interés suscitado por el trato con los hombres (afectivo), ya que mientras el Interés vinculado con el conocimiento es “empírico”, “especulativo” y “estético”, el Interés del amor por el prójimo es “simpático”, “social” y “religioso”, y no obstante fundamentar Herbart la pedagogía en la unidad entre conocimientos, sentimientos, afectos y deseos, dicha pedagogía se distorsionaría al quedar en manos de los intereses del Estado. “De esta manera, tras los pasos de Hegel, consideran a la individualidad humana expresada en el tiempo y en la historia por la conciencia universal, que en acto se traduce a través de la voluntad soberana del Estado, a cuyos designios los individuos, simplemente partes, deben subordinarse. Si bien es cierto que en este último aspecto el pensamiento de Herbart difería, puesto que interpretaba la realidad como una pluralidad de seres singulares, de individuos reales, los resultados no cambiaron fundamentalmente. La pedagogía, sus fines, su filosofía en una palabra, terminó por identificarse con los fines del Estado, con su filosofía”916 El Método de la Pedagogía de Herbart consiste en marchar por el camino natural de lo concreto a lo abstracto, del objeto al concepto, del interés a la apercepción, de la apercepción a la reflexión y, en últimas, del espíritu en progresión constante hacia la adquisición de las nociones abstractas y generales, procurando en primer término despertar el Interés múltiple de todos los intereses, desechando todo modo de educación que desarrolle una sola forma de Interés. Con base en el desarrollo de todas las formas de interés o “interés múltiple”, el maestro debe preocuparse por preparar con claridad su lección, vinculando los temas a tratar con la experiencia del niño, de tal manera que si el niño no sabe nada del desierto o del mar, pero sabe de las montañas, entonces se le pregunta todo lo que sabe sobre las montañas y luego por asociación y sistematización termina hablándose del desierto y del mar. Así, la Enseñanza marcharía por su vía natural “de la idea a la acción”, según sean el Interés, la Atención, la Sensación, la Apercepción, el Sentimiento, el Deseo y la Voluntad. “Herbart ha procurado fijar la marcha de las ideas que van de las intuiciones de las realidades concretas a los conceptos, pasando por el análisis (preparación), la síntesis (exposición, presentación de cosas nuevas), la comparación (asociación), la abstracción o generalización (sistema, principio, ley, regla) y la aplicación de los conocimientos adquiridos (ejercicios orales y escritos), a las necesidades ordinarias de la vida”917 También serían predecesores de ese re-equilibrio entre “cognición” y “afectos” o interrelación recíproca “cognitiva-afectiva”, Herbert Spencer (1820-1903) que reclama incluso un mayor desarrollo de lo corporal sobre lo mental y John Dewey (1859-1952) que funda su propuesta pedagógica en el hecho de que la vida mental del niño no constituye su todo, puesto que el niño no vive exclusivamente en un mundo de meros hechos e ideas abstractas, sino en un ambiente en el que todo es simpatía y afecto. El pedagogo Federico Fröbel (1782-1852), basado en los lineamientos psicopedagógicos de Herbart, es el primero en considerar la Educación como un hecho concreto que se realiza con un ser concreto: el Niño. Su liberalismo pedagógico parte de una concepción del hombre y la sociedad donde el niño no es bueno ni malo, donde todos los hombres nacen iguales y son potencialmente iguales durante la niñez, razón por la cual la pedagogía no debe pretender cambiar ni liberar al hombre, sino educar al niño para que por sus propios medios llegue a forjarse como hombre, abriéndose su propio camino; donde la responsabilidad de la sociedad se limita a suministrar unas posibilidades de educación similares y comunes a todos, pero cada quién es responsable de sus individuales éxitos o fracasos. El acento de su pedagogía está puesto en el desarrollo de un niño que siempre está en formación y desarrollo espontáneo, motivo por el cual el recurso didáctico más apropiado sería la implementación gradual de juegos, fundamentado esto en que el juego es la primera manifestación humana de la capacidad de trabajo. El niño debería acondicionarse gradualmente, mediante la realización progresiva de ciertos juegos, hacia la transición al trabajo y actividad creadora. Por tanto, como la familia no sería la responsable de la escolarización del niño, no sería el Estado el llamado a cumplir con dicha función, sino los Kindergarten. 916 MERANI, Alberto L. Psicología y Pedagogía; Grijalbo, México, 1969, pág. 37 917 SPENCER, Herbert. La Educación Intelectual, Moral y Física; citado en “Rumbos de la Pedagogía Contemporánea” por Antoine Gilbert Rochefort, editorial centro, Bogotá, 1938, pág. 35 1032 Hacia una Pedagogía Holista