, vieron disminuir la can- 3.6% 5 4 3 6.9% 5.8% 4.7% 2.1% 2 1 578 1766 918 692 588 462 393 333 269 205 119 1992 Total 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 Deciles personas/ hogar 6.5% 5.4% 4.3% 3.2% 1.7% 657 2163 1048 783 619 511 425 348 281 209 108 1994 5.7% 4.6% 3.7% 2.7% 1.3% 633 2295 1075 756 577 451 361 292 231 169 80 1998 5.5% 4.3% 3.3% 2.3% 0.9% 559 2129 967 667 501 392 304 239 182 125 49 2001 5.3% 4.0% 2.9% 2.1% 1.0% 390 1497 696 481 354 264 207 155 114 80 41 2003 -20.3 -26.1 -30.5 -37.2 -58.0 -3.3 20.6 5.3 -3.6 -10.1 -15.2 -22.5 -28.2 -32.4 -38.9 -59.1 -2.7 -7.4 -10.8 -8.9 19.7 -30.1 -29.7 -28.1 -27.1 -29.4 -32.7 -31.9 -35.2 -37.5 -36.2 -16.2 -22.4 -31.6 -37.9 -42.8 -49.7 -32.5 -15.2 -24.2 -30.4 -36.5 -42.9 -47.2 -53.5 -57.8 -61.1 -65.7 Variación Variación Variación 1992-2001 (%) 2001-2003 (%) 1992-2003 (%) Tabla 1. Ingreso promedio por equivalente adulto y distribución por deciles de población según ingreso por equivalente adulto de los hogares. Gran Buenos Aires 1992, 1994, 1998, 2001 y 2003 (en pesos de mayo de 2003). 676 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento 100% 30.9% 16.1% 12.1% 9.8% 8.1% 1992 100% 33.9% 16.1% 12.1% 9.5% 7.9% 1994 100% 36.5% 17.1% 12.0% 9.2% 7.2% 1998 100% 38.3% 17.4% 12.0% 9.0% 7.1% 2001 100% 38.5% 17.9% 12.4% 9.1% 6.8% 2003 - 24.0 8.3 -0.8 -7.5 -12.7 - 0.5 2.8 3.1 0.9 -3.9 - 24.6 11.4 2.3 -6.7 -16.1 Variación Variación Variación 1992-2001 (%) 2001-2003 (%) 1992-2003 (%) Fuente: Donza et al., (2008), con base en datos de la Encuesta Permanente de Hogares, INDEC. Total 10 9 8 7 6 Deciles personas/ hogar Tabla 1. Continúa. Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 677 678 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento tidad de ocupados plenos. Esto pone de manifiesto la imposibilidad de vastos sectores de la población de generar ingreso a través del mercado de trabajo y el aumento de la desigualdad en las oportunidades laborales dentro de la estatificación social (Donza et al., 2008). La investigación sobre la movilidad del ingreso y la desigualdad entre 19872001 en el Gran Buenos Aires (Beccaria y Gorisman, 2008) sostiene como principal hipótesis una creciente diferenciación de la inestabilidad laboral como acentuadora de la desigualdad de los ingresos más permanentes. En dicho periodo se registró, de modo simultáneo, un incremento de la variabilidad de los ingresos y de la inestabilidad ocupacional. Si bien la inestabilidad pura de las remuneraciones experimentó una reducción en la fase post inflacionaria, la inestabilidad ocupacional observada desde mediados de los noventa borró en gran medida los beneficios de la fase de estabilización macroeconómica. De este modo, las fluctuaciones de los ingresos corrientes de los hogares se transforman en moneda corriente a pesar de la estabilidad económica, siendo al final del periodo los hogares con jefe de baja educación los más afectados por la variabilidad de los ingresos asociada al incremento de la inestabilidad ocupacional. En la tabla 2 se muestra una disminución de las trayectorias de movilidad social creciente y un reforzamiento general de las trayectorias planas, aunque las trayectoTabla 2. Movilidad de ingresos laborales de los hogares en el Gran Buenos Aires (porcentajes). Trayectorias Planas Fase de alta Fase de es- Fases de reinflación tabilización cuperación 1987-1991 1991-1994 1995-1998 Fase recesiva 1998-2001 5.1 3.9 2.9 15.3 14.7 53.3 59.1 71.7 Decrecientes 3.7 3.4 3.4 Irregulares 10.2 11.3 5.7 Crecientes Cambios momentáneos 25.7 Total 100.0 5.6 20.7 100.0 100.0 73.5 2.9 6.1 100.0 Fuente: Beccaria y Groisman (2008), con base en la Encuesta Permanente de Hogares, INDEC. Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 679 rias inestables también tienden a disminuir; se mencionó con anterioridad que esta tendencia es diferente según la posición en la estratificación social. Los cambios experimentados por los ingresos de un mismo hogar se hicieron cada vez más reducidos. Se fueron endureciendo, por tanto, las posiciones relativas que ocupan los hogares en la distribución del ingreso, produciendo una segmentación creciente entre los diferentes tipos. Se deduce de lo anterior, que las familias de bajos recursos no sólo fueron menos beneficiadas por la estabilización de ingresos sino que también aumentaron las dificultades para mejorar su posición relativa (…) El pronunciado deterioro en la distribución que se registró desde fines de la década del ochenta reflejaría, consecuentemente, los cambios paulatinos en los recursos de los hogares. Por lo tanto, estos elementos parecen sostener el diagnóstico de que la creciente desigualdad en la Argentina respondió a causas como un persistente deterioro de las remuneraciones de los menos calificados o la tendencia a la exclusión del mercado de trabajo de ciertos individuos (Beccaria y Gorisman, 2008: 82-83). A esto se agrega que el aumento de la población en condiciones de trabajar e insertarse en el mercado de trabajo no tuvo su correlato por el lado de la oferta de trabajo, y cuando lo tuvo, fue crecientemente a través del sector informal. Según estaciones de Marshall (2003)2 basadas en la Encuesta Permanente de Hogares, el porcentaje de trabajadores precarios en el área metropolitana se incrementó del 29.6% en 1995 al 38.2% en 2001. Como paradoja, la informalidad resulta una fuente de ingresos bajos, tal como lo demuestran Beccaria y Gorisman (2008), quienes suscriben en un estudio sobre informalidad y pobreza entre 1993-2005 que la informalidad explica entre el 60 y el 70% de las diferencias entre los ingresos horarios de los trabajadores formales e informales. La inestabilidad de los ingresos y los vaivenes en los flujos de recursos socava el bienestar familiar, mientras la incertidumbre de los montos futuros percibidos altera los niveles de consumo, la planificación del gasto y, por supuesto, las estrategias habitacionales. En este sentido, se comparte la idea de Fidel (1998): en el transcurso de los noventa, el incremento de la tasa de desempleo, la profundización de situaciones de precariedad y empobrecimiento de los hogares fue 2 Citada por Golovanevsky (2007:26). 