Los sueños Por el Dr. H. Spencer Lewis, F. R. C. Muchos de nuestros miembros nos escriben acerca de sueños inusitados que tienen a veces, o sobre algún sueño notable que tuvieron en el pasado y que luego resultó ser más o menos profético. Estos miembros desean saber si nosotros podemos arrojar alguna luz sobre sus sueños y decirles el significado de las cosas que vieron o sintieron cuando soñaban. Es una idea común pero errónea, la de que todos los sueños son místicamente significativos o tienen realmente una índole profética. Antes de abordar la causa probable de los sueños y "la materia de que están hechos," yo quisiera llamar vuestra atención sobre la circunstancia de que a través de todas las edades, los sueños han desconcertado e intrigado al hombre. Los más antiguos escritos místicos indican que el hombre primitivo se horrorizaba frecuentemente por sueños de cualquier clase, y como sabía tan poco acerca de la mente y de sus actos, del cerebro y de sus peculiaridades, estaba seguro de que las experiencias por que pasaba en sus sueños eran o satánicas o divinas, y estaba convencido de la posibilidad de qué durante el estado de sueño tuviera un carácter diferente del de su estado de vigilia y de que probablemente salía fuera de su cuerpo físico y vagaba a todo lo ancho del mundo. Los sueños jugaron un papel muy importante en la vida de los Teutones, pero ellos atribuyeron mayor interés a aquellos sueños que pudieran interpretarse como proféticos. Los sueños que eran horripilantes o simplemente ridículos o divertidos, les merecían menos consideración; pero si, por cualquier esfuerzo de imaginación, podía parecer un sueño como una profecía de algún incidente que estaba por venir, era altamente estimado y recordado, y buscando luego en los asuntos diarios una réplica del sueño, llegaban ellos a adquirir una gran fe en la naturaleza profética de ciertos sueños. Desde luego, si tomáramos todos los sueños y eligiéramos entre estos aquellos que, por su verdadera naturaleza, pudieran ser proféticos de algún suceso de nuestra vida o de la vida de otros, o de los negocios de la Nación, y luego observáramos cuidadosamente nuestros propios asuntos y los de la Nación, encontraríamos seguramente muchos incidentes que pudieran considerarse como réplicas de los sucesos que seleccionamos. De esa manera, estaríamos construyendo un edificio falso sobre una premisa artificial. Muchos de los antiguos creían que las revelaciones provenientes de varios dioses llegaban a ellos a través del agente de los sueños, y durante la Edad Media la creencia de que los sueños eran revelaciones divinas de alguna clase, llegó a formar parte de las doctrinas cristianas. En la Edad Media el arte de interpretar los sueños no siempre estuvo relacionado con poderes mágicos o con cualquier actitud mental o espiritual poco corriente por parte del intérprete. Indudablemente, ciertas personas parecían ser más aptas para interpretar los sueños, y siempre se las miraba como oráculos místicos. Sin embargo, generalmente el intérprete era una persona con una conocida actitud filosófica respecto de la vida, y con un vasto conocimiento de la naturaleza y de los sucesos humanos. Podemos observar, al revisar las interpretaciones de sueños famosos, tales como aparecen en muchos viejos libros, que los intérpretes eran simplemente estudiantes perspicaces de los sucesos humanos y que tenían la clase de mentalidad que permite pronosticar lógicamente el resultado de ciertas tendencias del presente. Para estas personas, oráculos por la reputación no más, y que mantenían la posición que ocupaban gracias a las ganancias y honores que probablemente se les acordaban, era imprescindible observar cuidadosamente la ley del término medio, las tendencias generales del esfuerzo humano y la ley de las coincidencias en todas las direcciones. Aun los asuntos de las vidas de aquellos que eran sus principales sostenedores, eran cuidadosamente estudiados y anotados, y así, cuando una de estas personas les preguntaba acerca de la interpretación de un sueño, el oráculo recurría a sus conocimientos de las tendencias de los asuntos y pronosticaba segura y sagazmente ciertos inevitables acontecimientos futuros. Asimismo, por la ley del término medio, muchas de estas predicciones se cumplían y de esa manera su reputación crecía y