Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires y

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Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
673
Crecimiento urbano en el Área
Metropolitana de Buenos Aires y
estr ategias residenciales de los
sectores populares
Juan Pablo del Río*
Introducción
En las últimas décadas, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)1 ha
experimentado bruscos cambios en las tendencias de metropolización. La historia de reestructuración económica, la redefinición de rol del Estado y la reorganización territorial de la metrópolis tendieron a provocar un aumento de la
desigualdad urbana en los años noventa del siglo XX.
Según el diagnóstico institucional de la Subsecretaría de Urbanismo y Vivienda de la provincia de Buenos Aires, la reestructuración económica se resume en la crisis del modelo de industrialización sustitutiva de importaciones y en
su incompleta superación; la apertura comercial-financiera y la desregulación
de los mercados se refleja en la desindustrialización de la metrópolis, junto al
avance de la terciarización de la actividades económicas, donde la expansión del
comercio y los servicios sustituyen a la industria como principal demandante de
*
1
Equipo InfoHábitat-Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento, Los Polvorines, Buenos Aires, Argentina.
En este trabajo también se utiliza de manera indistinta la denominación Gran Buenos
Aires (GBA), utilizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). La
misma abarca a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a los 24 partidos conurbados
de la provincia de Buenos Aires.
673
674
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
espacio en las periferias y la renovación intersticial en el área central. En el plano estatal, la privatización de las empresas públicas y la concesión de los servicios urbanos marcan los retrocesos de las funciones de planificación. El modelo
territorial emergente está marcado por la creciente segregación socioespacial y
por una economía que se fragmenta hacia los extremos: los enclave globalizados, por un lado, y las áreas marcadas por la concentración de la pobreza y por
la economía informal, por otro, mientras que los espacios urbanos de las clases
medias y los trabajadores se caracterizan por el deterioro y el empobrecimiento,
producto de la desinversión y la pérdida de la actividad industrial y comercial
(SUV-DPOUT, 2007).
En este contexto cabe preguntarse qué cambios se introducen en las distintas formas del crecimiento urbano –proceso de densificación, consolidación y
expansión– realizadas por los distintos sectores socioeconómicos, según la posición relativa en la estructura social y a qué tipologías urbanas responde. Particularmente, nos interesa detenernos en cuáles han sido las modalidades en que
los sectores populares han resuelto el acceso al suelo y a la vivienda en la década
de los noventa (1991-2001), periodo que se caracterizó por la exigua presencia
estatal en el escenario urbano, con intervenciones focalizadas y sin escala frente
al déficit habitacional, con un fuerte crecimiento del mercado informal.
Este análisis de la estructura socioespacial, entendida como el patrón de
distribución de la población según el perfil socioeconómico para las diferentes
áreas que conforman el espacio metropolitano, es complementario del análisis
de las estrategias residenciales. Estas estrategias son un conjunto de prácticas y
decisiones de las unidades domésticas que permiten recuperar la capacidad de
agencia de los actores en una estructura de opciones restringida por las condiciones materiales de vida en el marco más amplio de las estrategias familiares
de vida (Cravino, 2007). Según Di Virgilio (2007), la trayectoria y la estrategia
residenciales se definen en la intersección entre las necesidades y las expectativas habitacionales de los hogares y los factores estructurales.
Inestabilidad en el mercado de trabajo y contracción de
oportunidades habitacionales
Uno de los rasgos de la economía argentina en la década de los noventa del
siglo pasado fue la combinación del crecimiento económico del producto bruto
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
675
interno con altas tasas de desocupación. En esta década el mercado de trabajo del Gran Buenos Aires se caracterizó por el incremento de la pobreza,
la informalidad de las condiciones laborales, la inestabilidad ocupacional y la
profundización de la desigualdad social. Se investiga cuáles son las mediaciones existentes entre los mecanismos que operan en el mercado de trabajo, el
deterioro de la situación social y las condiciones de acceso al hábitat. Si con
los embates de las medidas macroeconómicas el mercado de trabajo muestra
una dinámica que reconoce movimientos en las estrategias desarrolladas por las
unidades domésticas, cabe indagar cómo se articulan los efectos estructurales
del mercado de trabajo y del mercado inmobiliario junto a las estrategias laborales y habitacionales.
En estudios recientes sobre la evolución de la desigualdad en la distribución
del ingreso en el Gran Buenos Aires (1991-2003), se observa que el ingreso
real por adulto equivalente total registró una disminución del 3.3% entre 1992
y 2001. Pero mientras que el 10% de la población más rica incrementó su promedio de percepción por adulto equivalente en un 20.6%, el 10% de la población más pobre lo disminuyó en un 59.1%. En la tabla 1 se muestra claramente
cómo mientras los dos deciles de mayores ingresos ven incrementar su ingresos
y participación en la distribución del mismo, los ocho deciles restantes ven descender su ingreso promedio y su participación en el ingreso, siendo mayor la
caída del ingreso cuanto más baja es la posición en la estructura social (Donza
et al., 2008).
Siguiendo a estos autores, resultan interesantes los resultados del análisis
combinado de la evolución del mercado de trabajo según los indicadores: adultos equivalentes por hogar, perceptores de ingresos, trabajadoras del hogar, tasa
de dependencia, ingresos por perceptor (laboral y no laboral) y situación ocupacional (activos, ocupados plenos, desocupados y ocupados no plenos) en los
subperiodos inmediatamente posteriores a la salida de la hiperinflación y la
implementación del Programa de Convertibilidad (1989-1991). En este análisis, el comportamiento de los hogares y de los ingresos percibidos entre 1992 y
2001 muestra como tendencia general la caída de los perceptores laborales y los
ingresos que éstos reciben. A pesar de ser los hogares más pobres los que mayor
“esfuerzo” realizaron para sumar activos al mercado de trabajo en detrimento
de las personas que realizaban tareas “reproductivas”, estos hogares no lograron
incrementar el número de ocupados y, por el contrario, vieron disminuir la can-
3.6%
5
4
3
6.9%
5.8%
4.7%
2.1%
2
1
578
1766
918
692
588
462
393
333
269
205
119
1992
Total
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
Deciles personas/
hogar
6.5%
5.4%
4.3%
3.2%
1.7%
657
2163
1048
783
619
511
425
348
281
209
108
1994
5.7%
4.6%
3.7%
2.7%
1.3%
633
2295
1075
756
577
451
361
292
231
169
80
1998
5.5%
4.3%
3.3%
2.3%
0.9%
559
2129
967
667
501
392
304
239
182
125
49
2001
5.3%
4.0%
2.9%
2.1%
1.0%
390
1497
696
481
354
264
207
155
114
80
41
2003
-20.3
-26.1
-30.5
-37.2
-58.0
-3.3
20.6
5.3
-3.6
-10.1
-15.2
-22.5
-28.2
-32.4
-38.9
-59.1
-2.7
-7.4
-10.8
-8.9
19.7
-30.1
-29.7
-28.1
-27.1
-29.4
-32.7
-31.9
-35.2
-37.5
-36.2
-16.2
-22.4
-31.6
-37.9
-42.8
-49.7
-32.5
-15.2
-24.2
-30.4
-36.5
-42.9
-47.2
-53.5
-57.8
-61.1
-65.7
Variación
Variación
Variación
1992-2001 (%) 2001-2003 (%) 1992-2003 (%)
Tabla 1. Ingreso promedio por equivalente adulto y distribución por deciles de población según ingreso por equivalente
adulto de los hogares. Gran Buenos Aires 1992, 1994, 1998, 2001 y 2003 (en pesos de mayo de 2003).
