144 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA Las imágenes por nosotros obtenidas no dejan lugar a duda respecto a este punto, ya que en nuestras preparaciones puede apreciarse la perfecta independencia que existe entre las cadenas nucleares, que terminan por picnosis y cariorexis y las indudables formas de transición desde las células planas de las túnicas conectivas hasta los corpúsculos macrofágicos más perfectos y desarrollados. Por otra parte, estos resultados corresponden exactamente a cuanto en la actualidad se conoce respecto al origen de los macrófagos. Como es sabido, el origen leucocitario sanguíneo de los macrófagos está hoy abandonado, y lo más que puede admitirse es que los monocitos que circulan por la sangre y que reconocen origen histioide (sistema retículoendotelial, en el amplio sentido de la palabra) puedan extravasarse en los puntos enfermos, mezclándose con los mucho más numerosos macrófagos de origen local. Por tanto, casi hubiera podido afirmarse a priori que en el caso particular de la atrofia de la cola de los renacuajos los macrófagos se formarían in situ a expensas de corpúsculos existentes en las vainas conectivas y no del modo indicado por Metsch'nikoff, que no tendría representación en ningún otro fenómeno citogénico, fisiológico o patológico, pues no se ha observado jamás que de elementos muy diferenciados, cual son las fibras musculares, puedan formarse corpúsculos indiferenciados que autofagociten la parte noble de la célula. Las observaciones llevadas a cabo con los métodos apropiados han podido convencernos de la exactitud de esta presunción, pudiendo afirmarse categóricamente que la formación de los macrófagos que intervienen en la reabsorción de las fibras musculares de la cola de los renacuajos no constituye una "excepción, pues puede asignárseles un origen semejante al del resto de los macrófagos; es decir, derivan de las células de tipo indiferenciado o poco diferenciado existentes en el seno del tejido conectivo. Resumiendo cuanto llevamos expuesto, podemos suponer que la atrofia de la cola de los batracios en vías de metamorfosis tiene lugar del siguiente modo: las fibras musculares de la cola, llegado un cierto momento de la vida del animal, experimentan una alteración, que seguramente modifica su vitalidad, consistente en la emigración de los núcleos hacia el interior de la fibra (donde se disponen en cadena), seguida de su degeneración con fenómenos de picnosis y cariorexis. En las fibras así alteradas, las células conectivas existentes en la vaina del músculo se hacen in-. ;