1 LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL Y LOS DESEQUILIBRIOS REGIONALES 1­LAS DISPARIDADES REGIONALES Y LA ORDENACIÓN TERRITORIAL Desde el comienzo de la historia, en España, han existido muchas divisiones administrativas y territoriales. En el siglo XVII, en un intento de modernizar el Estado, se tendió a la centralización de la administración. Sin embargo, en el siglo XIX surgieron diversos movimientos partidarios de la descentralización política, entre ellos los carlistas o los nacionalistas vascos. Estos intentos de descentralización y de autonomía se veían favorecidos por unas políticas ( 2º República) y duramente reprimidos por otras (dictaduras de Primo de Rivera y Franco) hasta que en 1978 se aprobó la Constitución, estableciendo la indisoluble unidad de la nación española y garantizando el derecho a la autonomía. La constitución establecía una serie de condiciones para lograr la autonomía: ­Permitía establecerse como comunidad autónoma a las provincias limítrofes con características históricas, culturales o económicas comunes; a los territorios insulares; y a las provincias con entidad regional histórica. Así como diversas vías: 1­Una vía rápida, para las llamadas regiones “históricas”, es decir, aquellas que habían plebiscitado afirmativamente proyectos de Estatuto de autonomía en el pasado, es decir: Cataluña, País Vasco y Galicia. 2­Una vía lenta para el resto de las regiones: 2.1­Andalucía: accedió por Vía especial, ya que se exigía, que la iniciativa autonómica, partiera del acuerdo con todas las diputaciones provinciales y de las tres cuartas partes de los ayuntamientos representativos de más del 50% de la población. Además debía ser aprobada en referéndum. 2.2­Navarra: accedió por ser el último territorio en incorporarse al reino de España y haber conservado una amplia autonomía administrativa durante el régimen franquista. 2.3­Para las demás comunidades requería el pronunciamiento favorable de las diputaciones y de los dos tercios de los ayuntamientos representativos de más del 50% de la población. 2.4­Ceuta y Melilla recibieron el rango de municipios autónomos, pero carecen de capacidad legislativa. 2. LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO AUTONÓMICO Características comunes a todas las comunidades autónomas: a. Cada comunidad autónoma se halla regida por su estatuto de autonomía, aprobado en las Cortes, que contiene: su delimitación territorial, los nombres, organización y sede de sus organismos autónomos; las competencias asumidas y las bases para el traspaso de otras, etc. b. Las comunidades tienen competencias exclusivas: políticas, económicas, en infraestructuras y transportes, en ordenación del territorio, sociales y sanitarias, culturales…) Existen grandes desigualdades en la asunción de competencias por parte de unas comunidades y otras. Todas han recibido el traspaso de competencias, funciones y 2 c. d. e. f. servicios desde el gobierno central pero, solo algunas, han recibido el traspaso de las funciones y servicios del Instituto Nacional de la Salud, o en materia de justicia. Además las comunidades pueden ampliar sus competencias asumiendo aquellas no atribuidas al Estado (relaciones internacionales, emigración e inmigración, defensa, comercio exterior, deuda pública, correos y telégrafos). Las instituciones de una comunidad autónoma son: La Asamblea Legislativa, el Gobierno Autonómico, el Tribunal Superior de Justicia y el presidente de la comunidad. La financiación de las comunidades autónomas contempla un régimen común basado en la LOFCA (Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas) y un régimen foral para el País Vasco y Navarra. Las comunidades de régimen común se financian con los siguientes ingresos: Tributos cedidos por el Estado, Ingresos aportados por el Estado (servicios sociales, sanidad…) y los Ingresos propios. Las comunidades de régimen foral (P. Vasco y Navarra)1 se financian con los ingresos tributarios recaudados en su territorio por su propia administración fiscal y pactan con el Estado la cantidad a pagar a la Administración General del Estado. Con el fin de corregir desequilibrios territoriales algunas comunidades reciben ingresos procedentes de otros fondos. El Estatuto de las autonomías se basa en la igualdad territorial (fiscales, salariales, seguridad social) sin contener privilegios y en la solidaridad. Las comunidades autónomas se subdividen en administrativamente en provincias y municipios. ● La provincia: agrupación de municipios cuyo órgano de gobierno es la Diputación ● El municipio: entidad básica de la organización territorial del Estado, cuyo órgano de gobierno es el Ayuntamiento. ● Canarias y Baleares: Organización basada en cabildos (Canarias) y consejos insulares (Baleares). ● Ceuta y Melilla son Ciudades Autónomas desde 1995. ● Otras demarcaciones, submunicipales (parroquias asturianas y gallegas) y supramunicipales (comarcas catalanas, gallegas aragonesas…) Actualmente la organización político­administrativa española cuenta con 17 comunidades autónomas más dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla). Régimen foral es el nombre usado en España, genéricamente para el conjunto de las instituciones propias de la administración autónoma y de los ordenamientos jurídicos propios del antiguo Reino de Navarra y de los territorios históricos vascos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Actualmente País Vasco y Navarra. 