IV A$ONOS AfINEkALES Se conócen con el nombre de abonos minerales todas aquellas sustancias de origen mineral que se utilizan o pueden utilizarse para proporcionar a los suelos los elementos nutritivos que las plantas necesitan. Estas sustancias pueden proparcionar al suelo uno solo de los cuatro elementos fertilizantes, caso el más corriente, o más de uno, según que uno sofo de los elementos que entren en la composición química de las mismas sea útil directamente, o previos ciertas transiormaciones, para la alimentación de las plantas, o que lo sean dos o más. Las sustancias de origen mineral utilizadas como abonos generalmente proporcionan un solo eleménto nutritivo, en casos muy contados dos de sus elementos son utilizables por las plantas, sin que hasta ahora se hayan empleado sustancias con más de dos clementos fertilizantes. Expuesto esto dividireuws l^,s abonos minerales en cuatru grupus, comprendiendo en cada uno de ellus las sustancias capaces de proporcionar un determinado elemento nutritivo : cuando una sus- -- 23 - tancia sea capaz de proporcionar dos realizaremos su estudio en ]os dos grupos a que le corresponda pertenecer. Los grupos que consideramos para nuestro estudio son los siguientes : abonos fosfatados, nitrogenados, potásicos y sustancias calizas, realizando el estudio de estas últimas consideradas como abonos, pero sin perder de vista su primordial pagel de enmiendas. Abonos fosfatados. El ácido fosfórico se encuentra en ]os suelos bajo dos grupos de compuestos, unos orgánicos y otros minerales ; los primeros f ormando combinacíones con el humus constituyendo los humofosfatos, e integrando el núcleo fosforado de la materia orgánica incompletamente oxidada, forinas éstas muy resistentes a los reactivos, necesitando para ser útiles a las plantas sufrir la acción lentísima de los agentes microbianos ; y los segundos constituyendo los fosfatos tricálcico, alumínico, férrico y magnésico, procedentes de la disgregación de las rocas volcánicas, graníticas, etc. El ácido fosfórico se encuentra en pequeñísimas cantidades en los suelos de labor, no faltando de ordinario, aun cuando en muchos casos sólo existan indicios. El más importante de todos los compuestos del fósforo que se encuentran en el suelo es el fosfato tricálcico, coinpuesto que es poco soluble en el agua pura, algo más en el a^ua cargada cíc ácido carbónico, menos si contiene bícarbonato cálcico, y algo más si contiene nitrato sódíco, cloruro sódico y materia or^ánica. 1✓n las soluciones diluídas del suelo, el fosfato trieálcico se encuentra en proporciones pamcidas a las de su solución en a^ua hervida, resultancl^^, pues, que 1as soluciones diluídas del suelo ec^ntiene una riqueza tan escasa de ácicío fosfórico, que si no contasen las plantas con más cantidad de dicha materia para su desarrollo, no sería posible obtener cosechas re^mmeradoras ; pero recientes estudios han demostrado clue esta escasez de fosfórico en las soluciones viene suplida por una renovación continua de las mismas, que hace due la cantidad de fosfórico por litro de solución sea casi constante e independiente de ]a riqueza del suelo en agua, o lo que es lo mismo, que conforme va siendo absorbido el f^sfórico por la planta y va aumentando la humedad del suelo, se va disolviendo mcís fasfórico, manteniendo siempre la misma riqueza en la solución, siendo así posihlc que un suelo con sóto indicios de fosfórico ert sus sotuciones, pueda proporcionar a una cosecha todo el fosfóríco que ésta necesita. Además de esta disolución natural, por de^cirlo asi, de fosfórico que se realiza en presencia dei a^ua car^ada de sales y gases, el fosfóríco nuede ser solubilizaclo por la acción del ,^as carbóníc^ desprendido pm^ las raíces al respirar, así como por los ácidos se^re^ados por éstas, t^ por la actividad de los microorganismos del sttelo. -z5Rccibe el nombre de ácido ^osfórico total ^lc un suelo la cantidad de este ^ cúerpo que el mi^mo contenga, sea cualyuiera su estado físico o químico, siendo, por tanto, la riquexa que arr^^jará un análisis químico de la tierra. Se denomiua fosfórico asimilable la dosis de fosfórico que el ^uelo contenga en condiciones de ser absorhido y asimilado por las plantas. Para tratar de abonar una tierra con r^icido fosfórico, lo interesante sería conocer, no ]a cantidad tntal del fosfórico que el suelo contenga, sino la dosis que este suelo puede poner inmediatamente a dísposición de las plantas, es deeir, la cantidad de fosfórico asimilable que la tierra conten^a, para de este tnodo, conociendo las necesidades presumibles de la cosecha prohable futura, fiiar Ia dosis de abonado. ]^ada la importancia que este dat^ tiene en la fijación de la dosis de abono a emplear, se ha tratado de determinar por varios pmccdimientos la cantidad de fnsfárico asimilab1c, habiéndose 1legado a considerar, c^n alguna aproximación, que puede servir para inxciar la cxperimentación en la forma que hablaremos ^nás adclante, co^no parte asimilable 1a que es soluble al ag-ua y a los ácidos débiles, tomándose eomo tipo el ácido cítrico y el citrato amónico. Como consecuencia de estas determinaciones se clasifican las tierras de labor ^en mu^^ ricas, ricas, medianamente ricas, pobres y n^u^^ pobres, según contengan las siguientes cantídades dc rícído fosfórico : Tierras muy ricas, más del z por r.ooo ; tierras - ^6 ricas, áel i por 7.00o al 2 por I.ooo ; tierras medianamente ricas, del 0,5 por i.ooo al i por i.ooo; tierras pobres, del o,t por i.ooo al 0,5 por I.ooo; tierras muy pobres, menos del o,^ por i.ooo. Corno vemos, el ácido fosfórico contenido en los suelos, aun cuand^ se halle en cantidad elevada, se va poniendo lentísimamente a disposición de las cosechas, con lo que al ser la dosis de fosfórico asimilable siempre pequeñísima, es indispensable, para que alcance el grado necesario para la obtención de coseehas remuneradoras, que los agentes naturales obren durante un Iapso de tiempo bastante largo para facilitar la solubilidad del fosfórico, tiempo en el que la tierra ha de permanecer sin producir, para que, acumuiándose el fosfórico solubilizado, puedan las cosechas futuras disponer de la dosis necesaria de este importantísimo elemento, o que el hombre supla 1a acción de esos agentes aportando por medio de los abonos fosfatados el fosfórico que las cosechas necesitan y no pueden extraer. El fosfórico es proporcionado a las plantas principalmente bajo forma de fosfatos cálcicos, formando parte de los abonos orgánicos más o menos ricos en fósforo y en algunos otros cuerpos de menor importancia como el fosfato amónico. I?n este apartado vamos a ocuparnos exclusivaniente de las sustancias que aportan el ácido fusfórico formando sales con el calcio, dejando las demás sustancias para estudiarlas en los capítulos dedicados a los abonos orgánicos y a los nitrogenados, respectivamente. El ácido fosfórico forma con el calcio fosfatos monocálcícos, bicálcicos, tricálcicos y en condiciones especiales, que indicaremos, el tetracálcico, siéndonos, por tanta, posible utilizar en el abonado sustancias que contengan el ácido fosfórico bajo estas ^uatro formas, por lo que antes de pasar a estudiar ligeramente las sustancias empleadas para aportar a los suelos el fosfórico que necesitan, vamos a estudiar separadamente cada una de estas sales para, conociendo su manéra de actuar en el terreno y la composición química de los diversos abonos fosfatados, poder deducir sus efectos sobre las cosechas en los varios tipos de suelos. I.os fosfatos monocálcicos o fosfatos ácido de calcio se disuelven lentamente, pero en gran cantidad en el agua del suelo, difundiéndose en los líquidos del mismo, poniéndose en contacto con el carbonato cálcico, con los óxidos de hierro y aluminio, y con los humatos reaccionan con ellos, dando lugar a fosfatos tricálcicos, alumínico, férrico, insolubles o poco