EJERCICIOS ABDOMINALES, PASADO, PRESENTE Y FUTURO La historia de los Abdominales Hipopresivos: En este artículo voy a plasmar, evitando sofisticados tecnicismos, mis experiencias, dudas, inquietudes, descubrimientos y sorpresas sobre los ejercicios abdominales. Explicaré cómo y porqué he llegado a la conclusión del interés que tiene incorporar las Técnicas Hipopresivas a la práctica cotidiana del ejercicio físico y del deporte. Origen de los ejercicios abdominales. Las primeras experiencias que me hicieron dudar y buscar el origen de los ejercicios abdominales fueron en 1983 en mi primer gimnasio, el Gimnàs Banyoles. Algunas alumnas de sesiones colectivas de gimnasia me comentaron que desde que hacían ejercicio y concretamente ejercicios abdominales, que yo prescribía religiosamente en todas las sesiones, notaban que cuando ponían en tensión los músculos del abdomen tenían el vientre muy duro; pero se quejaban de que cuando estaban relajadas de pie o sentadas, sin tensar el abdomen, se observaban con algo más de barriga que antes de iniciarse en la práctica del ejercicio físico. Me recordaron que ellas lo que deseaban era reducir el perímetro de la cintura y que hacían los ejercicios abdominales creyendo que estaban diseñados para esto. Mi reacción fue la de mostrarles mis marcada y tensa musculatura abdominal con un hipertono debido a los muchos ejercicios que hacía con ellas y con las otras siete clases al día que impartía. Les dije que lo que hacía falta era hacer muchos más ejercicios abdominales para llegar a tener la tableta de chocolate y la cinturita que yo lucía. Estaba en lo cierto, si se entrena una musculatura reiteradamente se puede llegar a tener una hipertonía que, incluso en relajación, mantenga la musculatura en constante acción, en un grado elevado de tensión. Conviene recordar que esto es una patología y que tiene efectos perniciosos para la salud. Cada vez más mujeres insistían en que tenían mucho tono muscular cuando tensaban la musculatura y muy poco cuando la tenían relajada, se quejaban que se veían con más barriga. Esto hizo que dudara de la eficacia de los ejercicios abdominales para reducir el perímetro de la cintura y dediqué tiempo y lecturas a la historia de los ejercicios abdominales. Me preguntaba quién había tenido la idea de prescribir ejercicios abdominales para reducir la cintura e hice una revisión histórica. Los abdominales de los años 50: La historia de los ejercicios abdominales es sencilla, en los años 50 muy pocas personas se ocupaban de mejorar su salud y calidad de vida a través del ejercicio físico. Por aquel entonces había unos pocos deportistas (boxeadores, gimnastas, atletas,…) que, para mejorar su rendimiento, hacían flexiones de todo tipo con poco conocimiento y con mucho ímpetu. Para aumentar la rapidez en incorporarse del suelo, aumentar la fuerza y la resistencia de la musculatura abdominal, se practicaban ejercicios abdominales en los que la persona se tumbaba en el suelo boca arriba, con las rodillas extendidas y elevaba y descendía el tronco, las extremidades inferiores, ambas cosas a la vez o cruzaba las extremidades inferiores haciendo unas supuestas tijeras o bicicleta mientras las tenía algo elevadas del suelo. Estos eran algunos de los ejercicios abdominales que se realizaban. Los abominables abdominales de los 60 En los años 60 y 70 algunas personas empezaron a buscar en el ejercicio algo más que un aumento del rendimiento deportivo. Se pretendían mejoras estéticas y de salud. Para simplificar la historia haré un relato ficticio, aunque, bastante cercano a la realidad. La inquietud por mejorar la apariencia física llevó a algunas personas a preguntar a deportistas y entrenadores como podían reducir el perímetro de su abultada cintura. Había afición y poco conocimiento, los aficionados al deporte recomendaron los ejercicios abdominales que hacían los deportistas para supuestamente reducir el perímetro de la cintura. Algunos practicantes se quejaban de dolor lumbar y deportistas y entrenadores les respondían que si dolía era bueno “No pain no gain” o "No gain without