///la ciudad de San Isidro, a los 23 días del mes de diciembre de dos mil cuatro, se reúnen en Acuerdo los señores Jueces de la Sala Segunda de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial San Isidro, doctores DANIEL MALAMUD, ROGER ANDRE BIALADE y JUAN IGNACIO KRAUSE, para dictar sentencia interlocutoria en el juicio: "Peyras, Hernán Matías c/Nordelta Constructora SA s/escrituración" causa nº 95.635; y habiéndose oportunamente practicado el sorteo pertinente (arts. 168 de la Constitución de la Provincia y 263 del Código Procesal Civil y Comercial), resulta que debe observarse el siguiente orden: Dres. Krause, Bialade y Malamud, resolviéndose plantear y votar las siguientes: CUESTIONES 1ª ¿Es justa la sentencia apelada? 2ª ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar? VOTACION A la primera cuestión, el señor Juez doctor Krause dijo: 1°) La resolución de fs. 398, que desestima la excepción de incompetencia planteada, es apelada por la demandada a fs. 399, quien funda su recurso en el memorial de fs. 402/405, contestado a fs. 407/409. Básicamente se agravia por cuanto considera que en virtud del principio de la autonomía de la voluntad de las partes (art. 1197 del C. Civil), la sentenciante debió admitir la incompetencia, desde que aquéllas convinieron en la cláusula 17ª del contrato de compraventa anejo a fs. 98/108, someter las eventuales diferencias surgidas de la ejecución del contrato al procedimiento de mediación previa y/o al de arbitraje en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. 2°) Si las partes en el contrato establecen una cláusula compromisoria por la cual supeditan la resolución de las diferencias que surgieren en la ejecución de aquél al procedimiento arbitral, es claro que los contratantes desplazan la competencia del órgano judicial al que normalmente hubiese tocado la resolución de tales cuestiones (conf. Morello..., “Códigos...”, Tº II, pág. 510; CNCiv., Sala A, 3.6.76., ED. 69-374). En tal sentido, uno de los efectos propios de la cláusula compromisoria es el derecho a oponer la excepción de incompetencia, cuando se pretende ventilar la cuestión ante los jueces ordinarios (conf. Alsina, “Tratado...”, Tº VII, pág. 30; causa 55.346 r.i. 655/91; Cám. Nac.Civ., Sala “A”, 3-6-76). En principio toda cuestión entre partes -salvo la que no es susceptible de transacción- puede ser sometida a la decisión árbitros -por lo que no cabe hacer distingos entre cuestiones de hecho y de derecho (conf. CNCiv., Sala E, 21.5.76., JA. 1977-IV-76, cit. por Morello..., ob. cit., Tº IX, pág. 514). No obstante y aún cuando en la especie se pretenda el cumplimiento del contrato mediante la escrituración del inmueble y la entrega de la posesión -lo cual puede, apriori, ser materia de transacción y disponible para las partes-, lo cierto es que también se controvierte el pago del saldo del precio en términos que establece la legislación de emergencia económica, cuya constitucionalidad discute la demandada, no pudiendo someterse tal cuestión al arbitraje pactado, justamente por la emergencia declarada, ampliamente abarcativa, en la que inclusive el Estado interfiere en la relaciones privadas y se modifica el régimen cambiario con todos los efectos que ello trae aparejado (ley 25.561, dec. 214 y otras). Cierto es que la cláusula compromisoria acordada entre las partes constituye una convención contractual y a la misma deben someterse las partes como a la ley misma (art. 1197 del Cód.Civil). No obstante aquella debe interpretarse de acuerdo con lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión (art.1198 del Cód. Civil). Y si bien este principio impide dar por no querido lo que es usual querer (causa 55.806 del 29-5-92 de esta Sala) no es tal el caso de autos desde que el inusitado cataclismo económico, sucedido con posterioridad a la celebración del contrato, no permite considerar que haya sido voluntad de los contratantes dejar librado al juicio de árbitros, y enmarcada en la cláusula compromisoria, la interpretación de las leyes y normas de la emergencia dictadas en consecuencia. Así si bien hemos resuelto