676
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
100%
30.9%
16.1%
12.1%
9.8%
8.1%
1992
100%
33.9%
16.1%
12.1%
9.5%
7.9%
1994
100%
36.5%
17.1%
12.0%
9.2%
7.2%
1998
100%
38.3%
17.4%
12.0%
9.0%
7.1%
2001
100%
38.5%
17.9%
12.4%
9.1%
6.8%
2003
-
24.0
8.3
-0.8
-7.5
-12.7
-
0.5
2.8
3.1
0.9
-3.9
-
24.6
11.4
2.3
-6.7
-16.1
Variación
Variación
Variación
1992-2001 (%) 2001-2003 (%) 1992-2003 (%)
Fuente: Donza et al., (2008), con base en datos de la Encuesta Permanente de Hogares, INDEC.
Total
10
9
8
7
6
Deciles personas/
hogar
Tabla 1. Continúa.
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
677
678
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
tidad de ocupados plenos. Esto pone de manifiesto la imposibilidad de vastos
sectores de la población de generar ingreso a través del mercado de trabajo y el
aumento de la desigualdad en las oportunidades laborales dentro de la estatificación social (Donza et al., 2008).
La investigación sobre la movilidad del ingreso y la desigualdad entre 19872001 en el Gran Buenos Aires (Beccaria y Gorisman, 2008) sostiene como
principal hipótesis una creciente diferenciación de la inestabilidad laboral
como acentuadora de la desigualdad de los ingresos más permanentes. En dicho periodo se registró, de modo simultáneo, un incremento de la variabilidad
de los ingresos y de la inestabilidad ocupacional. Si bien la inestabilidad pura
de las remuneraciones experimentó una reducción en la fase post inflacionaria,
la inestabilidad ocupacional observada desde mediados de los noventa borró en
gran medida los beneficios de la fase de estabilización macroeconómica. De este
modo, las fluctuaciones de los ingresos corrientes de los hogares se transforman
en moneda corriente a pesar de la estabilidad económica, siendo al final del periodo los hogares con jefe de baja educación los más afectados por la variabilidad de
los ingresos asociada al incremento de la inestabilidad ocupacional.
En la tabla 2 se muestra una disminución de las trayectorias de movilidad social
creciente y un reforzamiento general de las trayectorias planas, aunque las trayectoTabla 2. Movilidad de ingresos laborales de los hogares en el Gran Buenos Aires
(porcentajes).
Trayectorias
Planas
Fase de alta Fase de es- Fases de reinflación
tabilización cuperación
1987-1991 1991-1994 1995-1998
Fase recesiva
1998-2001
5.1
3.9
2.9
15.3
14.7
53.3
59.1
71.7
Decrecientes
3.7
3.4
3.4
Irregulares
10.2
11.3
5.7
Crecientes
Cambios momentáneos 25.7
Total
100.0
5.6
20.7
100.0
100.0
73.5
2.9
6.1
100.0
Fuente: Beccaria y Groisman (2008), con base en la Encuesta Permanente de Hogares,
INDEC.
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
679
rias inestables también tienden a disminuir; se mencionó con anterioridad que esta
tendencia es diferente según la posición en la estratificación social.
Los cambios experimentados por los ingresos de un mismo hogar se hicieron
cada vez más reducidos. Se fueron endureciendo, por tanto, las posiciones relativas que ocupan los hogares en la distribución del ingreso, produciendo una
segmentación creciente entre los diferentes tipos. Se deduce de lo anterior, que
las familias de bajos recursos no sólo fueron menos beneficiadas por la estabilización de ingresos sino que también aumentaron las dificultades para mejorar
su posición relativa (…) El pronunciado deterioro en la distribución que se
registró desde fines de la década del ochenta reflejaría, consecuentemente, los
cambios paulatinos en los recursos de los hogares. Por lo tanto, estos elementos
parecen sostener el diagnóstico de que la creciente desigualdad en la Argentina
respondió a causas como un persistente deterioro de las remuneraciones de los
menos calificados o la tendencia a la exclusión del mercado de trabajo de ciertos
individuos (Beccaria y Gorisman, 2008: 82-83).
A esto se agrega que el aumento de la población en condiciones de trabajar e
insertarse en el mercado de trabajo no tuvo su correlato por el lado de la oferta de
trabajo, y cuando lo tuvo, fue crecientemente a través del sector informal. Según
estaciones de Marshall (2003)2 basadas en la Encuesta Permanente de Hogares,
el porcentaje de trabajadores precarios en el área metropolitana se incrementó del
29.6% en 1995 al 38.2% en 2001. Como paradoja, la informalidad resulta una
fuente de ingresos bajos, tal como lo demuestran Beccaria y Gorisman (2008),
quienes suscriben en un estudio sobre informalidad y pobreza entre 1993-2005
que la informalidad explica entre el 60 y el 70% de las diferencias entre los ingresos horarios de los trabajadores formales e informales.
La inestabilidad de los ingresos y los vaivenes en los flujos de recursos socava
el bienestar familiar, mientras la incertidumbre de los montos futuros percibidos altera los niveles de consumo, la planificación del gasto y, por supuesto, las
estrategias habitacionales. En este sentido, se comparte la idea de Fidel (1998):
en el transcurso de los noventa, el incremento de la tasa de desempleo, la profundización de situaciones de precariedad y empobrecimiento de los hogares fue
2
Citada por Golovanevsky (2007:26).