la creencia en la naturaleza profética de los sueños llegó a establecerse. Leemos en el "Laxdale Saga" que Gudrún no recurrió a ningún brujo o "Poseso", sino al gran Gest el Sabio, para la interpretación de su sueño, porque este oráculo era universalmente reconocido como un experto en estas materinas. Y leemos también en el "Heimskringle" que el Rey Halfdan el Negro consultó a su sabio oráculo y consejero respecto de sus sueños y encontró que existían creencias comunes acerca del significado de ciertas cosas de los sueños. Por ejemplo, en la "Canción de Atli" encontramos que Gudrún interpreta como pronóstico de fuego el haber soñado con hierro, y uno de los personajes de este poema declara que el sueño de su mujer con un oso polar presagiaba una tormenta proveniente del este. La creencia general en estos símbolos proféticos de los sueños dio por resultado más tarde la preparación de libros de sueños y diccionarios de sueños, muchos de los cuales se reeditan en nuestros días y se venden, sobre todo, entre esa hojarasca de literatura ocultista que se ofrece a aquellos que sienten que ha llegado el tiempo de zambullirse en el tema del misticismo y luego vuelven a la superficie con su ardor e interés notablemente enfriados. Es lamentable que tanta bagatela sea de tan fácil acceso a aquellos investigadores que sólo andan buscando material de lectura mística. Muchos estudiantes en potencia de las más altas cosas de la vida se alejaron del sendero de su investigación original por el triste despertar de lo que creyeron que era sólo una ilusión. El estado de sueño Los sueños, por otra parte, son interesantes desde varios puntos de vista, y no es el hombre la única criatura que sueña sino, ciertamente, la única, entre todas las criaturas, que puede usar el sentido común en relación con su interpretación de los sueños. El puede darse cuenta, primero que todo, de que el simple hecho de que los sueños sean posibles en la conciencia o mentalidad del hombre, es una gran prueba de la facultad que el hombre tiene de extraer del almacén de la memoria ciertos hechos conexos. Es esto precisamente lo que ocurre durante el estado de sueño. Decimos que hay un estado de sueño, porque deseamos que os déis cuenta de que el estar dormido no es siempre el estado de sueño y que, de hecho, quizá se está más ligeramente dormido cuando se sueña, que en cualquier otra momento. Por otra parte, no todas las etapas de sueño liviano son estado de sueño. No sabemos qué es lo que constituye exactamente el estado de sueño y preferimos ser perfectamente francos acerca de esto en vez de ofrecer nuestras hipótesis como hechos científicos, tal como ocurre con muchos libros dedicados a esta materia. Sin embargo, es una condición fronteriza, muy semejante al "estado intermedio de conciencia" durante el cual se ponen de manifiesto muchas formas de funcionamiento psíquico. Indudablemente, es un estado durante el cual las cosas recordadas y las impresiones registradas en la memoria subjetiva pasan fácilmente a la conciencia objetiva, a través de la línea limítrofe que es frecuentemente un velo entre las dos cámaras de la conciencia. Registro de impresiones Sabemos, desde luego, que todas las impresiones registradas permanecen en la memoria subjetiva como una inscripción permanente, y sabemos también que no todas las impresiones recibidas por la vista, oído y otras facultades sensoriales del cuerpo, se registran en nosotros. Sólo son registradas aquellas cosas que llaman nuestra atención lo suficientemente para que concentremos en ellas nuestra conciencia, y este registro pasa automáticamente a los archivos indelebles de la memoria. Aún aquellas cosas que han sido impresas y registradas de esta manera no se des- tacan fácilmente. Debe recurrirse a un proceso de asociación de ideas o a una selección de la clave apropiada para descubrir la clasificación de las impresiones deseadas, y todos los sistemas de memorización de hoy procuran mostrarnos cómo podemos usar diversas claves o una combinación de claves en el proceso de memorizar y destacar hechos que se recuerdan. Durante el sueño, sin embargo, parecería simple la utilización de estas impresiones registradas, y tan fácil, que a menudo las impresiones parecen surgir de su lugar sepultado y olvidado y desfilar ante nuestra conciencia psíquica sin