DE LA EMERGENCIA PLANETARIA A LA CONSTRUCCIÓN DE UN FUTURO SOSTENIBLE En síntesis se trata de Sentar las bases de un desarrollo sostenible (que no comprometa el de las generaciones futuras) ello exige en primer lugar poner fin a el hiperconsumo de las sociedades “desarrolladas” los desequilibrios existentes entre distintos grupos humanos, la explosión demográfica en un planeta de recursos limitados la imposición de intereses y valores particulares a través de conflictos bélicos, violencias de clase, género, interétnicas e interculturales... o a través de la actividad especuladora de empresas transnacionales que escapan al control democrático un crecimiento agresivo con el medio y particularmente peligroso para los seres vivos que produce contaminación ambiental (aire, aguas, suelo) y sus secuelas: efecto invernadero... una urbanización creciente y desordenada agotamiento de los recursos naturales la destrucción de la diversidad (biológica y cultural) y, en última instancia, la desertificación contra todo ello se impone universalizar los derechos humanos, sin discriminaciones étnicas, lo que sociales o de género: desde losexige derechos democráticos de opinión, asociación... a los derechos económicos, sociales y culturales lo que exigeeducación...) (al trabajo, salud, y los derechos de “tercera generación” o de solidaridad, como el derecho a un ambiente sano o a la paz lo que exige Crear instituciones democráticas, también a nivel planetario, capaces de evitar la imposición de intereses particulares nocivos para la población actual o para las generaciones futuras Dirigir los esfuerzos de la investigación científica hacia el logro de tecnologías favorecedoras de un desarrollo sostenible Impulsar una educación solidaria superadora de la tendencia a orientar el comportamiento en función de valores e intereses particulares a corto plazo (Ver tratamiento analítico en página siguiente) Problemas y desafíos a los que debe hacer frente la humanidad para hacer posible un futuro sostenible 0) Lo esencial es sentar las bases de un desarrollo sostenible. Ello implica un conjunto de objetivos y acciones interdependientes: 1) Poner fin a un crecimiento que resulta agresivo con el medio físico y nocivo para los seres vivos, fruto de comportamientos guiados por intereses y valores particulares y a corto plazo Dicho crecimiento se traduce en una serie de problemas específicos pero estrechamente relacionados: 1.1. Una urbanización creciente y, a menudo, desordenada y especulativa. 1.2. La contaminación ambiental (suelos, aguas y aire) y sus secuelas (efecto invernadero, lluvia ácida, destrucción de la capa de ozono, etc.) que apuntan a un peligroso cambio climático. 1.3. Agotamiento de los recursos naturales (capa fértil de los suelos, recursos de agua dulce, fuentes fósiles de energía, yacimientos minerales, etc.). 1.4. Degradación de ecosistemas, destrucción de la biodiversidad (causa de enfermedades, hambrunas…) y, en última instancia, desertificación. 1.5. Destrucción, en particular, de la diversidad cultural. 2) Poner fin a las siguientes causas (y, a su vez, consecuencias) de este crecimiento no sostenible: 2.1. El hiperconsumo de las sociedades “desarrolladas” y grupos poderosos. 2.2. La explosión demográfica en un planeta de recursos limitados. 2.3. Los desequilibrios existentes entre distintos grupos humanos –asociados a falta de libertades e imposición de intereses y valores particulares- que se traducen en hambre, pobreza, … y, en general, marginación de amplios sectores de la población. 2.4. Las distintas formas de conflictos y violencias asociados, a menudo, a dichos desequilibrios: 2.4.1. Las violencias de clase, género, interétnicas, interculturales… y los conflictos bélicos (con sus secuelas de carrera armamentística, destrucción…). 2.4.2. La actividad de las organizaciones mafiosas que trafican con armas, drogas y personas, contribuyendo decisivamente a la violencia ciudadana. 2.4.3. La actividad especuladora de empresas transnacionales que escapan al control democrático e imponen condiciones de explotación destructivas de personas y medio físico. 3) Acciones positivas en los siguientes campos: 3.1. Instituciones capaces de crear un nuevo orden mundial, basado en la cooperación, la solidaridad y la defensa del medio y de evitar la imposición de valores e intereses particulares que resulten nocivos para la población actual o para las generaciones futuras. 3.2. Una educación solidaria –superadora de la tendencia a orientar el comportamiento en función de valores e intereses particulares- que contribuya a una correcta percepción de la situación del mundo, prepare para la toma de decisiones fundamentadas e impulse comportamientos dirigidos al logro de un desarrollo culturalmente plural y físicamente sostenible. 3.3. Dirigir los esfuerzos de la investigación e innovación hacia el logro de tecnologías favorecedoras de un desarrollo sostenible (incluyendo desde la búsqueda de nuevas fuentes de energía al incremento de la eficacia en la obtención de alimentos, pasando por la prevención de enfermedades y catástrofes o la disminución y tratamiento de residuos…) con el debido control para evitar aplicaciones precipitadas. 4) Estas medidas aparecen hoy asociadas a la necesidad de universalizar y ampliar los derechos humanos, sin discriminaciones étnicas, sociales o de género. Ello comprende lo que se conoce como tres “generaciones” de derechos, todos ellos interconectados: 4.1. Los derechos democráticos de opinión, asociación… 4.2. Los derechos económicos, sociales y culturales (al trabajo, salud, educación…). 4.2.* Derecho, en particular, a investigar todo tipo de problemas (origen de la vida, clonación…) sin limitaciones ideológicas, pero ejerciendo un control social que evite aplicaciones apresuradas o contrarias a otros derechos humanos. 4.3. Los derechos de solidaridad (a un ambiente equilibrado, a la paz, al desarrollo económico y cultural). (Ver Década de la Educación por un futuro sostenible, http://www.oei.es/decada/)