680
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
acompañado por la restricción en la proporción del ingreso destinado a construir, ampliar o mantener la vivienda. Se debe contemplar, además, la escasa
acción pública en materia habitacional, el encarecimiento de la ciudad mediado
por la privatización de amplios servicios urbanos y la ausencia de producción de
suelo urbano destinado a los sectores populares desde los años setenta.
En estudios anteriores (Cravino et al., 2008) se ha identificado que, en los
últimos 25 años, la población en “asentamiento informales” (denominados localmente villas y asentamientos) crece más rápido que la población total, mientras que el AMBA en su conjunto muestra una tendencia de desaceleración de
la tasa positiva de crecimiento; el crecimiento de la población en villas y asentamientos posee una tendencia a la aceleración. Con base en nuestras estimaciones, entre 1981 y 2006 la población en villas y asentamiento creció en términos
relativos 220%, frente a un 35% de incremento poblacional del conjunto del
aglomerado. Al considerar solo datos oficiales se observa que, en el periodo
1981-1991, por cada cien nuevos habitantes diez se ubicaron en “asentamientos
informales” en el periodo 1991-2001; esta proporción asciende a 26% en los 24
partidos del Gran Buenos Aires.
Hacia la definición de la problemática
Este trabajo sostiene como hipótesis que el aumento de las villas y asentamientos se debe a las restricciones crecientes del mercado inmobiliario de acceso
a vastos sectores de la población, aunque la informalidad urbana no llega a
explicar la totalidad de las estrategias residenciales que los sectores populares
han desarrollado en el periodo analizado. Esto conduce a pensar que, junto al
crecimiento de la informalidad urbana, los sectores populares han desarrollado
estrategias de permanencia en el núcleo familiar, particularmente las parejas
jóvenes, o el allegamiento por relaciones de parentesco a la vivienda de familiares, junto a la densificación intra-lote mediante la autoconstrucción en áreas
urbanas en expansión y no consolidadas.
El análisis de esta tendencia no es un dato menor en un contexto en que
el Estado nacional recupera presencia en la política habitacional a partir de
2003. El objetivo del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y
Servicios es la “reactivación económica de la industria de la construcción”, esto
explica la semejanza de la política con el modelo centralizado de provisión de
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
681
vivienda social “llave en mano” difundido a mediados del siglo XX, aun cuando
la dinámica urbana se ha transformado radicalmente.
Por un lado, el acceso a la ciudad de una parte importante de la población
ha estado mediado por el “déficit urbano-habitacional”, el refugio en las redes
sociales o de reciprocidad mutua, la redefinición de la ciudad planificada –con
un lote mínimo de 300 m 2 para vivienda unifamiliar–, el aprovechamiento de
la “ciudad disponible” como valor de uso complejo (Topalov, 1979) y la imposibilidad del proyecto del “barrio autoconstruido”, dada la inestabilidad de los
ingresos y la proporción de hogares reincidentes en situación de pobreza en
periodos breves de tiempo.
Por otro lado, se entiende que parte de estos cambios se deben a transformaciones del mercado de trabajo y de una dinámica de hábitat popular que difiere
de características que ésta tuvo entre los años cuarenta y setenta, cuando los
“loteos populares” (Clichevsky, 1975; Torres, 1993) sostuvieron la expansión
urbana del AMBA. Este modelo se ancló en la transferencia de importantes
recursos de los sectores asalariados en renta del suelo a los especuladores inmobiliarios, gracias a un contexto de casi pleno empleo, crédito accesible, subsidio
al transporte público, bajas exigencias urbanísticas y altos costos para el Estado
en la ampliación paulatina de las obras de infraestructura y servicios urbanos.
De verificarse estas hipótesis, y frente a la persistencia de un núcleo duro
de la pobreza y la informalidad laboral, aun cuando se observa un nuevo ciclo
de expansión económica iniciado en el 2002 y una importante recuperación del
empleo,3 es posible suponer que la estructura urbana también estaría sufriendo un
“endurecimiento” de la matriz de distribución de la ciudad. Esto se agrava al considerar que el “boom” que experimenta el mercado inmobiliario a partir de 2003
se encuentra dirigido a los sectores de altos ingresos con una dinámica asociada
a la vivienda de alto estándar en zonas exclusivas. A su vez, el Estado realiza significativas inversiones para construir vivienda social; recientemente se suma una
nueva oferta de créditos hipotecarios. Sin embargo, estos procesos siguen estando
desarticulados de una política urbana en sentido integral.
3
“La dinámica del mercado laboral argentino, si bien logra crear empleo, no resuelve
ni la pobreza ni la desigualdad en la distribución de los ingresos. La mayor actividad
económica tiene un bajo efecto sobre los ingresos de la población más postergada. Bajo
las condiciones actuales y pese a la baja en el desempleo, tiende a arribarse a una nueva
meseta en materia de pobreza e indigencia” (Lozano, 2005:2).
682
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
El crecimiento del sector de la construcción se inicia sustentado en los fondos extraídos del “corralito”,4 ahorros acumulados por fuera del sistema financiero y los incrementos de las exportaciones agrícolas. Con base en información
periodística (Diario Clarín, 27/04/2007): “en la Argentina, el valor de los inmuebles se incrementó, en promedio, un 260% desde el piso de la crisis, en el
primer trimestre de 2002”.
Según Baer (2008) la respuesta del sector inmobiliario luego de la crisis de
2001/02 fue contundente. En la ciudad de Buenos Aires, en 2006 se autorizó la
mayor cantidad de superficie para construir de los últimos 27 años. El uso residencial protagonizó este “boom” de la construcción, pero a pesar de la expansión de la
oferta residencial empeoraron las condiciones de acceso a la vivienda. La restricción del poder de compra de vivienda a nivel general en ASM (años/salario medio
para compra de unidades habitacionales equivalentes) se tradujo en un redireccionamiento de la oferta de los emprendedores inmobiliarios hacia la población con
mayor poder adquisitivo. Esto se manifiesta en la doble concentración del mercado
inmobiliario, tanto territorial como de la categoría de vivienda (Baer, 2008).
Análisis del crecimiento demográfico en el AMBA periodo
1991-2001
En 2001, el conjunto del AMBA registró una población de 11.5 millones de habitantes, compuestos por 2.7 millones de habitantes en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y 8.7 millones en 24 partidos del Gran Buenos Aires (24PGBA).
