FACTORES de RIESGO La detección precoz de unos niveles elevados de colesterol permite un adecuado control y prevención de las enfermedades cardiovasculares. 32 Dr. Alfonso del Río Jefe del Servicio Cardiología. Hospital Clínico. Zaragoza. El colesterol ¿Amigo o enemigo? L as enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa de muerte en los países occidentales, provocando en España el 30 por ciento del total de las defunciones y un gasto sanitario inusitado debido a las invalideces y bajas laborales que conllevan. La base común de estas enfermedades es la aterosclerosis, proceso complejo que se inicia en épocas muy precoces y se desarrolla lentamente para manifestarse —en ocasiones, como en la edad media de la vida, de forma dramática— por un infarto de miocardio, un ictus o una muerte súbita. En esta secuencia de acontecimientos intervienen los llamados factores de riesgo, siendo el aumento del colesterol en sangre, el incremento de las cifras de presión arterial y el tabaquismo los principalmente involucrados, sin olvidar la diabetes, la obesidad y el sedentarismo, que también tienen papeles protagonistas. El colesterol es una grasa que circula por la sangre y es necesaria para mantener la estructura e individualidad de las células, ya que forma parte de su membrana. Asimismo, es fundamental para la elaboración de numerosas hormonas, entre las que se encuentran las hormonas sexuales, por ejemplo. Su procedencia El colesterol procede de la dieta, “colesterol extrínseco” (15 al 25 por ciento), y también es fabricado por el hígado según las necesidades, “colesterol intrínseco”. Por tratarse u El colesterol elevado es un factor de riesgo para el desarrollo de la aterosclerosis tanto a nivel de las arterias del corazón como a nivel de las arterias del cerebro y de las periféricas, siendo el origen de enfermedades graves como el infarto de miocardio y los ictus. Por ello es importante establecer unas normas para evitar la elevación de sus niveles. Cifras NORMALES Las cifras que se consideran como normales en un análisis de sangre son: w Colesterol total: por debajo de 200-220 mg/dl. w C-LDL: por debajo de 100-120 mg/dl. w C-HDL: Más de 45 mg/dl en mujeres y mayor de 40 mg/dl en varones. Estas cifras son “normales” en personas sanas, sin enfermedad arterial coronaria, no fumadoras, sin otras enfermedades metabólicas (diabetes). En caso de enfermedad cardiovascular, cerebrovascular o diabetes, el colesterol total debería estar por debajo de 180 mg/dl, el C-LDL por debajo de 80 mg/dl y el C-HDL por encima de 45 mg/dl en todos los casos. Debe ser el médico el que interprete estas cifras en el contexto adecuado y haga un diagnóstico más preciso. 31 FACTORES de RIESGO u de una grasa, no se disuelve en el medio acuoso de la sangre, por lo que tiene que unirse a unas proteínas (lipoproteínas) que lo hacen más soluble. Estos complejos son los que llamamos colesterol ligado a las proteínas de alta densidad (C-HDL), que es llamado “colesterol bueno”, que recoge el exceso de colesterol y lo devuelve al hígado para su degradación y eliminación por la bilis, y el colesterol ligado a proteínas de baja densidad (C-LDL), que es el “colesterol malo”, cuyo exceso se deposita en la pared de las arterias formando el núcleo inicial de la “placa de ateroma”. Alteraciones Algunas de las enfermedades derivadas de las alteraciones de las cifras de colesterol tienen una base genética (lo que se llama hipercolesterolemia familiar), con cifras muy elevadas y enfermedad coronaria precoz. Otras, con base genética menos evidente, tiene un componente ambiental (fenotipo) muy claro por malos hábitos dietéticos, tendencia a la obesidad, aparición de diabetes, etcétera. Sea como fuere, su detección precoz permitirá un adecuado control y prevención de las enfermedades. Así pues, el aumento del colesterol y sus fracciones pueden ser de origen genético y transmitido por herencia, aunque en la mayor parte de los casos existe un componente “ambiental” adquirido muy importante. 32 Pautas preventivas Ya que el colesterol es el causante de aterosclerosis y de sus complicaciones, es necesario establecer unas normas de prevención para que este proceso no se inicie. Si a pesar de todo aparece la enfermedad, serán necesarios programas para disminuir los efectos deletéreos. La prevención ha de iniciarse en la infancia y adolescencia, promoviendo hábitos de vida cardiosaludables, con una dieta y actividad física adecuada. Estas medidas han de ser poblacionales y llevarse a cabo también en las escuelas y en el seno de las familias. Estos requisitos los cumple la llamada “dieta mediterránea”. No olvidemos la necesidad de abandonar completamente el tabaquismo y realizar una actividad física regular. Es muy recomendable pasear de 30 a 45 minutos diarios. Si con la dieta no fuera suficiente para reducir las cifras de colesterol total y su fracción de colesterol malo, sería preciso tomar fármacos como las estatinas, pero siempre bajo consejo y control de su médico. Como conclusión podemos decir que el colesterol es una grasa “esencial” para el funcionamiento del organismo, pero su exceso provoca la iniciación de la aterosclerosis y de sus complicaciones. Es esencial evitar el aumento del colesterol sanguíneo por medio de la dieta y de la actividad física, medidas preventivas que se deben iniciar ya desde la infancia y en la adolescencia. ¿Qué debo hacer para controlar mi colesterol? Una dieta cardiosaludable y pobre en colesterol debe reunir las siguientes condiciones: F Consumir las calorías adecuadas, con el fin de mantener siempre el peso ideal, rechazando los alimentos que provoquen sobrepeso. Limitar el consumo de grasas, sobre todo de las F saturadas, como las que provienen de animales mamíferos (carnes con mucha grasa, vísceras, embutidos, mantequillas…). Consumir grasas insaturadas, como las que provienen F del pescado (blanco y azul), del aceite de oliva y de otros aceites vegetales (maíz, soja, girasol…). Aumentar el consumo de fibra no absorbible, en forma F de legumbres, verduras y frutas frescas. Comer con la mínima cantidad de sal posible, para evitar F la elevación anómala de la presión arterial. Limitar el consumo de vino a sólo dos vasos entre F aquellas personas que tienen la costumbre de consumirlo en las comidas.