grandes errores grandes errores - Club de adiestramiento Txapeldun

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Educación
por Iñaki Markinez
razas pequeñas,
grandes errores
Las razas de un
tallaje reducido
ofrecen un sinfín
de ventajas, tanto
en la convivencia
como en el manejo,
y nos facilitan el
hábitat en entornos
que tienen espacios
limitados.
N
o debemos caer en el grave error que
cometen muchos de los propietarios de
pequeños ejemplares de perros: el reducido tamaño de estas mascotas lleva a
muchos de sus pdueños sobreprotegerlas, humanizarlas y no establecer límites. Es relativamente frecuente encontrarse con clientes de este
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tipo de canes que carecen de todo tipo de control
y autoridad sobre ellos.
Está claro que el reducido tamaño y ese aspecto
endeble y de eternos cachorros lleva a muchos de
los propietarios, de una manera inconsciente, a
aplicar unos criterios de manejo completamente
razas pequeñas
erróneos. La sobreproteccion merma
la capacidad resolutiva del animal
como individuo, potencia la sobredependencia hacia su guía y produce
desequilibrios emocionales, porque los
convierte en animales carentes de iniciativa. Por otro lado, la falta de límites y exigencias a los ejemplares con
temperamentos fuertes, les potenciará
el liderazgo y los hará totalmente
carentes de ningun tipo de control y
disciplina respecto a sus guías.
Ni que decir tiene que muchas de estas
pequeñas razas fueron, en origen,
seleccionadas genéticamente para
labores que requieren fuertes temperamentos. Por ello, los perros de las mismas, en manos de dueños inexpertos,
acabarán convirtiéndose en los líderes
de la manada. No debemos dejarnos
influenciar nunca por el tamaño y la
apariencia de nuestros ejemplares en
lo que respecta a su educacion, y
menos aún teniendo en cuenta que
muchos de ellos gozan, como decimos, de un fuerte carácter, ya que las
líneas de cría primaron a los ejemplares más aptos para cazar y combatir
con diferentes presas. Poseen un
coraje y una dureza extremos, no acordes en aparfiencia con su reducido
tamaño. Si obviamos estas premisas,
nuestra convivencia se verá condicionada y muy limitada y, en muchos
casos, acabará en agresiones a personas o a sus propios congéneres.
Debemos educar a nuestras mascotas
adaptando la metodología al individuo,
pero nunca condicionada al tamaño del
ejemplar, sino a las cualidades de sus
rasgos temperamentales. En numerosas ocasiones he tenido que rehabilitar
a ejemplares de no más de cuatro kilos
que eran los dueños y señores de la
casa, y tenían atemorizado a todo el
núcleo familiar. Esto puede resultar
chocante, pero se trata de situaciones
bastante más habituales de lo que
podamos suponer. Son conductas que
se han ido consolidando en etapas muy
tempranas del animal, y para cuando
los propietarios son conscientes de su
problemática, los comportamientos ya
han llegado a niveles incontrolados. A
diferencia de los propietarios que
adquieren ejemplares de gran tallaje,
que suelen actuar con mucha más rapidez al ser conscientes de la complejidad que acarrea esa clase de animales,
los dueños de perros pequeños tardan
normalmente demasiado en actuar.
Nunca me cansaré de recordar que la
mejor herramienta siempre será la prevención, estableciendo límites en las
fases tempranas y asesorándonos con
los profesionales del sector si la situacion empieza a complicarse.
Un poco
de sentido
común.
A
ntes de adquirir una mascota, debemos
analizar a fondo las
cualidades y tendencias de la raza, sin
dejarnos llevar por las
modas o por criterios
meramente estéticos.
Si no aplicamos un
poco de sentido
común a estas entrañabes mascotas, les
esperará un negro
futuro como víctimas
de la ignorancia del
ser humano: pasarán
de ser un simple
capricho a la peor
pesadilla de sus
dueños. Flaco favor
haremos a estos
canes si no les ayudamos a desarrollarse
como individuos de
la especie canina y
los relegamos a ser
peluches al capricho
de sus irresponsables
dueños.
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