Al detener la mirada en los 24PGBA se observa un crecimiento poblacional entre
1991-2001 cercano al 9%, con una diferencia de población absoluta superior a los
700 mil habitantes. Sin embargo, la distribución de este crecimiento poblacional
muestra diferencias según sectores sociales y áreas urbanas.
En este apartado se propone explorar las características diferenciales que
tuvo este crecimiento. Para ello se realizó una compatibilización de los Censos
de Población Hogares y Viviendas (1991-2001) a nivel de radio censal.5 Luego
4 Se hace referencia a una medida económica de limitación de las extracciones de depósitos bancarios que se implementaron en la crisis de 2001/2 tendientes a sostener el
sistema financiero y la fuga de capitales, la cual, en una etapa de flexibilización posterior, permitiría retirar los depósitos para la compra de inmuebles.
5
Son las unidades espaciales mínimas a las que se puede acceder; dichas unidades tie-
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
683
se desarrolló un análisis multitemporal de 7.912 radios censales urbanos de los
24PGBA.6 Una vez calculado el crecimiento poblacional se clasificaron los radios urbanos según el ritmo de crecimiento. Estas categorías se caracterizaron
a partir de una serie de indicadores urbano-habitacionales con la finalidad de
cualificar a nivel socioeconómico y urbano cuáles fueron las formas predominantes de crecimiento.
Las dimensiones de análisis consideradas para confeccionar estos indicadores fueron: las condiciones de habitabilidad de las viviendas, el nivel socioeconómico de los hogares, las características demográficas, la cualificación de la
estructura urbana y la situación de tenencia del suelo. A continuación se detallan las variables pertenecientes a distintas fuentes7 utilizadas para operacionalizar cada una de las dimensiones de análisis.
6
7
nen un tamaño promedio cercano a los 300 hogares. En el área de crecimiento urbano los radios censales pueden subdividirse entre años censales; en principio lo hacen
conservando un principio de integridad, es decir, un radio censal del año 1991 puede
desagregarse en dos (o más) radios censales del año año 1991. Sin embargo, el principio de integridad no siempre se cumple, por lo tanto, debe mediar una verificación de
la topología de las unidades de análisis espacial y correcciones mediante agregaciones
sucesivas de radios para ambos cortes temporales.
Se excluye de este análisis a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuya población se
mantiene estable desde mediados del siglo XX debido a que al tratarse del área central
de la metrópolis su consideración ocultaría parte de la heterogeneidad de la periferia
metropolitana o Conurbano Bonaerense, donde nos interesa detener nuestra atención.
Entre ellas se encuentran: el Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas (INDEC, 1991-2001); Abba, A. P. (2005) Centralidades metropolitanas, en: “Diagnóstico
para la formulación de lineamientos estratégicos para el territorio metropolitano de Buenos Aires” DPOUT-SSUyV (tipo de información: Informe final e información geográfica
asociada); Atlas Metropolitano de Buenos Aires. Proyecto de Investigación “Atlas Metropolitano. Patrones territoriales y códigos de ordenamiento territorial y usos del suelo,
Región Metropolitana de Buenos Aires” UNLP-CONICET-CIC, Año: 2002-2004 (tipo
de información: información geográfica asociada a fotointerpretación de usos reales del
suelo); Sistema de Ordenamiento Urbano y Territorial. Secretaría de Asuntos Municipales
de la provincia de Buenos Aires, Año: consulta al 2006 (tipo de información: categorización de los Códigos de Zonificación); Sistema de transporte público de pasajeros.
Convenio DGCyE-UNLP, Año: 2003 (tipo de información: información geográfica de
las redes de transporte público automotor), Sistema de Información Territorial de la Dirección Provincial de Ordenamiento Urbano y Territorial, Año: consulta al 2007 (tipo
de información: cartografía base e información geográfica de los “Lineamientos Estratégicos para la Región Metropolitana de Buenos Aires”).
684
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
1. Condiciones de habitabilidad. Se consideraron: 1.1) el tipo de vivienda, las
cuales fueron agrupadas en vivienda tipo A (o no deficitaria), departamento
y vivienda deficitaria (esta última categoría incluye vivienda tipo B, rancho,
casilla, pieza en inquilinato, pieza en hotel o pensión, local no construido
para habitación y vivienda móvil); 1.2) la calidad de los materiales de la vivienda (indicador censal de CALMAT: 1 vivienda no deficitaria, 2 vivienda
con problemas de terminación y 3, 4 y 5 se agruparon como categorías deficitarias); 1.3) la calidad de ocupación de la vivienda (basada en la relación
entre el hacinamiento crítico y baño exclusivo); y 1.4) la calidad constructiva
de la vivienda (con base en una relación entre los materiales constructivos
de paredes, pisos y techo de la vivienda y la instalaciones internas de baño,
cocina y distribución de agua).
2. Nivel socioeconómico. Se tuvieron en cuenta cuatro indicadores distintos: 2.1)
la capacidad económica de los hogares según una tasa de dependencia ponderada por nivel educativo (NSE2); 2.2) el nivel de equipamiento del hogar
según la sumatoria de computadora personal, internet, televisión por cable,
reproductor, heladera, lavarropas, horno de microondas y teléfono (NSE3);
2.3) la privación material de los hogares (el índice censal IPMH según privación del recurso corriente, convergente o material); y 2.4) el índice censal
de necesidades básicas insatisfechas (NBI) desagregado en sus dimensiones
hacinamiento, vivienda, instalaciones sanitarias, escolaridad y subsistencia.
3. Características demográficas. Se analizaron: 3.1) el tipo de hogar (hogar nuclear, hogar familiar extendido, hogar compuesto por otros no familiares,
hogar multipersonal no familiar, hogares unipersonales); 3.2) la estructura
de la población (porcentaje de población joven menor de 14 años, población
económicamente activa entre 15 y 64 años y población mayor de 65 años; y
3.3) la movilidad poblacional con base en el lugar de residencia cinco años
antes del año censal (según las siguientes categorías: en esta localidad o paraje, en esta provincia otra localidad o paraje, en otra provincia, en otro país
y no había nacido).
4. Perfil urbano. Se tuvo en cuenta: 4.1) centralidades urbanas (proximidad medida en metros a centralidades financieras, comerciales, centros históricos
y uso residencial de alta densidad); 4.2) accesibilidad-conectividad (según
proximidad a la red de transporte público, área de influencia de estaciones
de ferrocarril, corredores con más de tres líneas de transporte y red de pavi-
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
685
mento); 4.3) consolidación urbana según la combinación de servicios en la
vía pública (calle pavimentada, alumbrado público, teléfono público, transporte público y servicio regular de recolección de residuos); 4.4) conexión
a servicios básicos de agua y cloaca (con base en la procedencia de agua en
la vivienda por red pública y hogares con inodoro con descarga y desagüe a
la red pública); 4.5) densidad bruta de las áreas, y 4.6) proximidad al borde
urbano o ámbitos periurbanos.
