Justicia, dictó sentencia por medio de la cual resolvió - Juris-Line

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Ediciones Jurisprudencia del Trabajo, C.A.
Avance Extraordinario 18
2013
Legislación Laboral
AVANCE EXTRAORDINARIO Nº 18
CUANDO LA SUSPENSIÓN DE LA RELACIÓN LABORAL SE EXTIENDE POR MÁS
DE CINCUENTA Y DOS (52) SEMANAS, SIN PRONÓSTICO FAVORABLE PARA LA
RECUPERACIÓN DEL TRABAJADOR, PROCEDE LA TERMINACIÓN DE LA
RELACIÓN DE TRABAJO POR CAUSA AJENA A LA VOLUNTAD DE LAS PARTES.
En fecha siete (07) de junio de 2013, la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia, dictó sentencia por medio de la cual resolvió Recurso de Casación, donde señala
que en caso de suspensión de la relación laboral que exceda de las cincuenta y dos (52)
semanas previstas en la Ley, sin que exista recuperación que permita la reincorporación del
trabajador en la empresa, procede la extinción de la relación de trabajo por causa ajena a la
voluntad de las partes, y no aplica el reingreso o reubicación previsto en el artículo 100 de
la LOPCYMAT.
A continuación resumimos la sentencia, anteriormente referida:
TERMINACIÓN DE LA RELACIÓN LABORAL POR CAUSA AJENA A LA
VOLUNTAD DE LAS PARTES
Transcurrido en exceso el lapso de suspensión de la relación laboral, de 52
semanas, sin que el trabajador presente una condición favorable que permita su
reingreso, procede la culminación de la referida vinculación jurídica, por causa
ajena a la voluntad de las partes; en consecuencia, resulta improcedente la
aplicación del artículo 100 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo.
Sala de Casación Social - TSJ (07-06-2013)
(Omissis)
DEL MÉRITO DE LA CONTROVERSIA
Mediante escrito libelar presentado el 2 de junio de 2009, el ciudadano (…) alega
haber sido contratado para trabajar para la accionada, que es una contratista petrolera, en la que
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se desempeña como obrero fijo en el área de perforación petrolera, laborando en una gabarra de
perforación en el Lago de Maracaibo, desde el 12 de octubre de 2005.
Agrega que el 19 de octubre de 2006, médicos especialistas en Traumatología,
Ortopedia y Cirugía Cardiovascular del Hospital Noriega Trigo del Seguro Social, le
diagnosticaron artropedia, edema, deformidad, osteoartritis, osteoartrosis, todo ello en ambas
rodillas, y várices en miembros inferiores grado I, recomendando operación quirúrgica de las
dos rodillas, para colocación de implante total.
Aduce que su trabajo consistía en limpiar, trabajando de rodillas pelando la gabarra
para pintarla, por lo que se trata de una enfermedad ocupacional agravada por el trabajo, que le
ocasionó una discapacidad parcial y permanente.
Señala que desde el 19 de octubre de 2006, siguió acudiendo a las citas en el
Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, que lo “fue suspendiendo” para poder operarse,
aunque se está a la espera del implante. En este sentido, afirma que desde días antes,
concretamente el 18 de agosto de 2006, “comenzó el reposo en forma sucesiva”, transcurriendo
las 52 semanas “que ordena la ley” y el contrato colectivo petrolero, en su cláusula 29, letra c);
y estas 52 semanas fueron prorrogadas, de acuerdo con solicitud del 30 de agosto del 2007,
firmada por el Dr. (…); pero, durante todo ese período, el patrono ha incumplido lo previsto en
la referida cláusula convencional.
(Omissis)
Que el 26 de septiembre de 2008 acudió al Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales, que emitió un informe médico debido a haberse agotado las suspensiones médicas
correspondientes a las 52 semanas con su prórroga, en el cual se indica el diagnóstico de artrosis
severa de ambas rodillas, ameritando reubicación laboral a un puesto en que no se realicen
esfuerzos físicos ni permanezca de pie por períodos prolongados; no obstante, la empresa se
negó a reubicarlo, siendo necesario denunciarla ante el INPSASEL.
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(Omissis)
Señala que en reunión del 8 de diciembre de 2008 en el INPSASEL, la empleadora
negó que pudiese reubicar al trabajador, acordando “la gestión de la certificación médica y
posterior porcentaje de discapacidad”, (…)
Por las razones antes expuestas, reclama lo siguiente: 1) El cumplimiento por parte
de la empresa de la inamovilidad laboral establecida en el artículo 100 de la LOPCYMAT; (…)
Por su parte, la empresa accionada admite la relación laboral con el actor, así como
la fecha de inicio alegada, esto es, el 12 de octubre de 2005. Admite la enfermedad
diagnosticada por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, y que la
consideró como una “Enfermedad Agravada por el Trabajo”; no obstante, destaca que dicha
resolución no se encuentra firme, por cuanto la empresa ejerció los recursos correspondientes –y
actualmente se tramita el recurso contencioso administrativo de nulidad–, de modo que la
misma no es oponible como prueba fidedigna del carácter ocupacional de la enfermedad
padecida por el actor. Admite, también, que el 9 de noviembre de 2007 se le diagnosticó al actor
“Geno Óseo Derecho”.