solubles y humofosfatos al formar con los humatos de cal combinaciones de absorción. El fosfato monocálcico, que es ácido al reaccionar en la forma indicada, neutraliza su acidez, que tan perjudicial es para la vida de las plantas y de los microor^anismos del suelo, pasando de un estado soluble, en el que podía fácilmente ser arrastrado a las capas profundas del suelo por z8 - las aguas de infiItración, a un estado insoluble o poco soluble, almacenándose en cl suclo a disposición de las cosechas. Como vemos, el fosfato monoeálcico toma en el suelo el estado tricálcico, pareciendo innecesarin su empleo. 1>ues al fin y al cabo toma en el suelo el n^ismo estad<^ que tiene naturalmente el fosfóríco conteni^lo e^n él ; pero es necesario observar que si bien estos fosfatos al reaccíonar en la forma indicada dan lugar a las mismas combinaciones que naturalmente existen en el terreno, se distinguen de estas últimas en que habiéndose difundido antes de reaccionar y habiendo tomado cl estado insoluhle medíante reacciones químicas, tos fosfatos formados se em cuentran perfectamente repartidos, y con sus partículas en un estado tal de división que los fosfatos dei suelo sólo nueden alcanzar al cabo de muchísimo tiempo, particularidadcs éstas quc traen consigo una gran constancia en la riqueza de las soluciones del sueio a causa de ser manifiestamente asimilablcs los fosfatos así divididos, al facilitar por ]a gran suPerficie de contacto de sus partículas su solubílídad y consecuentemente la renovación cie las soluciones conforme el fosfórico va siendo absorbido por las plantas. F_I fosfato bicálcico es casi insolu^le en el agua pura, pero sotuhle cn los ácidos débiles y en el citrato amónico. A1 ser adici^nado al terreno se ciisuelve en el agaa cargada <le ácido carbónico que éste contenga, dííuudíéncíose por el suelo, aunque con menos rapidez que cl fosfato monocálcico, y reaccionando como éste con el carbonato - 29 cálcico, los óxidos de hierro y alúmina y el humus, dando lugar a fosfatos insolublés y a combinaciones de absurciún, cornpuestos ídénticos a lus obtenidos ^,1 irrcorporar al suelu el fosfato nionocálcico, aun cuando su difusiÓn quirás no sca tan uniforute. I:1 fosfato tricálcico es casi insoluble en el agua hervida, algo más en el agua cargada de ácidu carbónico, no experirnentando al ser adicionaclo al terreno transformación alguna, salvo el contribuir a la formación de los humotosfatos, dependiendo su eficacia de la estructura amorfa o cristalina de sus partículas, .çíel grado de división que alcancen y del reparto más o menos uniforme que se obtenga en su distribución e incorporación al suelo; síendo, por tanto, un fosfato tricálcico tanto más activo cuanto más unifonnemente se re^artan por el terreno, y cuanto más se aproxinte el grado de iinura cíc sus partículas al de ]as procedentes de una reacción quírnica. I^.l fosfato tetracálcico es un fosfato de naturaleza particular que contiene cuatro moléculas de calcio, constituyendo una sa] muy inestable que se disuelve rápidamentc en ]us ácidos débiies, difundiéndose por el terreno, perdiendo una molécula de calcio al reaccionar con los ácídos carbónico y húmico del suelo, cíancío lugar a fosfato tricálcico muy repartido por el terreno y en un estado de gran divisibilidad; este fosfato tricálcico, reaccionando con los hurnatos, da lugar a los humofosfatus. I)e todas estas sales vemos que los fosfatos 30 ^cnonocálcico y bieálcíeo empobrecen el suelo eu calixa, tnientras que el trir.ílcico no altc-ra la dosi5 de este elemento, y el tetr<icr^lcico lo enriquece. Esto índicadr^, vamos a estudiar las diversas sustancias minerales utilizadas como abonos fosfatados, dividiéndolas para ello en dos grandes grupos : uno, compretrcíiendo todas aquellas sustancias que en su estado natura] o previas ciertas transformaciones de orden fisico se utiíizan ^omo abonos, grupo quc denominaretnos de fasfatos naturales, y otro, comprendiendo las sustancias que antes de ser adicionadas al terreno son sometidas a tratamientos de orden químico, recibíendo por ello la denominación de fosfatos índustriales. Fos f atos n.aturales. En el grupo de los fosfatos naturales se comprenden los apatitos, las fosforitas, lus nódulos o seudocoprolitos, y las arenas y arcillas fosfatadas. Apatitos.