EL DEMIURGO Varias acepciones deL divino El Esoterismo asocia la idea de la Divinidad a tres niveles fundamentales, que indicamos a continuación de forma sucinta: Un Principio Universal, Impersonal, Ilimitado, Innominado e Inefable, absoluto Ser y no-Ser (bien como Consciencia absoluta, y absoluta Inconsciencia de cualquier cosa ilimitada), porque su único atributo es El mismo. Es causa incausada, infinita y eterna; la Realidad Una y Absoluta, anterior y transcendente a todo lo que es manifestado y condicionado. Estamos ante el Parabrahman (o, todavía, del Brahman Supremo, o Brahman Indiviso o Brahman Nirguna, esto es, sin atributos) de los vedantinos, o Ain Soph de los cabalistas, o Dios Supremo Ignoto de los antiguos griegos, o Dios Inmanifestado o Transcendente de la teosofía cristiana. En última instancia, sin embargo, el uso de la palabra “Dios” (y más atendiendo al sentido que se le da vulgarmente) es inequívoca. Aquello a lo que se alude aquí no es a El ‘Dios’ o a un Dios sino al Espacio Infinito e Ilimitado, de donde todo surge, el Gran “Contenedor”, el Arik-Anpin (el nombre dado, en este sentido, al Universo por los cabalistas), aquello que es, fue y será, aunque todos los mundos existentes desaparezcan . II) La 2ª proposición de la Doctrina Secreta 11 se refiere a los “Universos innumerables manifestándose y desapareciendo… como el flujo y reflujo periódico de los mares”. Tenemos, de este modo, a los Logoi Creadores que, emanando e irradiando de la Realidad Una y Manifiesta, se vuelven la Divinidad Manifestada e Inmanente de un Universo, desde el Ser Supremo del Cosmos total a los Logoi Solares o, más aún, a los Logoi Planetarios. Cada uno de estos seres puede ser considerado el Dios, o Brahman Inferior o el Brahman Saguna (esto es, con cualidades) o Ishvara de Su propio Universo, del cual es el Espíritu más elevado. Cada uno de estos Seres es el Demiurgo en la esfera de Su propio Cosmos Mientras tanto, la referencia al Logos o Demiurgo, es también, una simplificación. El Logos es el más levado Jerarca de un sistema o Cosmos, es decir, el vértice superior de una Jerarquía, de una Legión, de un vasto conjunto de Creadores; el Demiurgo expresa una colectividad abstracta de Constructores. La “Doctrina Secreta”, dice Helena Blavatsky, “admite un Logos, o un ‘Creador’ colectivo del Universo; un Demiurgo, en el mismo sentido en que se habla de un Arquitecto como ‘Creador’ de un edificio; aunque el Arquitecto no hubiera tocado ni una piedra siquiera, sino simplemente hubiera elaborado el plano, dejando todo el trabajo manual al cuidado de los operarios. En nuestro caso fue el plano trazado por la Ideación del Universo, y la obra de construcción fue entregada a las Legiones de Fuerzas y Potestades inteligentes. Pero aquel Demiurgo no es una divinidad personal, esto es , un Dios extracósmico imperfecto, sino una colectividad de Dhyan Chohans y de las demás fuerzas”. Esta era igualmente la concepción de Platón. Al referirse al Demiurgo no pensaba en uno o el Dios (aunque a veces, ciertas traducciones e interpretaciones, incapaces de apartarse de los preconceptos culturales y religiosos de hoy, parezcan hacer suponer que sí). En efecto, “Hay que sublimar el carácter politeísta del concepto de divinidad que Platón nos presenta en Timeu: la divinidad es participada por varios dioses, cada uno de los cuales tiene una función y campo propios, siendo el demiurgo tan solo su jefe jerárquico”; “No hay aquí señal alguna de monoteísmo: en la creencia en la divinidad está la creencia en los dioses: la divinidad es participada igualmente por un número indefinido de entes