Habermas: Universales sin absolutos Enrique Ferrer Corredor*

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A Parte Rei 63. Mayo 2009
Habermas: Universales sin absolutos
Por un diálogo constitucional mundial
en aras de una búsqueda de la justicia sin fronteras.
Enrique Ferrer Corredor*
“Todo cambio en el modelo central
es un cambio en las formas en que los
datos de la experiencia son percibidos e
interpretados”
Isaiah Berlín
Resumen
En el ámbito de la construcción teórica de una democracia deliberativa-radical,
surge la necesidad del estudio teórico-empírico en la búsqueda de universales como
fundamento, no tanto en un nivel ideologizante del mundo de la vida en primera
instancia, sino en un contexto teórico-pragmático en aras de una epistemología de la
praxis cognitiva del mundo, capaz de dotar de herramientas para el diálogo
intersubjetivo con pretensiones de consensos teóricos y fácticos. Trataré aquí de
esbozar los marcos axiomáticos y funcionales de estos universales, anclado de un
lado en la propuestas Kant-Habermas (estudios sobre la racionalidad) y luego PierceHabermas (en término de una lógica multicultural y multidisciplinaria). La pragmática
universal se sitúa así como el vértice de una tríada compuesta además por el derecho
constitucionalizado y la emancipación económica.
La tradición de la pregunta
El estado actual tanto de la confrontación política en el mundo de la vida como
de la teoría política converge en la necesidad de una propuesta capaz de dar cuenta
de la tradición democrática moderna, portadora de diversos logros emancipatorios,
aunque inscrita en la llamada modernidad inconclusa (fragmentada, desvinculante y
contradictoria). Surge así la necesidad de emprender una propuesta en términos de
una democracia deliberativa-radical (recojo la tradición sobre esta propuesta ya clásica
entre diversos teóricos de las últimas tres décadas), vinculada con tres elementos
fundamentales: con una ética discursiva (apoyada en la metáfora de esclusas), con la
constitucionalización universal del derecho y con la construcción de una racionalidad
crítica universal (sin absolutos). Este último punto, la necesidad de una pragmática
universal (en un sentido Kant, Pierce, Habermas, entre otros), habrá de posibilitar el
escenario de discusión, incursión y trasegar de individuos con intereses (portadores de
*
Profesor de literatura y política, ha trabajado con las universidades Externado, ECI y
Pedagógica), y en el 2007 The College of William and Mary y Hampton University en EEUU
(VA).
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1
Enrique Ferrer Corredor
condiciones, necesidades y posiciones) disímiles. Las tensiones entre diálogo y
mercado deberán plantearse en la posibilidad de un derecho dialogante
(descosificado), una ampliación de la hermenéutica de las nuevas lógicas
consensuadas con pretensiones de verdad y de carácter universal, así como el camino
hacia la posibilidad digna de existencia material mínima y luego además justa. De
hecho, el proceso de maduración de un proceso constitucional universal y de
construcción de un discurso lógico igualmente universal, son presupuestos básicos
pero no suficientes para abordar en tercera instancia la desigualdad económica en
ámbitos de competencia y eficacia. Me concentraré en este ensayo en el tema de la
necesidad de la construcción del debate en torno a la lógica de indagación en la
búsqueda de universales sin absolutos (la teorización de una pragmática universal), en
el sentido de la pregunta: ¿Cómo es posible o no, el logro de acuerdos con pretensión
de universales. Mi búsqueda está habitada por la ya extensa obra de J. Habermas,
quien expone un proyecto de una pragmática universal en la búsqueda de una teoría
de la acción comunicativa y una teoría de la racionalidad como fundamento de una
teoría social crítica, su propuesta abordará las concepciones de la moral, el derecho y
la democracia vinculados con una teoría del discurso.
