posteriores seria deseable cuantificar este esfuerzo, así como el de

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posteriores seria deseable cuantificar este esfuerzo, así como el de los taxones
nectaríferos (producción total de flores y cantidad de polen y/o néctar por
flor). La familia Ericaceae es principalmente nectarífera, pero está bien
representada sólo en parcelas de clima más moderado y húmedo, en las que
no se observó diferenciación fenológica en ningún atributo.
Las parcelas de mayor altitud (Grazalema b y c) son las que muestran
mayor número de atributos con diferenciación fenológica. No hay ninguna
razón para pensar que la altitud implique directa o indirectamente presiones
selectivas que determinen esta organización de la floración. Más bien parece
resultado de una representación muy particular de las familias, es decir, el
componente filogenético de tal organización debe ser fuerte. De hecho
KOCHMER & HANDEL (1986) demuestran en dos floras templadas no relacionadas de 2.298 y 1.575 taxones respectivamente, la existencia de diferencias
fenológicas claras a nivel de familia, demostrando un papel muy importante
de la filogenia en la floración. Esta idea ya había sido adelantada por CLARKE
(1893).
En cuanto a las características vegetativas, los taxones arbustivos están
sobrerrepresentados en el presente estudio, haciendo estadísticamente difíciles las comparaciones fenológicas. No obstante, se ha encontrado en dos
parcelas una floración significativamente precoz de los taxones arbóreos o de
tamaño grande, debido probablemente a su mayor capacidad para almacenar reservas (GRAINGER, 1939; KOCHMER & HANDEL, 1986). Muchos de estos
árboles son de floración histerántea y anemófilos (véase más arriba) o
entomófilos. En este último caso la floración precoz e histerántea puede
suponer una atracción visual mayor para los polinizadores.
En este estudio se ha calculado el solapamiento de la floración de todos
los pares de taxones de cada parcela, para hacer una aproximación a las
posibles interacciones que los taxones que conviven pueden sufrir en su
polinización. La idea de que las plantas zoófilas pueden competir por los
polinizadores es antigua (ROBERTSON, 1895, 1924). Se ha propuesto que esta
competencia puede ser responsable de la divergencia de hábitats, de la
utilización de diferentes polinizadores o de la separación fenológica de los
taxones que conviven (e.g. HEINRICH, 1975; PLEASANTS, 1983; WASER, 1983.
Sólo el último fenómeno interesa aquí. Sin embargo, ha sido recientemente
cuando se ha iniciado el estudio experimental de estos problemas, observándose casos tanto de competencia como de mutualismo (véanse las revisiones
de KA Y, 1987; RATHCKE, 1983 y WASER, 1983). Este mutualismo ha sido
indicado para la floración (WASER & REAL, 1979) y también para las semejanzas florales (mimetismo: DAFNI, 1984; LITTLE, 1983).
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