5. Situación de tenencia. Se considera: 5.1) régimen de tenencia con base en el
agrupamiento de categorías censales, situación de tenencia legal (incluye
propietario de la vivienda y terreno, inquilino y ocupante por relación de
dependencia) y situaciones irregulares de tenencia (incluye propietario solo
de la vivienda, ocupante por préstamo y otra situación).
A partir de este análisis del ritmo de crecimiento poblacional se identificaron cinco categorías, las cuales fueron caracterizadas por su posición predominante en la estructura urbana:
a) Áreas en decrecimiento: son aquellas donde el ritmo de crecimiento poblacional es menor al -10%, y alcanzan al 12.3% de la población en 2001. En
términos generales, son áreas de carácter central a nivel regional o municipal, lo que se verifica en distintas variables como la mayor densidad, los
máximos indicadores de accesibilidad-conectividad, el mayor porcentaje de
inquilinos y departamentos, entre otros. Por otra parte, en estas áreas se
localizan los sectores socioeconómicos más altos.
b) Áreas estables: sus variaciones se encuentran entre el -10% y el 10%, y cubren
al 47.2% de la población censada en 2001, es decir, que la mayor parte del
aglomerado se encuentra estable. La característica principal es la mixtura
entre áreas urbanas consolidadas y en menor medida áreas centrales, los
niveles de accesibilidad-conectividad, la cobertura de servicios en la vía pública y la conexión a servicios básicos marcan esta tendencia. Estas áreas
siguen en orden a las anteriores en el perfil socioeconómico de los hogares
con mayor peso de los sectores medios y altos.
c) Áreas de crecimiento leve: son aquellas donde la fluctuación varía entre 1050%, es decir, en periodo intercensal la población de dichas áreas recibe
como máximo la mitad de la población que tenían en el año base; repre-
686
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
sentan al 27.3% de la población del último censo y cerca de la mitad del
crecimiento poblacional positivo del periodo. El rasgo más destacado es la
contigüidad con las áreas de crecimiento estable; en general se trata de áreas
semi-consolidadas y en muy baja proporción se insertan en áreas centrales
o consolidadas. Junto con el signo positivo de crecimiento poblacional, se
registra el deterioro de la calidad constructiva de la vivienda, la disminución
del nivel socioeconómico y el incremento de los hogares con algún tipo de
privación. En estas áreas se observa el mayor peso absoluto de los sectores
de bajo nivel socioeconómico.
d) Áreas de crecimiento moderado: son aquellas cuyo crecimiento poblacional
oscila entre el 50-100%, es decir, dichas áreas reciben entre la mitad de
población o la equivalente al año base; en 2001 alcanzan al 7.8% de la población del área de estudio. La localización se vuelve más periférica, y todos
los indicadores del perfil urbano manifiestan peor desempeño. A su vez, la
precariedad de las condiciones de habitabilidad o el déficit habitacional se
expresa con mayor intensidad, al igual que el nivel de privación en las condiciones de vida y de informalidad en la tenencia de la tierra. El 52% de las
viviendas son deficitarias, el 68% de los hogares son pobres o tienen algún
tipo de privación según el IPMH y el 23% de los hogares tiene situaciones
irregulares de tenencia. En esta categoría es donde los sectores de bajo nivel
socioeconómico tienen el mayor peso relativo.
e) Áreas de crecimiento acelerado: su ritmo de crecimiento supera el 100% en el
periodo intercensal; estas áreas son las más dinámicas y como mínimo duplican la población en dicho periodo, representando al 4.4% de la población
del año 2001. El patrón de distribución espacial no difiere sustantivamente
del caso anterior, aunque en este caso parece aumentar el nivel de heterogeneidad social. A diferencia de las cuatro categorías anteriores, que en casi
todos los indicadores muestran una tendencia constante hacia el deterioro
de la condiciones de calidad urbana y habitacional, esta categoría parece
mejorar el desempeño en algunas variables vinculadas a la calidad constructiva de las viviendas y el nivel socioeconómico de la población, entre otras.
Como se observa en la tabla 4, en la categoría de “crecimiento acelerado” el
76% de los radios corresponden a los sectores de bajo nivel socioeconómico y
el 24% restante a los sectores medio y altos. Sin embargo, al analizar el por-
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
687
Tabla 3. Crecimiento poblacional en los 24 partidos de Gran Buenos Aires (19812006). Población total del aglomerado vs. población en villas y asentamientos (VyA).
1981-1991
Absoluto
%
Población
1 146.149
16.8
Población
119 559
41.1
total
en VyA
1991-2001
Absoluto
2001-2006
%
1981-2006
Absoluto %
Absoluto
%
645 935
22.0
715 113
9.0
573 270
6.6
184 302
44.9
342 074
57.5
2 434 532
35.7
Fuente: elaboración propia a partir de la base de datos Infohábitat, INDEC y Dirección
Provincial de Estadística de la provincia de Buenos Aires (1981, 1991, 2001 y 2006).
Tabla 4. Distribución de radios censales con población de nivel socioeconómico
alto, medio y bajo según ritmo de crecimiento poblacional (1991-2001) en los 24
partidos del Gran Buenos Aires.
Nivel
socioeconómico
Alto
Medio
Bajo
Total
Decrecimiento
Estable
575
(46.0%)
864
(22.3%)
204
(16.3%)
1 590
(41.2%)
471
(37.7%)
1 250
(100%)
1 05
(36.4%)
3 859
(100%)
Crecimiento
leve
107
(5.4%)
239
(12.1%)
1 625
(82.4%)
1 971
(100%)
Crecimiento
moderado
Crecimiento
acelerado
42
(7.9%)
41
(13.7%)
Total
19
(3.6%)
30
(10.0%)
1 595
(20.2%)
465
(88.4%)
227
(76.2%)
4 111
(51.9%)
526
(100%)
298
(100%)
2 198
(27.7%)
7 907
(100%)
Fuente: elaboración propia con base en el Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas, INDEC (1991-2001).