control o dirección. Como se afirmó antes, las impresiones registradas que se hallan almacenadas en la memoria permanente del ser subjetivo o psíquico están de tal modo clasificadas y ordenadas en índice según el asunto o en relación con éste, que para extraer cualquiera de estas impresiones de su bien protegido lugar, necesitamos la llave apropiada para recordarlas. Es esto muy semejante a ir a una biblioteca pública y consultar el índice, a fin de conocer el título preciso o el número de un libro que contiene la información específica que deseamos. Después de dar con este titulo o número, es cuestión muy simple localizar el libro y abrirlo para obtener la deseada información. Es cierto, desde luego, que respecto de muchos asuntos no es necesario tener el número o el título, pues podemos encontrar fácilmente el libro y la información mediante su clasificación general. Por ejemplo, en muchas grandes bibliotecas, hay libros clasificados bajo el título general de psicología, metafísica, Nuevo Pensamiento, etc., así como hay libros de astronomía, electricidad, magnetismo y asuntos semejantes. Si solamente se desea una información general sobre uno cualquiera de estos asuntos, no es preciso consultar el índice, sino simplemente elegir uno de los libros anotados bajo la clasificación general. Un ejemplo Si, por otra parte, se desea saber algo acerca de un incidente de las Cruzadas en el Siglo XII, o se desea conocer que parte de Africa es la más antigua, con relación al establecimiento de escuelas, tendría que consultarse el índice para ver si estos asuntos están tratados más completamente bajo el título de Cruzadas, o bajo el título de Historia de Francia en el Siglo XII, o bajo el de Historia eclesiástica; y para las otras cuestiones, tenemos que saber si un libro sobre escuelas, o sobre el progreso de la civilización en Africa, contiene la información particular que deseamos. Después de haber determinado cuál es la llave que debe usarse o, en otras palabras, después de haber encontrado a llave del título del libro apropiado que debemos consultar, es entonces cuestión muy fácil ir al sitio indicado de la biblioteca y tomar el libro. El uso de la clave en este sentido, se asemeja al uso del principio de las ideas asociadas, o de la asociación de ideas, para rescatar de la biblioteca de la memoria hechos recordados y registrados. Por ejemplo, si alguien nos pregunta qué hicimos el primer lunes de julio del año pasado, probablemente no podríamos responder durante algún tiempo, hasta que, mediante el análisis y buscando en un calendario, descubrimos que el primer lunes de julio fue el 4 de julio, día de fiesta nacional en esta país. Instantáneamente, esta fecha se convierte en una llave para las impresiones registradas en nuestra memoria, y con esta llave podemos abrir el libro apropiado e inmediatamente, quizás, recuperar de los rincones de la memoria las impresiones registradas de las cosas que ocurrieron precisamente en ese día. Todo el proceso de recuperar o de rescatar de la memoria hechos que están allí almacenados, se basa en el principio de la asociación de ideas, y notaréis que siempre que estáis tratando de recordar la dirección de alguien, un número de teléfono o cualquier otro dato en relación con una persona o lugar, generalmente os concentráis durante pocos momentos y excluís cualesquiera otras impresiones mientras procedéis a relacionar y asociar ciertas cosas a fin de lograr la llave del hecho que deseáis recordar. Ahora bien, lo mismo ocurre a menudo en los sueños. Aquí no necesitamos concentrarnos objetivamente y desechar cualesquiera otras impresiones objetivas que existan en el momento, puesto que nuestro estado limítrofe de sueño ha descartado ya las impresiones objetivas y nos hace absolutamente libres de manipular los actos subjetivos relacionados con la recuperación de los recuerdos. Dos cosas pueden ocurrir en este estado, que son causa de los sueños. Pueden ocurrir otras cosas, pero de éstas no estamos absolutamente seguros y no haremos hipótesis acerca de ellas. En primer lugar, las condiciones de nuestro propio cuerpo y de nuestra propia conciencia física pueden presentarnos súbitamente una llave para algunas impresiones encerradas en la memoria, o algunas impresiones externas psíquicas o mentales que llegan a nosotros, pueden