(…) Asimismo, rechaza (…) que se haya negado a reubicarlo, “toda vez que no
existen en el centro de trabajo, cargo, puesto o actividad que sea acorde a las limitaciones
funcionales indicadas por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales”,
añadiendo que “la actividad petrolera es altamente especializada, donde si bien es cierto no se
requiere un grado de instrucción elevado de parte de los trabajadores, las actividades que estos
realizan en sus puestos de trabajo son fundamentales e intrínsecas a su cargo, por lo que
resulta inviable limitar funciones correspondientes a un puesto de trabajo”.
Destaca que el trabajador estuvo suspendido médicamente por mucho más tiempo
del que se encontró efectivamente laborando, porque la primera de las suspensiones médicas fue
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a partir del 19 de octubre de 2006, la cual se extendió durante 52 semanas más su respectiva
prórroga, y el 25 de agosto de 2009, tras transcurrir holgadamente el lapso de 104 semanas de
suspensiones médicas continuas, sin que el actor presentara una mejoría que permitiera su
reintegro, la empresa dio por extinguida la relación laboral, por causa ajena a la voluntad de las
partes, conteste con el artículo 94, literal b) de la Ley Orgánica del Trabajo, y el artículo 39,
literal b) de su Reglamento.
(Omissis)
Afirma que la relación laboral quedó suspendida por un lapso de 52 semanas, el cual
fue prorrogado por 52 semanas adicionales, hasta el 30 de agosto de 2008, y solo el 25 de agosto
de 2009 –es decir, un año después de haber transcurrido las 104 semanas de suspensión–, la
empresa asumió la extinción laboral de pleno derecho, por causa ajena a la voluntad de las
partes, ante la ausencia de un pronóstico favorable, en virtud del cual el actor pudiera
reincorporarse. (…)
(Omissis)
Vistos los términos en que quedó planteada la controversia, se observa que el
demandante reclama, en primer lugar, “el cumplimiento por parte de la empresa de la
inamovilidad laboral” establecida en el artículo 100 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, frente a lo cual la demandada alegó que “no existen
en el centro de trabajo, cargo, puesto o actividad que sea acorde a las limitaciones funcionales
indicadas por el INPSASEL”.
Al respecto, se observa que la citada disposición de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, establece:
Artículo 100. Finalizada la discapacidad temporal, el empleador o la empleadora
deberá incorporar o reingresar al trabajador o la trabajadora que haya recuperado su
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capacidad para el trabajo en el cargo o puesto de trabajo que desempeñaba con
anterioridad a la ocurrencia de la contingencia, o en otro de similar naturaleza.
Cuando se haya calificado la discapacidad parcial permanente, o la discapacidad
total permanente para el trabajo habitual, el empleador o la empleadora deberá
reingresar y reubicar al trabajador o a la trabajadora en un puesto de trabajo
compatible con sus capacidades residuales.
Para cumplir esta obligación, el empleador o la empleadora efectuará los traslados
de personal que sean necesarios.
En todos estos casos, el empleador o la empleadora informará de las medidas
adoptadas al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales para su
debida supervisión y evaluación.
El trabajador o la trabajadora que se encuentre en cualquiera de las situaciones
descritas, gozará de inamovilidad laboral por un período de un (1) año, contado
desde la fecha de su efectivo reingreso o reubicación.
Salvo lo previsto en el párrafo anterior, cuando el empleador o la empleadora
incumpla con estas obligaciones, el trabajador o la trabajadora afectados podrán
demandar su cumplimiento ante los tribunales con competencia en materia del
trabajo.
Como se observa, la inamovilidad laboral se extiende durante un año, contado a
partir del reingreso del trabajador en su puesto de trabajo –cuando termine su discapacidad
temporal– o su reubicación en otro cargo –cuando se califique una discapacidad permanente
para el trabajo habitual, sea parcial o total–. Sin embargo, es necesario resaltar que los órganos
del Poder Judicial carecen de jurisdicción para resolver las controversias que surjan con ocasión
de la inamovilidad que ampara al trabajador, toda vez que ello compete a la Administración
Pública, en particular, a las Inspectorías del Trabajo; así se desprende del último aparte de la
disposición citada previamente, al señalar que, “salvo lo previsto en el párrafo anterior” –el
cual consagra la inamovilidad laboral–, el trabajador puede demandar en sede jurisdiccional el
cumplimiento por parte del patrono de las obligaciones de reincorporarlo o, de ser necesario,
reubicarlo.
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Ahora bien, en lo que respecta a una eventual reubicación del demandante, esta Sala
da por reproducido lo aseverado por el sentenciador de alzada, quien sostuvo:
(…) en fecha 25 de agosto del mismo año [2009], en virtud de haber transcurrido
104 días [Rectius: semanas] de suspensión de la relación laboral, por la enfermedad
padecida por el actor, la parte accionada asumió la extinción de dicha relación
laboral por causa ajena a la voluntad de las partes; y es en fecha 16 de septiembre de
2009, que al dar por terminada la relación laboral, acude en sede jurisdiccional y
consigna el pago de las prestaciones sociales del actor.