Nota: las categorías de nivel socioeconómico se elaboraron con base en la clasificación
por deciles del indicador NSE2 (tasa de dependencia ponderada por nivel educativo) y el
agrupamiento del decil 1 y 2 en la categoría de alto, decil 3, 4 y 5 medio y decil del 6 al 10
en bajo nivel socioeconómico.
688
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
centaje de los sectores medios y altos en la categoría de “crecimiento leve”,
“crecimiento moderado” y “crecimiento acelerado”, se observa un aumento de
la participación de estos sectores medios y altos en esta última categoría, aun
cuando éste sea por debajo de la media para el total del aglomerado. Esto refleja
parcialmente el cambio brusco que, en la década del noventa, se introdujo en
el patrón residencial de los sectores de medio-alto y alto ingreso, basado en el
desplazamiento a la periferia metropolitana y acompañado por cambios en la
red de autopistas y la difusión de urbanizaciones cerradas.
Del análisis y caracterización de las categorías de crecimiento, se deduce que
casi el 75% del área urbana de los 24PGBA se encuentra en una situación de estabilidad demográfica, acompañada por procesos de decrecimiento y crecimiento
poblacional leve. Sin embargo, el 25% del área urbana restante muestra un rápido
crecimiento demográfico combinado con un incremento del déficit urbano.
En la tabla 5 se analizan las categorías de crecimiento poblacional (19912001) en función de una serie de variables e indicadores (2001) que permiten
caracterizar el crecimiento a nivel urbano. En términos generales se observa
que, a medida que aumenta el ritmo del crecimiento urbano, se deterioran las
condiciones de habitabilidad, decrece el nivel socioeconómico, se ensancha la
base de la pirámide de población, aumenta la dinámica inmigratoria (con un
peso significativo de los inmigrantes del interior del país, seguidos por la población de origen bonaerense), disminuyen las condiciones de calidad urbana y
aumenta la irregularidad en la tenencia del suelo.
En el tabla 6 se muestra la relación entre la inserción urbana de los sectores
de bajo nivel socioeconómico y las categorías de crecimiento poblacional que
tienen signo positivo. En el sentido de las columnas se observa que la mayor
cantidad de radios censales (68%) asociados a estos sectores de población tienen
un crecimiento leve (entre el 10 y el 50% entre 1991 y 2001) siguiendo la tendencia general del aglomerado. En el sentido de las filas surge que el 85% de los
radios censales que tienen crecimiento positivo se encuentran ubicados en áreas
urbanas no consolidadas, de las cuales el 27% pueden ser caracterizadas como
áreas de borde urbano, es decir, se encuentran a menos de medio kilómetro del
ámbito periurbano o rural. Se resalta, a su vez, la baja participación de los sectores de bajos de ingresos en las áreas urbanas consolidadas (13%) y la escasísima,
por no decir nula participación en el área central (0.1%).
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
689
Tabla 5. Distribución de radios censales con población de nivel socioeconómico
alto, medio y bajo según ritmo de crecimiento poblacional (1991-2001) en los 24
partidos del Gran Buenos Aires
Tipo de crecimiento poblacional
Decrecimiento
Estable
Leve
Moderado
Acelerado
(< -10%) (10 10%)
(10 50%)
(50 100%)
(> 100
%)
Casa tipo A
63.29%
74.94%
58.59%
44.63%
37.67%
65.62%
Viviendas deficitarias
5.45%
12.55%
37.53%
52.04%
50,36%
22,00%
Calmat 1
82.61%
70.91%
41.47%
29.73%
34.60%
60.83%
Calmat 3 4 5
5.35%
10.32%
28.36%
39.62%
40.22%
17.38%
Condiciones de habitabilidad
Departamento
Calmat 2
NBI Vivienda
NBI Instalación
sanitaria
Comparte baño
con otro hogar
Hacinamiento
crítico
Cohabitación en
la vivienda
Calidad de construcción de la
vivienda (CCV)*
Calidad de ocupación de la vivienda (COV)*
31.27%
12.04%
1.92%
12.51%
18.76%
3.36%
3.88%
30.16%
8.63%
3.34%
30.63%
13.77%
11.98%
25.16%
13.61%
Total
12.38%
21.78%
5.61%
0.52%
1.03%
2.56%
3.61%
3.95%
1.64%
1.78%
3.39%
5.79%
5.23%
5.18%
3.97%
1.22%
2.60%
7.24%
10.95%
11.62%
4.51%
1.0285
1.0493
1.0639
1.0482
1.0533
1.0497
31.4
25.4
14.1
10.3
12.8
22.0
30.6
23.9
15.5
14.9
17.8
22.1
690
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
Tabla 5. Continúa.
Tipo de crecimiento poblacional
Decrecimiento
Estable
Leve
Moderado
Acelerado
(< -10%) (10 10%)
(10 50%)
(50 100%)
(> 100
%)
78.27%
69.03%
42.98%
32.23%
36.16%
59.90%
15.58%
17.81%
19.41%
16.07%
13.32%
17.61%
Sólo material +
Convergente
6.15%
13.16%
37.61%
51.70%
50.52%
22.49%
NBI Escolaridad
NBI Subsistencia
0.27%
1.08%
1.67%
1.87%
0.70%
NBI General
3.15%
0.41%
6.32%
10.24%
21.47%
28.75%
28.48%
14.52%
Nivel socioeconómico
IPMH
Sin privación
Sólo del recurso
corriente
Nivel socioeconó0.66
mico NSE2*
4.29%
6.60%
7.27%
6.79%
Total
5.02%
0.36
0.14
0.08
0.15
0.33
Nivel socioeconó6.07
mico NSE3*
5.27
3.85
3.30
3.63
4.85
Población joven
(< 14 años)
19.78%
23.12%
31.88%
36.92%
37.58%
26.91%
64.85%
64.44%
62.34%
59.29%
59.20%
63.26%
15.37%
12.44%
5.78%
3.79%
3.22%
9.83%
64.67%
65.88%
68.50%
71.29%
73.26%
67.03%
Características
demográficas
PEA potencial (>
15 y < 64 años)
Población vieja (>
65 años)
Hogar nuclear
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
691
Tabla 5. Continúa.