que la única limitación al juicio arbitral lo constituye la disposición contenida en el art.775 del C.P.C., debiendo la exclusión de cuestiones interpretarse con criterio restrictivo (causa 55.346 RSI 655-991, 29-10-91), cierto es también que, en el caso, no es dable interpretar que las partes libremente han sometido a decisión arbitral un tema absolutamente nuevo que ha convulsionado profundamente del esquema económico del contrato. Los cambios económicos operados y regulados en sus alcances por la legislación de emergencia (ley 25.561, dec. 214/02 y demás normas) inciden sobre los presupuestos que las partes tuvieron en cuenta al contratar y ponen en entredicho la libertad de determinar el contenido del contrato (Lorenzetti, Ricardo Luis, “La emergencia económica y los contratos”, pág. 214 y ss., Rubinzal- Culzoni editores) He de agregar que para dilucidar cuál ha sido la intención de las partes o su voluntad contractual deben valorarse no sólo los hechos anteriores y concomitantes a la celebración del contrato sino además las conductas asumidas por ellos con posterioridad; la interpretación de un acto jurídico está condicionada por las circunstancias anteriores, simultáneas y posteriores que la rodean (CSJN.,e.d. 8-36; Causa 55.978 del 17-3-92, 95.737 del 28-10-2004 de esta Sala). En tal entendimiento no pude dejarse de tener en cuenta que –tal como lo señala la actora al contestar el memorial- fue la hoy apelante quién en la escritura frustrada del 2-12-2002, en definitiva, supeditó la resolución de la controversia al reajuste equitativo del saldo de precio a determinar en sede judicial (fs.356). 3°) Por lo demás y aun cuando se admitiera que la competencia del tribunal arbitral puede involucrar la interpretación de una norma constitucional (Morello, “¿pueden los árbitros declarar la inconstitucionalidad de las leyes”, E.D. t.198 pág.467; Bianchi, R. “Competencia arbitral para decidir sobre la constitucionalidad”, JA. 2003-IV-75), corresponde entender, en última instancia, a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, para unificar la interpretación constitucional que es la esencia del recurso extraordinario (CSJN, Fallo 272-323, citado por Falcón, “Código…” t.IV, pág. 616). Si como en el caso los contratantes han renunciado a apelar o solicitar la revisión del laudo arbitral por cualquier tribunal de justicia, tal recurso extraordinario de inconstitucionalidad no es posible (art. 798 del C.P.C., Falcon, op.cit. pág. 758). Así entonces en la consideración de cuál ha sido la intención de las partes al concertar la cláusula compromisoria, a la luz de la doctrina del art. 1198 del Cód.Civil, es impensable que hayan incluido en ella la inconstitucionalidad de las leyes de emergencia tal como lo ha planteado el apelante. Menos aun puede entenderse que las partes hayan renunciado al recurso extraordinario de inconstitucionalidad, vedando así la intervención del máximo Tribunal interprete de la Constitución, en temas como el de la “pesificación”, cuestión ésta ampliamente controvertida y sensible al orden económico y social de la Nación. Voto por la afirmativa. A la misma cuestión, los señores jueces doctores Bialade y Malamud por iguales consideraciones, votaron también por la afirmativa. A la segunda cuestión, el señor Juez doctor Krause dijo: Dada la forma como se ha resuelto la cuestión anterior, corresponde confirmar la resolución apelada, con costas en esta Alzada a la demandada vencida (arts. 68, 69 del C.P.C.C.). Se difiere la regulación de honorarios para su oportunidad legal (art. 31 de la ley 8904). ASI LO VOTO A la misma cuestión los señores Jueces doctores Bialade y Malamud por iguales motivos votaron en el mismo sentido. Con lo que terminó el Acuerdo, dictándose la siguiente: SENTENCIA Por ello, en virtud de las conclusiones obtenidas en el Acuerdo que antecede y de los fundamentos expuestos en el mismo, se confirma la resolución apelada, con costas en esta Alzada a la demandada vencida (arts. 68, 69 del C.P.C.C.). Se difiere la regulación de honorarios para su oportunidad legal (art. 31 de la ley 8904). Reg. y dev.