-I:1 apatíto es un mineral de estructura cristalina extremadamente duro, siendo prácticamente imposible conducir en condiciones económicas su molier+_da al grado de finura necesario para que, a pesar de la gran resistencia que a causa de su estructura cristalína presenta a su disolución, fuera eficaz su empleo. Por esta causa sólo se emplean 1os apatitos como materia prima para la elaboración de los superfosfatos, a pesar de su gran riqueza, que oscila de un 6o por ioo a un yo por ioo de fosfato; t^`icá7ciyo ntigzclado. cun pequeñas cantidaeles cle ^^rl.x,natu cálcico }^ _. ^ utras impurezas. ^n Lsparia se encuentra este`mineral,^ Logrosán (Cáceres) y en Jumilla (Múi'cia). ^ Fosforitas.-Las fosforitas o fusfát+os amorfus son minerales de mucha menor dureza que lns apatitos, prestándose mejor a la molienda, síendo, además, a igual riqueza en fosfórico y grado de finura mucho más activos, por no afectar ]a estructura cristalina. Las fosforitas suelen contener hasta un S5 por ioo de fosfato tricálcico mezclado con cantidades bastante elevadas de carbonato cálcico, óxidos de hierro y alíimina y otras impurezas, constituyendo, cuando la dosis de sesquióxidos no es muy elevada, una excelente materia prima para la elaboración de los superfosfatos, a causa de su menor dureza, que hace su tratamiento más económico que el de los apatitos. Nó^dulos. - Los nódulos o seudocoprolitos son restos fósiles de animales antediluvianos que se encuentran bajo forma de^riñones blancos fáciles de pulverizar,^ de un color gris verdoso que a veces llega al negro, conteniendo de un 3o por ioo a un 7o por ioo de fosfato tricálcico mezclado con algo de carbonato cálcico, y una elevada dosis de óxidos de hierro y alúmina, además de otras impurezas. Iatos nódulos, pulverizados y repartidos uniformemente por el terreno, son muy eficaces por el elevado grado de división de sus partículas, - 3^ - grado que difícilmente podrá ser alcanzado por los apatitos y tosforitas. :lr^rius jusfutadcu.- Las <trcuas iusfatadas se curuentran wi ^^acimientos cunsiderables, presentandu una coloraciún variahle (blanca, atuarilla ^> rojiza) segúu la at^unclancia ^le úxido cle hierru que contcngan. Su riqueza cn tosfato tric^ílcico suele oscilar tíel So pur ic^ al ^o-SS por i^^, ^ncoutrandose ^ste en un estado dc fácil división que permite utilizar las arenas fosfatadas como abono, ya naturalmente, ya previamente sometidas a las transformaciones que las han de convertir en superfosfatos. Arcilla.r fosfatadas.-Las arcillas fosfatadas presentan también una coloración más o menos rojiza según su riqueza en óxidos de hierro. Su riqueza en ácido fosfórico viene a ser algo menor que ]a de las arenas fosfatadas, f^resentando un estado de fácil división y aportando al campo, además del ácido fosfórico, uua closis de arcilla que, al obrar como enmiencla, dando cohesión a las tierras sueltas, mejora las condiciones de fertilidad de éstas. f^osfatos i^n^ustriales. llentro dcl grupo de los fosfatos industriales nos limitaremos a estudiar los suprrfosfatos, fosfatos precipitados, basifosfatos y las escorias de desfosforación. Sufierfosfatos.--En los fosfatos naturales quc acabamos de estudiar, el fosfórico que contiencn se encuentra en estado de fosfato tricálcico in- -sss^^liil,lc ^^, I^^ir runsi^;ui^ntc, ^ic es; asus rc^tilta<lu;. ,i rau:;a ^l^• la ^^uca I^iniira ^lr si^s ^rirtí^-uia; ^li^^i^li<l,^ti ^^,ur n^c^ii^,s mc^^;inicns ^^ ^lc su ^Irf^rirutr tlisu^ibuci^"^u pur cl tcrrcnu al ix^ ^lí,^^lversc ^^ <liiun^lirse. 