II.- ANTECEDENTES En México, existen pocos estudios sobre la problemática ambiental de la minería a pesar de ser un país con gran tradición minera y de los principales productores de minerales a nivel mundial. A nivel internacional, existen organizaciones que están interesados en evaluar y remediar las cuestiones ambientales de la minería, como es el caso del Ministerio de Energía y Minas de la República del Ecuador que desarrollo “Una Guía Para la Elaboración de Estudios de Impacto Ambiental Para Plantas de Beneficio, Fundición y Refinación”; tomando en cuenta todas las operaciones relacionadas con el procesamiento de minerales, así como también el tratamiento y confinamiento de los residuos y otras obras complementarias (Ministerio de Energía y Minas, 2002). SEMARNAT también contribuye al análisis de impacto ambiental, esto lo hace en el documento de “Restauración de Minas Superficiales en México” en el cual analizan los impactos ambientales, sociales, económicos y legales relacionados con la restauración de minas superficiales en México, proponiendo un esquema con los elementos a considerar para restaurar éstas minas (Jiménez et al., 2006). El distrito minero de Guanajuato también ha sido un caso de estudio de riesgo ambiental, en dicho estudio se ubicaron los depósitos de jales de cianuración y flotación existentes en el lugar y para cada deposito se investigó el tipo de yacimiento, método de beneficio y tiempo de exposición en la superficie, entre muchas otras cosas también se determinaron las evidencias morfológicas de acidificación y se cuantificó la cantidad total de cobre, plomo y zinc. Todos los estudios realizados fueron de utilidad para identificar los factores que determinan la distribución de elementos tóxicos en los jales de la zona. Dichos factores fueron de origen geológico y la clasificación textural. En Pachuca, Hidalgo se estudió el jal de la mina Dos Carlos, mediante la caracterización física y química de los residuos, el contenido de elementos tóxicos y parámetros de vegetación; mediante todos estos análisis se sugirió la revegetación total del jal con diversas especies vegetales (Hernández et al., 2009). En 2003 en el distrito minero El Triunfo-San Antonio y Santa Rosalía, Baja 4 California Sur, se llevó a cabo un proyecto denominado “El composteo: una alternativa tecnológica para la biorremediación de suelos en México” donde esta estrategia está basada en la adición y mezclado de los componentes primarios de una composta con el suelo contaminado, y conforme la composta madura, los contaminantes son degradados por la microflora activa dentro de dicha mezcla (Velasco y Volke-Sepúlveda, 2003). En el Estado de Sonora solo se conoce el trabajo realizado en los jales de Nacozari de García sobre la remediación y fitoestabilización de los mismos, que aún no ha concluido (Meza-Figueroa et al., 2009). 5