El planteamiento de Habermas acerca del habla parece más acorde con el
proyecto post-metafísico pues logra situar la razón en el medio histórico, trata a los
sujetos como capaces no sólo de conocimiento, sino también de acción, se aleja de
las explicaciones omniabarcantes y deja un margen a la falibilidad, sitúa a los
hablantes en el marco concreto de la comunicación interpersonal, establece las
condiciones concretas que posibilitan la comunicación, disocia la imagen del "uno
frente a todo" situando a los sujetos en ámbitos más complejos de acción y, en
definitiva, trata de sustituir el paradigma de la conciencia, y del lenguaje, por un
paradigma que incluye distintos aspectos, como es el paradigma del entendimiento, y
que posibilita la noción de inter-subjetividad.1
La hermenéutica del problema
En ocasiones la hermenéutica se confunde con una teoría misma en particular.
No obstante, “La hermenéutica es la teoría sobre la comprensión e interpretación de
textos literarios. Se diferencia del método exegético (el modo sistemático de proceder
en la comprensión) y de la exégesis (el ejercicio de la comprensión e interpretación)” 2
La propuesta habermasiana ha revolucionado la perspectiva de la interpretación, ha
destrascendentalizado el sujeto en aras de la inclusión del otro en la construcción del
discurso, porque justamente en su homenaje a Gadamer dice: “El ser que puede ser
comprendido es lenguaje”. Incluso la evolución misma de la postura de la Escuela de
Frankfurt, en particular la segunda generación, ha cuestionado la carencia marxista en
torno al tema de la democracia, así como la subestimación del papel de la llamada
“superestructura ideológica” en los procesos evolutivos del materialismo histórico. La
historia nos revela la evolución desde el esclavo al siervo, desde éste al obrero. Hoy el
funcionario de cuello blanco no niega este pasado, integra sus antecesores. En el
ámbito político esta cadena, alejada ya de la masa de la polis griega y de la masa
mítica cristiana medieval, pasa de los logros primero de la ciudadanía, luego a la
participación política y ahora a la equidad económica; se evoluciona así desde un
derecho a existir, a pronunciarse y a participar del mundo. La necesidad de la
construcción del debate en torno a una democracia deliberativa-radical y de una
1
Rodríguez Vega, Margarita (2003): Actos de habla y pragmática universal en Habermas.
Revista de estudios literarios. Madrid, UCM.
2
Schökel Luis Alonso. Apuntes de Hermenéutica. Madrid, Trota. Pág. 16.
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2
Habermas: Universales sin absolutos
constitucionalización de la política integra esta línea histórica referida, el asunto es el
diálogo en aras de la búsqueda de la justicia. Finalmente, la complejidad de la
construcción teórico-práctica (pragmatismo pierceano-habermaisano, diferenciado de
la corriente James, Dewey, Rorty) surge en medio de las tensiones entre el discurso
científico de las llamadas “ciencias duras” frentes a las ciencias cuyo objeto mismo son
relaciones sociales, entre hombres en su ámbito cultural. La axiomática proposicional
de estas últimas disciplinas avanza en su lenguaje nutriéndose de lenguaje; “su
naturaleza” está construida con los símbolos, su ser es una construcción simbólica
continua. Pero un lenguaje hecho hombre, el circuito entre nombrar y ser nombrado no
cesa en la reconstrucción de la realidad.
Heidegger no consigue tomar distancia de esta tradición trascendental al
abordar el problema desde una perspectiva cognoscitiva que le hace incurrir en
contradicciones. En último término, ha de apelar al lenguaje convirtiéndolo en un
trascendental sublimado.3
Universales sin Absolutos
Fundamentos de la acción comunicativa4
La propuesta de una pragmática universal de J. Habermas no se inscribe en la
tradición empírico analítica ni trascendentalista de algunas ciencias sociales, en
cambio se presenta esta lectura discursiva del mundo como un saber reconstructivo,
en una relación estructural-estructurante entre la asimilación de reglas y la producción
de oraciones, entre la competencia lingüística de los hablantes y su actuación en actos
de habla. Esta propuesta emerge en medio del pesimismo diagnosticado desde Weber
e incluso por la primera generación de la escuela de Frankfurt; no obstante, Habermas
evita quedar atrapado en el relativismo ético ante el peligro de avalar posiciones
fascistas; incluso la apertura ilimitada de los postmodernos podría sustentar posiciones
neoconservadoras:
El pensamiento de los posmodernos, con su defensa de un pluralismo de
juegos de lenguaje que imposibilita ir más allá de consensos locales y temporales, no
permite disponer de criterio alguno para discernir las injusticias sociales. Nos deja a
merced del statu quo, encerrados en lo existente y sin posibilidades de una crítica
sociopolítica racional. Tal pensamiento, aunque se proponga lo contrario, termina no
ofreciendo apoyo a la democracia y siendo un apoyo de las injusticias vigentes.
