Conferencia General Octubre 1980 SED BUENOS SEGUIDORES Hermana Barbara B. Smith Presidenta General de la Sociedad de Socorro Mis queridos hermanos: He estado pensando en lo diferente que sería cada uno de nuestros hogares, si nosotras como mujeres aceptáramos y siguiéramos los sabios consejos que se nos han dado esta mañana; si respondiéramos a dichos consejos con todo nuestro ser; no con una actitud sacrificada, o sólo porque es nuestro deber, sino impulsadas por la devoción al Señor. Si así fuere, lo haríamos de todo corazón, con fe, alegría y entusiasmo. Recuerdo una conversación que tuve con el presidente Kimball. El había estado leyendo otra vez la historia de José que había sido vendido a Egipto, y me comentó que José había sido "un gran maestro del programa de bienestar". Desde ese día, al releer la historia de José, me han llamado más la atención sus grandes cualidades espirituales y su inteligencia, las cuales hicieron de su experiencia una de las más grandes historias eclesiásticas del plan de bienestar. Recordemos las circunstancias que llevaron a José a Egipto como esclavo, el tiempo que pasó en la casa de Potifar como mayordomo; la prueba de su fe durante el injusto encarcelamiento; la interpretación de los sueños que finalmente lo llevó a ocupar el cargo más alto del gobierno de Faraón. Recordemos la obediencia de José a la advertencia del Señor de que vendrían años de hambre, para que el país no pereciera. Durante los siete previos años de abundancia "recogió José trigo como arena del mar"' para los siguientes siete años. (Gn. 41:49.) Notemos los acontecimientos que se sucedieron para traer a los hermanos de José a rogarle alimento, ya que él era el único que podía salvarlos. Imaginemos el momento emocionante en que José reveló a su familia su verdadera identidad. Y por último, tengamos presente la vida disciplinada de José que permitió que su fe absoluta en el Señor, su resistencia y el amor que sentía por su familia maduraran y llegaran a su culminación. Nosotras, las mujeres de la Iglesia, podemos ser como José en nuestra fe, en nuestra obediencia a las instrucciones del Señor recibidas a través de sus líderes. En esta época de incertidumbre internacional, de dificultades económicas mundiales e inflación veo la necesidad de que la Sociedad de Socorro tenga más participación, en los asuntos de bienestar, y que los miembros apliquen sus principios de una manera más eficaz. Nuestra organización ya se ha puesto en movimiento para obtener, mayores y mejores resultados de los servicios de bienestar. El primer paso se tomó en abril de 1979 cuando el presidente Ezra Taft Benson anunció el establecimiento de consejos Conferencia General Octubre 1980 del sacerdocio en todos los niveles del gobierno de la Iglesia. En octubre del año pasado, se explicó la función de la Sociedad de Socorro en estos consejos del sacerdocio. Nosotras instruimos a las líderes de la Sociedad de Socorro en cuanto a lo que debían hacer, y según se nos informa, esas instrucciones ahora están poniéndose en práctica. Como resultado, el sacerdocio y la Sociedad de Socorro pueden trabajar mejor juntos. Hace unos meses, la Sociedad de Socorro dio otro paso adelante con el fin de llevar a cabo sus responsabilidades y de contribuir, con más eficacia al programa de bienestar adoptando un nuevo plan administrativo para utilizas, mejor la colaboración de las mesas directivas de barrio y rama. Cada una de las hermanas miembros de la mesa directiva, bajo la dirección de las presidentas de barrio o estaca, recibe una, asignación específica para que ella pueda servir de fuente de recursos a su presidencia en el planeamiento, selección de metas y cumplimiento de dicha tarea. La hermana de la mesa directiva encargada de bienestar, bajo la dirección de la presidenta, debe aprender todo lo relacionado con el bienestar y ayudar a la presidencia: 1. En la interpretación de las instrucciones de los servicios de bienestar, estudiando, compilando y evaluando la información que obtenga. 2. En el proceso de descubrir nuevas fuentes de información, familiarizándose con las que existan en la Iglesia y en la comunidad. 3. En una mejor comprensión del programa; reuniéndose regularmente con la presidencia para hablar de la función de la Sociedad de Socorro en los servicios de bienestar. 4. En establecer metas de corto y largo plazo en una entrevista con la presidenta. 5. En llevar a cabo los planes que se han aprobado y modificándolos cuando se le solicite. Al ayudar a llevar a cabo los planes aprobados del programa de bienestar esta hermana coordina su trabajo con el de los demás miembros de la mesa directiva. Su asignación es la de aumentar el alcance de la presidenta y sus consejeras, sin asumir sus responsabilidades respectivas, sin reemplazarlas en los comités de los Servicios de Bienestar, ni encargarse de los asuntos confidenciales. La presidencia trabaja bajo la dirección de los líderes del sacerdocio. Confiamos que esta nueva asignación fortalecerá y extenderá Ya capacidad de la Sociedad de Socorro de atender las responsabilidades de la estaca o del barrio dentro del plan de bienestar. Pedimos que las presidencias de la Sociedad de Socorro se familiaricen con el sistema de almacenes de provisión, y que aprendan a llenar los formularios de pedidos correctamente y con sensibilidad. La presidenta de la Sociedad de Socorro debe llenar por completo el formulario antes que el obispo lo firme. Las dos firmas aseguran que