Tipo de crecimiento poblacional
Decrecimiento
Estable
Leve
Moderado
Acelerado
(< -10%) (10 10%)
(10 50%)
(50 100%)
(> 100
%)
16.47%
19.05%
20.41%
18.08%
16.14%
18.85%
Hogar compuesto 1.09%
1.16%
1.30%
1.40%
1.47%
1.21%
0.59%
0.43%
0.35%
0.35%
0.40%
0.42%
Hogar unipersonal
17.18%
13.49%
9.45%
8.87%
8.74%
12.48%
Esta localidad o
paraje
88.56%
88.51%
85.54%
81.58%
75.31%
86.55%
1.42%
1.20%
1.19%
1.62%
2.66%
1.32%
Otra provincia
3.08%
2.42%
2.34%
3.43%
6.46%
2.74%
No había nacido
6.28%
7.36%
10.37%
12.53%
13.50%
8.75%
Hogar familiar
extendido
Hogar multipersonal no familiar
Total
Lugar de residencia hace 5 años:
Esta provincia
pero en otra localidad o paraje
Otro país
Perfil urbano
0.66%
Centralidad (IC)* 740
AccesibilidadConectividad
(IAC)*
Consolidación
suelo urbano
(CSU)*
0.50%
0.57%
0.84%
2.06%
0.64%
1 027
1 799
2 208
2 143
1 295
185
249
536
863
859
374
32.2
30.9
23.3
17.4
16.4
27.8
692
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
Tabla 5. Continúa.
Tipo de crecimiento poblacional
Conexión a servicios sanitarios
básicos (CSS)*
Proximidad al
borde urbano
(RR2)*
Densidad habitantes / hectáreas
Decrecimiento
Estable
Leve
Moderado
Acelerado
Total
(< -10%) (10 10%)
(10 50%)
(50 100%)
(> 100
%)
15.0
12.2
7.7
6.2
7.1
10.9
3 414
2 809
1 453
1 025
1 279
2 390
97.0
89.3
78.8
56.1
62.5
84.7
75.76%
73.91%
72.31%
74.35%
75.23%
Situación de tenencia
Propietario de la
77.34%
vivienda y terreno
Propietario sólo
de la vivienda
1.90%
3.29%
7.38%
10.09%
8.16%
4.79%
Ocupante por
préstamo
11.62%
9.94%
5.66%
3.79%
4.07%
8.44%
5.76%
7.70%
9.24%
8.82%
7.18%
7.88%
Ocupante por
trabajo
0.76%
0.43%
0.61%
1.16%
1.17%
0.60%
Tenencia precaria
2.60%
10.26%
2.87%
3.19%
3.81%
5.05%
3.06%
Inquilino
Otra situación
13.85%
19.81%
22.72%
20.39%
15.73%
Fuente: elaboración propia con base en el Censo de Población, Hogares y Vivienda (19912001) INDEC y fuentes citadas en la nota viii.
Nota (*) No corresponde con indicadores censales sino que fueron construidos a partir de la
información censal o las fuentes complementarias. Su definición se encuentra detallada en
la operacionalización de las dimensiones de análisis. Para más detalles véase Del Río (2009).
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
693
Identificación de las estrategias residenciales de los
sectores populares
Un resultado interesante que surge del análisis detenido de la tabla 5 es como
se agrupa un conjunto de variables según su variación relativa en función de los
ritmos de crecimiento poblacional:
1. Se puede observar el comportamiento semejante que tienen las variables
CALMAT 3, 4 y 5 (déficit en los calidad de los materiales de la vivienda no
asociado a problemas de aislamiento o terminación), NBI por condiciones
sanitarias (baño con retrete sin descarga de agua), hogar compuesto (núcleo
familiar con otros no familiares), hacinamiento crítico (más de tres personas
por cuarto) y las variables de movilidad migratoria (con mayor peso en lugar
de residencia hace cinco años de la categoría “en otra provincia”).
2. La variación de la cohabitación (cantidad de hogares por vivienda), el porcentaje de los hogares que comparte el baño con otro hogar, la proporción
del hogar familiar extendido, los ocupantes por préstamo y los hogares con
IPMH solo del recurso corriente (es decir, hogares con privación material
por la carencia de receptores de ingresos) muestran estar correlacionados
entre sí.
3. La forma de tenencia precaria varía en función de los indicadores de nivel
socioeconómico, el IPMH material y convergente (hogares con privación
del patrimonio material de la vivienda o del recurso corriente), el porcentaje
de hogares con NBI, NBI por subsistencia (hogares que tienen cuatro o más
personas por miembro ocupado y cuyo jefe no haya completado tercer grado
de la escuela primaria), NBI por vivienda (hogares que habitan una vivienda
de tipo inconveniente) y el conjunto de indicadores que caracterizan el perfil
urbano de las distintas áreas de la ciudad.
Al menos a nivel preliminar, estos datos permiten identificar tres fenómenos
que se entiende se encuentran relacionados con distintas estrategias residenciales. El primer grupo de variables muestra en la dimensión constructiva un alto
déficit en la calidad de los materiales de la vivienda junto al mayor porcentaje de
hogares con necesidades básicas insatisfechas a nivel sanitario, mientras que la
calidad de la ocupación de la vivienda muestra los niveles más altos de hacina-
694
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
miento crítico. Si bien esta dinámica se encuentra relacionada con el crecimiento vegetativo de los sectores más pobres, la mayor proporción de la población
inmigrante que llega del interior del país y el registro más alto de los hogares
compuestos por familiares y no familiares, junto a los niveles de cohabitación
por arriba de la media regional, parece mostrar una dinámica de rápido crecimiento urbanos en áreas no consolidadas o bordes urbanos no consolidados
con un mayor proporción de sectores recién llegados al aglomerado con severas
restricciones habitacionales acompañadas por precariedad en la tenencia de la
tierra.
El segundo grupo da cuenta en parte de la participación en las áreas consolidadas de los sectores de nivel socioeconómico bajo, aunque dicha estrategia
también se encuentra ampliamente extendida en las áreas urbanas no consolidadas. Aquí se visualiza como estrategia de los hogares las formas de cohabitación (más de un hogar por vivienda) con el registro más alto sobre la media
regional, siendo una variable crítica la carencia del baño exclusivo. Otra modalidad complementaria no excluyente es la expansión del núcleo familiar, la cual
se expresa en la mayor proporción de hogares familiares extendidos (compuesto
por núcleo familiar con agregados de otros familiares). La variable propietario
solo de la vivienda muestra el más bajo porcentaje y ocupante por préstamo
el más alto dentro de las categorías de crecimiento poblacional positivo. Esto
resulta interesante particularmente allí donde el crecimiento es leve de manera coincidente con categoría que explica la mayor parte de la dinámica de
crecimiento poblacional de los sectores de bajo nivel socioeconómico (como se
observó en la tabla 6).