Merece, por tanto, ser denominado conservador o neoconservador o, al menos,
sospechar que realice tales funciones.5
Un error tradicional en los críticos de la propuesta habermasiana (Rorty entre
otros), radica en la presunción de la necesidad de acuerdos para su viabilidad, de la
existencia de ideales comunicativos, de actores ilustrados plenos; justamente esta
postura revela la vulgarización del pragmatismo (pierceano y habermasiano), en cuyo
3
Rodríguez Vega, Margarita. Op. Cit,
Para este pasaje, apenas breve en este ensayo, me apoyo en Teoría de la acción
comunicativa y en Apuntes sobre el concepto de acción comunicativa, ambos de J. Habermas.
No obstante recurro de modo especial al texto “Teoría de la acción comunicativa de J.
Habermas, escrito por Antanas Mockus y otros, en Fronteras de la escuela, Edit Magisterio,
Bogotá, 2000.
5
Mardones, José María (1994): “El neoconservadurismo de los posmodernos”: En: En torno a
la posmodernidad. (Compilado por G. Vattimo) Barcelona, Antropos. Pág., 38.
4
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3
Enrique Ferrer Corredor
caso la pregunta es, dada la acción humana, sobre las motivaciones que la hacen
posible, de los presupuestos universales subyacentes y sus efectos sobre el mundo de
la vida. No sólo nos movemos entre una lógica inductiva deductiva, también la
adjucción recupera, reconstruye, el cómo es posible el mundo. Un niño no comete
errores de ortografía, su evaluación lingüística debe pasar primero por el grado de
exposición a su código. Mockus (et al) exponen dos momentos clave en al
construcción de la teoría de la acción de Habermas:
Un primer paso de esta teoría es el reconocimiento de la acción
específicamente humana como unidad de comportamiento y sentido. Un segundo
paso es la clasificación de las acciones según su sentido (construida a partir de dos
oposiciones: acción no social vs. interacción y acción orientada hacia la comprensión)
que lleva a Habermas a considerar tres grandes tipos de acción: instrumental,
estratégica y comunicativa. [...] Las acciones instrumental y estratégica son especies
de la “acción teleológica”. [...] La acción comunicativa es aquella que se coordina con
miras a llegar a un entendimiento y que se realiza de manera afortunada cuando
desemboca en un libre acuerdo que pueda ser subjetivamente reconocido como tal.6
En Verdad y justificación, Habermas presenta el camino abierto por su
pragmática formal hacia una teoría crítica de la sociedad, operativa en términos de la
moral, el derecho y convergente en una propuesta de democracia deliberativa con
substrato en los universales lingüísticos.7
Esta teoría se apoya sobre un concepto de entendimiento
(Verständigung) con un alto contenido normativo, opera con pretensiones de
validez resolubles discursivamente y con presuposiciones pragmático-formales
de “mundo” y remite la comprensión de los actos de habla a las condiciones de
su aceptabilidad racional. Pero hasta ahora no me he ocupado de estos temas
desde la perspectiva de la filosofía teorética: no me he guiado ni por el interés
de la metafísica por el ser del ente, ni por el interés de la epistemología por el
conocimiento de hechos y de objetos, ni tan sólo por el interés de la semántica
por la forma de las aserciones. La importancia que fue adquiriendo para mí el
giro lingüístico no tiene ninguna relación con estas cuestiones tradicionales. La
pragmática formal contribuía a la formulación de una teoría de la acción
comunicativa y una teoría de la racionalidad. Era el fundamento de una teoría
social crítica y ha abierto el camino para una concepción de la moral, del
derecho y de la democracia en términos de teoría del discurso.8
Finalmente, un breve comentario sobre la(s) matemática(s) y la(s) lógica(s)
como substrato lingüístico de la formalización de universales y sobre la teoría de
juegos como caso particular de dicha formalización. Las matemáticas son autoreferenciales, su carga argumentativa deberá ser distinguida entre su discurrir
disciplinar formal y su aplicación en ciencias naturales y sociales, en cuyo caso nutren
la acción instrumental y posibilitan escenarios de acción comunicativa, aunque no
agotan la tensión entre diálogo y mercado.
