La educación pública de acceso universal, gratuita y de calidad, la cultura y el patrimonio, constituyen para el Gobierno derechos ciudadanos que el Estado de Chile debe garantizar para su pleno ejercicio, en una sociedad que busca decididamente el desarrollo sociocultural, la inclusión, la equidad social y una convivencia democrática que integre nuestra amplia diversidad multicultural. En ese marco se ha planteado la reforma educacional, como una de las reformas más importantes de la actual administración, así como también el establecimiento de una nueva institucionalidad pública cultural, con la creación de un Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. El propósito de este proyecto ha sido crear un órgano del más alto nivel de la administración pública, que fortalezca la acción del Estado en este sector, promueva y fomente la creación y la expresión de la diversidad cultural chilena, y que tenga las atribuciones, los recursos y el personal necesarios para generar participativamente las políticas y asegurar su ejecución regionalizada, a través de dos servicios públicos descentralizados que se coordinen y potencien mutuamente. Uno en el ámbito de la creación y el arte, el otro en el del patrimonio. Como lo ha planteado la presidenta de la República, se trata de dotar a Chile de una nueva institucionalidad que permita servir mejor a todos los chilenos y chilenas. El proceso de este cambio orgánico encuentra a la Dibam en una posición de gran fortaleza, tanto en sus lineamientos político-institucionales, que se enmarcan en los compromisos presidenciales para estos cuatro años, como en los importantes logros y avances que está alcanzando. Por ejemplo, el incremento general de los visitantes a los museos en los tres primeros meses de la gratuidad –como resultado de una medida presidencial– ha sido sorprendente tanto en Santiago como en las regiones. Esta iniciativa constituye un gran logro de una política pública que busca responder a los nuevos requerimientos de una ciudadanía más consciente de sus derechos, de su identidad y de su patrimonio cultural. Hay museos donde las cifras de ingreso se han cuadruplicado, generándose nuevas dinámicas que constituyen para nuestra institución un interesante desafío para el futuro. Otro ejemplo es el Día del Patrimonio Cultural, que se celebra desde hace quince años. Su última versión fue también una expresión clara de la preocupación creciente que tienen los chilenos y chilenas por su patrimonio cultural y por sus tradiciones, y del enorme valor que les atribuyen. Desde que se iniciara esta actividad en el año 2000, con 47 actividades y 44 mil participantes, hasta este año 2015 en que hubo 600 actividades en todo el país, con 600 mil ciudadanos y ciudadanas participando, el Día del Patrimonio Cultural, organizado y convocado por la Dibam y el Consejo de Monumentos Nacionales, se ha constituido en una verdadera fiesta cívica familiar y cultural que se va arraigando y extendiendo con fuerza en la ciudadanía. Ángel Cabeza Monteira Director de Bibliotecas, Archivos y Museos Vicepresidente Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales