Cómo las universidades contribuyen al desarrollo económico y los

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Cómo las universidades contribuyen al desarrollo económico y los
vínculos universidad-industria-gobierno.
Por: Santiago Borda Esquivel
“Estaré satisfecho si en esta década la gente considera el conocimiento tal y
como veían el carbón y el acero hace cincuenta años: como una materia prima
que se debe valorar, como un pilar de las sociedades, como un instrumento
creador de empleo y un impulsor de la economía”
Janez Potočnik. Ex-comisionado Europeo para la Ciencia y la Investigación y
actual Comisionado para el Medio Ambiente.
Dentro de los esfuerzos de los países por generar desarrollo económico, se ha
hecho especial énfasis en incentivar la investigación y la innovación. Proceso
que ha sido guiado por la teoría y la investigación empírica que proveen los
modelos de crecimiento endógeno. Éstos destacan el papel central de la
acumulación de conocimiento al crecimiento de la producción nacional. Para
esto, Romer (1989), Lucas (1989) y Barro (1991) han enfatizado en la relación
positiva que existe entre la acumulación de capital humano y el crecimiento del
producto interno.
Desde el inicio de la universidad investigativa con la Universidad de Berlín en
1810, éstas han asumido un papel importante en la creación e innovación de
conocimiento. Pero sólo desde el inicio de la industrialización las universidades
se involucraron directa, formal e informalmente, en el desarrollo de tecnologías
para propósitos comerciales (Yusuf 2007). Aunque es finalmente a raíz de la
Segunda Guerra Mundial y la vinculación del gobierno de los Estados Unidos
con las universidades, para crear tecnología que pudiera ayudar a ganar la
guerra, que las universidades asumen el papel protagónico en los procesos de
Investigación y Desarrollo. Este tipo de universidad se conoció como la
Universidad de la Guerra Fría que basada en las relaciones universidadgobierno, permitió la conformación de centros de pensamiento e investigación
centrados en el desarrollo de tecnologías con fines bélicos. La Universidad de
Stanford constituye el prototipo de este tipo de universidad. Ésta pasó de ser
una universidad pequeña en la década de 1930 a un centro de pensamiento y
investigación líder en el desarrollo de tecnologías, después de la Guerra Fría.
Si bien Stanford es el ejemplo más representativo, universidades como
Harvard, Berkeley, MIT, Caltech y la Universidad de Michigan recibieron
grandes cantidades de recursos del gobierno que los posicionó con el tiempo
como las universidades líderes en docencia e investigación del mundo. (Lowen
1997)
Lo que en un principio empezó como una relación bidireccional entre el Estado
y la academia, después de la Segunda Guerra Mundial, se fue paulatinamente
convirtiendo en una relación trilateral, en el cual la industria empieza a jugar un
papel importante. Esta triple relación se basa en satisfacer cinco necesidades.
Primero, el aumento del costo y la complejidad de las tecnologías, la
complejidad de los problemas y el enfoque multidisciplinario que requieren sus
soluciones, así como la presión de la competencia internacional ha generado
que los costos individuales de las empresas para generar innovación superen
sus recursos. Segundo, debido a la vinculación de las tecnologías de
producción con la ciencia básica, el mejoramiento de los procesos resulta
imposible sin una profundización del conocimiento científico. Tercero, los
fondos de investigación oficial, que en algún momento fueron generados
debido a la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, han sido reducidos
significativamente lo que obliga a los centros de innovación a procurar su
propia financiación. Cuarto, en el caso de los países industrializados, las
tendencias demográficas generan temor frente a la reducción de la
inscripciones estudiantiles; por lo tanto nuevas formas de aumentar los
ingresos de las universidades, como la investigación con fondos privados y
oficiales, han tomado mayor fuerza. (Yusuf 2007) Quinto, los altos estándares
de vida y la apatía de los jóvenes de los países industrializados por el
conocimiento científico, obligan a las universidades a replantear los incentivos
para atraer los mejores estudiantes hacia este campo.
