Popol Vuh Guatemala Cosmogonía maya Las antiguas historias de los quiché Mundo mítico Importancia El “Popol Vuh” es un texto antiguo que fue tan importante para los mayas como el “Mahabharata” para los hindúes o la “Biblia” para nosotros. Es un libro que pertenece a la cultura quiché, constituida por los antiguos habitantes de Guatemala, que formaban parte del Imperio Maya. ¿Cómo llegó a nosotros? Este libro recorrió un largo y enigmático camino antes de llegar a nosotros a través de una copia. Para comprender este recorrido debemos recordar que en 1524 los conquistadores españoles llegaron a Guatemala acompañados de varios sacerdotes, cuya finalidad era convertir a los indígenas a la fe cristiana. Debido a que los españoles se encuentran con una religión, a sus ojos, desconocida y cruel, deciden quemar y eliminar todo vestigio, convirtiendo por la fuerza a los indígenas al catolicismo. En este proceso y por influencia del Santo Oficio, quemaron códices de gran valor, además de templos y bibliotecas. Fundieron todos los textos escritos en láminas de oro que encontraron para llevarlos a las arcas españolas. Códice: documento escrito a mano en pergaminos o papiros entre la Antigüedad y la Edad Media, formado por páginas separadas que se unen con costuras y están protegidos por una encuadernación. El quiché es una lengua derivada del maya. Se supone que el primer texto del “Popol Vuh” fue escrito entre 1554 y 1558, después de la conquista, en idioma quiché por uno o varios indígenas cristianizados, a partir de una transcripción original o de la memoria y que fue uno de los códices quemados en la conquista. En 1701, 200 años más tarde, llegó a Santo Tomás de Chuilá, actual Chichicastenango, un sacerdote dominico llamado Francisco Ximénez, que mostró gran admiración por la cultura indígena y un gran deseo de aprender sus lenguas. Este religioso ganó la confianza de los indígenas, quienes decidieron mostrarle el “Popol Vuh” y le permitieron hacer una copia en quiché y una traducción del quiché al español. Fotografía del ejemplar manuscrito del padre Ximénez Para probar la originalidad de su copia, Ximénez trabaja el texto en dos columnas: una en quiché con letras latinas y otra en castellano. Esta valiosa decisión permitirá dejar a la posteridad una transcripción del texto original que permitirá ulteriores análisis y traducciones mejoradas. El manuscrito quechua original se ha perdido, nadie sabe dónde está, y la copia de Ximénez es la que ha llegado a nosotros luego de un largo periplo. El sacerdote lo llevó a su Orden, donde unos pocos lo conocieron y quedó guardado por unos 100 años, hasta 1829, año en que los dominicos fueron expulsados de Guatemala por el gobierno liberal de Francisco Morazán. Los archivos de la Orden pasaron a la Universidad de San Carlos, donde el manuscrito descansó por 25 años, hasta que en 1854 el médico austríaco Carl Scherzer tuvo acceso a él y publicó una traducción en 1857 en Viena, que no tuvo mayor repercusión. También en 1854 tuvo acceso al manuscrito el bate francés Charles Etienne Brasseur, erudito de la literatura guatemalteca, quien extrajo el manuscrito de Ximénez de Guatemala y lo llevó a París, donde publicó una traducción al francés en 1861. A su muerte el manuscrito de Ximénez pasó a manos de Alphonse Pinart, quien lo vendió a Otto Stoll. Veintiséis años más tarde, en 1887, apareció nuevamente, esta vez en una subasta en la cual fue adquirido por Edward Ayer, quien lo trajo de regreso a América, pero a Estados Unidos, y lo donó a la Biblioteca de la Universidad de Newberry, en Chicago, donde se encuentra actualmente. En 1940, el estudioso guatemalteco de literatura precolombina Adrián Recinos escucha sobre este manuscrito