680 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento acompañado por la restricción en la proporción del ingreso destinado a construir, ampliar o mantener la vivienda. Se debe contemplar, además, la escasa acción pública en materia habitacional, el encarecimiento de la ciudad mediado por la privatización de amplios servicios urbanos y la ausencia de producción de suelo urbano destinado a los sectores populares desde los años setenta. En estudios anteriores (Cravino et al., 2008) se ha identificado que, en los últimos 25 años, la población en “asentamiento informales” (denominados localmente villas y asentamientos) crece más rápido que la población total, mientras que el AMBA en su conjunto muestra una tendencia de desaceleración de la tasa positiva de crecimiento; el crecimiento de la población en villas y asentamientos posee una tendencia a la aceleración. Con base en nuestras estimaciones, entre 1981 y 2006 la población en villas y asentamiento creció en términos relativos 220%, frente a un 35% de incremento poblacional del conjunto del aglomerado. Al considerar solo datos oficiales se observa que, en el periodo 1981-1991, por cada cien nuevos habitantes diez se ubicaron en “asentamientos informales” en el periodo 1991-2001; esta proporción asciende a 26% en los 24 partidos del Gran Buenos Aires. Hacia la definición de la problemática Este trabajo sostiene como hipótesis que el aumento de las villas y asentamientos se debe a las restricciones crecientes del mercado inmobiliario de acceso a vastos sectores de la población, aunque la informalidad urbana no llega a explicar la totalidad de las estrategias residenciales que los sectores populares han desarrollado en el periodo analizado. Esto conduce a pensar que, junto al crecimiento de la informalidad urbana, los sectores populares han desarrollado estrategias de permanencia en el núcleo familiar, particularmente las parejas jóvenes, o el allegamiento por relaciones de parentesco a la vivienda de familiares, junto a la densificación intra-lote mediante la autoconstrucción en áreas urbanas en expansión y no consolidadas. El análisis de esta tendencia no es un dato menor en un contexto en que el Estado nacional recupera presencia en la política habitacional a partir de 2003. El objetivo del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios es la “reactivación económica de la industria de la construcción”, esto explica la semejanza de la política con el modelo centralizado de provisión de Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 681 vivienda social “llave en mano” difundido a mediados del siglo XX, aun cuando la dinámica urbana se ha transformado radicalmente. Por un lado, el acceso a la ciudad de una parte importante de la población ha estado mediado por el “déficit urbano-habitacional”, el refugio en las redes sociales o de reciprocidad mutua, la redefinición de la ciudad planificada –con un lote mínimo de 300 m 2 para vivienda unifamiliar–, el aprovechamiento de la “ciudad disponible” como valor de uso complejo (Topalov, 1979) y la imposibilidad del proyecto del “barrio autoconstruido”, dada la inestabilidad de los ingresos y la proporción de hogares reincidentes en situación de pobreza en periodos breves de tiempo. Por otro lado, se entiende que parte de estos cambios se deben a transformaciones del mercado de trabajo y de una dinámica de hábitat popular que difiere de características que ésta tuvo entre los años cuarenta y setenta, cuando los “loteos populares” (Clichevsky, 1975; Torres, 1993) sostuvieron la expansión urbana del AMBA. Este modelo se ancló en la transferencia de importantes recursos de los sectores asalariados en renta del suelo a los especuladores inmobiliarios, gracias a un contexto de casi pleno empleo, crédito accesible, subsidio al transporte público, bajas exigencias urbanísticas y altos costos para el Estado en la ampliación paulatina de las obras de infraestructura y servicios urbanos. De verificarse estas hipótesis, y frente a la persistencia de un núcleo duro de la pobreza y la informalidad laboral, aun cuando se observa un nuevo ciclo de expansión económica iniciado en el 2002 y una importante recuperación del empleo,3 es posible suponer que la estructura urbana también estaría sufriendo un “endurecimiento” de la matriz de distribución de la ciudad. Esto se agrava al considerar que el “boom” que experimenta el mercado inmobiliario a partir de 2003 se encuentra dirigido a los sectores de altos ingresos con una dinámica asociada a la vivienda de alto estándar en zonas exclusivas. A su vez, el Estado realiza significativas inversiones para construir vivienda social; recientemente se suma una nueva oferta de créditos hipotecarios. Sin embargo, estos procesos siguen estando desarticulados de una política urbana en sentido integral. 