1'uicaiticnt^• cn ^^1 ^:as^^ ^Ic suclus ácid^^s cii los quc cn virtucl dc la may^ur si^lubili^lac) yur csta aciclcz lcs pr^^p^^rciuna, la clistribuciún ,e efcctúa ^uiifrirmeincntr clatul<^ },ucu<^s rc^;uit^i^lr^s tu^l^^s lt^s i^^sf^itus naturaics, cxcchtr^ l^^s al,atitcis cjur, a causa clc su cstrurtura rristalina son dc muy diricil solución. 1)ada la escasa eticacia de lus al;^,nos losfatados natarales, desde que I_icbig i^^nnulb su ^^euría de la alinzentación mineral ^le las hlantas •y como consecuencia de ella se iníció el ernpleo tle los abonos ,minerales, se ha pr^^curadu dar elicacia a los mismos soinetiéndol^^s a^^rataulient^^ti cluímicos. l^,n[re ]os diversc'^s tratamientus a que se han sometidu los fosfatos naturales para aumcntar su sv?uLilidad, el del ácido sulfúrico ^íiú sorpreudrntes r^sultados, ronduciendo a la elaboración I'^r.íctica industrial de unos productos denomin^idos superfosfatos. Los suj^eriosfatos que en ]a reaccíón teórica son el resultado de tratar el fosfato tricálcico puro por el ácido suliúricr^ cn proporciones adecuadas a la obtención de fosfatu rnonocálcico y sulfato cálcico, eii Ia prríctica al no emplearse iosfato tricálcico químicaiiielrtc puro, sino fosforitas que cuntienen carbc^uato cálcico, óxidos de hierro y alúmína, y otras irnpurezas, el hroducto obtenido no consta solamei^te de a -34fosfato monocálcico ^^ sulfato cálcicr^, sino yue cnntíene, a^lem;ís, fosfato tric^íicico no atacado, ^^^sfato bitálcicu, áritlo fosf^>ricr^ libre, fusfatos ^lc hierro y^ alúmina, al};u dc ^arh^,nato cálcico, ctcétera. F?ste }irotluctu tan romplejo e inestable recihc ]a denominaciGn cle supertosiatc^. I_os supcrfustatos, clacía la inestabiliclad clcl complejo que los integra, sun cl asiento cic una serie de reacciones en su iuasa que determinan la insolubilizaciún de l,^arte del fosfórico yue con^tienen al reaccíonar el fosfato monocálcico soluble y el ácido fosfárico libre con e] fosfato tricálcico, el carbonato cálcico y los óxidos de hierro y alúmina, dando lugar a fosfato bícálcíco insoluble, y rosfatos aluminico y férrico también insolubles, este proceso químico que se realiza en la masa de los superfosfatos recibe la denomínación de retrogradación. La retrogradación dc tm superfosfato, aun determinando una disminución de solubilidad en el ácido fosfórico que el proclucto contiene, carece de importancia, pues si bien cl fosfato monocálcico es el más activo y eficaz, el bicálcico en que se transforma por la retrogradacíón no deja de ser de una eficacia muy cercana a la del primero, siendo por este motivo por el que el grado 0 riqueza de un superfosfato y, por tanto, su valor comercial, viene señalado par c1 tanto por ciento de ácido fosfórico soluble en el agua y en los ácidos débiles, tomando como tipos el ácido cítrico y el citrato amónico, debiendo ser de este tanto -35- por ciento tres cuartas partes por lo menos soluhles en el agua. Ll grado de los superfosfatos con^erciales se garantiza entre ciertos lírnites que no bajan de un 2 por ioo, pues los productos industriales no es posible elabararlos con precisión matemática. Los grados más corrientes suelen ser ro/iz, zçji6, i6/i8 y i8/2o. 1:1 grado de un superfosfato, siempre que se adicione al suelo la misma cantidad de fosfórico, no influye para nada en la vegetación, y sí únicamente tiene ímportancia al calcular los gastos de trarisporte y de reparto, así como la facilidad de realizar éste. Las dosis de superfosfato rnás corrientemente empleadas s^uelen oscilar de 30o a 500-60o kilogramos por hectárea cuando su riqueza sea de i6/i8. Fosfatos precipitados.