El presidente nombró tres nuevos generales y un comandante en

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El presidente nombró tres nuevos generales y un comandante en jefe
en el último año de gestión.
Con la designación de un nuevo comandante para la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU), cambios de
jefes en dos divisiones del Ejército y tres nuevos oficiales generales, el gobierno pareció despejar el
terreno a nivel militar para acometer su último año de gestión.
El lunes 2, el presidente Tabaré Vázquez asistió en la base aérea de Boiso Lanza al relevo del hasta
entonces comandante en jefe de la FAU, Enrique Bonelli, quien fue sustituido por el general del aire
José Bonilla. El jefe entrante y el saliente, así como el comandante de la Armada, almirante Juan
Fernández, integran la Masonería, al igual que el jefe de Estado.
El nuevo comandante de la FAU, que ascendió al grado de brigadier en 2004, realizó un discurso
protocolar sin ingresar a los temas más urticantes (los recursos materiales y la investigación de las
violaciones a los derechos humanos durante la dictadura) y puso énfasis en la lealtad hacia el mando
superior.
"Esta institución es la más nueva de las Fuerzas Armadas uruguayas, (...) no es una institución
autárquica, no nos concebimos como tal. Estamos y nos sentimos parte de un equipo junto al
Ejército y la Armada Nacional. (...) Estaremos siempre dispuestos, con lo mejor y más leal de
nuestro conocimiento, a cumplirlas órdenes y directivas del Poder Ejecutivo", dijo Bonilla durante
su primer discurso como jefe máximo de la fuerza.
Antes de dejar el mando, el ex comandante Bonelli aludió en una nota leída durante el acto, a las
mejoras logradas por la fuerza durante sus cinco años de gestión. Entre ellas destacó la compra de
los radares para controlar el espacio aéreo adjudicados a la empresa española Indra en 2006 poruña
cifra cercana a los U$S 25.000.000.
Antes que una escuadrilla de aviones A-37 rindiera honores al nuevo comandante, Bonilla
sobrevoló en su discurso el tema más candente para la fuerza: la renovación de su flota de aviones.
"En un escenario que plantea desafíos cambiantes para el país y para su fuerza, seré un comandante
dedicado y atento a dar lo mejor de mí en buscar caminos y encontrar soluciones para enfrentar las
dificultades y amenazas. Los nuevos censores radares que se incorporan, su puesta en operación, las
aeronaves que aún no tenemos y que debemos procurar, la fotografía aérea color de nuestro
territorio, la mejora de la gestión, son algunos de los temas que seguiremos abordando con seriedad
y profesionalismo", dijo el nuevo comandante.
"A lo que aspiramos es a tener aviones que tengan capacidad de interceptara otros aviones. No es
ahora, es en el mediano plazo. Primero, tener el dominio de nuestro espacio aéreo con sensores
electrónicos, una etapa que ya está resuelta. Después, tener la capacidad de asegurar soberanía en
ese espacio aéreo", había dicho Bonelli en 2007 (Búsqueda Nº 1.389). Los últimos aviones caza de
la FAU fueron los F-80 estadounidenses, cedidos a Uruguay por Estados Unidos en 1956. En la
actualidad, la FAU tiene 23 aviones de ataque, cuya principal capacidad es el apoyo a fuerzas de
infantería, en un escenario de combate contrainsurgente.
Del total de aviones de ataque,11 tienen 30 años de antigüedad. Son los A-37B Dragonfly,
aeronaves estadounidenses que fueron utilizadas en la guerra de Vietnam (1964-1975). Menos
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antiguos son los IA58 Pucará, de fabricación Argentina, que fueron utilizados en la guerra de las
Malvinas (1982). Los más recientes son los PC7U Pilatus, de origen suizo. Existen en Uruguay seis
de esas aeronaves, las cuales tienen 15 años de antigüedad. Las industrias han discontinuado la
fabricación de esos aviones, lo cual complica la obtención de repuestos.
Antes de volver a Suárez y Reyes, el presidente inspeccionó el radar móvil español que
complementa al fijo, que será instalado en Santa Clara de Olimar. Ejército. Al día siguiente, el
presidente realizó una breve visita a la sede de la División de Ejército I (Montevideo y Canelones),
la más poderosa del Uruguay. Vázquez llegó a la histórica casona del Prado por primera vez como
presidente y permaneció apenas unos 20 minutos para asistir al acto de toma de posesión del nuevo
comandante de la división, general Luis Pérez.
El nuevo jefe de la principal división del país fue ascendido en 2006 y luego de un breve pasaje por
el Instituto Militar de Armas y Especialidades (IMAE) se desempeñó como jefe de la Casa Militar,
por lo cual estuvo muy cerca del presidente. La designación de Pérez -también masón- provocó el
pedido de pase a retiro anticipado del general Dardo Grossi, un general de la derecha de Pérez que
aspiraba a ese cargo luego de haber desempeñado funciones en la División II, con sede en San José.
Los oficiales que ascendieron al rango de general el domingo 1º son Washington Martínez (Fuerza
Aérea), José Burone y Nelson Pintos (Ejército).
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