3 “La dinámica del mercado laboral argentino, si bien logra crear empleo, no resuelve ni la pobreza ni la desigualdad en la distribución de los ingresos. La mayor actividad económica tiene un bajo efecto sobre los ingresos de la población más postergada. Bajo las condiciones actuales y pese a la baja en el desempleo, tiende a arribarse a una nueva meseta en materia de pobreza e indigencia” (Lozano, 2005:2). 682 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento El crecimiento del sector de la construcción se inicia sustentado en los fondos extraídos del “corralito”,4 ahorros acumulados por fuera del sistema financiero y los incrementos de las exportaciones agrícolas. Con base en información periodística (Diario Clarín, 27/04/2007): “en la Argentina, el valor de los inmuebles se incrementó, en promedio, un 260% desde el piso de la crisis, en el primer trimestre de 2002”. Según Baer (2008) la respuesta del sector inmobiliario luego de la crisis de 2001/02 fue contundente. En la ciudad de Buenos Aires, en 2006 se autorizó la mayor cantidad de superficie para construir de los últimos 27 años. El uso residencial protagonizó este “boom” de la construcción, pero a pesar de la expansión de la oferta residencial empeoraron las condiciones de acceso a la vivienda. La restricción del poder de compra de vivienda a nivel general en ASM (años/salario medio para compra de unidades habitacionales equivalentes) se tradujo en un redireccionamiento de la oferta de los emprendedores inmobiliarios hacia la población con mayor poder adquisitivo. Esto se manifiesta en la doble concentración del mercado inmobiliario, tanto territorial como de la categoría de vivienda (Baer, 2008). Análisis del crecimiento demográfico en el AMBA periodo 1991-2001 En 2001, el conjunto del AMBA registró una población de 11.5 millones de habitantes, compuestos por 2.7 millones de habitantes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 8.7 millones en 24 partidos del Gran Buenos Aires (24PGBA). Al detener la mirada en los 24PGBA se observa un crecimiento poblacional entre 1991-2001 cercano al 9%, con una diferencia de población absoluta superior a los 700 mil habitantes. Sin embargo, la distribución de este crecimiento poblacional muestra diferencias según sectores sociales y áreas urbanas. En este apartado se propone explorar las características diferenciales que tuvo este crecimiento. Para ello se realizó una compatibilización de los Censos de Población Hogares y Viviendas (1991-2001) a nivel de radio censal.5 Luego 4 Se hace referencia a una medida económica de limitación de las extracciones de depósitos bancarios que se implementaron en la crisis de 2001/2 tendientes a sostener el sistema financiero y la fuga de capitales, la cual, en una etapa de flexibilización posterior, permitiría retirar los depósitos para la compra de inmuebles. 5 Son las unidades espaciales mínimas a las que se puede acceder; dichas unidades tie- Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 683 se desarrolló un análisis multitemporal de 7.912 radios censales urbanos de los 24PGBA.6 Una vez calculado el crecimiento poblacional se clasificaron los radios urbanos según el ritmo de crecimiento. Estas categorías se caracterizaron a partir de una serie de indicadores urbano-habitacionales con la finalidad de cualificar a nivel socioeconómico y urbano cuáles fueron las formas predominantes de crecimiento. Las dimensiones de análisis consideradas para confeccionar estos indicadores fueron: las condiciones de habitabilidad de las viviendas, el nivel socioeconómico de los hogares, las características demográficas, la cualificación de la estructura urbana y la situación de tenencia del suelo. A continuación se detallan las variables pertenecientes a distintas fuentes7 utilizadas para operacionalizar cada una de las dimensiones de análisis. 6 7 nen un tamaño promedio cercano a los 300 hogares. En el área de crecimiento urbano los radios censales pueden subdividirse entre años censales; en principio lo hacen conservando un principio de integridad, es decir, un radio censal del año 1991 puede desagregarse en dos (o más) radios censales del año año 1991. Sin embargo, el principio de integridad no siempre se cumple, por lo tanto, debe mediar una verificación de la topología de las unidades de análisis espacial y correcciones mediante agregaciones sucesivas de radios para ambos cortes temporales. Se excluye de este análisis a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuya población se mantiene estable desde mediados del siglo XX debido a que al tratarse del área central de la metrópolis su consideración ocultaría parte de la heterogeneidad de la periferia metropolitana o Conurbano Bonaerense, donde nos interesa detener nuestra atención. Entre ellas se encuentran: el Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas (INDEC, 1991-2001); Abba, A. P. (2005) Centralidades metropolitanas, en: “Diagnóstico para la formulación de lineamientos estratégicos para el territorio metropolitano de Buenos Aires” DPOUT-SSUyV (tipo de información: Informe final e información geográfica asociada); Atlas Metropolitano de Buenos Aires. Proyecto de Investigación “Atlas Metropolitano. Patrones territoriales y códigos de ordenamiento territorial y usos del suelo, Región Metropolitana de Buenos Aires” UNLP-CONICET-CIC, Año: 2002-2004 (tipo de información: información geográfica asociada a fotointerpretación de usos reales del suelo); Sistema de Ordenamiento Urbano y Territorial. Secretaría de Asuntos Municipales de la provincia de Buenos Aires, Año: consulta al 2006 (tipo de información: categorización de los Códigos de Zonificación); Sistema de transporte público de pasajeros. Convenio DGCyE-UNLP, Año: 2003 (tipo de información: información geográfica de las redes de transporte público automotor), Sistema de Información Territorial de la Dirección Provincial de Ordenamiento Urbano y Territorial, Año: consulta al 2007 (tipo de información: cartografía base e información geográfica de los “Lineamientos Estratégicos para la Región Metropolitana de Buenos Aires”). 684 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento 1. Condiciones de habitabilidad. Se consideraron: 1.1) el tipo de vivienda, las cuales fueron agrupadas en vivienda tipo A (o no deficitaria), departamento y vivienda deficitaria (esta última categoría incluye vivienda tipo B, rancho, casilla, pieza en inquilinato, pieza en hotel o pensión, local no construido para habitación y vivienda móvil); 1.2) la calidad de los materiales de la vivienda (indicador censal de CALMAT: 1 vivienda no deficitaria, 2 vivienda con problemas de terminación y 3, 4 y 5 se agruparon como categorías deficitarias); 1.3) la calidad de ocupación de la vivienda (basada en la relación entre el hacinamiento crítico y baño exclusivo); y 1.4) la calidad constructiva de la vivienda (con base en una relación entre los materiales constructivos de paredes, pisos y techo de la vivienda y la instalaciones internas de baño, cocina y distribución de agua). 2. Nivel socioeconómico. Se tuvieron en cuenta cuatro indicadores distintos: 2.1) la capacidad económica de los hogares según una tasa de dependencia ponderada por nivel educativo (NSE2); 2.2) el nivel de equipamiento del hogar según la sumatoria de computadora personal, internet, televisión por cable, reproductor, heladera, lavarropas, horno de microondas y teléfono (NSE3); 2.3) la privación material de los hogares (el índice censal IPMH según privación del recurso corriente, convergente o material); y 2.4) el índice censal de necesidades básicas insatisfechas (NBI) desagregado en sus dimensiones hacinamiento, vivienda, instalaciones sanitarias, escolaridad y subsistencia. 3. Características demográficas. Se analizaron: 3.1) el tipo de hogar (hogar nuclear, hogar familiar extendido, hogar compuesto por otros no familiares, hogar multipersonal no familiar, hogares unipersonales); 3.2) la estructura de la población (porcentaje de población joven menor de 14 años, población económicamente activa entre 15 y 64 años y población mayor de 65 años; y 3.3) la movilidad poblacional con base en el lugar de residencia cinco años antes del año censal (según las siguientes categorías: en esta localidad o paraje, en esta provincia otra localidad o paraje, en otra provincia, en otro país y no había nacido). 4. Perfil urbano. Se tuvo en cuenta: 4.1) centralidades urbanas (proximidad medida en metros a centralidades financieras, comerciales, centros históricos y uso residencial de alta densidad); 4.2) accesibilidad-conectividad (según proximidad a la red de transporte público, área de influencia de estaciones de ferrocarril, corredores con más de tres líneas de transporte y red de pavi- Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 685 mento); 4.3) consolidación urbana según la combinación de servicios en la vía pública (calle pavimentada, alumbrado público, teléfono público, transporte público y servicio regular de recolección de residuos); 4.4) conexión a servicios básicos de agua y cloaca (con base en la procedencia de agua en la vivienda por red pública y hogares con inodoro con descarga y desagüe a la red pública); 4.5) densidad bruta de las áreas, y 4.6) proximidad al borde urbano o ámbitos periurbanos. 5. Situación de tenencia. Se considera: 5.1) régimen de tenencia con base en el agrupamiento de categorías censales, situación de tenencia legal (incluye propietario de la vivienda y terreno, inquilino y ocupante por relación de dependencia) y situaciones irregulares de tenencia (incluye propietario solo de la vivienda, ocupante por préstamo y otra situación). A partir de este análisis del ritmo de crecimiento poblacional se identificaron cinco categorías, las cuales fueron caracterizadas por su posición predominante en la estructura urbana: a) Áreas en decrecimiento: son aquellas donde el ritmo de crecimiento poblacional es menor al -10%, y alcanzan al 12.3% de la población en 2001. En términos generales, son áreas de carácter central a nivel regional o municipal, lo que se verifica en distintas variables como la mayor densidad, los máximos indicadores de accesibilidad-conectividad, el mayor porcentaje de inquilinos y departamentos, entre otros. Por otra parte, en estas áreas se localizan los sectores socioeconómicos más altos. b) Áreas estables: sus variaciones se encuentran entre el -10% y el 10%, y cubren al 47.2% de la población censada en 2001, es decir, que la mayor parte del aglomerado se encuentra estable. La característica principal es la mixtura entre áreas urbanas consolidadas y en menor medida áreas centrales, los niveles de accesibilidad-conectividad, la cobertura de servicios en la vía pública y la conexión a servicios básicos marcan esta tendencia. Estas áreas siguen en orden a las anteriores en el perfil socioeconómico de los hogares con mayor peso de los sectores medios y altos. c) Áreas de crecimiento leve: son aquellas donde la fluctuación varía entre 1050%, es decir, en periodo intercensal la población de dichas áreas recibe como máximo la mitad de la población que tenían