ap4864-2016

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SALA DE CASACIÓN PENAL
M. PONENTE
: EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER
NÚMERO DE PROCESO
: 42720
NÚMERO DE PROVIDENCIA
: AP4864-2016
CLASE DE ACTUACIÓN
: ÚNICA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA
: AUTO INTERLOCUTORIO
FECHA
: 27/07/2016
FUENTE FORMAL
: Ley 600 de 2000 art. 138 Y 139 / Ley
1564 de 2012 art. 1, 127 a 131, 134
inc. 2 / Ley 906 de 2004 art. 10
TEMA: NULIDAD - Trámite: no está previsto como incidente / NULIDAD Oportunidad procesal para invocarla: con posterioridad a la sentencia, no
procede en el ámbito penal
«Por efectos del principio de integración establecido en el artículo 25 de la Ley
906 de 2004, es dable acudir a otros ordenamientos procesales que no repelen
con la naturaleza del procedimiento penal con el fin de llenar los vacíos
normativos que deban subsanarse.
[…]
Uno de esos ordenamientos procesales que no se contraponen al
procedimiento penal es el Código General del Proceso - Ley 1564 de 2012 -,
vigente desde el 1º de enero de 2014, el cual autoriza su aplicación, además
de los trámites civiles, comerciales, de familia y agrarios, “a todos los asuntos
de cualquier jurisdicción o especialidad […] cuando no estén regulados
expresamente en otras leyes”. (Art. 1º).
Los artículos 127 a 131 del Código General del Proceso regulan de manera
general los incidentes, estableciéndose que sólo se tramitaran como tal los
asuntos que la ley expresamente así señale (Art. 127).
[…]
El trámite de las nulidades no fue previsto de manera expresa dentro de
aquellos asuntos que deben proponerse, gestionarse y decidirse a través de
un incidente acorde al artículo 127 ibídem.
Sumado a lo anterior, y a pesar de que el artículo 134 del Código General del
Proceso prevé que las nulidades podrán alegarse en cualquiera de las
instancias antes que se dicte sentencia o con posterioridad a esta, si
ocurrieren en ella, evento último invocado por el defensor, lo cierto es que la
misma norma señala los momentos en que puede invocarse la causal
invalidante cuando se trata de sentencias contra las que no procede recurso
alguno, que no corresponden a un incidente procesal en estricto sentido, sino
a actuaciones subsiguientes propias de algunos procesos civiles como la
entrega de bienes o la ejecución de la sentencia, trámites ajenos al proceso
penal.
En efecto, el inciso 2º del artículo 134 del C.G.P señala que la nulidad
“originada en la sentencia contra la cual no proceda recurso, podrá también
alegarse en la diligencia de entrega o como excepción en la ejecución de la
sentencia, o mediante recurso de revisión, si no se pudo alegar por la parte
en las anteriores oportunidades”.
En este orden de ideas, improcedente resulta igualmente el incidente
propuesto dado que el debate sobre la nulidad de la sentencia no fue previsto
como uno de los temas a resolverse a través de incidente procesal y las
oportunidades posteriores al fallo que para el efecto ofrece el estatuto general
de procedimiento no resultan compatibles con el proceso penal definido en la
Ley 906 de 2004, por lo que la solicitud incidental debe rechazarse».
SENTENCIA - Nulidad: no puede decretarse por el juez que la emitió
«Tampoco resulta procedente la propuesta del actor para que la Corte anule
la sentencia de oficio, pues tal proceder lo prohíbe expresamente el inciso final
del artículo 10º del C. P. P. al disponer que “El juez de control de garantías y
el de conocimiento estarán en la obligación de corregir los actos irregulares
no sancionables con nulidad, respetando siempre los derechos y garantías de
los intervinientes.” (Negritas fuera del texto original).
En el mismo sentido, el Código General del Proceso permite que el mismo
funcionario judicial decrete la nulidad de las actuaciones irregulares con
trascendencia en cualquiera de las instancias, siempre que ello ocurra con
anterioridad a la emisión de la sentencia.
La interpretación gramatical y lógica de esta disposición lleva a dos
conclusiones, i- que las nulidades procesales se pueden decretar de oficio
hasta antes de dictar sentencia, y ii- el juez no tiene la facultad de anular su
propia sentencia.