Asumiendo El Rol Del Otro (Etzkowits 2008)
La evolución de los problemas y del contexto global, la evolución de la
universidad tradicional Humboldtiana de docencia e investigación hasta la
Universidad de la Guerra Fría, la ampliación de la frontera tecnológica y la
profundización de la ciencia básica en todos los procesos y ámbitos de la
sociedad ha generado que las esferas que produzcan mayor contribución al
desarrollo modifiquen su radio de acción. De esta forma las necesidades que
genera la “sociedad del conocimiento” llevan a que cada uno de los actores de
las relaciones trilaterales de la universidad, el estado y la empresa
desempeñen un rol que desborda su misión tradicional. (Etzkowitz et al 2001)
Las universidades frecuentemente al asumir funciones empresariales se
comportan como emprendedores, interpretando su investigación y su docencia
en nuevas formas y ayudando a la creación de nuevas empresas en centros de
incubación. El Tecnológico de Monterrey desarrolla un modelo de incubación
de empresas basado en 4 etapas: Selección, Pre-incubación, Incubación y
Post-incubación. Estrategia que comienza con la selección del proyecto, pasa
por la creación del modelo y el plan de negocio, la definición de Indicadores
Claves de Desempeño (KPI) así como el desarrollo del plan de negocios en
tiempo real hasta un período de seguimiento y adaptación de los objetivos y
aprovechamiento de áreas de oportunidad. En total la estrategia de
seguimiento y asesoría puede durar hasta tres años, período en el cual la
universidad es la que permite la creación y perdurabilidad de las empresas.
Los gobiernos, a través de programas de financiación y cambios en la
regulación, asumen el papel de la industria. Los institutos para investigación
pública (IIP) permitieron a los “tigres asiáticos” cerrar la brecha tecnológica con
respecto a las de Estados Unidos y Europa occidental. Esto a través de la
búsqueda en el exterior de tecnologías requeridas por la industria local y el
entrenamiento en su uso. Los esfuerzos de las IIP por actualizar a las
empresas se enfocaron en un principio en aprovechar el conocimiento
acumulado en los países líderes y transmitirlo al sector privado, pero en menos
de 50 años fueron pasando de la imitación a la innovación y rápido
seguimiento. Taiwán a través del Instituto de Investigación en Tecnología
Industrial (ITRI), organismo fundado en 1973 bajo la supervisión del Ministerio
de Asuntos Económicos de la República de China, ofreció servicios de
investigación y desarrollo a industrias existentes y nuevas, que permitieron a
Taiwán participar en la industria de semiconductores en los años ochenta. En
2004 el número de acuerdos de licenciamiento de tecnología era de 1341, un
avance desde 40 acuerdos en 2001. Para el mismo año había generado
ingresos por licenciamiento por US$4,6 millones. (Mathews et al 2007)
Finalmente, las empresas al adaptarse continuamente y aumentar su nivel
tecnológico, especialmente al colaborar en redes con empresas y otros actores,
asumen algunas de las tareas educativas y reguladoras que tradicionalmente
son realizadas por el gobierno y la universidad. De esta forma, las
universidades pueden volcar sus esfuerzos en desarrollar investigación que
compita con la que generan las universidades. Toshiba a través del Laboratorio
de Investigación de Cambridge (CRL por sus siglas en inglés) ha generado
investigación e innovación, en alianza con la universidad de Cambridge, en
tecnología de semiconductores. Adicionalmente, a través de su Laboratorio de
Investigación en Telecomunicaciones (TRL) desarrolla investigación de punta
en temas como sistemas inteligentes de energía, trabajo en redes inalámbricas
y aplicaciones médicas.
