Conceptos básicos de la comunicación interauricular

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Publicado en Familia y Salud (http://www.familiaysalud.es)
Conceptos básicos de la comunicación interauricular
¿Qué es la comunicación interauricular?
En el corazón hay cuatro cavidades. En la región superior hay 2 aurículas (izquierda y derecha) y en la región
inferior 2 ventrículos (izquierdo y derecho). Están separadas entre sí por tabiques y válvulas. A la aurícula
izquierda llegan las venas pulmonares que llevan sangre de los pulmones. Y a la derecha llegan las venas cavas
que llevan sangre del resto del cuerpo. De los ventrículos salen las arterias. La arteria pulmonar, que lleva sangre
a los pulmones, sale del ventrículo derecho. Y la aorta sale del ventrículo izquierdo, para llevar la sangre al resto
del cuerpo. La aurícula derecha conecta con el ventrículo derecho a través de la válvula tricúspide, y en el lado
izquierdo aurícula y ventrículo conectan mediante la válvula mitral (figura 1).
Figura 1. El corazón
El tabique interauricular separa las dos aurículas. Lo normal es que esté íntegro. Una
comunicación interauricular (CIA) es un agujerito en este tabique.
Hay diferentes tipos de CIA. Depende principalmente de dónde se localicen en el tabique:
1. CIA tipo ostium secundum: es la más frecuente (70%). Se encuentra en la región central del tabique. En la
denominada fosa oval.
2. Foramen oval permeable: Está al mismo nivel que la CIA ostium secundum pero es de muy pequeño tamaño.
Está abierto en la vida fetal, pero se suele cerrar en los primeros meses de vida. Aunque en el 20 % de los adultos
se queda abierto. Se considera una variante de la normalidad. No hace falta tratamiento ni seguimiento.
3. CIA tipo ostium primum: En la región inferior del tabique. Suele asociar insuficiencia mitral. Se incluye en otro
tipo de cardiopatías como defectos de cojines endocárdicos. Dadas sus características especiales no vamos a
tratar sobre ella en este tema.
4. CIA tipo seno venoso: suele asociar otras malformaciones (drenaje venoso pulmonar anómalo).
5. CIA tipo seno coronario: poco frecuentes (<1%)
¿Por qué se produce?
Casi nunca se conoce la causa de las cardiopatías congénitas. Pueden influir factores genéticos (antecedentes
familiares, alteraciones de los cromosomas, síndromes malformativos, etc.). También ambientales (exposición a
radiaciones o el consumo materno en el embarazo de determinados fármacos, drogas o alcohol) y enfermedades
maternas (infecciones en el embarazo, lupus, diabetes, etc).
¿Qué efectos tiene sobre el corazón?
La CIA altera el circuito habitual de la sangre cuando pasa por el corazón. Parte de la sangre oxigenada que llega a
la aurícula izquierda desde las venas pulmonares pasa a través de la CIA a la aurícula derecha (Figura 2). Desde la
aurícula derecha pasa, por lo tanto, más cantidad de sangre al ventrículo derecho y de éste a la arteria pulmonar.
El circuito pulmonar se dilata para poder albergar esta sobrecarga de volumen. La parte derecha del corazón se
hace más grande. Se dilatan la arteria pulmonar y sus ramas. El pulmón tiene que adaptarse al exceso de sangre
que le llega. Para ello desarrolla mecanismos de compensación regulando el tamaño de sus vasos. Sin embargo,
esta adaptación tiene un límite y es cuando puede aparecer clínica de descompensación en el niño.
Figura 2: Esquema de circulación en corazón con comunicación auricular. AD: Aurícula derecha, AI: Aurícula
izquierda. VD: Ventrículo derecho. VI: Ventrículo izquierdo
¿Qué síntomas aparecerán en el niño?
Los defectos pequeños no tienen ninguna repercusión. Se pueden cerrar espontáneamente, sobre todo durante
el primer año de vida.
Los defectos medianos y grandes, no suelen dar síntomas en la infancia. El niño hará una actividad física con
normalidad. No se cansará más que sus compañeros. Los niños con CIA no tienen cianosis (coloración azulada).
Son raros el retraso del crecimiento y las infecciones respiratorias.
Las CIA tipo ostium primum son un caso especial. Los síntomas van a depender en gran medida del grado de
insuficiencia mitral asociada. Pueden tener signos de insuficiencia cardiaca y precisar un tratamiento más precoz.
Los casos en que la CIA forme parte de un síndrome o se asocie a otros problemas cardíacos hay que valorarlos de
forma individual.
Con el paso del tiempo, habitualmente en la vida adulta si no se ha tratado previamente, la dilatación del
ventrículo derecho que nombrábamos antes, puede dar lugar a signos de insuficiencia cardiaca, arritmias o
hipertensión pulmonar.
¿Cómo se diagnostica?
El pediatra puede auscultar un soplo, que se debe a la mayor cantidad de sangre que pasa hacia el pulmón.
Una radiografía de tórax puede mostrar un corazón más grande. Esto se llama cardiomegalia. El
electrocardiograma puede tener algunas variaciones, pero no sirven para confirmar el diagnóstico.
El método diagnóstico por excelencia es la ecografía del corazón (ecocardiografía). En ella se puede medir el
tamaño del agujerito en el tabique interauricular y ver los bordes que lo delimitan. Además descarta que haya
otras malformaciones cardiacas asociadas.
Puede hacer falta hacer una ecografía transesofágica (introduciendo una sonda de ecografía a través del esófago)
en niños mayores en los que no se ve bien con la ecocardiografía “habitual” (transtorácica) y previamente al cierre
de la CIA.
¿Tiene tratamiento?
El tratamiento de la CIA es cerrar el defecto cuando sea grande y dé lugar a síntomas o dilatación del ventrículo
derecho. Habitualmente se hace entre los 3 y 5 años. Retrasarlo puede conllevar efectos negativos para el corazón
a largo plazo.
La CIA se puede cerrar de dos formas:
●
Cierre mediante cateterismo (percutáneo). Se llega al corazón a través de catéteres. Se meten por la vena
femoral (a nivel de la ingle). Se introduce un dispositivo que cierra la CIA y queda “anclado” al tabique
interauricular. Sólo se puede hacer en algunos casos seleccionados de CIA tipo ostium secundum.
●
Cierre quirúrgico: Se hace mediante cirugía abierta a través del esternón. Se cierra el defecto con un parche. Es
una técnica segura. Tiene muy buenos resultados y pocas complicaciones.
¿Podrá realizar una vida “normal”?
Todo paciente con una CIA debe ser remitido a la consulta de cardiología pediátrica para evaluación y seguimiento.
Las de pequeño tamaño no hay que cerrarlas. Se seguirán en la consulta para ver su evolución y si se produce
cierre espontáneo.
Las medianas y grandes necesitarán mayor control para valorar el momento del cierre. Estos niños pueden hacer
una vida completamente normal antes de la cirugía. No necesitan ningún tipo de tratamiento ni medida especial a
tener en cuenta. No es necesaria profilaxis de endocarditis.
Después de la cirugía o cierre por cateterismo podrán volver a su actividad normal. Se continúan las revisiones en
la consulta de cardiología pediátrica. Si el cierre ha sido por cirugía, las CIA tipo ostium secundum, podrán ser
dados de alta a los 5 años tras el procedimiento.
Fecha de publicación: 7-01-2016
Autor/es:
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Carmen Carreras Blesa. Pediatra. Unidad Cardiología Pediátrica. Complejo Hospitalario Universitario. Granada
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