y va a verlo a Chicago. Realiza una de las mejores traducciones de la obra y la publica en la Editorial Fondo de Cultura Económica. El valor de este libro es que nos permite conocer la cosmogonía indígena antes de la llegada de los españoles, la cual es avalada por innumerables hallazgos arqueológicos en piezas de alfarería y monumentos neolíticos que presentan escenas del “Popol Vuh”. Organización maya Los mayas ocuparon los territorios del sur de México (Chiapas, Yucatán y Tabasco), Guatemala y el noroeste de El Salvador y Honduras y se organizaban en clanes regidos por un patriarca o “yum”. El conjunto de clanes formaba una tribu, que era regida por un Consejo de Ancianos. Existían cuatro divisiones sociales: Los nobles (caciques) Los sacerdotes El pueblo Los esclavos Es muy importante destacar que su economía se basaba en el maíz, el cacao y el algodón y que en la metalurgia trabajaron el oro, el cobre y el bronce. También fueron diestros alfareros y trabajadores textiles. También destacaron en la arquitectura con los grandes templos que levantaron (Chichén Itzá, Tikal, Copán, Palenque, Uxmal), que sobreviven hasta el día de hoy y en los cuales adoraban a múltiples dioses, pues eran politeístas. Los mayas eran grandes estudiosos del tiempo y de la astronomía, desarrollando el calendario más exacto que se conoce hasta hoy. Su sistema de escritura fue el primero que existió en América y consistía en jeroglíficos que escribieron en papel de fibras vegetales, las que desaparecieron por el deterioro provocado por el medioambiente y por la destrucción de los conquistadores. Es por ello que su cultura e incluso su idioma se perdieron en el tiempo. Popol: reunión, comunidad, casa común, junta. Vuh: libro, papel, árbol de cuya corteza se hacía el papel. “Libro del Consejo” o “Libro de la comunidad” Contenido del “Popol Vuh” (según Editorial Centro Gráfico Limitada, 1975) Primera Parte Describe la formación del universo por el Creador y el Formador. En el principio todo estaba callado y en calma, sólo estaban el mar y el cielo. Sólo estaban los dioses creadores, dos grandes sabios sobre el agua, ocultos bajo sus plumas verdes y azules. Estos dioses, Tepeu y Gucumatz, los Progenitores, deciden crear el mundo, luego los animales y finalmente a los hombres. http://www.literaturaguatemalteca.org/popol2.html Cuando Tepeu y Gucumatz vinieron en la oscuridad, juntaron sus palabras y su pensamiento y se empezaron a generar las cosas. Luego, los dioses crean a los animales, los venados, los pájaros y los cuadrúpedos, pero no los adoraban, por lo que deciden hacer otros seres más obedientes, y son condenados a comerse unos a otros. De Taller Púrpura Plástica, de Yucatán. “La creación del hombre”, de Diego Rivera. Luego probaron hacer hombres de lodo (barro) para que los adoraran. Pero eran débiles y se deshacían, tenían velada la vista, hablaban, pero no tenían entendimiento ni podían adorar, andar ni multiplicarse, por lo que desaparecieron. Lo intentaron de nuevo y crearon hombres de madera (muñecos de palo de tzité), que poblaron la tierra. Este hombre sí hablaba, pero no tenía alma, razón ni sentimientos y tampoco adoraba a sus creadores. Finalmente, fueron exterminados por un diluvio. Mural de Francisco Castro Pacheco, en el Palacio de Gobierno de Mérida, Yucatán. Los animales y sus objetos los atacaron destrozando sus bocas y caras para vengar los maltratos recibidos y huyeron a los árboles y se transformaron en los primeros monos y por eso estos animales se parecen tanto a los hombres. Segunda Parte Relata las aventuras de los dioses gemelos Hunahpú e Ixbalanqué en el reino de Xibalbá. Esta parte comienza presentando al orgulloso Vucub-Caquix, que era un hombre de palo