-rstas sustancias proceden del tratamiento de los fosfatos, principalmente los huesos, por el ácido clorhídrico, el cual, disolviendo los fosfatos y carbonatos, permite separarlos de las demás sustancias insolubles que la materia prima contenga. Trasegada esta disolución ácida se precipita el fosfato monocálcico que contenga al estado de bicálcico o tricálcico, neutralizando la acidez por medio de una lechada de cal adicionada lentamente para que no haya exceso de cal en presencia del ácido fosfóríco disuelto, de modo que la mayor parte de éste se precipíte al estado bicálcico que, como sabemos, es más activo que el tricálcico y alcanza, por consiguiente, un mayor precio en el mercado. l;sl^ ^rr•cij^it^^l^, ;rsí ul,tcni^lu s^ ^lcscca sr l^:rja tcnihear;^turr, u6turi^'^u^lu,c uria sustan^i:r I,I:rura, l^trlvt;^ulrnta, ruu) ^ina ) l^cricct,riucntc liuur^i^éuea, yrre wuticuc ^le un 3; j^ur i^xr a urr .}; l^pr Itvu tlc fus^at^^ l^ii:íliicu sulttl^lc ^tl íu^ttl^r rítri^u ^^^ ^unstitu)^c uu c^r^•l^ntc :rh^^uu yuc ^n lroru vultunen <'urrtirnc ^.^lc^^r<<l:rs <<u^titladcs dc áriclu fusfúricu, re^it^icntlu, lxrr ^•stc mc^tivu, cl rurinl^rc ^le suhcri^rsfat^^s clulrlcs. 5c crnl^lran eu drtsis t^ue uscilan de .:^o a,;rx^ kilu;;rtrrrios p^tr hect^trea. I3cuifosfatos.-5e curn7eerr bajo esta denomiriaci^^^u ]os productus ubteriíclus sorncticndo las fosfatos naturales a reacciones térmit•as en )^ornos rotatorios y en ^resencia de sales alralinas para transforu^ar, sin empleo de tícitlos mínerales, ^or to menos el .^ por tou de su íosfórico insoluble en fosfórico soluble al citratu au^ónico. El producto obtenido un^ vez pulvcrizado con5tituye u ❑ fertilizautc iuerte[nente básico que ccmtiene de un 2z por rtx^ a un zc^ ^or tt^o de áciclo fosfórico sulubic al ritrato amóni^^r )^ clc un 3i por ioo a un :}o por rtx^ cic caliza, cr^^nstituyendu un abo^ro adccuado a l^^s tc rren^^s ácid^^s. F,scnrias dc dasfosforrciiós^i.-Al elirninar cr, las fábricas clc hierro y acero el lósforo que el metai corrtiette y que aun en geyueñísimas cantidades ]u hace quelrradizo, se obtienen las deti^,^rninadas escorias cic cíesfosforación o escorias Thomas, en recuerdo del métoclo seguidu en ?a desfosforaciói^ del hierro fuudidr,. I_as esrorias de desfosfcrracicín c^mstirityen ut^a n^asa nc^ra cs^xmjo;a. contcni ^^1^>'^i^e;,,tu^„^ pr^r r^x^ a un ^?.-t Ixir ^ rx^^ de ^íci^lr^ t^^^fhricr,^xe17 es^l,arlu de fosfato tetracálcicu, ^isí cuta't'!', d^>^i^ e^eV^das" ^1^^ ^aliza, I^artículas dc hicrrrr,rRs4lice ^^ ^'^" im,^', ._: ^nirczas. Yara utilizar las csrr^rias c^m^^^ ái^cal^"es necesario m^^lerlas en al^aratus cerrad^s ^^in crbji^l^^ cle evitar <^uc l^^s ^^t^^rerr,s respiren el palvill^^> pr^xlucido, pues a carisa ^lc lati i^artículas c^rrtam tes de sílice que ccintiene puecie llegar a lesionar ^;ravemente los pulmones ; pnr esta i>>isinn razón su distribución debe realizarse ccm distribuid^ras de ab^no. El m^lido se ]leva hasta que el 75-fio por r^ del product^ pueda pasar por el tarniz número rr^o (o,ooi7 milímetrc^s), terminando la preparación eíel producto eon un cernido yne pcrmita ^arantizar en el mercado el ^rado de finura que hemos indicado. Las ^lr^sis a em^^lear suelcn <^scilar dc 3cx> a Fx^ kilogramr,s por hect:írea, se^;ún riqueza dcl pmclu^to y dosis de fosfóric^^ que se quiera adicionar al terreno. Cnrylf^ara^ció^n cle Zos aho^ros fnsfatadns. Antes de termínar el estudio de los abonos fosfatados harcmos un resumen de todos cllos clasihcándol^s por orden creciente de eficacia. L^^s fosfatos naturales conteiiien_do todo su fosiórico bajo la forma de fosfato tricálcico,^ son menos eficaces quc los industriales, per^ aun dentro de ellos a igual ,^=rado de finura dcl productu e igual distribución en el terreno, el menos eficaz -38- es el apatito, a causa de la estructura cristalina de sus partículas, si^uiéndolc en orden creciente de eficacia la fosforita, las arenas y arcillas fosfatadas y los nódulos. Los fosfatos industriales presentan toclos cllos todo o parte de su fosfórico bajo formas inestables, dependiendo su eficacia mas bien de ]a naturaleza del terreno, pudiendo recomendarse para los suelos ácidos y pobres en caliza las escorias y los basifosfatos, y para los que presentan una riqueza bastante elevada de caliza los superfosfatos y fosfatos precipitados.