Rabietas y otros problemas de comportamiento

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Escuela de Padres
LAS RABIETAS Y OTROS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO
LAS RABIETAS
Son conductas de cólera (gritar, llorar, patalear…), mediante los que el niño
manifiesta su incapacidad para hacer o conseguir lo que desea,
Aparecen en torno a los 2 años, como forma de expresar y comunicar su
frustración, ya que a esas edades su desarrollo del lenguaje y autocontrol de
las emociones no es suficiente. Tiende a persistir hasta los 6 años, siendo su
punto máximo entre los 2 y los 4 años.
Las rabietas pueden ser una estrategia eficaz para LLAMAR LA ATENCIÓN DEL
ADULTO y conseguir lo que desean.
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Se convierten en un problema de conducta, cuando… se convierten en una
estrategia eficaz para LLAMAR LA ATENCIÓN DEL ADULTO y conseguir lo que
desean. Cuando esto es así de forma permanente, se intensificarán y
convertirán en un problema de conducta:
Logran cambiar las decisiones de los padres. Los padres empiezan a
cambiar sus hábitos para evitarlas.
Su frecuencia e intensidad aumentan de forma exagerada y de forma
prolongada en el tiempo.
Normalmente no suelen aparecer en la escuela, o en éste contexto no son
muy frecuentes.
Cuando vaya asociado a otro tipo de trastornos o dificultades
(aprendizaje, trastornos del lenguaje, hiperactividad…)
Puede favorecer la aparición de rabietas…
Incoherencia: 1º decir “No” y acabar cediendo.
Falta de límites y normas claras y concisas
Cuando el incumplimiento de normas no tiene consecuencias
Incumplimiento de las medidas que hemos adoptado: ponemos medidas
pero no las cumplimos.
Falta de constancia en la aplicación de pautas
Modelos de comportamiento de los padres. Dar ejemplo.
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No reforzar o elogiar lo positivo y prestar atención a lo negativo: si no sabe
lo que tiene que hacer, no lo hará.
Falta de acuerdo entre los padres.
Ausencia de rutinas: desestructura la capacidad de anticipación de los
niños.
Cambio frecuente de cuidadores.
Propia personalidad de los niños:
o Baja tolerancia a la frustración: cuando no aceptan un no y
cualquier contratiempo desencadena la rabieta.
o Capacidad para demorar las recompensas: cuando quieren algo de
forma inmediata.
o Impulsividad: los niños impulsivos suelen tener más rabietas.
PAUTAS DE ACTUACIÓN BÁSICAS EN LAS RABIETAS
Mantener la calma. No regañarle ni gritarle, pero tampoco intentar razonar
con él. Nunca ceder a sus deseos.
Ignorar la actitud del niño. No le hacemos caso (cuando no se haga
daño). Indicarle que sólo le haremos caso cuando deje de gritar, llorar y
patalear. Se trata de hacerle ver que no va a conseguir nada con su
rabieta.
Tiempo fuera: retirarle de la situación o darle un tiempo de reflexión (1
minuto x año, aproximadamente). Durante éste tiempo no le hablamos ni le
miramos. Tiene que ser un sitio aburrido donde no tenga posibilidad de
entretenerse
Reforzar y elogiar la conducta adecuada: una vez la rabieta ha cesado. Le
enseñamos lo que tiene que hacer. De ésta manera le estamos indicando
cómo sí tiene que comportarse, para asegurarnos que en el futuro lo vuelva
a repetir.
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NIÑOS DESOBEDIENTES
Un niño es desobediente cuando:
No cumple normas, órdenes y peticiones.
Hay que llamarle muchas veces la atención y no conseguimos el objetivo.
Se niegan a cumplir las peticiones, órdenes y normas.
Intentan siempre salirse con la suya, proponiendo alternativas a las normas
de los padres.
Pueden ignorar las órdenes y peticiones de los padres.