suministrarnos dicha llave. Mecanismo del sueño Permitidme considerar el primer método y explicarlo. Como hemos dicho, los sueños ocurren generalmente durante un estado fronterizo peculiar, intermedio entre la completa subjetividad y la objetividad parcial. En otras palabras, en dicha condición no estamos completamente dormidos o nuestra conciencia objetiva no duerme del todo. En este estado, el soplo súbito en nuestra cara o en nuestras manos de una brisa fría que penetre por una ventana abierta, puede darnos una impresión objetiva de extrema frialdad que, al ser llevada a través de la línea fronteriza a lo subjetivo, se interpreta como escalofrío, impresión de frío glacial, y todo ello puede ser utilizado por lo subjetivo como una llave para asuntos relativos al Polo Norte, al Invierno con su hielo y su nieve, a una súbita inmersión en un lago cubierto de hielo o a muchas otras cosas relacionadas con hielo e intenso frío. Por lo tanto, con esa llave se abre el almacén donde la memoria guarda las impresiones relacionadas con tales asuntos y hace desfilar por la conciencia subjetiva todas las impresiones que alguna vez fueron registradas en nuestra memoria durante la lectura de libros, la vista de películas cinematográficas y por experiencias reales acerca del Norte, de regiones heladas, del Invierno y, en general, del frío y del hielo. Por la mañana, recordamos haber tenido un sueño durante el cual patinamos y caímos en un lago helado, o estuvimos muy alto en el aire en un aeroplano donde hacía mucho frío, o fuimos en una expedición al Polo Norte, o algunos otros incidentes parecidos. Probablemente, mientras estábamos en el estado fronterizo, alguien o algo pudo habernos tocado la mano o la cara, o quizá una mosca pudo haberse posado súbitamente en nuestra frente, dándonos la impresión de un choque o de una brusca sacudida, y esto puede ser interpretado por lo subjetivo como una llave para descubrir un pistoletazo o un golpe dado con intento perverso. Inmediatamente, se extraen de la memoria impresiones concordantes con estas cosas, y tenemos otro sueño raro. Así podríamos continuar citando miles de cosas, tales como sonidos, resplandores de luces de color, cambios de temperatura en el cuarto, pequeñas indisposiciones causadas por algún alimento mal digerido, el contacto inusitado de las sábanas con alguna parte de la cara, y muchas otras circunstancias de esta clase que podrían causar el resurgimiento de impresiones guardadas en la memoria. En el otro ejemplo de impresiones recibidas de fuentes externas, tenemos la clasificación de los pensamientos recibidos por nuestra mente subjetiva, provenientes de las mentes de otras personas. Probablemente durante las primeras horas de la mañana, o durante las primeras horas de la noche, después de habernos acostado, si alguna persona en alguna parte está pensando en nosotros, con tal concentración se realiza una transmisión del pensamiento y éste, al ser recibido por nosotros mientras nos encontramos en el estado fronterizo, actúa a manera de llave y descubre impresiones relacionadas con la persona cuyo pensamiento nos busca. O bien, si las impresiones no se refieren a la persona que envía el pensamiento, pueden relacionarse con cosas que tienen conexión con la vida y actividades de esa persona. El tercer proceso Existe un tercer proceso posible e interesante siempre que podamos recibir una impresión del Cósmico o de la Mente Universal respecto de cualquier suceso que está ocurriendo en algún lugar distante o está a punto de ocurrir, puesto que todas las cosas están registradas en el Cósmico mucho antes de que se manifiesten en el plano material. El recibir una impresión de esta clase proveniente del Cósmico puede ser la causa de que tengamos un sueño que suministre una llave para el almacén de la memoria. Así vemos que los sueños pueden producirse de muchas maneras, y quizá hay sueños causados por hechos semejantes a la caída, desde los anaqueles de la biblioteca de la memoria, de un libro que se abre en alguna página de pasadas impresiones, que surgen de él y desfilan ante nuestra conciencia subjetiva. Parece ser un hecho que nada de lo que soñamos pertenece a cosa que no tengamos registrada en su idea fundamental. Desde luego, podemos tener impresiones provenientes del recuerdo de una jirafa o de un