Esta última regla se muestra pertinente con la necesidad de salvaguardar
valores constitucionales de especial trascendencia como son la cosa juzgada,
la seguridad jurídica, y la prohibición de revocar o reformar las sentencias
prevista en el artículo 285 del C.G.P.
Ahora, siendo el proceso penal un sistema de partes, a ellas les asiste la
potestad de activar estos medios de control procesal atendiendo los especiales
intereses que representan, de ahí que el Legislador haya dispuesto que al juez
le obliga corregir los actos irregulares siempre que no conlleven como sanción
su anulación, salvo los casos de prueba ilícita como lo reconoció la Corte
Constitucional en sentencia C - 591 de 2005.
Pero hay algo más, el artículo 134 del C.G.P., que regula el trámite y la
oportunidad que tienen las partes para proponer nulidades, no se extiende al
juez dado que el inciso primero establece que “Las nulidades podrán
alegarse”, lo que permite inferir que esa atribución es de las partes y no del
funcionario judicial.
Esta misma conclusión se obtiene al analizar el inciso 2º del mismo artículo,
que dispone que la nulidad “originada en la sentencia contra la cual no
proceda recurso, podrá también alegarse […]”».
SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Principio de congruencia: variación de la
calificación jurídica por el juez, procedencia
«De aceptarse que el incidente propuesto resulta viable y que el juez está
autorizado para decretar oficiosamente la nulidad de sus propios fallos, la
Sala no otea vulneración alguna de los derechos fundamentales del procesado
que justifiquen la adopción de esta medida extrema, pues la sentencia
cuestionada se adoptó con total acatamiento de la garantía de congruencia
que debe existir entre la acusación y la sentencia, aspecto que fue
ampliamente motivado en las consideraciones del fallo (folios 19 a 28),
respetándose así la línea jurisprudencial que la Corte ha construido en torno
a la posibilidad de emitir sentencia condenatoria por un delito de calificación
jurídica diferente al señalado en el acto de la acusación, siempre y cuando se
trate de la misma conducta y se profiera contra la misma persona acusada,
es decir, respetándose las identidades personal y fácticas (delito del mismo
género y de menor entidad) que caracterizan el principio de congruencia, línea
de pensamiento que fue explicitada en la misma decisión.
Asimismo, se garantizó el derecho a la defensa tanto material y técnica. En
efecto, el acusado y su defensor conocieron del escrito de acusación
oportunamente, tuvieron la posibilidad de solicitar pruebas, participaron en
el debate público a través de la presentación de alegato de apertura,
confrontaron la prueba aducida y finalmente el apoderado presentó, sin
limitación alguna, las alegaciones conclusivas que consideró pertinentes.
Precisamente, en los alegatos de clausura el defensor exteriorizó argumentos
fácticos y jurídicos para demostrar que la conducta realizada por su asistido,
consistente en reasignar manualmente las investigaciones que se
adelantaban en contra del ex alcalde de Tumaco Nilo del Castillo Moreno,
constituían delito de abuso de función pública y no de prevaricato por acción,
pues reconocía que tal facultad era exclusiva del Fiscal General de la Nación,
advirtiendo que a esa conclusión había llegado la Corte en decisión emitida
en el proceso radicado 39279, cuestionando la calificación jurídica que al
comportamiento había dado el órgano requirente.
De manera que habiéndose debatido durante el juicio oral la denominación
jurídica que debía darse a la conducta atribuida al sentenciado, actuar
indebido que incluso aceptó la defensa, no se explica la Corte cómo se afirme
ahora que el acusado no estuvo en posibilidad de defenderse frente a esa
tipicidad, pues se insiste, el debate fue propuesto por el mismo defensor
incluso desde el alegato de apertura.
Finalmente, la sentencia cumple con los requisitos formales establecidos en
el artículo 162 del C.P.P., ofreciéndose los fundamentos fácticos, probatorios
y jurídicos para llegar a las conclusiones consignadas en la parte resolutiva,
guardando coherencia con el sentido del fallo emitido al finalizar el juicio oral».
JURISPRUDENCIA RELACIONADA:
Rad: C-591 | Fecha: 09/06/2005 | Tema: SISTEMA PENAL ACUSATORIO El juez no puede decretar de oficio la nulidad de la propia sentencia (NUEVO)
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