1 3 3. LOS DESEQUILIBRIOS TERRITORIALES Existen destacados desequilibrios entre las comunidades autónomas. Parten de condiciones naturales y de la desigual distribución de los recursos en el territorio. El factor fundamental ha sido la industrialización que creó acusados contrastes entre las zonas periféricas (se instalaron las primeras fábricas) y el interior (fuertemente agrarizado). En 1960 se creó un modelo territorial caracterizado por una zona centro poco desarrollada (salvo Madrid) y una periferia desarrollada entre las que existía grandes desequilibrios económicos, demográficos, sociales y de poder. 1­Los desequilibrios económicos: Se observan en la capacidad productiva (PIB) y en su distribución por habitante (PIB per cápita). En los años sesenta, se acentuaron cuando el desarrollo económico español tuvo como pilares el sector secundario y el turismo, poseyendo ventaja las regiones que poseían estos recursos. A partir del siglo XX, Madrid, se convirtió en el centro financiero del país aportando capitales para la financiación de la industria y los servicios. Estos desequilibrios se manifestaron en el PIB (creciendo en las zonas periféricas), la renta per capita (aumentando, inicialmente, en las zonas de interior), y las infraestructuras (concentrándose en las regiones con mejores dotaciones). Actualmente los nuevos factores de desarrollo son: la especialización en le sector terciario; actividades económicas relacionadas con la tecnología; centros de investigación, innovación y gestión; mano de obra de alta cualificación; calidad en las infraestructuras y en los equipamientos. (ver ejes: de desarrollo, declive y escasamente desarrollados). 2­Los desequilibrios demográficos: Se manifiestan en la distribución de la población. Su inicio se encuentra en la crisis de la agricultura tradicional y del desarrollo industrial. La emigración del centro hacia las zonas urbano­industriales y turísticas de la periferia y Madrid provocó una distribución de la población con claros contrastes. 3­Los desequilibrios sociales: se dan en el acceso de la población al bienestar (bienes y servicios). Las regiones mas desarrolladas económicamente y mas pobladas obtuvieron una buena dotación en infraestructuras (transportes y comunicaciones) y equipamientos (sanitarios, educativos…), mientras que las regiones más atrasadas presentaron problemas. 4­Los desequilibrios en el poder: Espacios que tienen más poder decisorio que otros subordinados a estos. Las zonas más desarrolladas se convirtieron en los “espacios centrales” (son las comunidades mas dinámicas económicamente: Madrid y, en menor medida, Cataluña) quedando los “espacios periféricos” (menor grado de dinamismo económico: resto de las comunidades) subordinados a estas. 4. EL NUEVO MODELO DE DESEQUILIBRIOS Actualmente los nuevos factores de desarrollo son: la especialización en le sector terciario; actividades económicas relacionadas con la tecnología; centros de investigación, innovación y gestión; mano de obra de alta cualificación; calidad en las infraestructuras y en los equipamientos. (ver ejes: de desarrollo, declive y escasamente desarrollados). 4 5. LAS POLÍTICAS TERRITORIALES La existencia de fuertes disparidades en el grado de desarrollo de las regiones españolas motivó actuaciones tendentes a corregirlas. En los años cincuenta entraron en funcionamiento algunos Planes de Desarrollo Provincial y Comarcal (ej. Polos del Desarrollo Industrial). La constitución dispone que, con el fin de corregir los desequilibrios económicos entre las regiones, se constituirá un fondo de compensación con destino a gastos de inversión. Es el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) (en 1999 repartió mas de 800 millones de euros). La política regional también ha sido objeto de inquietud para la Unión Europea, que en el año 1975, creó el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Desde 1988, con la creación de sus cinco objetivos prioritarios, España recibe ayudas para promover el desarrollo regional (Fondos Estructurales). En 1993, se constituyó en la UE, el Fondo de Cohesión destinado a promover la convergencia económica y monetaria de los países más atrasados. Las ayudas que recibe España se destinan para el financiamiento del suministro de agua, repoblación forestal y buena parte de autovías y red ferroviaria. La nueva planificación regional se caracteriza por: a. El protagonismo de las comunidades autónomas para elaborar sus propios planes Plan de Desarrollo Regional o Plan de Reconversión Regional y Social. b. La obligación del gobierno de presentar a la Comisión Europea una visión global de los planes regionales. 6. LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO La creciente competencia entre territorios a escala mundial y regional, determina que las políticas regionales se orienten no tanto a favorecer a las regiones más atrasadas como a fomentar el desarrollo regional. La ordenación del territorio es una disciplina bastante nueva, en España de inició en la década de los 80 y en muchos casos todavía se encuentran en un estado incipiente. El espacio donde se ha venido desarrollando ha sido el ámbito regional (la Constitución reconoce a las comunidades autónomas competencias en la ordenación de de su territorio). Pero al tratarse de una organización global del espacio, aparecen también ámbitos: locales, nacionales e internacionales. Por ello el problema más grave es coordinar las diferentes competencias (europea, nacional, regional y local). Así la ordenación del territorio se plantea como una cadena de planes jerarquizados.