En tal sentido, dispone el artículo 93 de la Ley Orgánica del Trabajo (…), que la
suspensión de la relación de trabajo no pondrá fin a la vinculación jurídica existente
entre el patrono y el trabajador. El artículo 94 ejusdem, literal a) consagra, que serán
causas de suspensión el accidente o enfermedad profesional que inhabilite al
trabajador para la prestación del servicio durante un período que no exceda de doce
(12) meses, aun cuando del accidente o enfermedad se derive una incapacidad
parcial y permanente. El artículo 95 estatuye que durante la suspensión, el trabajador
no estará obligado a prestar el servicio ni el patrono a pagar el salario, salvo las
prestaciones establecidas por la Seguridad Social o por la Convención Colectiva y
los casos que por equidad determine el Reglamento, dentro de las condiciones y
límites que éste fije.
En el caso concreto quedó establecido que el actor, por la enfermedad padecida,
estuvo de reposo desde el 18 de agosto de 2006, en forma sucesiva, pues ha sido
suspendido por el seguro social (sic) según se desprende del certificado de
incapacidad No. 155295 de fecha 30 de octubre de 2006, y durante todas estas
suspensiones transcurrieron en exceso las 52 semanas a que se refiere el Contrato
Colectivo Petrolero en su cláusula 29 letra “C”, y se dice que -transcurrió en exceso(sic), toda vez que la suspensión duró un total de 104 días [Rectius: semanas], lo que
conllevó a la demandada a dar por finalizada la relación laboral por voluntad ajena a
las partes, y consignar las prestaciones sociales del actor.
Conteste con lo anterior, consta en autos que transcurrió en exceso el lapso de
suspensión de la relación laboral, de 52 semanas (ex artículo 94, literales a y b de la Ley
Orgánica del Trabajo), sin que el trabajador presentara una condición favorable que permitiera
su reingreso, lo que dio lugar a la culminación de la referida vinculación jurídica, el 25 de
agosto de 2009, por causas ajenas a la voluntad de las partes; en consecuencia, resulta
improcedente el pedimento relativo a la aplicación del artículo 100 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.
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(Omissis)
Magistrado Ponente: Dr. Luis Eduardo Franceschi Gutiérrez.
Nota de la Organización Jurisprudencia del Trabajo: a fin de evitar confusiones al
lector, hemos considerado pertinente advertir que en relación con el tema
planteado, a saber: terminación de la relación de trabajo por haber transcurrido
más de cincuenta y dos (52) semanas de suspensión, se dictó una sentencia de fecha
16/05/2013 con el mismo Magistrado Ponente, donde se plantea una controversia
similar a la de la decisión parcialmente transcrita en este avance, pero cuya
conclusión fue opuesta, es decir, que se indicó que no podía el patrono terminar la
relación de trabajo, sino que lo que procedía era reubicar a la trabajadora, a pesar
de que habían transcurrido más de las cincuenta y dos (52) semanas de reposo.
(Véase Avance Extraordinario Nº 09 de 2013 de Legislación Laboral).
Después del estudio de ambas sentencias, se puede observar que la diferencia
entre los casos planteados, que pudieron dar lugar a decisiones opuestas, son las
siguientes:
1.- En la sentencia del 16/05/13, la trabajadora presentó como prueba en juicio,
el certificado emitido por el INPSASEL de discapacidad total y permanente para el
trabajo habitual, mientras que el caso de la sentencia arriba transcrita, aún no existía
pronunciamiento sobre el grado de discapacidad del trabajador. Esto dio lugar a
que en el primer caso, aplicara lo dispuesto en el artículo 100 de la LOPCYMAT,
que señala:
“…
Cuando se haya calificado la discapacidad parcial permanente, o la discapacidad
total permanente para el trabajo habitual, el empleador o la empleadora deberá
reingresar y reubicar al trabajador o a la trabajadora en un puesto de trabajo
compatible con sus capacidades residuales.”
2.- En la sentencia del 16/05/13, el representante del patrono fundamenta la
terminación de la relación de trabajo en el artículo 9 de la Ley del Seguro Social, y
la Sala le indica que dicha disposición no establece la finalización del vínculo
laboral, sino la suspensión de las indemnizaciones que cancela el IVSS.
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Por su parte, en la decisión objeto de este avance, el artículo en que se basa la
empresa para soportar la terminación de la relación de trabajo, es el 94 de la Ley
Orgánica del Trabajo (derogada, actual artículo 72 de la LOTTT), en concordancia
con el artículo 39 de su Reglamento, que son los que realmente indican que la
suspensión de la relación por causa de accidentes o enfermedades puede
extenderse hasta por doce (12) meses, y que la incapacidad permanente del
trabajador para la ejecución de sus funciones constituye una causa ajena a la
voluntad de las partes para la extinción de la relación de trabajo.
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