En las Anthocerales los anteridios se agrupan en cavernas excavadas en el espesor de la fronde; primero estas cavernas son cerradas, después se abren por la parte superior. Cada una de estas agrupaciones de anteridios forma una flor masculina. Los arquegonios en este orden de las Hepáticas están aislados en el espesor de las frondes, y aunque estén muy próximos pueden fecundarse separadamente; constituyen, por lo tanto, cada uno de ellos una flor femenina. . La distribución de los sexos en la especie se comprende espe­ cialmente en Briología con el nombre de inflorescencia. Afecta dife­ rentes modalidades (fig. 69), que desde Lindberg se designan con los nombres d e : Sinoica, cuando todas las flores son hermafroditas. Paroica, cuando las flores masculinas están inme­ diatamente debajo (o detrás) de las femeninas. j Autoica, cuando las flores masculinas y femeninas/ están en una misma planta, pero en distinto ramo. Heteroica, cuando en un mismo pie de planta se i presentan combinaciones de las inflorescencias an- ] tenores. / Dioica, cuando las flores femeninas y masculinas están en pies diferentes. Polloica, cuando la inflorescencia dioica coexiste con alguna o algunas de las anteriores. \Monoicas. La inflorescencia sinoica, en la cual todas las flores son her­ mafroditas, no existe normalmente en las Hepáticas, porque, como queda dicho, sólo se presenta en casos anómalos. No hace mucho se admitía como relativamente frecuente en algunas Marsupellas, Gymnomitriums y Fossombronias, pero observaciones más detenidas han mostrado que había error en la mayoría de estos casos; sin embargo, alguna vez, por excepción, se ha visto algún anteridio dentro de un periantio o involucro de arquegonios. La inflorescencia paroica no es muy frecuente, pero se observa en algunas especies de Pellta, Marsupella, Alicularia, etc. Esta inflorescencia y la anterior constituyen, en el sentir de algunos auto­ res, las inflorescencias hermafroditas o andróginas; la mayoría,