que se envanecía como si fuera el sol y la luna. Vucub-Caquix y sus hijos fueron destruidos por dos muchachos que les dispararon con sus cerbatanas: Hunahpú e Ixbalanqué, que eran dioses gemelos. Con esto, Hunahpú e Ixbalanqué ponen orden en la tierra. Después de esta historia se nos relata quiénes eran Hunahpú e Ixbalanqué, para lo cual se presenta su genealogía, hasta llegar a sus padres: Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú, que eran sabios, tocaban flauta y jugaban a la pelota. Los dioses del Xibalbá los escuchan jugar sobre ellos y los mandan llamar para castigarlos, atormentarlos y quitarles sus instrumentos de juego para que no los molesten más. Los invitan a un juego de pelota, por lo que debieron atravesar por jícaros y un río de sangre. Cuando llegaron a la orilla se encontraron con cuatro caminos y eligieron el equivocado, llegando con los señores del Xibalbá, que en realidad eran hombres de palo que usaron para reírse de ellos. Les dicen que al otro día jugarán, pero mientras deben sobrevivir a varias pruebas, como la piedra ardiente y la Casa Oscura, donde fueron vencidos con pruebas imposibles y fueron sacrificados. Los dioses los decapitaron; enterraron sus cuerpos y colgaron sus cabezas en un jícaro que estaba seco, el cual inmediatamente se llenó de frutos que ocultaron las cabezas. National Geographic. Dibujos: John Jude Palencar. La doncella Ixquic escuchó sobre este árbol y fue a verlo. Cuando se acercó, uno de los frutos, que era la cabeza de Huh-Hunahpú, le echó saliva en la palma de la mano, embarazándola. Así fueron concebidos los hermanos Hunahpú e Ixbalanqué. Los hermanos crecieron con su madre en la casa de su abuela paterna Xmucane, compitiendo con sus medio hermanos HunBatz y HunChouen, que los despreciaban y les robaban el producto de su trabajo porque les tenían envidia. Entonces, Hunahpú e Ixbalanqué decidieron castigarlos por los sufrimientos que les causaron y los transforman en monos. Ellos crecen heredando la magia y la sabiduría de sus padres. Estos gemelos también jugaban a la pelota en las cercanías de Xibalbá y nuevamente Hun Camé y Vucub Camé, los señores de Xibalbá, mandaron por ellos, los retan a un partido, como antes ocurrió con sus padres. (Chichen Itzá, México) Para los mayas, el juego de pelota era un ritual en que los perdedores eran sacrificados al final del partido. Este juego tenía ciertas reglas: los jugadores no deben tocar la pelota sino con las caderas y las nalgas. Las pruebas que debieron superar para acudir al juego, que los pondrán entre la vida y la muerte y que sortean con su ingenio fueron: En la Casa Oscura, donde sólo había tinieblas. Allí debieron permanecer toda la noche con unos cigarros y ocotes que debían estar encendidos sin consumirse durante la noche. Ellos los reemplazaron por luciérnagas, engañando y venciendo a los señores. En la Casa del Frío, donde soplaba un viento frío e insoportable. En la Casa de los Jaguares, los animales se revolvían, gruñían y se mofaban. En la Casa de los Murciélagos, los animales volaban, chillaban y los atacaban. En la Casa de las Navajas, donde afiladas hojas intentaban cortarlos. De día debían enfrentar a los señores en el juego de la pelota y de noche debían pasar las pruebas de las casas de tormento. En la Casa de los Murciélagos, Hunahpú fue decapitado, por lo que Ixbalanqué se declaró vencido. Colgaron la cabeza de Hunahpú en el juego de pelota. Por la noche, los animales le hacen una nueva cabeza a Ixbalanqué que cambian por la verdadera cuando deben volver a jugar a la pelota, logrando vencer a los señores de Xibalbá. No conformes, los señores de Xibalbá averiguan cómo matar a los hermanos y éstos, prevenidos, les dan instrucciones