6
Mockus, Antanas (2000): Op. Cit, en cita 4. Pág., 92.
Habermas reconoce sus préstamos a lingüistas como Austin y Searle; incluso a Noam
Chomsky, en particular en su trabajo sobre universales lingüísticos (formales), aunque
justamente critica a este la prelación de la competencia sobre la actuación en términos de
lenguaje. Habermas invierte, o al menos integra esta relación, el hablante genera las normas
en el ámbito de su actuación.
8
Habermas, Jünger (2002): Verdad y Justificación. Madrid, Edit. Trota. Págs., 9 y 10.
7
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4
Habermas: Universales sin absolutos
Democracia deliberativa y la inclusión del otro.
La tradición crítica de la Escuela de Frankfurt en sus dos últimas generaciones
ha desarrollado un corpus teórico alternativo en el estudio de la democracia moderna a
partir de la superación de la tradición política clásica de un estado administrador
(apenas si reasignador de recursos en términos de asistencia en el Estado de
Bienestar), un mercado optimizador (ajeno a la cosificación del hombre y a las
externalidades negativas colonizador del mundo de la vida desde la economía) y una
sociedad apenas electoral. Es así, como las propuestas de autores como Habermas,
Offe, Höffe y Dubiel apuntan a la construcción de una “política deliberativa” con el
derecho como polea de transmisión entre estado, mercado y sociedad; incluso
emprenden la crítica a la sobrecarga ética republicana, en el camino de construir una
sociedad ilustrada, una política viva y dialogante, en aras de superar la cosificación
jurídica de legalidad y abordar la legitimidad permanente mediante consensos; desde
el tejido político del mundo de la vida hasta la complejidad institucional se han de crear
mecanismos de coordinación de acciones camino de integrar a las minorías excluidas.
Habermas aborda el estudio y la fundamentación de la tradición democrática en la
búsqueda por construir asociaciones autónomas deliberantes y dialogantes con la
normatividad constitucional; es decir, la reconstrucción de la soberanía popular.
Igualmente, la necesidad de la legitimación de la voluntad política a través del poder
comunicativo consensuado en aras de un modelo que supere el individualismo liberal y
la sobrecarga ética republicana. Los fundamentos de este proceso, desde la teoría de
la acción de Habermas (ya esbozada en el acápite anterior) surgen también en su
posibilidad lógica desde la perspectiva pierceana:
El cuantificador universal clásico distingue el “todo” de la “parte”. Sin embargo,
es en la frontera entre la globalidad y las sumas parciales de lo local donde yace a
menudo la mayor riqueza que poseen los conceptos. [...] Los “cuantificadores
generalizados” permiten detectar un “espesor” adecuado en el tránsito entre lo local y
lo global, así como obtener diversos tipos de control sobre delicadas distinciones
fronterizas: tamaños intermedios, niveles de
amalgamación,
jerarquías
computacionales. La lógica matemática se enfrasca desde entonces en estudios
profundos y complejos sobre lo “intermedio”. Algunos de los más notables resultados
en esta línea se obtienen en la síntesis “mixta” de diversas lógicas: la lógica
intuicionista, que estudia vecindades y objetos dinámicos, la lógica de los haces, que
estudia pegamientos y traslados, y la lógica categórica, que estudia cubrimientos y
óptimos acercamientos (adjunciones*) 9
El concepto pierceano de continuo, no se agota en el lenguaje matemático. En
términos políticos para una democracia deliberativa y radical, el continuo se nos
muestra (más allá de la axiomatización matemática) como secuencias de
interpretación sobre eventos con diferentes contextos, el traslado de estas
interpretaciones sucesivas con cambios de perspectiva posibilitará la construcción de
un diálogo incesante del mundo. Así, mediante esta perspectiva podemos crear
mecanismos para integrar los niveles de periferia con los centros de poder. De otro
lado, permite integrar la legitimidad, la validez y la eficacia en el diálogo entre el
derecho (como democratización de la Constitución) y la eficiencia social.
