La expresión simbólica en el ser humano no sólo

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La expresión simbólica en el ser humano
no sólo es potestativa de la condición vocalarticulada o de su lengua (idioma); es propia de
todo aquel lenguaje que nos sirva para expresar
sensaciones, sentimientos, afectividad, sexualidad,
ideas, pensamientos y concepciones; que se
manifiesta como lenguaje corporal y gestual,
costumbres sociales, actitudes, palabras, códigos,
nomenclaturas, fórmulas, términos, juicios, mitos,
escolios, aforismos, máximas, discurso, retórica,
pintura, dibujo, fotografía, cine, etc.
El lenguaje simbólico, como se ve, no
comprende sólo el lenguaje verbal formalizado;
también lo encontramos en el lenguaje verbal del
sentido común u ordinario, no formalizado, que no
es ajeno a los procesos mentales de abstracción
como requisito para expresar lo que se piensa, y a
los lenguajes no verbales.
El solo hecho de escribir, sobre aquello que
pensamos sobre la realidad, ya es un acto creativo
que requiere de pensamiento abstracto para hacer
uso de unos signos, como las palabras, dándoles
sentido y significado, de tal manera que no se
queden en la simple reproducción mecánica de
grafías.
De todos los componentes de una realidad,
y las relaciones que éstos guarden entre sí, se
seleccionan las características comunes o que
pueden permanecer uniformes a través de
ciertas situaciones, dejando a un lado o haciendo
abstracción de sus aspectos accidentales o
variables; proceso este de abstracción mental que
facilita el uso del lenguaje simbólico para expresar
la realidad mediante un modelo que podría ser
una fórmula, una nomenclatura, una función, un
juicio, etc.
El lenguaje simbólico responde a la necesidad
de tener que evocar significados ausentes
para poder comunicarnos, mediante el uso del
lenguaje verbal y no verbal, observable por otros.
Si signos verbales aparecen acompañados
por un simbolismo que motive o relacione lo
simbolizante con lo simbolizado, sólo serán signos
en la medida en que cumpla una función social.
Esto es, a pesar de que la asignación de un
símbolo para representar a cada elemento de la
realidad y a cada relación entre los elementos casi
siempre hace surgir un signo de manera arbitraria,
éste podrá cumplir la función social de comunicar
algo si se va instalando y termina consagrado
por el uso o designado por la misma cultura,
que serían convenciones explícitas o implícitas
debidas al uso.
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La expresión “lenguaje simbólico” sería la más
ilustre de las redundancias; qué lenguaje no sería
simbólico. No sólo es simbólico el lenguaje gráfico
o expresión gráfica; lo es la lengua, la palabra oral
y escrita, el lenguaje ordinario con que a diario
nos comunicamos, el lenguaje formalizado, el
lenguaje técnico y el lenguaje científico, entre
otros.
No sólo son las acciones o representaciones
simbólicas las que apuntan o remiten a algo que
no son ellas mismas; también lo hacen las palabras
y, en general, todos los Signos. Pero hay lenguajes
más simbólicos que otros; nada más simbólico
que el lenguaje estético.
La escritura es dibujar palabras; es expresión
simbólica que abre otras perspectivas de
pensamiento
abstracto
y
redimensiona
completamente a la lengua, pero no es la única
manera de expresar nuestro mundo interior de
pensamientos, sueños, fantasías y sentimientos,
ni de dar cuenta de la realidad circundante. En
determinados contextos, el lenguaje corporal
y el lenguaje estético pueden ser iguales o más
significativos.
El lenguaje estético o artístico, tan simbólico,
corresponde, dice Francisco A. Cajiao (1990), a
las más altas esferas de la expresión humana;
mediante el cual ponemos en plena evidencia
al mundo, pudiéndonos acercar a la expresión
de nuestra sensibilidad frente al mundo, frente
al destino común de la humanidad y frente a los
grandes interrogantes del ser humano; elevando
a su más alta expresión nuestra capacidad
cognoscitiva y creadora, haciendo que éstas las
podamos volcar al resto de los seres humanos.
El dominio del lenguaje simbólico es
directamente proporcional a su uso. Si es utilizado
para leer, o el de la lógica, la química, la matemática,
o el de la música, la pintura, la fotografía y el cine,
o el del cuerpo sensible y sintiente, sólo en la
medida que lo dominemos nos permitirá avanzar
hacia superiores niveles de conocimiento.
Señal
Con frecuencia confundimos una “señal”
con el “signo” o con el “símbolo”. Mientras que el
“símbolo” es un signo producido por el intérprete
en sustitución de otros signos, de los cuales
se consideran sinónimos; la “señal”, sin que
signifique necesariamente un signo, también es
un signo producido por un intérprete, pero no
en sustitución de otros signos, de los cuales no se
consideran sinónimos.
SEÑALES DE HUMO
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