Modelo de la Triple Hélice y los vínculos universidad-industria-gobierno
Henry Etzkowitz, historiador y sociólogo, Chair in Management of Innovation,
Creativity and Enterprise de la Universidad de Negocios de New Castle y Loet
Leydesdorf, sociólogo y bibliómetra, conocido por su trabajo en la sociología de
la comunicación y la innovación y Senior Lecturer en la Universidad de
Amsterdam; han estudiado los vínculos que se están produciendo entre estas
tres esferas, anteriormente aisladas, y generaron una propuesta teórica de
estas relaciones en un concepto que denomina “La Triple Hélice”. Ésta se
constituye como una plataforma de formación institucional, en la cual la
universidad, la industria y el gobierno forman una relación recíproca que
propende por mejorar el funcionamiento de las partes. (Etzkowits 2008)
El modelo identifica una primera hélice compuesta por las relaciones entre las
universidades y los entornos científicos, la segunda hélice compuesta por las
empresas y las industrias y la tercera por las administraciones o los gobiernos1.
De la interacción y comunicación entre estas hélices se desarrollo innovación
en un proceso complejo con roles a veces difusos y cambiantes, pero que
genera la congregación del potencial para el conocimiento innovador, los
recursos económicos y las posibilidades de mercado y las normas e incentivos
de las políticas de innovación (Gonzáles 2009).
Rol de la universidad emprendedora
Etzkowits (2008) define la capitalización del conocimiento como “el corazón de
la nueva misión de la universidad”. Esta nueva misión está encaminada a
facilitar al acceso al conocimiento y a establecer a la universidad como un actor
económico fundamental. La universidad emprendedora2 por lo tanto se basa en
cuatro pilares.
1. Liderazgo académico capaz de formular e implementar una visión
estratégica
2. Control legal sobre los recursos académicos (Propiedad física e
intelectual)
3. Capacidad organizacional para transferir tecnología a través de
patentes, licencias e incubadoras.
4. Un ambiente emprendedor entre funcionarios administrativos, profesores
y estudiantes.
1
Los autores no distinguen entre gobierno y Estado, por eso este trabajo se refiere indistintamente a uno y a otro.
El texto original en inglés la denomina como entrepreneurial university, lo que puede ser traducido como universidad
empresarial o emprendedora. Escogí el segundo pues, el término en inglés hace referencia adicionalmente a la
capacidad creativa y no sólo a la característica de empresa.
2
Este tipo de universidad se caracteriza por no estar bajo el control de ninguna
de las otras hélices pues, su autonomía reside en los recursos que le permiten
obtener la comercialización del conocimiento. Su capacidad de gestionar sus
propios recursos y su capacidad emprendedora le brindan las herramientas de
negociación a profesores, estudiantes y administrativos para obtener provecho
de las relaciones con las otras esferas. De igual forma, el liderazgo en
investigación conlleva a que las mejores universidades tengan mayor poder de
negociación, pues su aporte y los rendimientos que puede generar una
asociación con ellas son mayores que los que generaría el Estado o la industria
individualmente. Finalmente, el marco institucional y las herramientas jurídicas
le permiten obtener la propiedad legal del conocimiento generado por ésta y su
posterior difusión a través de licencias o la venta de patentes
Otro característica de la universidad empresarial, producto de las presiones de
la competencia entre universidades públicas y privadas y la del Estado para el
mejor aprovechamiento de los recursos; es que se ve obligada a adquirir
estudiantes y profesores que contribuyan a la formación de centros de
investigación. De igual forma su capacidad empresarial le permite vincularse en
la creación y asesoramiento de empresas, abriendo campo para una
transferencia de conocimientos entre el sector privado y la academia, lo que
genera nuevas fuentes de financiación. La Universidad Nacional de Singapur y
el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea pueden contarse como
ejemplos. (Yusuf 2007)
La universidad emprendedora ostenta los roles tradicionales de educación e
investigación, pero la capacidad de emprendimiento le permite generar
cooperación e inclusive competir con empresas que se enfoquen en procesos
de investigación y desarrollo. La posibilidad de establecer sus lineamientos
estratégicos y participar con otras esferas institucionales en términos iguales,
desemboca en que su contribución en proyectos para el desarrollo y el
crecimiento económico refleje la importancia de su aporte. De esta forma, la
dirección que asuma la universidad y los proyectos de emprendimiento
dependerán de los valores que la universidad y la sociedad deseé realizar. En
el caso del Reino Unido existe un enfoque importante hacia la creación de
riqueza y en el de Brasil hacia el desarrollo social, trabajo con las favelas, así
como el desarrollo de negocios.