Las diferentes aproximaciones a la filosofía del derecho en los últimos años
han abordado especialmente los problemas relacionados con la legitimidad, la validez
*
Adjuction: Proponer axiomas formales para las propiedades globales de genericidad,
reflexividad y modalidad.
9
Zalamea Fernando. Op Cit. Pág., 58.
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5
Enrique Ferrer Corredor
y la eficacia. Efectivamente, se trata de tres desarrollos altamente pertinentes y
significativos de los temas más relevantes tanto del derecho como de las sociedades
actuales. Pero la mayoría de los autores que se ocupan del tema abordan el problema
desde perspectivas unilaterales. El objetivo central de la tesis es mostrar de qué
manera se presenta esta tricotomía en el pensamiento filosófico y social
contemporáneo, para señalar que los intentos vigorosos pero relativamente parciales
de superación de dicha unilateralidad en la obra de John Rawls y de Niklas Luhmann,
desde las esferas de la legitimidad y la validez, respectivamente, pueden llegar a
encontrar en la teoría discursiva de Jürgen Habermas la articulación integral posible y
necesaria, que permita a la vez mantener la autonomía de cada una de dichas esferas
en el estado de derecho democrático; la legitimidad apoyada en la moral, la validez
basada en el mismo derecho y la eficiencia social de la acción política. 10
El debate alrededor de la democracia deliberativa deberá enfrentar los
procesos económicos tanto en términos de un liberalismo de libre mercado como de
un liberalismo constitucional en aras de tensionar la discusión entre eficiencia y
eficacia, entre justicia y optimización. En esta línea se inscriben trabajo como
Mercados y Regulación de Víctor Vanberg, Diálogo y Mercado de Juan Manuel
Martínez y La justicia: ¿discurso o mercado?. También los textos más recientes J.
Elster acercan la teoría de la acción racional a las teorías reconstructivas del discurso
de corte habermasiano.
Convergencia: la constitucionalización universal de la política
La pregunta central planteada en el texto El Occidente escindido de J
Habermas versa sobre la posibilidad de lograr un acuerdo constitucional mundial
capaz de integrar desde el derecho el diálogo de contingencias entre culturas, muy a
pesar de la estructura del poder en la actualidad del Imperio: La dinámica global se ha
desligado de la interacción de los Estados y se autonomizado sistemáticamente, pero
no se desplaza únicamente hacia la economía. En el lugar de las fuerzas impulsoras
económicas del capital que se valoriza así mismo aparece un determinado poder
expresivo que penetra por igual la base y la superestructura, y que se expresa
igualmente como violencia cultural, económica y militar. La descentralización del poder
encuentra su eco en el carácter local de las resistencias dispersas.11
Más allá de los estados nacionales, la constitucionalización y mundialización
del derecho obre como garante del diálogo multicultural, como orientador y vigilante de
éticas convergentes y argumentos racionalizados; no obstante, el derecho
internacionalizado no genera un estado de derecho supranacional, ni otras tantas
figuras jurídicas privilegio de las estructuras institucionales y definidas en territorios
acotados. Otra cosa es la justicia entre naciones, cuando estas se constituyen en
sujetos en tensión:
[...] la “justicia entre naciones” no puede lograrse por la vía de la
moralización, sino únicamente por medio de la juridificación de las relaciones
internacionales. El juicio discriminatorio sólo siembra la discordia cuando una
de las partes tiene la presunción de emitir juicios sobre el supuesto crimen de
la otra parte según sus propios criterios morales. No debemos confundir un
10
Mejía, Oscar (2005): Teoría política, democracia radical y filosofía del derecho. Prólogo de
Guillermo Hoyos. Bogotá, Temis. Pág., XI.