¿POR QUÉ LOS NIÑOS DESOBEDECEN? CAUSAS DE LA DESOBEDIENCIA
Por comodidad: porque no le gusta o no le apetece
Para obtener atención, aunque sea de manera negativa.
Para salirse con la suya: evitar lo que les gusta.
Porque el adulto no transmite seguridad en las órdenes.
Por confusión entre:
o Órdenes: no negociables
o Peticiones: tienen alternativas.
Porque no saben lo que deben hacer: el “portarse bien” es muy ambiguo:
debemos decirles de forma clara y concreta lo que deben hacer.
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ESTRATEGIAS PARA NIÑOS DESOBEDIENTES:
No usar peticiones, sino órdenes. Por ejemplo: “recoge tus juguetes”
“vamos a cenar”
Reducir el número de órdenes, para evitar que finalmente no cumplan
ninguna de todas las que les demos.
Que las órdenes sean claras, que el niño entienda perfectamente qué es lo
que tiene que hacer.
Seguridad y contundencia a la hora de dar las órdenes: tono de voz firme,
pero sin gritar, sin alternativas y no darlas desde la distancia
Elogiar su colaboración cuando lo haga bien.
Adoptar medidas cuando no quiere cumplirlas o no obedece. ¿Cómo
debemos hacerlo?
 RECORDAR LA NORMA O RESPONSABILIDAD: cuando se incumple la
norma, recordársela y exigirle que la cumpla. No más de 3 veces. No
debemos entrar en el juego. Al niño debe quedarle claro quién
marca las normas.
 REGAÑAR: decírselo con buenas palabras, pero con contundencia.
Decirle lo que esperamos que cumpla. Compensarle con palabras
estimulantes cuando lo haga bien.
 SOBRECORRECCIÓN: para que practique una y otra vez lo que
esperamos que haga. Por ejemplo, si revuelve sus juguetes, que sea
él quien los ordene.
 RETIRAR PRIVILEGIOS: suprimir temporalmente aquello que le gusta.
 TIEMPO FUERA: problemas de conducta (negativo, perturbador,
molesto con otras personas). Le retiramos de la situación, a un lugar
aburrido donde no reciba atención. Cuando no lo cumpla, lo
penalizamos con 1min más hasta que se calme y lo cumpla.
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EL NIÑO QUE NO ACEPTA UN "NO"
Poco importa que se haya dicho no diez veces si el niño sabe que si sigue
"dando la lata", teniendo rabietas o lloriqueando, los padres se rendirán y
cederán. La única solución al problema es que tanto padres como hijos
aprendan que realmente están hablando en serio.
Cuando el niño haga una petición, hay que hacer una pausa para pensar y
confirmar la respuesta mentalmente antes de verbalizarla. Una vez que se ha
decidido, haga lo que ha dicho y no cambie de idea. Si el niño sigue sin
aceptar un no por respuesta:
Aplique la ignorancia sistemática: si ya ha contestado al niño, no
permita discusiones o debates. Sólo silencio. Ignore respuestas,
pataletas, lloriqueos o cualquier otro elemento del repertorio del niño.
Aplique la "técnica del disco rayado": simplemente se han de repetir las
mismas palabras con el mismo tono.
Uno, dos, tres, al rincón. Explique al niño que será como en el fútbol, tres
faltas y expulsado (tiempo en el rincón).
La pérdida de privilegios y/o la aplicación de consecuencias naturales
pueden ser herramientas muy eficaces.
Cuando el niño acepte un no por respuesta es conveniente reforzar sus
esfuerzos:
Lleve un diario. Elógiele cuando haya sido cooperador y, además
anótelo en un diario. Revise el diario con el niño para que sepa lo bien
que lo hace.
Darle vales o puntos en un gráfico. Cada vez que el niño sepa encajar
un no como respuesta, podrá ganar un vale o punto que se podrán
canjear por un pequeño premio o sorpresa.
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