a dos adivinos de cómo matarlos. Los señores de Xibalbá los queman y tiran sus restos a un río. Al quinto día volvieron a aparecer como hombres-peces y luego como mendigos que hacían grandes prodigios: se despedazaban a sí mismos y luego resucitaban. Los señores de Xibalbá los invitan para ver estos prodigios. National Geographic. Dibujos: John Jude Palencar. Los héroes gemelos los engañan destrozándolos y no los vuelven a resucitar; aunque el resto les pide piedad, ellos no los perdonan, porque se estaban vengando en nombre de sus padres. Sus padres bajaron a agradecerles por honrarlos y luego los hermanos gemelos ascendieron al cielo como el Sol y la Luna. National Geographic. Dibujos: John Jude Palencar. Tercera Parte Una vez más los dioses intentaron crear un hombre y esta vez hicieron su carne de pulpa de maíz. Tuvieron éxito: el hombre caminaba, hablaba y agradeció profundamente a los dioses por haberlo creado. Los hombres de maíz son los mayas. “Y así encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre. Así entró el maíz [en la formación del hombre] por obra de los Progenitores [...] Y moliendo entonces las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, hizo Ixmucané nueve bebidas, y de este alimento provinieron la fuerza y la gordura del hombre y con él crearon los músculos y el vigor del hombre.” Simbología del maíz El maíz fue considerado por los mayas una planta sagrada, debido a que se estima que fueron creados de él y porque fue la base de su alimentación. También lo relacionaban con el ciclo de la vida: nace en una semilla, crece, da fruto y muere, para comenzar en un nuevo ciclo. Tan importante fue para ellos el maíz, que hasta los reyes ayudaban a sembrarlo y cosecharlo. Cuarta Parte Termina la historia de la Creación con la aparición de los hombres de maíz. Con la primera salida del sol, los primeros hombres, los padres ancestrales, adoran a los dioses y convierten a la Creación en un éxito. Los primeros hombres, siguiendo la orden de su dios Tohil, someten a los pueblos vecinos. Después de la muerte de los padres ancestrales, los quiché migran y construyen su última capital (Cumarcaah) y logran dominar el Altiplano. Termina el “Popol Vuh” con la enumeración de las dinastías y de sus dioses. Se supone que este jeroglífico maya representa a un astronauta en una nave espacial. ¿Puedes determinar las partes? Bibliografía • • • • • • • • http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/Obrasdeautoranonimo/Popol Vuh/index.asp http://www.literaturaguatemalteca.org/popol.html kalipedia.com www.cultureduca.com/.../popol_vuh_maya.jpg www.vopus.org/.../articles/popol_vuh-statues.jpg www.xcaret.com/.../juego_pelota_fvm.gif www.mayasautenticos.com/ball_game.htm www.turismocarek.com/.../juego_pelota_1.jpg PERSONAJES CREADOR Y EL FORMADOR: Grandes dioses sabios cubiertos de plumas verdes: TEPEU: la Grandeza Oculta y GUCUMATZ: las tinieblas. Los soberbios muñecos de palo que se hacían pasar por dioses (Vucub Caquix y sus hijos Zipacna –quien mató a 400 muchachos– y Cabracán –que movía los montañas sólo por entretención–) fueron destruidos por los gemelos semidioses. Gemelos semidioses: Hunahpú e Ixbanaqué, cazadores con cerbatanas que fueron creados por los dioses para eliminar a los tres soberbios. Eran hijos de Ixquic, una princesa que por prodigio los concibe como los hijos de los jugadores de pelota que antes fueron derrotados por los señores de Xibalbá (Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú). Los señores de Xibalbá eran muñecos de palo que vivían en el submundo. • Hunbatz y Hunchouén, hermanastros de los dioses gemelos que vivían con su abuela paterna y fueron convertidos en monos por hacerles la vida imposible.