La sinergia que producen estas tres hélices lleva al desarrollo de investigación
polivalente con un potencial simultáneo en campos teóricos, tecnológicos y
comerciales. Las universidades a través de los vínculos con las otras dos
esferas mejoran el acceso de los estudiantes y los profesores a nuevos
problemas y campos científicos e industriales; promoviendo la investigación
aplicada y la formulación de nuevas preguntas con potencial teórico.
Adicionalmente, el influjo de nuevos recursos y la coordinación con las
necesidades y conocimientos de la industria, potencializa las capacidades de la
universidad para generar avances en este campo. Así como la expansión de
incubadoras empresariales que financien, con capital de riesgo provenientes de
las empresas, acompañen y evalúen su desempeño y analicen las ventanas de
oportunidad que pueden ayudar a su crecimiento, aporta conocimientos y
habilidades emprendedoras. De igual forma la capacidad de las universidades
de comercializar el conocimiento conlleva a que la investigación se convierta
una actividad prioritaria.
Por supuesto existen objeciones a que la universidad entre en contacto con
otras esferas y que como resultado pierda su función principal de enseñanza,
pero es la posibilidad de formular novedosos problemas de investigación la que
repercute positivamente en la calidad de la educación. Adicionalmente, los
conflictos de intereses que surgen de un modelo trilateral crean desafíos a
cada una de las partes para reevaluar su posición en la sociedad e
implementar estrategias que renueven y optimicen sus funciones. Situación
que de lo contrario, con una academia aislada de las necesidades de la
sociedad y la industria, puede resultar ser difícil de realizar o puede demorar
muchos años. La pregunta importante sigue siendo cómo acelerar el aporte de
las universidades en el desarrollo social y económico. Es la consideración de
este trabajo que un modelo educativo y de innovación, como el de la Triple
Hélice, que realce la importancia de la educación universitaria en las
estrategias para el desarrollo social y económico y que acompañe al Estado y a
las empresas en esta labor, puede convertirse en una respuesta adecuada a
este tipo de desafío.
El rol de la universidad empresarial se puede expresar en cinco normas que
entran en oposición, pero que si se llega a un balance su resultado puede ser
óptimo:
1. Capitalización: El conocimiento, usado para fines comerciales y
académicos, se convierte en la base del desarrollo económico y social,
afianzando el rol de universidad en la sociedad.
2. Interdependencia: La universidad se debe relacionar activamente con el
Estado y con la industria.
3. Independencia: La universidad empresarial debe ser una institución
relativamente independiente de cualquier otra esfera.
4. Hibridación: La resolución de tensiones entre los principios de
independencia e interdependencia es un catalizador a la generación de
una organización que pueda cumplir los dos principios simultáneamente.
5. Reflexividad: Existe una continua renovación de la estructura de la
universidad y su relación con la industria y el Estado. Las tensiones
entre las tres produce una constante revisión de la forma como se
relación e intercambian influjos. (Etzkowits 2008)
Caso internacional: Brazil
Los primeros esfuerzos en investigación en ciencia y tecnología empezaron en
1964 cuando el gobierno militar asumió el poder. Sus objetivos se concentraron
en buscar autosuficiencia científica y técnica en los sectores relacionados con
seguridad nacional, lo que implicó la inversión en desarrollo y entrenamiento en
sectores
como
el
aeroespacial,
químico,
ingeniería
de
petróleo,
telecomunicaciones y tecnología de la información (Almeida 2004). Brasil
durante este período y hasta el fin de la dictadura adoptó un modelo de
innovación conocido como el Triangulo de Sabato. De acuerdo a éste, se hacía
necesario una gran infraestructura en procesos de ciencia y tecnología que
desarrollara los procesos productivos de la sociedad. Por lo que, un modelo en
el cual el gobierno coordinara las relaciones entre industria y universidad
permitiría eliminar las brechas que existían entre cada una de las esfera y que
no permitían el flujo de recursos y conocimientos entre ellas; la cual era una de
las características de las organizaciones subdesarrolladas, según Sabato.
