La Comisión decide emprender acciones legales contra España

IP/97/577
Bruselas, 30 Julio 1997
La Comisión decide emprender acciones legales contra España,
Portugal, Grecia y los Países Bajos en relación con la legislación
sobre el agua
La Comisión Europea ha decidido emprender acciones legales contra
España, Portugal, Grecia y los Países Bajos por incumplimiento de la
legislación comunitaria sobre el agua. En el caso de España, se trata de la
directiva sobre contaminación producida por nitratos utilizados en las
actividades agrícolas; en el caso de Portugal, se trata tanto de la directiva
sobre aguas residuales urbanas como de la de aguas de baño. En cuanto
a Grecia y los Países Bajos, se trata de la directiva sobre contaminación
del agua por sustancias peligrosas.
En el caso de España, la Comisión ha decidido notificar un dictamen motivado
en relación con la directiva comunitaria sobre nitratos (Directiva 91/676/CEE del
Consejo relativa a la protección de las aguas contra la contaminación producida
por nitratos utilizados en la agricultura), que va dirigida a reducir y evitar la
contaminación del agua producida por los nitratos utilizados en las actividades
agrícolas e impone a los Estados miembros la obligación de realizar controles
de las aguas superficiales y subterráneas, identificar las zonas vulnerables y
establecer planes de actuación para tales zonas con el fin de controlar la
contaminación por nitratos. También exige a los Estados miembros transmitir
cada cuatro años a la Comisión un informe sobre su aplicación. La decisión de
la Comisión contra España viene motivada por la omisión por parte de este país
de identificar las zonas vulnerables y de establecer planes de actuación para
tales zonas, así como por no haber transmitido a la Comisión el informe de
aplicación preceptivo.
En cuanto a Portugal, la Comisión ha decidido incoar procedimiento de
infracción contra este país ante el Tribunal de Justicia Europeo por omisión a la
hora de adoptar la legislación nacional necesaria para transponer la directiva
comunitaria sobre aguas residuales urbanas (Directiva 91/271/CEE del Consejo
sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas), que va dirigida a
proteger el medio ambiente contra los vertidos de aguas residuales urbanas, en
concreto obligando a las ciudades, poblaciones y localidades a cumplir unas
normas mínimas para la recolección y el tratamiento de las aguas residuales
hasta unas fechas máximas establecidas en la directiva. La legislación nacional
tenía que haberse adoptado en junio de 1993.
La Comisión también ha decidido notificar a Portugal un dictamen motivado por
incorporación improcedente a su Derecho nacional de la directiva sobre aguas
de baño (Directiva 76/160/CEE del Consejo relativa a la calidad de las aguas de
baño), que va dirigida a garantizar que las aguas de baño reúnan determinados
requisitos mínimos de calidad, estableciendo una serie de normas comunitarias
y obligando a los Estados miembros a realizar controles periódicos de la calidad
de estas aguas. La decisión de la Comisión contra Portugal viene motivada por
la omisión por parte de este país de ajustarse a las normas de calidad en el
caso de numerosas aguas de baño, la omisión de realizar los controles
preceptivos y la omisión de aplicar la directiva a suficientes áreas de baño de
aguas interiores.
En el caso de Grecia y los Países Bajos, la Comisión ha decidido incoar sendos
procedimientos de infracción contra estos países ante el Tribunal de Justicia
Europeo por incorporación improcedente de la directiva dirigida a reducir la
contaminación producida por determinadas sustancias peligrosas (Directiva
76/764/CEE del Consejo relativa a la contaminación causada por determinadas
sustancias peligrosas vertidas en el medio acuático de la Comunidad) y que
obliga a los Estados miembros a poner en marcha planes de reducción de la
contaminación de dichas sustancias con arreglo a determinados objetivos de
calidad vinculantes. Ni Grecia ni los Países Bajos han definido tales objetivos
de calidad.
Las decisiones mencionadas ponen de manifiesto el firme compromiso de la
Comisión para garantizar que se establezcan debidamente las medidas
legislativas y prácticas necesarias para reducir la contaminación del agua en
toda la Unión.
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