El puerto de Tarento (Taranto en italiano) dio nombre al Golfo

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De Tarento
a México
Gabriel Zaid
El puerto de Tarento (Taranto en italiano) dio nombre al Golfo donde se
encuentra (es el “arco del pie” de la “bota” italiana) y también a sus arañas: las
tarántulas. Pero las hay en muchas partes, y desde luego en México. Su mordedura es dolorosa y venenosa, aunque no mortal. La medicina popular le
atribuyó una especie de mal de San Vito, llamado tarantulismo o tarantismo.
Recomendaba integrar los espasmos desordenados al orden de la danza, para
lo cual se aprovecharon o compusieron piezas de música bailable con un ritmo
vivo: las tarantelas, que el enfermo bailaba hasta agotarse y apaciguarse. Era
una especie de sanación musical.
Atarantar y sus derivados suenan a voces populares, y lo son, pero no mexicanismos, como han supuesto algunos lexicógrafos. Existen voces y expresiones semejantes en portugués (atarantar), italiano (attarantàto), francés (être
piqué de la tarentule, en sentido figurado) e inglés (stung with the tarantula, en
el mismo sentido, hoy en desuso). En 1611, el Tesoro de la lengua de Sebastián
de Covarrubias dijo que atarantado es “el que está picado de la tarántula, y por
alusión el que hace algunos movimientos descompuestos y está como fuera de
sí”. Quevedo habló de una tarde tan calurosa que atarantaba a las moscas, en
el romancillo que empieza:
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO | 47
Mashka, 2004
Mashka, 2004
Érase una tarde,
San Antón nos oiga,
la gente ceniza
y carbón las horas.
Chamuscaba el día;
sacó por corona
sol penitenciado,
llamas y coroza,
cuando atarantadas
en diversas tropas,
“Oxte, que me quemo”,
le dicen las moscas.
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