Por supuesto, Sabato buscó emular el modelo de Universidad de la Guerra
Fría, que durante ese tiempo se estaba implementando y había generado el
desarrollo de tecnologías con fines militares y comerciales. Pero, a diferencia
del modelo americano, encontró que la débil institucionalidad y el tipo de
empresas, poco intensivas en tecnología, no permitían que se produjeran
relaciones catalizadoras de la innovación. Sin embargo, fueron varios los
factores que no permitieron proliferar este modelo. En primer lugar, la
jerarquización de las iniciativas que durante este tiempo provinieron del
gobierno y se enfocaron exclusivamente en desarrollar las prioridades
nacionales, limitaron las iniciativas y evidenciaron las deficiencias de este
modelo como estrategia para potencializar la investigación. Segundo, la crisis
económica que vivió Brasil a mediados de los 70 redujo considerablemente las
inversiones oficiales en las universidades estatales. Tercero, al provenir las
iniciativas del gobierno central, la posibilidades de crecimiento de las regiones
se redujeron a adquirir tecnologías del exterior, pero sin ninguna coordinación
de un plan de ciencia y tecnología.
Finalmente con la caída del régimen militar en 1985 y la celebración de
elecciones populares, se abrió campo para retomar las iniciativas en
investigación y desarrollo desde el nivel local. Adicionalmente, la apertura
comercial y el fortalecimiento de las regiones permitió que se generan vínculos
con empresas, en un principio los vínculos no eran oficiales, que fueron
adquiriendo importancia hasta desarrollar toda una estructura que consolidó las
relaciones entre las tres esferas.
El surgimiento de una cultura de innovación apoyada en un modelo trilateral
generó la creación de nuevos tipos de organización dentro las universidades,
incluyendo oficinas de transferencias tecnológicas, oficinas de patentes,
incubadoras, parques científicos
3
y agencias de innovación. Siendo las
incubadoras uno de los centros que dinamizaron la investigación tecnológica,
empresarial y social.
Almeida (2004) presenta la hipótesis de que las necesidades de la sociedad
civil y la generación de iniciativas desde el nivel local, llevaron a la creación de
distintos tipos incubadoras. Éstas se enfocaron en objetivos diferentes
dependiendo de las relaciones que se generaran entre la academia y la
situación regional y las conexiones inter-institucionales, el ambiente cultural y
las políticas públicas. De esta forma, aspectos relacionados con la gerencia y la
misión de las incubadoras, como sus funciones, jerarquía interna, relaciones
exterior,
capitalización
del
saber-hacer
(know-how)
y
la
generación
innovaciones sociales y tecnológicas, influyeron en el potencial de sus
interacciones y el aporte de sus roles sociales.
En total para el 2003 se habían establecido 237 incubadoras de las cuales 107
eran incubadoras para empresas tecnológicas, 56 para empresas de sectores
económicos tradicionales, 40 para negocios tecnológicos y empresariales
(mixtas), 29 cooperativas y 5 privadas. Para este período habían casi dos mil
empresas incubadas en estas incubadoras, generando alrededor de quince mil
empleos directos. (Almeida 2004)
Cada una de estas incubadoras responde a las iniciativas locales pero son las
incubadoras cooperativas las que presentan una innovación importante con
relación al modelo americano de innovación. Los objetivos sociales de las
incubadoras cooperativas se expresaron al adaptar el modelo de incubación
enfocada en el desarrollo tecnológico, a la generación de servicios laborales
para los desempleados y los trabajadores informales que carecían de acceso al
mercado laboral y presentaban vulnerabilidad de sus derechos básicos. Los
personas involucrados en estas incubadoras incrementaron sus salarios por
encima del nivel mínimo, lo que demuestra su viabilidad como una estrategia
3
Durante la dictadura militar el Consejo Nacional de Investigación (CNPq) desarrolló varios parques científicos en las
universidades estatales, pero con la crisis económica de los 70, la financiación para estos se redujo considerablemente
llevando a abandonar esta estrategia. (Etzkowitz et al 2005)
de desarrollo laboral.4 La primera incubadora cooperativa fue creada en 1995
en la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ) como una cooperativa de
trabajadores de la favela de Manguinhos. El proyecto utilizó personal
administrativo retirado, que pertenecía a la favela, para reclutar participantes y
la universidad fue asistida por el Comité de Entidades Públicas en Acción
contra el Hambre y a Favor de la Vida (una ONG) por la Fundación del Banco
de Brasil y por la Agencia Nacional de Innovación (FINEP). El esfuerzo de
incubación se extendió a los sectores marginales de la sociedad de forma que
se pudiera romper el ciclo de marginalización y criminalización. La universidad
provee los salones para juntas y apoyo técnico, donde se imparte
entrenamiento en principios básicos de cooperación, gerencia, educación
básica y de status legal de la cooperativa. (Etzkowitz et al 2005).