11
Habermas Jürgen (2006): El occidente escindido. Madrid, Trota. Pág,, 181.
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6
Habermas: Universales sin absolutos
juicio subjetivo de este tipo con la condena judicial de un gobierno
probablemente criminal.12
Una cuestión clave es la redefinición del concepto de nación, país e incluso,
las fronteras alrededor de los conceptos de estado. La incursión del capital financiero
internacional más allá de las fronteras, los intercambios ideológicos desde intereses
afines universales, la estructuración internacional de las redes de poder, hacen que
cada vez leamos la sociedad desde cortes horizontales trasnacionales. Las redes
supranacionales más eficientes han privilegiado el mercado como soporte de los
intercambios y ha relegado las demás esferas de la vida humana, como la política.
El diseño neoliberal de una sociedad mundial de mercado se apoya en la
marginalización del Estado y la política. Para la política sólo quedan, a lo sumo, las
funciones residuales de los Estados vigilantes, mientras el derecho internacional
desestatalizado se transforma en un orden de derecho privado que abarca el mundo
entero e institucionaliza el tráfico mercantil globalizado. El imperio de las leyes que se
ejecutan a sí mismas ya no necesitará ninguna sanción estatal, porque los efectos de
coordinación del mercado mundial son suficientes para una integración pre-estatal de
la sociedad mundial. Los estados marginalizados podrán configurarse nuevamente
como sistemas funcionales junto a muchos otros, porque la atomización y
despolitización de los ciudadanos de esta sociedad harán superfluas las funciones de
asociación y de formación de una identidad de ciudadanía. El régimen global de
derechos humanos se limita a las libertades negativas de ciudadanos que adoptan un
estatus en cierto modo “inmediato en relación con el mercado mundial. 13
La pretensión de llevar a cabo el constitucionalismo mundial se habrá de
enfrentar a la colonización del mundo de la vida por parte de la economía, reduciendo
así las demás esferas de la existencia problemas de eficiencia (no integral) y no
necesariamente a condiciones comunicativas racionales y encaminadas al
entendimiento.
El escenario postmarxista de un poder imperial difuso ilumina el reverso del
proyecto neoliberal en clave de crítica a la globalización. Comparte con el proyecto
neoliberal la despedida de la imagen clásica de la política de poder estatal, pero no la
imagen paralela de la paz global de una industriosa sociedad regulada por el derecho
privado. Las relaciones de derecho privado des-estatalizadas son ahora la expresión
ideológica de una anónima dinámica de poder que abre grietas cada vez más
profundas entre los centros de manipulación y explotación las periferias desangradas
de la anárquica sociedad mundial. La dinámica global se ha desligado de la interacción
de los Estados y se ha autonomizado sistemáticamente, pero no se desplaza
únicamente hacia la economía. En el lugar de las fuerzas impulsoras económicas del
capital que se valoriza a sí mismo aparece un indeterminado poder expresivo que
penetra por igual la base y la superestructura, y que se expresa igualmente como
violencia cultural, económica y militar. La descentralización del poder encuentra su eco
en el carácter local de las resistencias dispersas.14
Epílogo: Por una pragmática universal.
La construcción de universales no se refiere a la mera obtención de enunciados
verdaderos sobre los hechos del mundo. Se trata de una disciplina reconstructiva en
12
Ibid. Pág., 105.
Ibid. Pág., 180.
14
Ibid. Pág., 181.
13
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7
Enrique Ferrer Corredor
términos de los modos y las cargas proposicionales en ámbito de pluralidad lógica, en
un diálogo permanente entre el objeto, su representación y su abstracción, en la
continuidad de su interpretación. Se trata en definitiva, de un saber interdisciplinario
estructurante de los mecanismos para fomentar diálogos con pretensiones de validez,
con presupuestos de acciones comunicativas en aras del entendimiento. La violación
tanto instrumental como técnica se interpreta como una indagación sobre la
imposibilidad, hecho del cual debe dar cuenta la pragmática universal, respondiendo a
la pregunta: ¿Cómo es que no fue posible el acuerdo? Incluso, sobre la evaluación de
acuerdos parciales, asimétricos, etc.