Conferencia General Octubre 1980 los dos están de acuerdo con la cantidad y la clase de artículos que se solicitan, y de que no se utilizan indebidamente los recursos de la Iglesia. Metas futuras: Como líderes de la Sociedad de Socorro, esperamos que ésta sea una era de mayor actividad en nuestra responsabilidad concerniente al programa de bienestar. Hay una meta que quisiéramos pedir a todas las hermanas que trataran de alcanzar y la damos como una guía tanto para las líderes como para los miembros de la Sociedad. Les pedimos, en esta época de inflación y de problemas de dinero, tan difícil para todos, que pongamos en práctica en su totalidad los principios de la "vida próvida". Aconsejamos a las hermanas a economizar de formas creativas tales como las siguientes: 1. Intercambiando servicios, en lugar de dinero; intercambiando verduras y frutas que hayan cosechado; intercambiando instrumentos musicales, libros, uniformes, etc. 2. Aprendiendo a cultivar mejor el huerto y a guardar las semillas de un año para otro, tomadas de las mejores plantas. 3. Ahorrando tiempo y dinero organizando el hogar de manera que sea un centro eficiente de trabajo y almacenamiento y evitando comprar alimentos semipreparados para hacer la comida. Esto quiere decir que to as nosotras tendremos que utilizar inteligentemente los recursos que tenemos al alcance no sólo para nuestro diario vivir sino también para el futuro. Administremos mejor nuestros recursos económicos. El primer paso, tal vez, deba ser preparar un presupuesto que sea adecuado para nuestro caso en particular; que además de cubrir los gastos y cuentas que debemos, tales como comida, alquiler, doctores, etc., debe incluir un fondo para ahorros, aunque sea al principio muy poco. En un interesante libro que leí titulado: El hombre más rico de Babilonia, se cuenta que un pobre escriba quería comprarle a un hombre rico la fórmula de su éxito económico. El babilonio le dio una respuesta muy simple: "Es más fácil remediar el problema de tener la cartera casi vacía que soportarlo . . . Aprende a hacer que tu dinero trabaje para ti; hazlo tu esclavo. Paga por lo que comes y por lo que vistes pero también págate a ti mismo." Seamos prudentes en nuestro hogar; planeemos mejor las comidas, seamos mejores amas de casa. Aprendamos a coser de tal forma que nuestra ropa parezca hecha por un sastre o una modista profesional, y también aprendamos a mantener nuestra ropa en buenas condiciones. Seamos creativas en el arte culinario y que sea una de las mejores experiencias hogareñas. Sé que muchas mujeres ya lo hacen. Conozco una familia a quien les encanta comer juntos. Conferencia General Octubre 1980 A los hijos les gusta traer a sus amigos a comer porque la madre es una excelente cocinera y siempre sirve la comida en una mesa bien puesta. A la hora de la comida los padres siempre tratan de hablar de temas placenteros con los hijos. Es precisamente en la cocina donde la madre demuestra ser una ama de casa providente. Cuando prepara los alimentos, cocina más de lo que necesitan para poder guardar para otro día. Usa su inventiva cuando cocina: Hace caldo de huesos o carne y sopas nutritivas de arvejas secas, cebolla, minestrón, consomé, etc. Luego sirve la carne como plato principal y lo adorna con hierbas o salsas. Acompaña la carne con verduras nuevas para hacerla más nutritiva y satisfaciente. A veces prepara gallina y luego con ella hace sopa o ensalada o sándwichs. Esta ama de casa usa todas las partes del ave que muchas personas tiran, como por ejemplo los pescuezos, las alas y otras partes que no son muy carnosas, y con ellas hace caldo para los días siguientes. Utiliza todas las frutas y verduras y las hierbas aromáticas que ha plantado en su huerto y repara la comida: "para agradar la vista como para alegrar el corazón . . . para gustar y oler, para vigorizar el cuerpo y animar el alma" (D. y C. 59:18-19). Esta ama de casa tiene un espíritu creador y alegre, que le permite vivir de una forma próvida y vivir una vida mejor. Ella entiende, como todas nosotras debiéramos, que la vida se compone de acciones pequeñas. Para ahorrar en la alimentación tenemos que gastar menos centavos aquí y allá. Para achicar el presupuesto de la ropa tenemos que repararla (arreglarla), puntada por puntada. La casa se arregla con un clavo aquí y otro allí. Un hogar providente no se consigue por arte de magia sino que llega a serlo por medio de "pequeñeces" que se hacen bien día tras día. Una vez que nos demos cuenta del verdadero propósito, lograremos alcanzarlo paso a paso. Es importante que nos demos cuenta de la relación entre lo pequeño y lo grande. Nosotras, como mujeres de la Iglesia, debemos hacer que nuestra vida sea providente y feliz, tratando de alcanzar esta meta con innovación y agradecimiento; veamos cómo nuestra inventiva puede elevar el nivel de vida y no reducirlo; al ser providentes no tenemos porqué volvernos avaras, ni egoístas. Tenemos muchas exhibiciones en el edificio de la Sociedad de Socorro; os invitamos a venir a verlas. Que seamos maestras de los principios de los servicios de bienestar cuando asistimos a las reuniones de los consejos del sacerdocio y cuando servimos en este importante trabajo de bienestar. Que podamos todas trabajar juntas con la guía de líderes escogidos del sacerdocio, como José proclamó en la antigüedad: "para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación" (Génesis 45:7). Lo ruego en el nombre de Jesucristo. Amén.