Este tipo iniciativas, como las incubadoras cooperativas, evidencian el interés
de las universidades de desarrollar sus objetivos de extensión, al asumir la
responsabilidad por promover y ejecutar un programa de intervención
económica enfocada en la generación de ingreso y empleo. 5
Conclusiones
El modelo de la Triple Hélice brinda un marco institucional para entender los
cambios que están ocurriendo en las funciones y papeles sociales de las
universidades y los conocimientos científico-tecnológicos que generan. Esto
implica entender las relaciones de la universidad-gobierno-industria y las
organizaciones híbridas que han producido (Gonzáles 2008). En este marco la
industria es un miembro de la triple hélice como lugar de producción, el
gobierno
una
promotor
de
relaciones
interacciones e intercambios estables y
contractuales
que
garantizan
la universidad es la fuente de
conocimiento y tecnología; o como también se denomina, el agente provocador
que permite la creación de sociedades basadas en el conocimiento.
4
Citado en Etzkowitz et al 2005, de una entrevista de Marisa Almeida con Gonzalo Guimaraes, Coordinador de
Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares de UFRJ. 2001
5
Citado en Etzkowitz et al 2005.
De igual forma en sociedades en vías de desarrollo como la latinoamericana, el
modelo brinda unas estrategias que pueden ser implementadas con suficiente
libertad para que sus resultados se adapten a las necesidades locales. Por
supuesto, dependiendo de la sociedad donde se quiere aplicar este modelo,
cada esfera tiene que replantear su importancia de forma que su contribución
no sea subyugada por las demás. En el caso de América Latina, las
universidades
han
tenido
tradicionalmente
un
mayor
enfoque
en
el
pensamiento político, pero no se ha generado un gran énfasis en el papel que
puede dar la universidad en el desarrollo económico. De igual forma, se
necesita un entramado constitucional fuerte que promueva las relaciones con
base en la igualdad entre todas las esferas, así como una sociedad civil que
aprecie y demande el papel que tiene el conocimiento en mejorar las
condiciones de vida de todos. El Estado debe jugar un papel activo en los
países en donde la institucionalidad es más débil, de forma que suplemente las
brechas existentes en cada una de las esferas y permita cazar sus iniciativas y
necesidades.
En el caso concreto de Colombia se conjugan elementos que podrían catalizar
la generación de un modelo innovativo fuerte. En primer lugar, la discusión que
se está generando frente al tipo de modelo educativo; brinda un espacio de
discusión de propuestas enfocadas en el desarrollo de mejores profesionales y
universidades comprometidas con el desarrollo del país. Segundo, la recién
aprobada ley de regalías, en la cual se aprobaron los Fondos de Ciencia y
Tecnología, de Desarrollo Regional y el Fondo de Compensación, brinda los
recursos financieros para que surjan iniciativas locales en donde el desarrollo y
la creación de conocimiento responda a sus necesidades. Finalmente, las
expectativas de crecimiento económico del país junto a los tratados de libre
comercio, aumentan los incentivos a crear empresa y agilizan la difusión de
tecnologías, procesos que pueden llevar a las universidades a consolidarse
como promotores del desarrollo.
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