en el año base; repre- 686 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento sentan al 27.3% de la población del último censo y cerca de la mitad del crecimiento poblacional positivo del periodo. El rasgo más destacado es la contigüidad con las áreas de crecimiento estable; en general se trata de áreas semi-consolidadas y en muy baja proporción se insertan en áreas centrales o consolidadas. Junto con el signo positivo de crecimiento poblacional, se registra el deterioro de la calidad constructiva de la vivienda, la disminución del nivel socioeconómico y el incremento de los hogares con algún tipo de privación. En estas áreas se observa el mayor peso absoluto de los sectores de bajo nivel socioeconómico. d) Áreas de crecimiento moderado: son aquellas cuyo crecimiento poblacional oscila entre el 50-100%, es decir, dichas áreas reciben entre la mitad de población o la equivalente al año base; en 2001 alcanzan al 7.8% de la población del área de estudio. La localización se vuelve más periférica, y todos los indicadores del perfil urbano manifiestan peor desempeño. A su vez, la precariedad de las condiciones de habitabilidad o el déficit habitacional se expresa con mayor intensidad, al igual que el nivel de privación en las condiciones de vida y de informalidad en la tenencia de la tierra. El 52% de las viviendas son deficitarias, el 68% de los hogares son pobres o tienen algún tipo de privación según el IPMH y el 23% de los hogares tiene situaciones irregulares de tenencia. En esta categoría es donde los sectores de bajo nivel socioeconómico tienen el mayor peso relativo. e) Áreas de crecimiento acelerado: su ritmo de crecimiento supera el 100% en el periodo intercensal; estas áreas son las más dinámicas y como mínimo duplican la población en dicho periodo, representando al 4.4% de la población del año 2001. El patrón de distribución espacial no difiere sustantivamente del caso anterior, aunque en este caso parece aumentar el nivel de heterogeneidad social. A diferencia de las cuatro categorías anteriores, que en casi todos los indicadores muestran una tendencia constante hacia el deterioro de la condiciones de calidad urbana y habitacional, esta categoría parece mejorar el desempeño en algunas variables vinculadas a la calidad constructiva de las viviendas y el nivel socioeconómico de la población, entre otras. Como se observa en la tabla 4, en la categoría de “crecimiento acelerado” el 76% de los radios corresponden a los sectores de bajo nivel socioeconómico y el 24% restante a los sectores medio y altos. Sin embargo, al analizar el por- Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 687 Tabla 3. Crecimiento poblacional en los 24 partidos de Gran Buenos Aires (19812006). Población total del aglomerado vs. población en villas y asentamientos (VyA). 1981-1991 Absoluto % Población 1 146.149 16.8 Población 119 559 41.1 total en VyA 1991-2001 Absoluto 2001-2006 % 1981-2006 Absoluto % Absoluto % 645 935 22.0 715 113 9.0 573 270 6.6 184 302 44.9 342 074 57.5 2 434 532 35.7 Fuente: elaboración propia a partir de la base de datos Infohábitat, INDEC y Dirección Provincial de Estadística de la provincia de Buenos Aires (1981, 1991, 2001 y 2006). Tabla 4. Distribución de radios censales con población de nivel socioeconómico alto, medio y bajo según ritmo de crecimiento poblacional (1991-2001) en los 24 partidos del Gran Buenos Aires. Nivel socioeconómico Alto Medio Bajo Total Decrecimiento Estable 575 (46.0%) 864 (22.3%) 204 (16.3%) 1 590 (41.2%) 471 (37.7%) 1 250 (100%) 1 05 (36.4%) 3 859 (100%) Crecimiento leve 107 (5.4%) 239 (12.1%) 1 625 (82.4%) 1 971 (100%) Crecimiento moderado Crecimiento acelerado 42 (7.9%) 41 (13.7%) Total 19 (3.6%) 30 (10.0%) 1 595 (20.2%) 465 (88.4%) 227 (76.2%) 4 111 (51.9%) 526 (100%) 298 (100%) 2 198 (27.7%) 7 907 (100%) Fuente: elaboración propia con base en el Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas, INDEC (1991-2001). Nota: las categorías de nivel socioeconómico se elaboraron con base en la clasificación por deciles del indicador NSE2 (tasa de dependencia ponderada por nivel educativo) y el agrupamiento del decil 1 y 2 en la categoría de alto, decil 3, 4 y 5 medio y decil del 6 al 10 en bajo nivel socioeconómico. 688 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento centaje de los sectores medios y altos en la categoría de “crecimiento leve”, “crecimiento moderado” y “crecimiento acelerado”, se observa un aumento de la participación de estos sectores medios y altos en esta última categoría, aun cuando éste sea por debajo de la media para el total del aglomerado. Esto refleja parcialmente el cambio brusco que, en la década del noventa, se introdujo en el patrón residencial de los sectores de medio-alto y alto ingreso, basado en el desplazamiento a la periferia metropolitana y acompañado por cambios en la red de autopistas y la difusión de urbanizaciones cerradas. Del análisis y caracterización de las categorías de crecimiento, se deduce que casi el 75% del área urbana de los 24PGBA se encuentra en una situación de estabilidad demográfica, acompañada por procesos de decrecimiento y crecimiento poblacional leve. Sin embargo, el 25% del área urbana restante muestra un rápido crecimiento demográfico combinado con un incremento del déficit urbano. En la tabla 5 se analizan las categorías de crecimiento poblacional (19912001) en función de una serie de variables e indicadores (2001) que permiten caracterizar el crecimiento a nivel urbano. En términos generales se observa