hipopótamo, combinarlas en un solo animal y contemplarlas en toda su excentricidad como parte de nuestro sueño. Más tarde, podemos comprender que tal cosa no pudo habernos llegado de la memoria, puesto que nunca pudimos haber visto y registrado semejante animal. Podemos tomar de la memoria diversas impresiones relacionadas con sucesos de nuestra vida, y unirlas de manera de hacer una nueva impresión o un nuevo cuadro, con gran sorpresa de nuestra parte, dada nuestra incapacidad para explicarnos el sueño al día siguiente, cuando lo recordamos. No todos los sueños se recuerdan. Muchos de ellos tienen lugar en las conciencia subjetiva, permanecen allí y no pasan en absoluto a la conciencia objetiva. En muchas de las personas que sueñan, el estado fronterizo peculiar en que ocurren los sueños, fluctúa rápidamente. El volverse en la cama de un lado a otro despierta parcialmente a toda persona que sueña y por un momento la lleva a un estado fronterizo que puede durar unos pocos segundos apenas, pero durante este corto intervalo puede iniciarse un sueño. Sin embargo, antes de que éste se ponga en marcha, el que sueña está todavía en más de un noventa por ciento en estado subjetivo, y el sueño permanece en la conciencia subjetiva sin alcanzar nunca la objetiva. Por otra parte, en aquellos períodos durante los cuales parece imposible el sueño profundo, y perdura un estado fronterizo por muchos minutos o una hora o un tiempo mayor aún, puede haber muchos sueños o un largo sueño que habrá de pasar a la conciencia objetiva, permanecer allí y presentarse vívido en la mente por la mañana o en alguna otra hora del día. En resumen, los sueños son intensamente interesantes y prueban ciertamente el grande y sobresaliente hecho de que el hombre tiene una conciencia dual y un estado dual de mente y puede vivir a veces en uno o en otro estado o en la frontera de ambos. Sabemos que las actividades y excitaciones de un sueño pueden afectar nuestro cuerpo físico y cansarnos y excitarnos lo mismo que una experiencia material y física. Por lo tanto, las realidades de los sueños son ni más ni menos tan importantes y efectivas para nuestra constitución física como lo son las realidades verdaderas o experiencias materiales y físicas. Una cosa que nuestros miembros deben grabar en su mente es la siguiente: es completamente imposible para otra persona interpretar vuestros sueños. Podemos comprender. por las anteriores afirmaciones, que los mas grandes oráculos y sabios del pasado, que interpretaron sueños, así como aquellos que hoy en día pretenden interpretarlos para vosotros, no pueden hacer sino conjeturas acerca del significado de cualquier sueño que podáis tener. Si hay en el sueño una verdadera comunicación o impresión profética o consejo, trasmitida a vosotros desde la mente de alguna otra persona a través de un mensaje clave que se os envía, nadie sino vosotros y la otra persona que manda como una clave el primer pensamiento consciente a inconsciente, puede desentrañar el misterio del sueño o decir su verdadero significado. Por tanto, los libros de sueños y los diccionarios de sueños son inútiles y meros pasatiempos inocentes. Y asimismo es absolutamente inútil escribir a los oficiales de la Orden o a los Maestros de cualquiera de las Logias o a otros miembros pidiéndoles que interpreten los símbolos de vuestro cuadro y las ideas especiales presentadas en los sueños, pues nadie puede ayudaros a este respecto. Si vuestro sueño significa algo, debe ser interpretado por vosotros, y constantemente decimos a nuestros miembros que si ellos tienen un sueño que parece excepcionalmente significativo, lo que hay que hacer es analizarlo lo mejor que se pueda, y hacer alguna anotación acerca del mismo en algún cuaderno, acompañada de la fecha y del día, con un breve análisis del mismo, y luego observar si algún futuro sueño o algún incidente de la vida coincide con él de alguna manera. Por este método podréis descubrir después de un año si vuestros sueños tuvieron o no algún significado para vosotros. Esperamos que esta explicación y estas sugestiones puedan ayudar a nuestros miembros a tener una mejor comprensión de los sueños y de la importancia de éstos en relación con los asuntos de nuestra vida. Este artículo fue publicado por primera vez en la revista "El Rosacruz" Editado en Marzo de 1948