pain". Después de insistir reiteradamente en el dolor que sentían, los supuestos profesionales del ejercicio, recomendaron flexionar algo las rodillas para hacer el recorrido más corto y, supuestamente, minimizar el dolor. En los 80 llegaron los investigadores y las electromiografías En los 80 y 90 se observó que al ejecutar los ejercicios abdominales con un recorrido amplio se involucraban músculos como el psoas-ilíaco y se recomendó el grado óptimo para implicar exclusivamente la musculatura abdominal. Lo que olvidaron estos investigadores es averiguar es si esto cubriría los objetivos de esa mayoría de personas, que iría creciendo, y que deseaban reducir su perímetro de la cintura. Smidt y cols, Mc. Gill, López Calbet y muchos otros centraron su atención en la activación muscular de los diferentes grupos que conforman el abdomen. Pero no en si los ejercicios cumplían con lo que deseaban y buscan la inmensa mayoría de personas que hacen ejercicios abdominales. Se dejó de lado lo más importante, se sabía mucho sobre los ejercicios abdominales pero se desconocía si sirven para reducir la cintura. En estos, un curso de Blandine Calais me dio los primeros argumentos para cuestionar no sólo la eficacia sino la peligrosidad de los ejercicios abdominales. En uno de sus libros se puede leer: Es conveniente reforzar los abdominales empezando por la contracción del suelo pélvico y sólo entonces se puede continuar con la de los abdominales (1998). Empecé a participar como ponente y profesor en Congresos y Cursos para profesionales del Fitness. Mis ansias por hacer pensar a los alumnos y por cuestionar los dogmas me llevaron a seguir indagando sobre la necesidad de dar un nuevo enfoque sobre los ejercicios abdominales. Algunos documentos e investigaciones se sumaban a mi inquietud y mostraban la peligrosidad de los ejercicios abdominales: Entre los factores etiológicos que provocan la incontinencia urinaria, se considera como el más importante el aumento de la presión intraabdominal por la mala práctica deportiva o el ejercicio abusivo de abdominales, situación que va a incidir sobre el suelo pélvico, provocando la degradación progresiva del mismo y haciéndolo incompetente para la continencia. (Archivos de Medicina del Deporte, Amostegui J.M., , pág 644, Vol XVI, núm 74, 1999). Investigaciones posteriores confirmaban la problemática: Un estudio sobre 179 mujeres entre 14 y 35 años muestra un 31% de Incontinencia Urinaria en deportistas frente a un 2’85% en sedentarias.” (Archivos de Medicina del Deporte, pág 471, Vol XVIII, núm 85, 2001). Además de no tener constancia de la eficacia de los ejercicios abdominales en reducir la cintura, me encontraba con problemas que desconocía y que ninguna alumna me había comentado. Ahora entiendo que era muy ingenuo por mi parte creer que alguna mujer me vendría a decir que desde que se había apuntado al gimnasio había notado ciertas ligeras pérdidas de orina. Seguramente, por fortuna mía y de mis colegas, no lo habían ni siquiera relacionado. Mi primer artículo sobre hipopresivos: Llevaba años escribiendo en diferentes revistas del sector cuando en 2001 publiqué uno con un sugerente título, Abdominales Falsas Esperanzas, con un subtitulo que dejaba clara mi postura, Por tu bien deja de hacer abdominales y me permito reproducir un breve texto que todavía comparto: No dejas de hacer abdominales todos los días, te machacas, te cuidas pero tu cintura sigue igual de prominente que cuando empezaste o lo que es peor, está más abultada. Tenía dudas, inquietudes y desconocía si había una causa de la ineficacia de los ejercicios abdominales y si existía una solución. Mis colegas en Convenciones y Cursos, haciendo mención de mi cruzada contra los ejercicios abdominales, me llamaban Piti Periné. La polémica se iniciaba. Unos pocos meses o años después, todos ellos incorporarían ejercicios para el suelo pélvico en todas sus sesiones. Una fisioterapeuta, conocedora de mi pelea con los ejercicios abdominales, me preguntó si conocía los ejercicios abdominales hipopresivos y reconocí que era la primera vez que