que, a medida que aumenta el ritmo del crecimiento urbano, se deterioran las condiciones de habitabilidad, decrece el nivel socioeconómico, se ensancha la base de la pirámide de población, aumenta la dinámica inmigratoria (con un peso significativo de los inmigrantes del interior del país, seguidos por la población de origen bonaerense), disminuyen las condiciones de calidad urbana y aumenta la irregularidad en la tenencia del suelo. En el tabla 6 se muestra la relación entre la inserción urbana de los sectores de bajo nivel socioeconómico y las categorías de crecimiento poblacional que tienen signo positivo. En el sentido de las columnas se observa que la mayor cantidad de radios censales (68%) asociados a estos sectores de población tienen un crecimiento leve (entre el 10 y el 50% entre 1991 y 2001) siguiendo la tendencia general del aglomerado. En el sentido de las filas surge que el 85% de los radios censales que tienen crecimiento positivo se encuentran ubicados en áreas urbanas no consolidadas, de las cuales el 27% pueden ser caracterizadas como áreas de borde urbano, es decir, se encuentran a menos de medio kilómetro del ámbito periurbano o rural. Se resalta, a su vez, la baja participación de los sectores de bajos de ingresos en las áreas urbanas consolidadas (13%) y la escasísima, por no decir nula participación en el área central (0.1%). Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 689 Tabla 5. Distribución de radios censales con población de nivel socioeconómico alto, medio y bajo según ritmo de crecimiento poblacional (1991-2001) en los 24 partidos del Gran Buenos Aires Tipo de crecimiento poblacional Decrecimiento Estable Leve Moderado Acelerado (< -10%) (10 10%) (10 50%) (50 100%) (> 100 %) Casa tipo A 63.29% 74.94% 58.59% 44.63% 37.67% 65.62% Viviendas deficitarias 5.45% 12.55% 37.53% 52.04% 50,36% 22,00% Calmat 1 82.61% 70.91% 41.47% 29.73% 34.60% 60.83% Calmat 3 4 5 5.35% 10.32% 28.36% 39.62% 40.22% 17.38% Condiciones de habitabilidad Departamento Calmat 2 NBI Vivienda NBI Instalación sanitaria Comparte baño con otro hogar Hacinamiento crítico Cohabitación en la vivienda Calidad de construcción de la vivienda (CCV)* Calidad de ocupación de la vivienda (COV)* 31.27% 12.04% 1.92% 12.51% 18.76% 3.36% 3.88% 30.16% 8.63% 3.34% 30.63% 13.77% 11.98% 25.16% 13.61% Total 12.38% 21.78% 5.61% 0.52% 1.03% 2.56% 3.61% 3.95% 1.64% 1.78% 3.39% 5.79% 5.23% 5.18% 3.97% 1.22% 2.60% 7.24% 10.95% 11.62% 4.51% 1.0285 1.0493 1.0639 1.0482 1.0533 1.0497 31.4 25.4 14.1 10.3 12.8 22.0 30.6 23.9 15.5 14.9 17.8 22.1 690 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento Tabla 5. Continúa. Tipo de crecimiento poblacional Decrecimiento Estable Leve Moderado Acelerado (< -10%) (10 10%) (10 50%) (50 100%) (> 100 %) 78.27% 69.03% 42.98% 32.23% 36.16% 59.90% 15.58% 17.81% 19.41% 16.07% 13.32% 17.61% Sólo material + Convergente 6.15% 13.16% 37.61% 51.70% 50.52% 22.49% NBI Escolaridad NBI Subsistencia 0.27% 1.08% 1.67% 1.87% 0.70% NBI General 3.15% 0.41% 6.32% 10.24% 21.47% 28.75% 28.48% 14.52% Nivel socioeconómico IPMH Sin privación Sólo del recurso corriente Nivel socioeconó0.66 mico NSE2* 4.29% 6.60% 7.27% 6.79% Total 5.02% 0.36 0.14 0.08 0.15 0.33 Nivel socioeconó6.07 mico NSE3* 5.27 3.85 3.30 3.63 4.85 Población joven (< 14 años) 19.78% 23.12% 31.88% 36.92% 37.58% 26.91% 64.85% 64.44% 62.34% 59.29% 59.20% 63.26% 15.37% 12.44% 5.78% 3.79% 3.22% 9.83% 64.67% 65.88% 68.50% 71.29% 73.26% 67.03% Características demográficas PEA potencial (> 15 y < 64 años) Población vieja (> 65 años) Hogar nuclear Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 691 Tabla 5. Continúa. Tipo de crecimiento poblacional Decrecimiento Estable Leve Moderado Acelerado (< -10%) (10 10%) (10 50%) (50 100%) (> 100 %) 16.47% 19.05% 20.41% 18.08% 16.14% 18.85% Hogar compuesto 1.09% 1.16% 1.30% 1.40% 1.47% 1.21% 0.59% 0.43% 0.35% 0.35% 0.40% 0.42% Hogar unipersonal 17.18% 13.49% 9.45% 8.87% 8.74% 12.48% Esta localidad o paraje 88.56% 88.51% 85.54% 81.58% 75.31% 86.55% 1.42% 1.20% 1.19% 1.62% 2.66% 1.32% Otra provincia 3.08% 2.42% 2.34% 3.43% 6.46% 2.74% No había nacido 6.28% 7.36% 10.37% 12.53% 13.50% 8.75% Hogar familiar extendido Hogar multipersonal no familiar Total Lugar de residencia hace 5 años: Esta provincia pero en otra localidad o paraje Otro país Perfil urbano 0.66% Centralidad (IC)* 740 AccesibilidadConectividad (IAC)* Consolidación suelo urbano (CSU)* 0.50% 0.57% 0.84% 2.06% 0.64% 1 027 1 799 2 208 2 143 1 295 185 249 536 863 859 374 32.2 30.9 23.3 17.4 16.4 27.8 692 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento Tabla 5. Continúa. Tipo de crecimiento poblacional Conexión a servicios sanitarios básicos (CSS)* Proximidad al borde urbano (RR2)* Densidad habitantes / hectáreas Decrecimiento Estable Leve Moderado Acelerado Total (< -10%) (10 10%) (10 50%) (50 100%) (> 100 %) 15.0 12.2 7.7 6.2 7.1 10.9 3 414 2 809 1 453 1 025 1 279 2 390 97.0 89.3 78.8 56.1 62.5 84.7 75.76% 73.91% 72.31% 74.35% 75.23% Situación de tenencia Propietario de la 77.34% vivienda y terreno Propietario sólo de la vivienda 1.90% 3.29% 7.38% 10.09% 8.16% 4.79% Ocupante por préstamo 11.62% 9.94% 5.66% 3.79% 4.07% 8.44% 5.76% 7.70% 9.24% 8.82% 7.18% 7.88% Ocupante por trabajo 0.76% 0.43% 0.61% 1.16% 1.17% 0.60% Tenencia precaria 2.60% 10.26% 2.87% 3.19% 3.81% 5.05% 3.06% Inquilino Otra situación 13.85% 19.81% 22.72% 20.39% 15.73% Fuente: elaboración propia con base en el Censo de Población, Hogares y Vivienda (19912001) INDEC y fuentes citadas en la nota viii. Nota (*) No corresponde con indicadores censales sino que fueron construidos a partir de la información censal o las fuentes complementarias. Su definición se encuentra detallada en la operacionalización de las dimensiones de análisis. Para más detalles véase Del Río (2009). Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 693 Identificación de las estrategias residenciales de los sectores populares Un resultado interesante que surge del análisis detenido de la tabla 5 es como se agrupa un conjunto de variables según su variación relativa en función de los ritmos de crecimiento poblacional: 1. Se puede observar el comportamiento semejante que tienen las variables CALMAT 3, 4 y 5 (déficit en los calidad de los materiales de la vivienda no asociado a problemas de aislamiento o terminación), NBI por condiciones sanitarias (baño con retrete sin descarga de agua), hogar compuesto (núcleo familiar con otros no familiares), hacinamiento crítico (más de tres personas por cuarto) y las variables de movilidad migratoria (con mayor peso en lugar de residencia hace cinco años de la categoría “en otra provincia”). 2. La variación de la cohabitación (cantidad de hogares por vivienda), el porcentaje de los hogares que comparte el baño con otro hogar, la proporción del hogar familiar extendido, los ocupantes por préstamo y los hogares con IPMH solo del recurso corriente (es decir, hogares con privación material por la carencia de receptores de ingresos) muestran estar correlacionados entre sí. 3. La forma de tenencia precaria varía en función de los indicadores de nivel socioeconómico, el IPMH material y convergente (hogares con privación del patrimonio material de la vivienda o del recurso corriente), el porcentaje de hogares con NBI, NBI por subsistencia (hogares que tienen cuatro o más personas por miembro ocupado y cuyo jefe no haya completado tercer grado de la escuela primaria), NBI por vivienda (hogares que habitan una vivienda de tipo inconveniente) y el conjunto de indicadores que caracterizan el perfil urbano de las distintas áreas de la ciudad. Al menos a nivel preliminar, estos datos permiten identificar tres fenómenos que se entiende se encuentran relacionados con distintas estrategias residenciales. El primer grupo de variables muestra en la dimensión constructiva un alto déficit en la calidad de los materiales de la vivienda junto al mayor porcentaje de hogares con necesidades básicas insatisfechas a nivel sanitario, mientras que la calidad de la ocupación de la vivienda muestra los niveles más altos de hacina- 694 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento miento crítico. Si bien esta dinámica se encuentra relacionada con el crecimiento vegetativo de los sectores más pobres, la mayor proporción de la población inmigrante que llega del interior del país y el registro más alto de los hogares compuestos por familiares y no familiares, junto a los niveles de cohabitación por arriba de la media regional, parece mostrar una dinámica de rápido crecimiento urbanos en áreas no consolidadas o bordes urbanos no consolidados con un mayor proporción de sectores recién llegados al aglomerado con severas restricciones habitacionales acompañadas por precariedad en la tenencia de la tierra. El segundo grupo da cuenta en parte de la participación en las áreas consolidadas de los sectores de nivel socioeconómico bajo, aunque dicha estrategia también se encuentra ampliamente extendida en las áreas urbanas no consolidadas. Aquí se visualiza como estrategia de los hogares las formas de cohabitación (más de un hogar por vivienda) con el registro más alto sobre la media regional, siendo una variable crítica la carencia del baño exclusivo. Otra modalidad complementaria no excluyente es la expansión del núcleo familiar, la cual se expresa en la mayor proporción de hogares familiares extendidos (compuesto por núcleo familiar con agregados de otros familiares). La variable propietario solo de la vivienda muestra el más bajo porcentaje y ocupante por préstamo el más alto dentro de las categorías de crecimiento poblacional positivo. Esto resulta interesante particularmente allí donde el crecimiento es leve de manera coincidente con categoría que explica la mayor parte de la dinámica de crecimiento poblacional de los sectores de bajo nivel socioeconómico (como se observó en la tabla 6). El tercer grupo tiende a concentrarse, al igual que el primero, en las áreas no consolidadas o bordes urbanos no consolidados. Los indicadores de nivel socioeconómico más bajos, expresados en la dimensión material o convergente del IPMH y el desempeño de los hogares con NBI (tanto las vinculadas a la dimensión de la subsistencia como de la vivienda), muestran como tendencia las mayores restricciones en el acceso a las condiciones de calidad urbana, como se ve en todas las variables que dan cuenta del perfil urbano. En este grupo es en el cual la situación de tenencia precaria alcanza mayor proporción y los propietarios solo de la vivienda (y no del terreno) duplican el promedio regional. De lo anterior se deduce que la estrategia de la informalidad en el acceso al suelo urbano se encuentra asociada al nivel socioeconómico y los niveles de Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 695 Tabla 6. Distribución de radios censales con población de bajo nivel socioeconómico según ritmo de crecimiento poblacional (1991-2001) y tipo de área urbana en los 24 partidos del Gran Buenos Aires. Tipo de área Área central Área consolidada Área no consolidada