El tercer grupo tiende a concentrarse, al igual que el primero, en las áreas
no consolidadas o bordes urbanos no consolidados. Los indicadores de nivel
socioeconómico más bajos, expresados en la dimensión material o convergente
del IPMH y el desempeño de los hogares con NBI (tanto las vinculadas a la dimensión de la subsistencia como de la vivienda), muestran como tendencia las
mayores restricciones en el acceso a las condiciones de calidad urbana, como se
ve en todas las variables que dan cuenta del perfil urbano. En este grupo es en el
cual la situación de tenencia precaria alcanza mayor proporción y los propietarios solo de la vivienda (y no del terreno) duplican el promedio regional.
De lo anterior se deduce que la estrategia de la informalidad en el acceso
al suelo urbano se encuentra asociada al nivel socioeconómico y los niveles de
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
695
Tabla 6. Distribución de radios censales con población de bajo nivel socioeconómico según ritmo de crecimiento poblacional (1991-2001) y tipo de área
urbana en los 24 partidos del Gran Buenos Aires.
Tipo de área
Área central
Área consolidada
Área no consolidada
Borde no consolidado
Borde urbano semiconsolidado
Total
Crecimiento Crecimiento Crecimiento Total
leve
moderado
acelerado
2 (0.1%)
204 (8.5%)
1 043
(43.6%)
352 (14.7%)
-
26 (1.1%)
227
(9.5%)
205 (8.6%)
-
91 (3.8%)
108
(4.5%)
97 (4.1%)
2 (0.1%)
321 (13.4%)
1 378
(57.7%)
654 (27.4%)
24 (1.0%)
7 (0.3%)
4 (0.2%)
35 (1.5%)
1 625
(68.0%)
465
(19.5%)
300
(12.6%)
2 390
(100%)
Fuente: elaboración propia con base en el Censo Nacional de Población Hogares y Viviendas, INDEC (1991-2001).
Nota: los tipos de área urbana se definieron en función de la clasificación de los radios
censales por los indicadores de perfil urbano que figuran en la tabla 5 agrupados por deciles; dichas categorías se excluyen entre sí en función de su jerarquía. La categoría Área
Central se definió por la posición del radio censal en el decil 8, 9 o 10 con mejor nivel de
conexión a servicios sanitarios básicos y consolidación urbana, junto a una proximidad de
0.5 km a las redes transporte público y 1 km a los centralidades urbanas. La categoría Área
Consolidada se definió por la posición del radio censal >= decil 5 en índice de conexión a
servicios sanitarios básicos y consolidación urbana, junto a una proximidad de 1 km a las
redes transporte público y 1.5 km a los centralidades urbanas. La categoría Área No Consolidada se definió por la posición del radio censal <= 4 en el índice de conexión a servicios
sanitarios básicos y consolidación urbana, junto a una proximidad mayor a 1 km a las redes
de transporte público. La categoría Borde No Consolidado se definió por la posición del
radio censal <= 4 en el índice de conexión a servicios sanitarios básicos y consolidación
urbana y la proximidad de 0.5 km a los ámbitos periurbanos o rurales. La categoría Borde
Semi-consolidado se definió por la posición del radio censal >= 4 en el índice de conexión a
servicios sanitarios básicos y consolidación urbana y la proximidad de 0.5 km a los ámbitos
periurbanos o rurales.
696
Participación pública y social en la gestión del ordenamiento
pobreza. Sin embargo, esta variable adquiere mayor proporción dentro de las
categorías de crecimiento poblacional positivo (puntualmente crecimiento moderado) en la que se hallan 465 radios censales asociados al nivel socioeconómico bajo y menor proporción en la categoría (crecimiento leve) donde los radios
censales de bajo nivel socioeconómico alcanzan el número de 1 625. Allí donde
se produce el mayor crecimiento urbano de los sectores populares, la tasa de
informalidad no es la mayor, lo cual muestra cierta heterogeneidad en las estrategias de acceso a la ciudad por parte de estos sectores.
Conclusiones
En este trabajo se buscó identificar las distintas tipologías de crecimiento urbano de los sectores populares y se intentó mostrar la existencia de un repertorio
de prácticas de acceso al espacio urbano, las cuales exceden la informalidad
urbana. Se considera que es vital estudiar la relación entre las transformaciones
en el mercado de trabajo y los horizontes de oportunidad que se plantean en el
campo habitacional. El modelo de acceso al suelo y a la vivienda en los años noventa del siglo pasado, dista considerablemente del modelo que operó hasta los
años setenta; por otra parte, el barrio define nuevos modos de afiliación que el
mundo del trabajo parece haber perdido. Sin embargo, la política habitacional
continúa operando con viejos esquemas.
La inestabilidad de los ingresos y de los flujos de recursos corrientes socava el bienestar familiar; la incertidumbre de la disponibilidad de un ingreso
altera los proyectos de vida y las estrategias residenciales. Las condiciones
estructurales que se observaron en los años noventa en el mercado de trabajo
no fueron para nada alentadoras, por tanto, resulta compatible con estrategias residenciales de permanencia en el núcleo familiar, el allegamiento a la
vivienda/lote basado en relaciones de parentesco o de redes sociales y la densificación intra-lote mediante la autoconstrucción de una pieza o una vivienda
mínima precaria.
A su vez, estas formas de resolución del acceso a la vivienda han ido acompañadas por una matriz de distribución de las condiciones de calidad urbana
particularmente crítica para los sectores de bajo nivel socioeconómico. Se ha
visto que el 85% del área urbana vinculada al crecimiento demográfico positivo de estos sectores son áreas urbanas no consolidadas, siendo muy baja
Crecimiento urbano en el Área Metropolitana de Buenos Aires
697
su participación en el área urbana consolidada y nula en el área central de la
ciudad.
Si bien el avance preliminar aquí presentado es de carácter descriptivo y no
permite aún realizar afirmaciones concluyentes respecto a la hipótesis de trabajo, debido a que se relaciona la dinámica del crecimiento poblacional con una
imagen estática de la configuración urbano-habitacional que brinda el censo
2001 y el resto de las fuentes analizadas, se considera necesario analizar, en
instancia futuras, la evolución del conjunto de las variables que se han identificado como críticas entre ambos años censales, de modo de comparar si el ritmo
de crecimiento de las mismas es superior o inferior al ritmo del crecimiento
poblacional. Por otra parte, es crucial crear una serie de categorías sintéticas a
partir de los grupos de variables y analizar que peso tiene cada una de ellas en
el crecimiento 1991-2001.
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