escuchaba esta clase de ejercicios. Me dio un artículo que explicaba unas bases y algún ejemplo. Probé los ejercicios y me parecieron un tanto extraños pero vinieron en el momento justo para hacer un artículo que diera respuesta a los lectores del artículo anterior. Después de publicar el artículo con fotos de lo que suponía ejercicios abdominales hipopresivos, recibí un email del Dr. Caufriez en el que me pedía que mencionara su nombre como creador y persona que tiene la patente de la Gimnasia Abdominal Hipopresiva. Averigüé que tenía razón e inmediatamente hice la pertinente rectificación. En respuesta a mi enmienda el Dr. Caufriez me invitó a un curso y descubrí la causa y la solución a la problemática de los ejercicios abdominales. Los cursos eran específicos para fisioterapeutas, matronas y uroginecólogos; no había lugar para los profesionales del ejercicio físico y el deporte. Además, había una clara dicotomía entre lo que hacían estos profesionales con lo que recomendábamos nosotros. Una reunión con el Dr. Caufriez me sirvió para explicarle y convencerle de la imperiosa necesidad de llevar sus técnicas a mis colegas para la prevención, las mejoras estéticas, de rendimiento deportivo y la readaptación. En 2007 impartimos el primer curso de Hipopresivos en Palma de Mallorca. Desde entonces se han realizado cursos en diferentes países y son muchas las solicitudes de organizadores que desean divulgar este nueva aportación en el ámbito del ejercicio físico y la salud. Con la divulgación llegó la polémica Mi pasión por el ejercicio físico y por dar a conocer algo tan innovador me llevó a tratar este tema con mucho entusiasmo desde el primer momento. Busqué y publiqué todas las citas e investigaciones que clarificaban y apoyaban mi punto de vista. Esto suponía un imprescindible cambio de paradigma en la realización de los ejercicios abdominales que pretenden proporcionar unas mejoras estéticas y de salud. Aportar innovaciones que rompen con conceptos preestablecidos no es fácil y debe hacerse de forma no traumática pues los seres humanos somos reticentes a nuevos conceptos y menos a rectificar. Yo mismo creía que se puede pensar en sumar y no en cambiar. Ahora con la experiencia y conocimientos de que dispongo creo que es cuestión de tiempo e investigaciones, que apoyen las ya existentes, para sacar conclusiones. Mientras, recomiendo encarecidamente probar los ejercicios hipopresivos para verificar su eficacia en diferentes aspectos y las nuevas sensaciones que provocan. Esta recomendación va especialmente dirigida a las personas que, sin haber tenido una formación específica ni haber probado esta técnica suficiente y adecuadamente, dan gratuitamente una opinión sin ningún tipo de fundamento ni base. De la desconfianza al interés Ahora que se está aceptando la innovadora aportación que suponen las Técnicas Hipopresivas al Fitness, algunos de los colegas que eran reacios a entender la problemática que supone la realización de ejercicios abdominales para el periné de muchas mujeres y la ineficacia de los mismos para reducir el perímetro de la cintura, se niegan a aceptar que las técnicas hipopresivas puedan ser algo nuevo y le buscan sus orígenes en los ejercicios ancestrales del yoga o en ejercicios de culturistas de los 70. Algunos certifican que ellos ya vienen haciendo estos ejercicios desde hace años y no dudo de que hagan algo parecido aunque con muy distintos objetivos pero cuando visitas sus centros y gimnasios observas que sus alumnos siguen con las mismas ejecuciones de abominables abdominales clásicos. Me pregunto dónde estaban estas personas cuando yo buscaba ansiosamente la respuesta a la ineficacia y peligrosidad de los ejercicios abdominales. Hubiera pagado mucho por tener estas respuestas que ahora dicen que ya tenían. Para clarificar y ser justos con la historia, explicaré como el Dr. Caufriez encontró las Técnicas Hipopresivas a través de su dedicación a la reeducación uro-ginecologica. Se encontraba con mujeres con prolapsos (caída de órganos internos) y al hacer la exploración y palpar el interior de la