Borde no consolidado Borde urbano semiconsolidado Total Crecimiento Crecimiento Crecimiento Total leve moderado acelerado 2 (0.1%) 204 (8.5%) 1 043 (43.6%) 352 (14.7%) - 26 (1.1%) 227 (9.5%) 205 (8.6%) - 91 (3.8%) 108 (4.5%) 97 (4.1%) 2 (0.1%) 321 (13.4%) 1 378 (57.7%) 654 (27.4%) 24 (1.0%) 7 (0.3%) 4 (0.2%) 35 (1.5%) 1 625 (68.0%) 465 (19.5%) 300 (12.6%) 2 390 (100%) Fuente: elaboración propia con base en el Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas, INDEC (1991-2001). Nota: los tipos de área urbana se definieron en función de la clasificación de los radios censales por los indicadores de perfil urbano que figuran en la tabla 5 agrupados por deciles; dichas categorías se excluyen entre sí en función de su jerarquía. La categoría Área Central se definió por la posición del radio censal en el decil 8, 9 o 10 con mejor nivel de conexión a servicios sanitarios básicos y consolidación urbana, junto a una proximidad de 0.5 km a las redes transporte público y 1 km a los centralidades urbanas. La categoría Área Consolidada se definió por la posición del radio censal >= decil 5 en índice de conexión a servicios sanitarios básicos y consolidación urbana, junto a una proximidad de 1 km a las redes transporte público y 1.5 km a los centralidades urbanas. La categoría Área No Consolidada se definió por la posición del radio censal <= 4 en el índice de conexión a servicios sanitarios básicos y consolidación urbana, junto a una proximidad mayor a 1 km a las redes de transporte público. La categoría Borde No Consolidado se definió por la posición del radio censal <= 4 en el índice de conexión a servicios sanitarios básicos y consolidación urbana y la proximidad de 0.5 km a los ámbitos periurbanos o rurales. La categoría Borde Semi-consolidado se definió por la posición del radio censal >= 4 en el índice de conexión a servicios sanitarios básicos y consolidación urbana y la proximidad de 0.5 km a los ámbitos periurbanos o rurales. 696 Participación pública y social en la gestión del ordenamiento pobreza. Sin embargo, esta variable adquiere mayor proporción dentro de las categorías de crecimiento poblacional positivo (puntualmente crecimiento moderado) en la que se hallan 465 radios censales asociados al nivel socioeconómico bajo y menor proporción en la categoría (crecimiento leve) donde los radios censales de bajo nivel socioeconómico alcanzan el número de 1 625. Allí donde se produce el mayor crecimiento urbano de los sectores populares, la tasa de informalidad no es la mayor, lo cual muestra cierta heterogeneidad en las estrategias de acceso a la ciudad por parte de estos sectores. Conclusiones En este trabajo se buscó identificar las distintas tipologías de crecimiento urbano de los sectores populares y se intentó mostrar la existencia de un repertorio de prácticas de acceso al espacio urbano, las cuales exceden la informalidad urbana. Se considera que es vital estudiar la relación entre las transformaciones en el mercado de trabajo y los horizontes de oportunidad que se plantean en el campo habitacional. El modelo de acceso al suelo y a la vivienda en los años noventa del siglo pasado, dista considerablemente del modelo que operó hasta los años setenta; por otra parte, el barrio define nuevos modos de afiliación que el mundo del trabajo parece haber perdido. Sin embargo, la política habitacional continúa operando con viejos esquemas. La inestabilidad de los ingresos y de los flujos de recursos corrientes socava el bienestar familiar; la incertidumbre de la disponibilidad de un ingreso altera los proyectos de vida y las estrategias residenciales. Las condiciones estructurales que se observaron en los años noventa en el mercado de trabajo no fueron para nada alentadoras, por tanto, resulta compatible con estrategias residenciales de permanencia en el núcleo familiar, el allegamiento a la vivienda/lote basado en relaciones de parentesco o de redes sociales y la densificación intra-lote mediante la autoconstrucción de una pieza o una vivienda mínima precaria. A su vez, estas formas de resolución del acceso a la vivienda han ido acompañadas por una matriz de distribución de las condiciones de calidad urbana particularmente crítica para los sectores de bajo nivel socioeconómico. Se ha visto que el 85% del área urbana vinculada al crecimiento demográfico positivo de estos sectores son áreas urbanas no consolidadas, siendo muy baja Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires 697 su participación en el área urbana consolidada y nula en el área central de la ciudad. Si bien el avance preliminar aquí presentado es de carácter descriptivo y no permite aún realizar afirmaciones concluyentes respecto a la hipótesis de trabajo, debido a que se relaciona la dinámica del crecimiento poblacional con una imagen estática de la configuración urbano-habitacional que brinda el censo 2001 y el resto de las fuentes analizadas, se considera necesario analizar, en instancia futuras, la evolución del conjunto de las variables que se han identificado como críticas entre ambos años censales, de modo de comparar si el ritmo de crecimiento de las mismas es superior o inferior al ritmo del crecimiento poblacional. Por otra parte, es crucial crear una serie de categorías sintéticas a partir de los grupos de variables y analizar que peso tiene cada una de ellas en el crecimiento 1991-2001. Bibliografía Baer, L. 2008, Se expande la oferta, se restringe el ingreso pero aumentan los precios. 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