Pronunciamiento sobre las leyes de sucesión a la corona española

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18/06/14
REF. P140618002
Pronunciamiento sobre las leyes de sucesión a la corona española ante la
próxima sanción por parte de Juan Carlos I de la ley orgánica de
abdicación
A todos cuantos las presentes letras verán y oirán, Salut. Preocupados por la repercusión y
consecuencias que la entrada en vigor a media noche de hoy de la abdicación del rey de
España Juan Carlos I pueda originar sobre los territorios y habitantes de la Navarra
peninsular, cuya soberanía discutimos y reclamamos para la legítima depositaria de la
tradición dinástica Navarra, significamos las siguientes advertencias sobre las leyes de
sucesión vigentes en la Casa Real de España y de obligado cumplimiento para el
próximo titular de la Corona española.
I) El sucesor de Juan Carlos I debe contar con la aprobación del titular de la corona
española y también el de las Cortes Generales, tal y como se desprende del Artículo 57.4 de
la Constitución Española de 1978:
«Aquellas personas que teniendo derecho a la sucesión en el trono contrajeren
matrimonio contra la expresa prohibición del Rey y de las Cortes Generales, quedarán
excluidas en la sucesión a la Corona por sí y sus descendientes».
II) En la persona del sucesor prevalecerá el derecho del orden cronológico de nacimiento y
representación, aplicándose si fuera necesaria la ley semisálica, tal y como se recoge el
Artículo 57.1 de la Constitución Española de 1978:
«La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación,
siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado
más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo
sexo, la persona de más edad a la de menos».
III) El sucesor real queda imposibilitado para contraer matrimonio con persona desigual
(matrimonio morganático o matrimonio de rango desigual) quedando, si incumpliera esta
ley, excluido de los derechos sucesorios a la Corona española tal y como determina la
Pragmática Sanción de 1776, prerrogativa legislativa reconocida en su contenido por el
Artículo 57.4 de la Constitución Española de 1978 y excluida de la disposición derogativa
tercera:
«de contraerse el matrimonio, aunque sea con personal desigual, cuando esto suceda
en los que están obligados a pedir mi real permiso, ha de quedar reservado a mi real
persona y a los Reyes mis sucesores el poderlo conceder; pero también en este caso
quedará subsistente e invariable lo dispuesto en esta Pragmática en cuanto a los
efectos civiles, y en su virtud la mujer o el marido, que cause la notable desigualdad,
quedará privado de los títulos, honores y prerrogativas que le conceden las leyes de
estos Reinos, ni sucederán los descendientes de este matrimonio en tales dignidades,
honores, vínculos, o bienes dimanados de la Corona, los que deberán recaer en las
personas, a quienes en su defecto corresponda la sucesión»
El incumplimiento de cualquiera de estos 3 condicionantes inhabilitará la elección
del sucesor del trono de España cuya proclamación vulnerará la constitución al tratarse de
un heredero ilegítimo, condición contraria a la recogida en el Artículo 57.1 de la
Constitución Española de 1978:
«La Corona de España es hereditaria en los sucesores (que no descendientes) de S.M.
Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica»
Para posibilitar la revisión del candidato y las posibles subsanaciones o derogaciones en las
leyes de sucesión a la Corona española, publicitamos la presente antes de la entrada en
vigor de la abdicación de Juan Carlos I.
La presente es dada en San Joan, so el sello de la Senescalía, a XVII de junio del XX año
de la proclamación de la reina titular.
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