vagina, observó como algunas mujeres hacían un movimiento de expansión torácica que reducía el prolapso y la cintura de forma refleja. A partir de esta indagación y de verificar que al tensar los serratos se abre la caja torácica por una relajación del diafragma, que esto supone un ascenso de los órganos internos y una activación del suelo pélvico y de la faja abdominal, el Dr. Caufriez buscó ejercicios, posturas y ejecuciones que potenciaran esta acción. Certificó con manómetros (medidores de presión) que ocurría con la presión cuando se activaba la musculatura de la faja abdominal y del suelo pélvico y creó su método. El Dr.Caufriez denominó primero Aspiración Diafragmática y posteriormente Gimnasia Abdominal Hipopresiva a una metodología que ha ido desarrollando, en función de investigaciones, experimentación y una gran base teórica. Su objetivo era muy claro, buscaba un método que lograra reducir el perímetro de la cintura, aumentar el tono muscular de la faja abdominal y del periné y ascender los órganos internos. Nunca nadie antes había pensado en estos objetivos ni buscado un método que los proporcionara. Los yoguis y los culturistas pueden tener unos métodos (Nauli, vacio abdominal,…) que puede tener unos parecidos con las técnicas hipopresivas pero nunca investigaron con una finalidad tan específica, con unas técnicas tan científicas, ni con los objetivos tan claros para proporcionar estas, tan específicas, mejoras estéticas y de salud. Tampoco tengo ninguna información de que alguien, antes que yo, se atreviera a poner en evidencia la peligrosidad e ineficacia de los ejercicios abdominales para lograr mejoras estéticas y de salud. La prueba de ello es que en los gimnasios, centros deportivos y en los deportes se siguen realizando los mismos ejercicios que se hacían decenas de años atrás, a pesar de la abundante información de su inutilidad y peligrosidad. También las revistas, libros e informaciones sobre ejercicios abdominales siguen siendo variantes o meras copias en color de los mismos ejercicios que se realizaban. Actualmente se encuentran muchas informaciones e investigaciones que clarifican esta problemática. Un estudio muestra que los ejercicios abdominales no reducen la cintura, no disminuyen el índice de grasa ni tampoco aumentan significativamente la fuerza concéntrica o excéntrica en este grupo muscular. Este estudio fue publicado en Octubre de 2009 en National Strength and Conditioning Association’s Journal of Strength and Conditioning Research. Fue realizado con 71 sujetos durante 11 semanas, divididos en dos grupos, uno realizaba ejercicios abdominales 3 días a la semana y otro 6. Los ejercicios estaban basados en la NSCA guidelines y consisitían en 3 series de 20 repeticiones de 6 ejercicios abdominales típicos (bent-leg crunches, straight-leg crunches, the bicycle maneuver, elevated leg crunches, vertical leg curl ups, long-arm crunches and crunches with legs straight and six-inches of the floor). Con 30 segundos de descanso entre serie. http://www.healthandfitnessadvice.com/tag/abdominal-training Son muchos los profesionales y amateurs que ven un necesario cambio en la realización de los ejercicios abdominales con el fin de obtener mejoras estéticas y de salud. Las Técnicas Hipopresivas buscan y logran específicamente reducir el perímetro de la cintura y aumentar el tono de la faja abdominal y del suelo pélvico. Fueron creadas para ello y las personas que las prueban verifican la eficacia y la imperiosa necesidad de incorporarlas en sus diseños de entrenamientos para lograr mejoras estéticas y de salud. Son un excelente complemento en las sesiones de Pilates, en las clases colectivas y un imprescindible sustituto de las abominables sesiones de abdominales. Piti Pinsach D.E.A. Morfología Médica Ldo. Ciencias de la Actividad Fïsica y el Deporte Profesor de la Organización Internacional de Neuromyostatica Miembro del Instituto Internacional del Deporte y de las Ciencias Aplicadas Miembro de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad Member of the Society of Anti-Aging Medicine [email protected]