clave5derechos - Equidad de Género

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claves de ddeser
Editor Equipo Central ddeser
Número 5
Fecha
5 de septiembre 2003
Derechos reproductivos
Los derechos reproductivos son
parte de los derechos humanos a
los que cada individuo (mujer y
hombre) tiene la posibilidad de
acceder, exigir o demandar, y
para ello existen conceptos,
acuerdos internacionales, leyes y
normas que los justifican y
garantizan.
De manera que desde el marco
de los derechos humanos, los
derechos reproductivos deben
ser respetados por el Estado ya
que dependen meramente de la
posibilidad y derecho de las
personas a decidir acerca de su
vida y que ante ello, el Estado
tiene obligación de garantizar
que esas decisiones personales
se puedan cumplir a través de
otorgar a las personas la
posibilidad de recurrir a precedimientos jurídicos como el
amparo o la denuncia en los
tribunales que corresponda.
Los derechos humanos son
entendidos como los “principios
que protegen que un ser humano
viva con la dignidad que le
corresponde como ser humano”.
Son válidos en todo el mundo es
decir, son derechos universales y
buscan en primer término, el
bienestar
integral
de
los
individuos.
En México, existen tres derechos
jurídicos
relativos
a
la
reproducción que son analizados
y
establecidos
desde
una
perspectiva de salud;
En nuestro país se enmarcan
dentro de los primeros 23
artículos de la Constitución
Política Mexicana manifestados
como ¨garantías individuales¨ en
las que los gobernados cuentan
con derechos frente al Estado en
torno a prerrogativas como
igualdad, libertad, integridad
corporal, seguridad jurídica y
propiedad.
El derecho a la procreación,
señalado en el tercer párrafo del
4º Artículo Constitucional: “las
personas tienen el derecho de
decidir de manera libre,
responsable e informada el
número y espaciamiento de sus
hijos”.
1
En
el
mismo
artículo
constitucional en el cuarto
párrafo se menciona que “Toda
persona tiene derecho a la
protección a la salud”.
Estas
afirmaciones
también
están sustentadas en Conferencias Internacionales como las
celebrada en el Cairo en 1994 y
la de Beijing en 1995 donde
participaron y se comprometieron más de 180 países miembros
de las Naciones Unidas,
en
preservar la salud sexual y
reproductiva de las mujeres.
Para
ello,
resaltaron
la
importancia de que la salud
reproductiva
sea
entendida
como “el estado general de
bienestar físico, mental y
social, en todos los aspectos
relacionados con el sistema
reproductor, sus funciones y
sus procesos, y no solo la
ausencia
de
dolor
o
enfermedad…”
Para dar cumplimiento a este
artículo, el Estado creó la Ley
General de Salud y posteriormente se elaboraron Normas
técnicas específicas que rigen las
acciones del personal de salud,
como lo es la Norma Oficial
Mexicana de los Servicios de
Planificación Familiar de (1994)
donde se agrega; “toda persona
tiene derecho a decidir…y a
obtener
la
información
especializada y los servicios
idóneos. El ejercicio de este
derecho es independiente del
género, la edad y el estado
social o legal de las personas”
Desde esta perspectiva humanitaria y jurídica, la protección y
el ejercicio del derecho a gozar
de salud reproductiva compete
en gran medida a los servicios de
salud, quienes sin duda alguna,
deben proporcionar información
veraz, comprensible, clara y
suficiente,
respetar
a
las
mujeres
sin
discriminación
acerca de sus decisiones y
asesorarlas con respecto al uso
de metodología anticonceptiva
que más le convenga a cada una
de ellas para que tomen las
mejores decisiones con respecto
de sus intereses, necesidades y
proyectos de vida.
De tal forma que, mujeres y
hombres gozan de libertad para
decidir sobre su vida reproductiva sin violencia, discriminación
ni coerción.
A los servicios de salud les
compete proporcionar información y asesoría a las mujeres
independientemente de su edad
y estado civil para que de
manera libre, responsable e
informada puedan tomar sus
decisiones reproductivas, gozar
de su sexualidad y preservar su
salud. Esto significa que las
mujeres pueden gozar del
derecho a la educación e
información en materia de salud
reproductiva y con ello ejercer
su derecho a la salud integral.
Esta visión también implica
considerar a las mujeres no
como “pacientes” sino como
personas capaces de informarse,
decidir, entender y actuar en
2
beneficio de su salud de manera
integral. Implica una participación activa de las mujeres como
usuarias de los servicios, lo cual
las fortalece para tomar decisiones responsables con toda
libertad acerca de su derecho a
no tener hijo/as o a decidir el
número de hijo/as, acerca del
ejercicio de su sexualidad, a
vivir sin violencia ni discriminación de ningún tipo y sin
coerción por parte de nadie ni
de ningún grupo social, religioso
o político.
brechas entre los derechos
reproductivos vistos como una
posibilidad a las que la población
puede acceder en caso de que
así lo decida y el ejercicio y
respeto de estos derechos ante
los servicios de salud y justicia.
De hecho es común que la gente
piense en los derechos como una
obligación y no como una
posibilidad. En este sentido
resulta básico comunicar a la
gente que un derecho es una
posibilidad a la que tienen el
poder de acceder. Los derechos
no
son
mandatos
sino
posibilidades. El que una mujer
tenga derecho a tener hijo no la
obliga a tenerlos, de la misma
manera que un hombre tiene
derecho a atender su salud en
una clínica no lo obliga a asistir
a la misma.
***
La libertad de las mujeres a
decidir sobre su vida se hace
cada vez más evidente como un
derecho y abarca más espacios
que antes no se tenían. Sin
embargo, dado que el ejercicio
de estos derechos es muy
reciente, el Estado no cuenta
con la infraestructura legal,
médica
o
educativa
que
responda a las demandas de la
población. Específicamente con
respecto al derecho que tienen
las mujeres a solicitar atención
médica para interrumpir un
embarazo producto de una
violación, es evidente que aún
no se cuenta con la reglamentación y procedimientos necesarios
para que las instituciones de
salud y justicia den la atención
que se requiere.
A pesar de ello, estamos seguras
que estas brechas pueden irse
reduciendo con información y
educación, lo cual fortalecerá
cada vez más a las mujeres para
que hagan valer sus derechos y
para que el Estado cumpla con
sus compromisos desde la
laicidad en la que debe
conducirse.
Bibliografía:
Martínez Roaro Marcela. Derechos y delitos
sexuales y reproductivos. Edit. Porrúa.
México, 2000. Pags.325
Norma Oficial Mexicana de los Servicios de
Planificación Familiar. SSA.1994
Aún existen innumerables mitos
y creencias que amplían las
Constitución Política Mexicana.
3
Colección de ideas
El 4º Artículo Constitucional establece que las mujeres tenemos
derecho a decidir el número y espaciamiento de los hijos.
La Norma Oficial Mexicana de Planificación Familiar publicada en 1994
establece que las personas tenemos derecho a obtener información
especializada y servicios idóneos.
Vivimos en un estado laico que tiene la obligación de legislar y vigilar
que se cumplan leyes que respondan a los intereses de toda la
población sin que en ello medien valores de tipo religioso de ningún
tipo.
Elaboró: Erika Estrada
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