En el plano de las culturas desarrolladas, las orientaciones racionales están
hoy en día tan deslindadas las unas de las otras, que el tratamiento reflexivo de
problemas de verdad, justicia y gusto, sigue, en cada caso, una lógica propia. Pero,
también en este plano la unidad de la razón se debe a un procedimiento, es decir, está
asegurada por el procedimiento de la satisfacción argumentativa de pretensiones de
validez. Una teoría de la argumentación formal-pragmática puede, en unión con los
diferentes papeles de las pretensiones de validez en la acción comunicativa, distinguir
formas del discurso y explicar las relaciones internas entre tipos de discursos.15
Así, la pragmática universal versará como un discurso normativo de la política,
del entendimiento en el mundo de la vida, desde los presupuestos históricos
consolidados en el sistema, bajo enunciados que puedan ser objetos de ser
racionalizados, en un sentido político de la razón, como vigencia histórica del diálogo
consensuado más pertinente de una comunidad. El sentido de la permanencia en
medio de la tradición de cambio de la modernidad construye el horizonte de los
universales.
[...] toda la arquitectónica pragmática pierceana demuestra que lo
universal es cognoscible sin tener que recurrir a lo Absoluto. El acople
progresivo y relacional de los diversos sistemas del mundo va permitiendo
detectar algunos invariantes entre los diferentes entramados; la confluencia
evolutiva de la razón va decantando y depurando ciertas constantes, son los
“universales”, que deben (y sólo pueden) detectarse en la “larga duración”
braudeliana: sólo en la larga evolución de la cultura occidental pueden
percibirse algunas permanencias dentro del cambio. [...] La posibilidad real de
acceder a lo universal desde entramados relacionales relativos, sin presuponer
un inexistente Absoluto, es una de las más profundas enseñanzas del sistema
pierceano.16
El carácter relaciones de los universales, entre los ámbitos locales susceptibles
de generalización y sus diálogos multiproposicionales desde su ser abstracto,
impedirán el paso de una universal al absolutismo, impedirán que la tensión entre lo
local y lo universal se disuelva en absolutos. En cambio, tendremos abstracciones del
mundo cuya existencia emerge de un pensamiento relacional argumentativo, con una
actualización permanente entre lo normativo y lo positivo, entre lenguaje y acción.
Si, como yo prefiero, concebimos el mundo como el conjunto de objetos al que
se refieren todos los enunciados posibles, los hechos que enunciamos de los objetos
sólo pueden formularse en “nuestro” lenguaje. Pero de ahí no se sigue
necesariamente una comprensión contextualista de las distintas descripciones en liza.
H Putnam, por ejemplo, hace compatible un pluralismo teórico de descripciones
científicas con una teoría del conocimiento internamente realista.17
15
Habermas, Jünger, Comentarios al concepto de Acción Comunicativa. Pág. 48.
Zalamea, Fernando (2000): Ariel y Arisbe. Bogotá, Convenio Andrés bello. Pág., 180.
17
Habermas, Jünger (2002): Verdad y justificación. Barcelona, Ed. Trota. Pág., 165.
16
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8
Habermas: Universales sin absolutos
En este sentido los universales no cesan en el diálogo con sus particulares. El
caso de una pragmática universal en los términos Habermas-Pierce, promete dar
solidez al discurso científico de las humanidades, además de acreditar su autonomía
metodológica, enajenadas a nivel teórico en los excesos sobre la discusión de su
objetividad y en el mundo de la vida en los laberintos de una eficiencia fragmentada,
en ambos casos con gran distancia de una acción comunicativa encaminada al
entendimiento.
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--------------, Revista LA PALABRA. Univ. Pedag. y Tecnológica de Tunja. No 8,9,10
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