divinos. De los cuales los más elevados tienen en los astros sus cuerpos visibles (Leyes, 899-a-b)” 14. La distinción entre lo Divino Inmanifestado y el surgimiento del Demiurgo en el plano de transición de lo Inmanifestado/Inmanifestado , justifican su ya referida designación como “Segundo Dios”, que “es la Sabiduría del Dios Supremo” . El Demiurgo forma el Cosmos del Caos. Es el vértice que actúa en la Sustancia Pre-Cósmica (en la Raíz de la Sustancia , o Mulaprakriti, como la denominan los vedantinos) y que la activa, despertándola para la existencia Cósmica. El Eterno Pensamiento Divino Absoluto, no Inmanifestado, se convierte en Ideación Cósmica, como el plano concreto para un Universo. La Mente Cósmica viene entonces a la existencia – pasa de la potencia al acto-, porque despiertan los Ah-Hi 17, los Dhyan Chohans , los dioses, las Potencias Creadoras, los Hijos Radiantes de la Aurora Manvantárica , las Estrellas que surgen de la Tinieblas Primordiales y que pasan a ser la sustancia y el continente de esa Mente Cósmica o Alma Universal o Sofía o Ennoia-Ofis o Binah. Damos de nuevo la palabra a Helena Blavatsky, en dos extractos de su obra principal: “El Caos, según Platón y los pitagóricos, se volvió el ‘Alma del Mundo’. El ‘Primogénito’ 23 de la Divinidad Suprema nació del Caos y de la Luz Primordial , el Sol Central. Ese ‘Primogénito’ no era, con todo, sino el agregado de la Legión de los Constructores, que las teogonías antiguas llamaban Antepasados, nacidos del Abismo o Caos y del primer Punto”; “Las diferentes cosmogonías muestran que el Alma Universal era considerada por todas las naciones arcáicas como la Mente del Demiurgo creador; y que era llamada la Madre , Sofía o la Sabiduría femenina por los gnósticos; Sephira por los judíos, y Sarasvati o Vach por los hindúes, siendo el Espíritu Santo un principio femenino.” El Universo está construído de acuerdo con los modelos de los Eide o Ideas a que se refería Platón, y de las cuales el Demiurgo –la colectividad de Inteligencias Espirituales que lo integran- se sirve para ordenar la Sustancia y transformar el Caos en Cosmos. Así el Demiurgo es el agente de las Leyes Divinas que rigen el Universo. III) Cada uno de los Dhyani Chohans, Inteligencias Divinas, Potencias creadoras –o dioses, en otras palabras- que, como decimos, integran colectivamente el Demiurgo, el Logos, el Verbo Creador del Pensamiento Divino, colaborando en la construcción, sostenimiento y dirección de todo el universo objetivo, de cada una de sus formas, de cada uno de sus átomos. Así, todas las entidades, en su propio Plano de raíz divina –como dioses- integran una de las grandes Jerarquías Creadoras, en que las Mónadas Humanas, los Hombres Divinos, se incluyen. El Universo existe (o es) transtemporalmente en el Pensamiento Divino, pero se va ejecutando en un largo devenir, a través del concurso de todas las unidades de vida divinas (las realidades íntimas de todas las existencias) que van avanzando, en grados cada vez más elevados, por medio de la activación de su inteligencia creadora latente. Y todos somos corresponsables en volver más perfecto al Universo. Los Dhyani-Chohans o Jerarquías Creadoras son mencionados en las tradiciones más occidentales (y, sin mucho rigor, llamadas monoteístas) como Hijos de Dios, Hombres Primordiales, Elohim, Angeles (diferentes de los lamentables y abusivos tratamientos que se les ha dado en toda esa literatura tan vulgarizada últimamente) Arcángeles, Tronos, Virtudes Potestades, Dominaciones, Principados, Querubines, Serafines, Potencias, Degrados, Anuphain, Siete Espíritus delante del Trono, Ancianos, etc.